Desde que vivo en Madrid, extraño el mar más que nunca. Noto que algo me falta, que el puzzle no está completo. Por eso, en cuanto puedo, me escapo en su busca y, si lo que descubro lo merece, disfruto recomendándotelo desde estas líneas. No debe sorprenderte. Si eres un lector habitual de este blog, ya sabrás de mi debilidad por las villas marineras.

En esta ocasión, quiero presentarte el único destino cántabro que conozco hasta la fecha, Castro Urdiales. Una preciosa localidad situada en el extremo más oriental de Cantabria,  muy cerca de Vizcaya, que junto a Laredo, Santander, Santillana del Mar y San Vicente de la Barquera forma parte de la vía secundaria del Camino de Santiago que recorría la costa del Cantábrico.

El Cantábrico y Castro Urdiales

Había oído que en Cantabria el mar y la montaña se aliaban para crear paisajes increíbles a lo largo de sus más de 200 km de costa. Que sus pueblos marineros recogían buena parte de la belleza del norte de España. Castro Urdiales no hizo más que confirmarme que todas estas afirmaciones son ciertas.

La primera imagen que recibes de Castro ya merece los kilómetros recorridos. A orillas del mar, dominando la bahía y protegido por los Picos de Europa que presiden las verdes montañas de la Cordillera Cantábrica.

Puerto de Castro Urdiales. Cantabria

Bordeando el mar en Castro Urdiales. Cantabria

Un buen punto de partida para conocer Castro Urdiales es visitar su conjunto monumental, también conocido como Puebla Vieja, que fue declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1978. Su estampa más emblemática, la que aparece siempre en todas las fotografías, es el conjunto que forman la iglesia de Santa María de la Asunción, el castillo-faro que se encuentra junto a ella, el puente medieval y las ruinas de la iglesia románica de San Pedro.

Iglesia de Santa María de la Asunción y castillo-faro de Santa Ana. Castro Urdiales. Cantabria

La impresionante iglesia de Santa María de la Asunción, con trazas de catedral, es el mejor ejemplo del gótico clásico que encontraremos en todo el Cantábrico. Comenzó a edificarse a principios del siglo XIII, bajo el mandato del rey Alfonso VIII de Castilla que repobló y fortificó las villas de esta costa, y sus trabajos se prolongaron hasta el siglo XV. El castillo formaba parte, junto a esta iglesia, del entramado defensivo de la villa que se completaba con la desaparecida muralla. Se utilizó por primera vez como faro en 1.853.

Iglesia de Santa María de la Asunción. Castro Urdiales. Cantabria

Tras conocer lo más importante de su rico patrimonio, te recomiendo que deambules sin prisas por la calles del casco viejo para descubrir cómo Castro Urdiales sabe combinar el encanto de un pueblo pesquero con su pasado ilustre como uno de los destinos estivales preferidos de la burguesía cántabra y vizcaína. A tu paso por la antigua Flavióbriga romana, que sirvió de origen a esta villa medieval, encontrarás sus características casas con balconadas de madera, el Ayuntamiento e interesantes edificaciones de finales del siglo XIX y principios del XX como la Casa de los Chelines. En esta zona se congregan buena arte de los restaurantes, tascas y mesones así que, si quieres probar los exquisitos besugos o las famosas anchoas de Castro, ya sabes dónde acudir.

Casa de Los Chelines. Castro Urdiales. CantabriaCastro Urdiales. Cantabria

Paseando por Castro Urdiales. Cantabria

Este recorrido por Castro Urdiales quedaría incompleto si no mencionara el precioso litoral que lo envuelve entre abruptos acantilados y playas. Uno de los arenales más frecuentados por los castreños es la Playa de Brazomar que junto el Solarium de Don Luis forma una pequeña bahía. Ostende, por su parte, es una bonita playa artificial con forma de concha, situada en el extremo occidental de la ciudad, de aguas tranquilas, perfecta para ir con niños. Entre ambas playas, muy cerca del casco antiguo, en el barrio de los marineros, encontramos un capricho de la naturaleza, El Pedregal. Como su nombre indica, es una playa de piedras que se esconde entre los acantilados creando una piscina natural en la que puedes darte un baño mientras escuchas cómo el Cantábrico rompe con fuerza en las rocas. También te sugiero que te acerques a Oriñón. Está muy cerca de Castro Urdiales y tiene una inmensa playa rodeada de acantilados donde se dan cita muchos surfistas.

Solarium de Don Luis. Castro Urdiales. Cantabria

Playa de Ostende. Castro Urdales. Cantabria

Playa El Pedregal. Castro Urdiales. Cantabria

Una última recomendación. Si tienes tiempo, quizá te interese conocer el importante patrimonio minero que se extiende por la zona oriental del este municipio. Puedes hacerlo a través de las Vías Verdes de Castro Urdiales, cinco itinerarios culturales que recorren los antiguos trazados del ferrocarril y las vías mineras.

Nota: El azar quiso que visitase Castro un 26 de junio coincidiendo con la Semana Grande y la fiesta de San Pelayo, patrón de la ciudad. De ahí los adornos marineros que verás en algunas de las fotografías. Aún recuerdo el sabor de la ventresca de atún y de las sardinas que comí en una de las casetas situadas junto a la Cofradía de Pescadores.