¿Buscas un lugar alejado del turismo de masas, con un potente patrimonio, excelente gastronomía, aire puro y bonitos paisajes que no entienden de prisas? Si es así, tu próximo destino es Cantavieja, la encantadora capital del Maestrazgo turolense. Descubre qué ver en Cantavieja siguiendo este itinerario que recorre sus principales puntos de interés.
Spoiler: cuando llegues al final del artículo, sólo querrás poner rumbo al injustamente aún desconocido Bajo Aragón.
Qué ver en Cantavieja
No hay muchas provincias como Teruel que puedan presumir de tener siete municipios incluidos en la red Los Pueblos Más Bonitos de España. Ya te he hablado de Albarracín, Calaceite, Mirambel, Puertomingalvo, Rubielos de Mora y Valderrobres. Ahora es el turno de Cantavieja que, además, luce con orgullo el sello Best Tourism Villages de la Organización Mundial del Turismo.
La primera imagen que nos regala Cantavieja desde la carretera, encaramada sobre un peñón calizo a 1.300 metros de altitud, nos invita a adentrarnos en este pequeño pueblo de trazado medieval, declarado Conjunto Histórico Artístico. A recorrer un puñado de calles que evidencian el paso de Templarios, Sanjuanistas y Carlistas, y que narran, entre monumentos y lienzos de murallas, su convulsa historia.
¿Quieres saber por qué te recomiendo esta escapada rural? Aquí tienes los lugares imprescindibles que tienes que ver en Cantavieja.
Museo de las Guerras Carlistas
Uno de los lugares de obligada visita en Cantavieja es el Museo de las Guerras Carlistas donde conocerás por qué se convirtió en la capital del carlismo gracias a figuras como el general Cabrera, apodado “El Tigre del Maestrazgo” por su implacable lucha contra los partidarios liberales. Los distintos conflictos armados y los escenarios en los que se llevaron a cabo también forman parte de su discurso expositivo. El museo está ubicado en una casa del siglo XVII que también alberga la oficina de turismo (C/ Mayor, 15). Precio de la entrada: 1,5€.
Si quieres conocer a fondo todo el patrimonio de Cantavieja, te recomiendo contratar una visita guiada ya que tendrás acceso a lugares que no podrás ver por libre. Dura 60 minutos, sólo cuesta 4€ e incluye la visita al museo.
Plaza porticada
Siguiendo por la calle Mayor, enseguida llegarás a una armoniosa plaza porticada en la que confluyen el ayuntamiento, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la Casa Zurita, una de las casas solariegas levantadas por las familias más poderosas de la comarca que embellecen la artería principal de Cantavieja.
Ayuntamiento
El ayuntamiento de Cantavieja, construido a finales de la Edad Media, es uno de los antiguos de la comarca. En su exterior destaca el escudo de la villa y una inscripción en latín con los preceptos que debe seguir el concejo. Si haces la visita guiada, podrás ver el salón de plenos que está cubierto con una elaborada techumbre de madera y, si cruzas el portal que hay debajo, llegarás al mirador El Portillo.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y torre
Construida sobre un antiguo templo gótico, del que solo se conservan los arcos de la lonja y la puerta principal, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los templos barrocos más grandes de Aragón. Se construyó a principios del siglo XVIII siguiendo el modelo de la Basílica del Pilar de Zaragoza y lamentablemente perdió sus suntuosos retablos durante la Guerra Civil. La que sí conserva todo su esplendor es su torre, el gran símbolo de Cantavieja que permitía el acceso a la iglesia a través de su antigua portada.
Muralla aspillerada
Tras dejar atrás lo que queda de la Casa de los Osset, cuya magnífica portada curiosamente se trasladó a la casa cuartel, llegamos a otro enclave que, por su privilegiada ubicación, tienes que ver en Cantavieja: la muralla aspillerada. La calle que conduce a ella es toda una declaración de intenciones. Su nombre: Buenavista. Y es que desde esta muralla, construida sobre la roca por los carlistas para mejorar la defensa de la villa, se divisa una panorámica que se pierde hasta la Vega de San Antonio y el Rebollar. Desde este punto también puedes acceder al paseo circular que discurre bajo la muralla. Es un sendero de apenas 1 km que termina en la escalinata que sube hasta la plaza España, y las vistas, cómo no, son espectaculares.
Antiguo castillo templario y calvario
Viajamos ahora en el tiempo para conocer el castillo que la Orden del Temple construyó tras la reconquista, y cómo en 1307, por orden de Jaime II, pasó a manos de la Orden de San Juan de Jerusalén tras un largo asedio de ocho meses. A consecuencia de los daños sufridos durante las Guerras Carlistas, en esta enorme explanada solo se conservan las murallas del recinto exterior y los restos de un torreón circular reconvertido en la ermita del Santo Sepulcro. Los catorce peirones con las estaciones del Vía Crucis completan la fisonomía de este lugar que concentra buena parte de la historia de Cantavieja.
Iglesia de San Miguel
Otro templo que también merece la pena visitar es la iglesia de San Miguel que Gonzalo de Funes, Castellán de Amposta de la Orden de San Juan, alzó como oratorio para albergar sus restos. Su sepulcro esculpido en alabastro ejemplifica el mejor arte gótico de la provincia.
Nevera y ermita de la Virgen de Loreto
¿Más cosas que tienes que ver en las afueras de Cantavieja? La nevera circular donde se almacenaba la nieve para comerciar con ella en la zona de levante, y la ermita de la Virgen de Loreto desde donde parte el sendero PR-TE 69 que conduce al área recreativa del Rebollar.
Y si lo que quieres es admirar el entorno natural que rodea Cantavieja, dirígete al cercano mirador de la Tarayuela o al de Los Cuchillos. ¡No te arrepentirás!
Por cierto, Cantavieja forma parte de la ruta del Anillo de Morella del Camino del Cid así que podrás sellar tu salvoconducto en la oficina de turismo.
📍 Informado quedas. Ahora que ya sabes todo lo que tienes que hacer y ver en Cantavieja, ¿a qué esperas para descubrir en clave slow esta esta pequeña población cargada de historia?
Qué ver en los alrededores de Cantavieja
La comarca histórica del Maestrazgo, que se divide entre Castellón y Teruel, cuenta con más localidades que merecen tu visita. Toma nota:
Mirambel: Conjunto histórico-artístico, premio Europa Nostra y uno de los pueblos más bonitos de España. Así es Mirambel, una gema del Maestrazgo turolense en la que el tiempo se detuvo, y el mejor escenario para descubrir el encanto del Bajo Aragón.
Fortanete: dentro de la red Pueblos Mágicos de España destaca este pueblecito serrano del Maestrazgo turolense. ¡Merece mucho la pena!
Morella: situado entre un mar de montañas en la provincia de Castellón, Morella es otro de los pueblos más bonitos de España. Su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Información práctica para visitar Cantavieja
Dónde dormir en Cantavieja
Si te preguntas dónde alojarte en Cantavieja, aquí tienes opciones para todos los bolsillos:
Hotel & Spa Balfagón****: acogedoras habitaciones exteriores, Intimus Spa con amplia carta de masajes y tratamientos, restaurante recomendado en la Guía Michelin, lounge bar y terraza con preciosas vistas del Maestrazgo (Avda. Maestrazgo, 20). Reserva al mejor precio AQUÍ.
Casa Sara: situada en pleno centro, esta coqueta casa rural cuenta con 9 habitaciones renovadas, ascensor y wifi . ¡Su desayuno casero está delicioso! (Cecilio Gálvez, 5). Reserva al mejor precio AQUÍ.
Dónde comer en Cantavieja
4 Vientos: bar restaurante de cocina tradicional basada en productos de proximidad con una amplia selección de tapas y especialidades como el cabrito al horno y los platos elaborados con setas (Av. Maestrazgo, 2).
Horario de la oficina de turismo de Cantavieja
☀️ Verano (del 31 de julio al 31 de agosto): de lunes a domingo de 10:30h a 14h. y de 16h a 19h.
❄️ Invierno (del 1 de septiembre al 31 de julio): de martes a jueves de 11h a 13h y de 16h a 18h; viernes y sábado de 10:30h a 14h y de 16h a 19h, y domingos de 10:30h a 14h.
¿Te gustaría conocer un precioso pueblo que se esconde entre murallas a 900 metros sobre el nivel del mar? Entonces sigue leyendo porque voy a mostrarte todo lo que tienes que ver en Mirambel, la joya del Maestrazgo turolense. Una pequeña localidad, con un pasado templario y una arquitectura medieval única que encandiló a escritores y directores de cine. Un lugar en el que el tiempo decidió pararse, y el mejor escenario para descubrir el encanto del Bajo Aragón.
Qué ver en Mirambel, un pueblo detenido en el tiempo
Restos del antiguo castillo templario, lienzos de la muralla que circunda la villa, calles empedradas, vetustos portales, coquetas plazas, casonas solariegas, ventanas custodiadas por rejas, balcones de hierro forjado, aleros de madera… Todos estos elementos dibujan la estampa de Mirambel, un municipio de Teruel que ejemplifica el significado de belleza en cada uno de sus rincones.
Y no solo lo digo yo. Lo dice su nombre, una combinación del latín miror -que significa admirar- y del catalán bell (belleza). Pero hay más. En 1980 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico, en 1982 recibió el premio Europa Nostra -un prestigioso galardón que avaló su respetuosa restauración-, y hoy forma parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España.
La fisonomía y la singular idiosincrasia de Mirambel también conquistó el mundo del arte. Ahí está La Venta de Mirambel de Pío Baroja, En brazos de la mujer madura de Manuel Lombardero y, cómo no, Tierra y libertad, el premiado retrato de la Guerra Civil española dirigido por el cineasta Ken Loach. Lo mejor de todo es que 28 años después de aquel rodaje, Mirambel sigue igual. Luciendo un decorado natural de piedra y madera, deliciosamente inspirador, formado por un puñado de calles que disfrutan un centenar de habitantes. Sin luces de neón, comercios ni signos de modernidad.
Para que te hagas una idea de lo atractiva que es esta localidad, aquí tienes los lugares imprescindibles que tienes que ver en Mirambel.
Portal de las Monjas, un imprescindible que tienes que ver en Mirambel
Gran parte del encanto de Mirambel se debe a que su casco urbano se desarrolla dentro de su perímetro amurallado. El resultado es un bella almendra medieval sin arrabales que discurre entre torreones, muros defensivos que se funden con hermosas casas y palacios, y portales.
Aunque hay cinco portales de acceso, te recomiendo entrar por el Portal de las Monjas. Está adosado al convento de las Agustinas y su galería de tres pisos, cerrada con celosías de barro y yeso, es el gran tesoro de la villa. Si quieres descubrir cómo es por dentro este precioso rincón que da a la calle Mayor, deberás entrar en otro indispensable de Mirambel: el convento de las Agustinas.
Convento de las Agustinas, otra gema que ver en Mirambel
El convento de las Agustinas, un sobrio y enorme edificio de 1564, alberga la oficina de turismo y el Centro de Interpretación de la Arquitectura del Maestrazgo. Durante la visita, además de profundizar en el contexto histórico de la comarca, verás una recreación de la antigua escuela, artesanías, libros y textiles religiosos, y la celda de la superiora que da acceso al mirador del portal más fotografiado de Mirambel.
Ayuntamiento
Muy cerca de la calle Mayor, también conocida como calle Agustín Ferrer, se alza el ayuntamiento que sigue la tónica de la arquitectura civil del Maestrazgo. De planta cuadrangular y con toques renacentistas, destaca por sus ventanas adinteladas, su soberbio alero de madera y por la lonja que lo sustenta compuesta por arcos de medio punto.
Iglesia de Santa Margarita
Justo enfrente se halla otro lugar imprescindible que tienes que ver en Mirambel: la iglesia de Santa Margarita. El templo actual es el resultado de la ampliación de la iglesia medieval, una construcción de una sola nave rematada por un esbelta torre que despunta en el reducido skyline de la localidad. Las piedras ennegrecidas de su portada atestiguan el devastador incendio que sufrió durante la primera Guerra Carlista.
Castillo templario
Los orígenes de Mirambel se remontan al siglo XII cuando los caballeros Templarios la reconquistan para el rey Alfonso XII. De su legado se pueden ver los restos del castillo de la Orden del Temple, que más tarde pasaría a manos de la Orden de San Juan del Hospital, alrededor del cual surgieron las casas de los primeros repobladores cristianos.
Palacios, casonas y plazas
Además de descubrir sus monumentos más emblemáticos, el mejor plan que puedes hacer en Mirambel es caminar sin rumbo fijo, fijarte en cada detalle y dejar que sus escasas calles, pavimentadas con cantos rodados, te transporten a la Edad Media. A tu paso encontrarás algunos de los palacios renacentistas más destacados de Aragón, como la Casa Aliaga y la Casa Castellot -ambas en la plaza Nicolás Ferrer- que nos recuerdan cómo la nobleza se enriqueció con el comercio de lana en los siglos XVI y XVII. ¿Más ejemplos de arquitectura palaciega? Las casas Pastor, Barceló o la Casa de los Julianes.
Lavadero de la Fuente Alta y ermita de San Roque
Fuera del recinto amurallado, merece la pena visitar el bonito conjunto de mampostería y sillares que forman el lavadero, el abrevadero y la Fuente Alta donde antaño, además de limpiar la ropa, se comentaba todo lo que acontecía en el pueblo. Tampoco olvides acercarte a la vecina ermita de San Roque. Desde su atrio delantero podrás contemplar una bella estampa de Mirambel.
Más información para visitar Mirambel
Visitas guiadas en Mirambel
Si quieres profundizar en el patrimonio y la historia de Mirambel, te recomiendo hacer alguna de las visitas guiadas que organiza la oficina de turismo y que permiten, por ejemplo, entrar en la iglesia de Santa Margarita, y descubrir todos los secretos que encierra el convento de las Agustinas -entre ellos, unas espectaculares grisallas renacentistas.
Dónde comer y dónde alojarte en Mirambel
Toma nota de estas recomendaciones para saber dónde comer y dónde alojarte en Mirambel:
Casa Masas: este colmado familiar, cuyo origen se remonta a 1920, dispone de tienda y de un espacio de degustación de productos de proximidad que resulta perfecto para para reponer fuerzas. Jamón de Teruel, cecina, queso de Tronchón, patés, vinos propios y miel del Maestrazgo… (Agustín Pastor, 1).
Tasca Las Tejas: resulta imposible resistirse al menú de este pequeño restaurante. Parrillada de carne y embutido, verduras y patatas fritas para dos personas: 25€. Buena relación calidad-precio, estupendo trato y contundente comida (Las Eras, s/n).
Respecto a dónde alojarte en Mirambel, mi recomendación es Las Moradas del Temple. Esta encantadora casa rural te trasladará a la época medieval en sus acogedoras habitaciones restauradas con mimo (Agustín Pastor, 15). Consulta disponibilidad aquí.
Pueblos cerca de Mirambel que merecen tu visita
La comarca histórica del Maestrazgo, que se reparte entre Castellón y Teruel, cuenta con más localidades que no han perdido ni un ápice de su encanto. Toma nota:
Cantavieja: situada sobre un peñón calizo, su precioso trazado medieval evidencia el paso de Templarios, Sanjuanistas y Carlistas en forma de edificios que narran su convulso pasado. ¡Imprescindible!
Fortanete: un pequeño pueblo serrano del Maestrazgo turolense que forma parte de la iniciativa Pueblos Mágicos de España. ¡Te encantará!
Morella: otro de los pueblos más bonitos de España, declarado Conjunto Histórico-Artístico, situado entre un mar de montañas en el norte de la provincia de Castellón.
📍 Si has llegado al final de este artículo, ya sabes todo lo que tienes que ver en Mirambely alrededores. ¿A qué esperas para planificar tu propia escapada rural a Teruel y descubrir esta maravilla?
Mapa de los lugares que ver en Mirambel
Utiliza este mapa donde están localizados todos los lugares que tienes que ver en Mirambel.
Sigue viajando por Teruel:
¿Te has quedado con ganas de saber qué más tienes que ver en Teruel? Aquí tienes algunas sugerencias para descubrir esta sorprendente provincia aragonesa:
Sorprendente, diversa y llena de rincones que merecen ser descubiertos. Así es la ruta por la provincia de León que te propongo. Una escapada cercana diseñada para desconectar, reencontrarte con el pasado y disfrutar de su atractivo presente. ¿La banda sonora de este road trip? El canto de los pájaros, el discurrir del agua, los pasos de los peregrinos y, cómo no, el silencio hecho valle, aldea y camino.
León, una provincia con mucho que ver y experimentar
Privilegiados paisajes, riqueza monumental, pueblos suspendidos en el tiempo, museos a cielo abierto, historias de templarios y un patrimonio gastronómico muy comprometido con las materias primas. Esta es la radiografía de mi propuesta, una ruta que recoge buena parte de los lugares que sí o sí tienes que ver en la provincia de León. La misma que yo acabo de hacer, y la misma que me ha dejado con ganas de volver porque he descubierto que León es mucho León.
Despierta tus sentidos porque arrancamos esta escapada que parte de la capital leonesa y continúa por las atractivas comarcas de la Maragatería y El Bierzo siguiendo la estela del Camino de Santiago Francés, el itinerario jacobeo por excelencia.
León, una capital monumental y vibrante
Todo viajero que se acerca a conocerla coincide: León es una de las capitales de provincia más atractivas de nuestra geografía. Una ciudad con 2.000 años de historia donde el pasado y el presente se funden en una explosión de arte, cultura y gastronomía que no deja indiferente.
No te resistas. Te enamorarás de su majestuosa Catedral gótica, un delirio visual que impone de día y seduce de noche, del maravilloso estado de conservación de los frescos que luce el Panteón de los Reyes de la Real Colegiata de San Isidoro, del León de Gaudí cuyo epicentro es la imprescindible Casa Botines, de sus palacios renacentistas, y suma y sigue.
Y es que, más allá de la Pulchra Leonina, de la conocida como Capilla Sixtina del Románico o del modernismo que esculpe una de las tres obras que Antoni Gaudí construyó fuera de Cataluña, hay otro León que seduce a pie de calle. Un León, innovador y actual, que late en cada rincón del centro histórico y en los restaurantes y terrazas de los siempre animados barrios Húmedo y Romántico, donde se impone tapear con un buen vino de la Denominación de Origen León.
Consejos para foodies: Las tapas y vinos de Marcela (Plaza de San Marcelo, 9) y la cecina de IGP León del restaurante Ezequiel, todo un referente en la capital (C/ Ancha, 20).
Hospital de Órbigo
Tras dejar atrás la capital, ponemos rumbo a Hospital de Órbigo, un municipio que recibe su nombre del hospital que fundaron los Caballeros de San Juan de Jerusalén, y su apellido del río que discurre a su vera. El mismo que salva su famoso puente, una larga calzada por la que pasaron las legiones romanas, los Godos, las tropas francesas, y miles y miles de peregrinos que se dirigían, como los que lo transitan hoy, a Santiago de Compostela.
Para mantener vivo el espíritu de aquellos días, cada año, a principios de junio, se celebran las JustasMedievales del Passo Honroso que rinden homenaje al torneo que convocó Don Suero de Quiñones en 1434 para demostrar su amor a Doña Leonor. Una recreación histórica, con un animado mercado, que atrae a numerosos visitantes a este punto fundamental del Camino a su paso por León.
Castrillo de los Polvazares
Nuestro viaje continúa en la comarca de la Maragatería donde nos espera otro pueblo de postal: Castrillo de los Polvazares. Pintoresco y cuidado a más no poder, tu cámara echará humo tratando de captar todos los bucólicos rincones que se cruzan al paso. Las calles empedradas que en su día hollaron los carros de los arrieros, las casas blasonadas de los más pudientes, los vivos colores de portones y ventanas, la arquitectura popular maragata esculpida en piedra y arcilla roja… Sí, aunque creas que has viajado en el tiempo, sigues en 2022.
Como visitar la Maragatería y no probar un cocido maragato sería imperdonable, debes saber que aquí este contundente majar es el rey de los fogones. Se sirve en tres vuelcos y, al contrario que en otros lares, primero se toma la carne, después los garbanzos y verduras y, por último, la sopa de fideos. Su éxito es tal que muchas de las viviendas de Castrillo de los Polvazares son ahora restaurantes y mesones en los que conviene reservar.
Foncebadón
Nos dirigimos ahora a Foncebadón para alcanzar el techo del Camino Francés. Aquí, a unos 1.500 metros de altitud, se alza la Cruz de Ferro. A pesar de su humilde apariencia, este largo poste de madera coronado por una pequeña cruz de hierro -réplica de la original que se halla en el Museo de los Caminos de Astorga- es uno de los lugares más simbólicos de la ruta jacobea.
El motivo es el gran humilladero que hay a sus pies formado por miles de piedras depositadas por miles de peregrinos a lo largo de los años. Aunque el origen de este ritual es incierto, no hay caminante que no lo cumpla arrojando de espaldas una piedra traída desde su lugar de origen. Para unos, este gesto implica dejar atrás sus pecados, para otros, es la forma de agradecer que han llegado hasta aquí y de pedir ayuda para continuar el Camino. Sea como sea, no queda otra que emocionarse ante este montículo pedregoso que, al fin y al cabo, es un montón de deseos, alegrías y miedos llegados de cualquier rincón del mundo.
En ruta por la provincia de León: la comarca de El Bierzo
Dejamos atrás la Maragatería para adentrarnos en la comarca de El Bierzo, una tierra fértil poblada de viñedos, bosques y pequeñas villas vinculadas al Camino de Santiago que conviven en armonía con un potente catálogo de recursos naturales. Un territorio de leyendas, historias de templarios y delicias gastronómicas que reclama tu visita.
Molinaseca
Iniciamos este fascinante viaje al pasado en Molinaseca, un precioso pueblo medieval con siglos de tradición jacobea que nos recibe con una imagen inolvidable. En primer plano, el viejo puente de sillería que salva el río Meruelo, recortando el cielo y dominando la villa, la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, y al fondo, las verdes colinas de El Bierzo.
Todo invita a pasear sin prisa por este Conjunto Histórico que forma parte de la red Los Pueblos Más Bonitos de España. La calle Real, por la que transcurre el Camino de Santiago a la sombra de casonas nobiliarias y viviendas populares, el crucero de piedra del Santo Cristo, la plaza García Rey, el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, el monumento al Peregrino…
Curiosidad viajera: Al lado del monumento al Peregrino, verás un monolito de granito que conmemora el hermanamiento entre la ruta jacobea y el camino de peregrinación japonés Shikoku Henro.
Peñalba de Santiago
En esta ruta por la provincia de León no podía faltar Peñalba de Santiago, uno de los pueblos más encantadores de la comarca de El Bierzo. Las vastas panorámicas que enmarcan cada curva de la estrecha carretera que conduce a Peñalba es el mejor envoltorio del regalo que está por llegar. Un sueño de calles empedradas y casas coronadas por tejados de pizarra que se alza entre montañas, entretejiendo un caserío cuajado de bellas muestras de arquitectura tradicional en el que no falta una joya del mozárabe como es la iglesia de Santiago.
Callejea sin prisa, párate y observa para experimentar una cálida sensación de paz, una serenidad que escapa a los adjetivos. La misma que buscaban los eremitas de la Edad Media y que encontraron aquí, en los pequeños pueblos de la llamada Tebaida berciana.
Tras sufrir el inevitable ‘stendhalazo’ que causa la potente fisonomía de este Bien de Interés Cultural, déjate seducir por la serena belleza del Valle del Silencio recorriendo la ruta que conduce a la cueva de San Genadio. El religioso que, según cuenta la leyenda, hizo callar al río para meditar dando nombre a este idílico rincón leonés.
Ponferrada, la capital del Bierzo leonés
A solo 20 km de Peñalba, otro imprescindible de la provincia de León nos obliga a hacer parada y fonda: Ponferrada, la capital de la comarca de El Bierzo. Una ciudad situada a la vera del río Sil y custodiada por su legendario Castillo Templario. El mejor lugar para recordar los días en los que estos caballeros velaban el puente de hierro (Pons Ferrata) que facilitaba el paso de la ruta jacobea, y que dio nombre a la ciudad.
Detrás del castillo, despliega sus alas el casco antiguo de Ponferrada. Allí encontrarás la iglesia de San Andrés, la emblemática Torre del Reloj -la única puerta que se conserva de la muralla medieval-, la basílica de la Virgen de la Encina, e interesantes citas culturales como el Museo del Bierzo, el de la Energía o el Museo de la Radio Luis del Olmo.
En esta monumental almendra central, que amanece con los pasos de los peregrinos que se dirigen a Santiago, se concentran un buen número de bares y restaurantes que dejan un grato sabor de boca. ¿Dos que destacan por la calidad de sus productos? Lúa by O Pulpeiro y 7 Sillas, ambos en la Plaza del Ayuntamiento.
¿Dónde dormir en Ponferrada? Mi recomendación es Azotea Suites, unos magníficos apartamentos situados en pleno centro que fusionan vanguardia y confort. Desayunar en su terraza chill out con vistas de escándalo es un lujo que te mereces.
Las Médulas, un must-see de la provincia de León
Un paisaje hipnótico, un onírico escenario tallado por el hombre, algo único… Da igual las comparaciones que hayas leído o las fotos que hayas visto de este Patrimonio de la Humanidad. Todo se queda escaso cuando oteas por primera vez el skyline de Las Médulas, la mayor mina de oro a cielo abierto de época romana, y una de las grandes sorpresas de esta ruta por la provincia de León. Sobre todo, si contemplas este paraje berciano desde el Mirador de Orellán. Una privilegiada atalaya que nos permite recorrer con la mirada su singular horizonte de montañas rojizas que despuntan entre un mar de castaños, y la red de canales por los que discurría el agua hasta los estanques de explotación.
Ya que has llegado hasta aquí, no te quedes solo con esta imagen. Acércate al centro de recepción de visitantes para conocer las diferentes rutas que discurren por sus dominios. La senda perimetral, la del lago Sumido, la de los poblados o la senda de las Valiñas, una sencilla ruta circular que se interna en uno de los sectores de explotación de la mina con hitos como la Cuevona y la cueva de la Encantada.
Villafranca del Bierzo
De nuevo en la carretera, este itinerario, que recoge lo más destacado de la provincia de León, avanza entre montañas, viñedos y bosques de ribera hasta llegar a Villafranca del Bierzo. Una pequeña villa medieval íntimamente ligada al Camino Francés que engalana su entramado urbano con un magnífico patrimonio. La iglesia de San Nicolás con su imponente fachada barroca, el robusto castillo-palacio de los Marqueses de Villafranca, la colegiata de Santa María…
Por cierto, si te preguntas por qué se la conoce como la ‘Pequeña Compostela‘, hallarás la respuesta en la Puerta del Perdón de la iglesia de Santiago que se abre cada Xacobeo para que los peregrinos que no pueden continuar hasta la catedral compostelana puedan obtener el Jubileo.
¿Más imprescindibles de Villafranca? El barrio de los Tejedores, el puente medieval, la plaza Mayor y la calle del Agua, que radiografía su rico pasado con un reguero de casonas blasonadas y bellas muestras de arquitectura religiosa.
Enoturismo en el Palacio de Canedo
Esta escapada por la provincia de León llega a su fin con una propuesta irresistible: una jornada de enoturismo para descubrir las singularidades de los vinos de la Denominación de Origen Bierzo. El lugar escogido es el Palacio de Canedo. Una casona del siglo XVIII rodeada de viñedos donde crecen las variedades tinta de mencía y blanca de godello siguiendo un modelo de agricultura ecológica.
Recorre los senderos que discurren entre las vides, cata sus productos en su restaurante y, si tienes ocasión, alójate en alguna de sus acogedoras habitaciones para disfrutar al máximo tu estancia en El Bierzo.
León capital, villas históricas como Ponferrada, Villafranca del Bierzo y Molinaseca, los fascinantes paisajes de Las Médulas y el Valle del Silencio, sus afamados vinos y su potente gastronomía… ¿Necesitas más motivos para incluir una ruta por la provincia de León en tu agenda viajera?
Mapa de la ruta por la provincia de León
Este viaje ha sido posible gracias al Consorcio de Turismo de León. Toda la información ofrecida y mis opiniones están basadas en mi experiencia. Puedes ver cómo fue mi viaje en tiempo real en las historias destacadas de mi cuenta de Instagram.
En la zaragozana Comarca Campo de Belchite, a 45 kilómetros de la capital aragonesa, se encuentra el pequeño pueblo que vio nacer al gran pintor Francisco de Goya. Descubre qué ver en Fuendetodos y por qué merece tu visita con este itinerario que recorre sus principales puntos de interés de la mano de este artista universal. Comenzamos.
Fuendetodos, slow driving en la comarca del Campo de Belchite
Cualquier excusa es buena para lanzarse a la carretera. Para serpentear por carreteras secundarias en busca de lugares alejados de los tradicionales circuitos de masas. Como la comarca Campo de Belchite, un rincón de la provincia de Zaragoza donde encontrarás todo lo que necesitas para disfrutar de una escapada al aire libre sin pisar el acelerador. Encantadores pueblecitos, un medio natural que combina sierras, estepas, pantanos y hoces rocosas, gastronomía con raíces, historia y arte… Así es la tierra que fue cuna del genio de Fuendetodos, y que reivindica su figura para revitalizar esta comarca y paliar los devastadores efectos de la despoblación.
Qué ver en Fuendetodos
Fuendetodos, la patria chica de Francisco de Goya y Lucientes, es una pequeña población, situada en plena estepa del valle del Ebro, que rezuma arte por los cuatro costados, y que nos permite conocer su obra y descubrir cómo su influencia atravesó nuestras fronteras. Y es que en Fuendetodos todo nos recuerda a Goya: las calles y plazas que llevan su nombre, los bustos que lo enaltecen, las intervenciones artísticas que se inspiran en su obra o recogen sus firmas, la iglesia en la que fue bautizado…
Todo ello entre preciosos rincones, ejemplos de arquitectura popular, portales, casonas nobiliarias y construcciones renacentistas con galerías de arquillos que se cruzan al paso al callejear por el barrio Alto y el Bajo. ¿Listo para conocer todo lo que tienes que ver en Fuendetodos?
Casa Natal de Goya
La primera parada de esta ruta por Fuendetodos es la Casa Natal de Goya. Una modesta vivienda de labradores, ambientada con muebles y enseres propios de la época, que sigue conservando el aspecto rústico y austero de principios del siglo XVIII, y que nos muestra cómo era la vida en los tiempos de la infancia de Goya. El zaguán, la cuadra, la cocina, las alcobas, el granero…
La casa donde hoy encontramos los orígenes del gran genio aragonés permaneció en el olvido durante años, hasta que en 1913 el pintor Ignacio Zuloaga y un grupo de artistas zaragozanos la lograron identificar. Restaurada tras los daños que sufrió durante la Guerra Civil, fue declarada Monumento Histórico Nacional por su excepcional significado histórico.
Así lo resume la inscripción que decora su fachada:«En esta humilde casa nació para honor de la patria y asombro del arte, el insigne pintor Francisco Goya Lucientes. 31 Marzo 1746–16 Abril 1828. La admiración de todos rindió este homenaje a su imperecedera memoria».
Museo del Grabado
A pocos metros de su Casa Natal, en el número 3 de la calle Zuloaga, nos aguarda otra visita imperdible para profundizar en la obra más íntima y personal del artista de Fuendetodos. Se trata del Museo del Grabado, un espacio expositivo, ubicado también en una casa típica aragonesa, que acoge una colección permanente que por sí sola ya justifica viajar hasta aquí. Nada más y nada menos que cuatro magníficas series de grabados de Goya: los Caprichos, los Desastres de la guerra, la Tauromaquia y los Disparates.
Si desconocías su faceta como grabador, aquí podrás descubrir su maestría combinando las técnicas del aguafuerte, la punta seca, el buril o la aguatinta. Con absoluta libertad y dando rienda suelta a su universo más subjetivo.
Por cierto, ¿sabes qué tienen en común Fuendetodos y la comarca del Matarraña? En esta última, concretamente en las antiguas fábricas de Beceite se elaboró el papel que utilizó Goya en sus grabados.
Sala Zuloaga
El tercer gran referente cultural de Fuendetodos es la Sala Zuloaga. Está situada junto a la Casa Natal de Goya y desde que se inauguró en 1996 -con una excepcional exposición dedicada al pintor que le da nombre-, acoge exposiciones temporales de grabado histórico y arte gráfico contemporáneo.
Picasso, Miró, Barceló, Saura y Chillida son solo algunos de los artistas que han poblado los muros de la Sala Zuloaga impulsando esta población como tierra de arte.
La entrada general para visitar estos tres espacios cuesta 3 €. Más información: Fundación Goya.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Otro interesante lugar que tienes que ver en Fuendetodos es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. De estilo barroco, sus orígenes datan del siglo XVIII y tuvo que ser reconstruida tras la Guerra Civil. Aunque el armario de las reliquias que pintó Goya con 15 años también se destruyó, afortunadamente sí se conserva la pila bautismal en la que fue bautizado.
A la salida, fíjate en el busto de Goya que preside la plaza. Una obra instalada por Zuloaga en 1920 en la que se puede leer: «Para que el espíritu del artista inmortal, que la gloria extendió por todo el mundo, viva en el pueblo que lo vio nacer«.
Mural ‘Las firmas de Goya en sus cartas y escritos’
Tampoco te puedes perder el mural de cerámica Las firmas de Goya en sus cartas y escritos, una idea original del Estudio de arte 4 que reproduce con exactitud las firmas y dibujos que el pintor plasmaba en sus cartas. ¿El resultado? Un concepto visual que muestra la evolución del lado más personal de Goya y que nos invita a conocer más a fondo su figura.
FuendeVerde
Junto a las ruinas del antiguo castillo medieval de Fuendetodos -conocido popularmente como la Obra de los Moros-, se encuentra el espacio de naturaleza FuendeVerde. Además de potenciar la educación medioambiental, este centro organiza diversas actividades, entre ellas un taller de grabado para todas las edades, y rutas guiadas por el entorno natural de Fuendetodos como la de la Hoz Mayor o la ruta Huellas de la Guerra Civil.
¿Qué más ver en Fuendetodos? Goya Street Art Museum
Calles convertidas en galerías, y muros y puertas que hacen de lienzos. Un pequeño paseo por el pueblo basta para comprobar que Fuendetodos es un sorprendente museo al aire libre salpicado de intervenciones artísticas. Es el Goya Street Art Museum, un conjunto de murales que navegan entre escenas costumbristas y guiños goyescos, firmados por artistas como Arantxa Recio, Isaac Mahow, Álvaro Ortiz, Danger o Hemece y TMX Artist.
Todo un atractivo para los amantes del arte urbano que se suma al legado de Goya que atesoran sus centros culturales, a reinterpretaciones de las Pinturas Negras como la creada por Esther Ferrer en las escaleras que suben a la iglesia, y a viviendas muy originales que te obligan a detener el paso.
Visita guiada por Fuendetodos
Si quieres profundizar en el patrimonio cultural y etnográfico de Fuendetodos, apúntate a las visitasguiadas que organiza el ayuntamiento por las calles de la localidad. La fuente que da nombre al pueblo, el barrio alto, sus tradiciones, la iglesia hundida, la nevera del Calvario….
Estas visitas guiadas tienen una hora de duración y se realizan los sábados, domingos y festivos. Horarios disponibles: 11h y 12:30h.
Qué visitar en los alrededores de Fuendetodos
Además de callejear sin prisa por su pintoresco casco urbano, te recomiendo reservar un hueco en tu agenda para descubrir todo lo que tienes que ver en los alrededores de Fuendetodos. Aquí tienes algunas sugerencias:
Sendero educativo
Un itinerario de 3 km que enlaza diferentes puntos de interés histórico y etnológico situados en las cercanías del pueblo. Entre ellos están las neveras, unas edificaciones del siglo XVIII en las que se almacenaba la nieve para convertirla en hielo.
Ruta por las huellas de la Guerra Civil
Este recorrido señalizado es toda una lección de memoria histórica que discurre por los escenarios en los que la republicana Fuendetodos se enfrentó a las tropas de Franco. De aquellos aciagos años de la Guerra Civil, aún se conservan vestigios como las trincheras y fortificaciones de Sierra Gorda que dan visibilidad a esta oscura etapa de nuestro pasado entre preciosas vistas.
Ruta por la Hoz Mayor de Fuendetodos
Esta ruta de 8 km (ida y vuelta), con apenas desnivel, discurre entre los impresionantes parajes esteparios de la Hoz Mayor de Fuendetodos, uno de los lugares más famosos de la comarca Campo de Belchite. Paredes que alcanzan los cincuenta metros de altura, miradores naturales, helechos, grietas en las rocas donde nidifican un buen número de aves… Si te gusta la naturaleza, sin duda, esta excursión es para ti.
Ahora que ya sabes todo lo que tienes que ver en Fuendetodos, ¿te animas a viajar a Zaragoza para descubrirlo? Te aseguro que merecerá la pena.
Preciosos pueblos medievales cincelados en piedra, aire puro, espacios naturales custodiados por imponentes montañas, sabores que se inspiran en la gastronomía tradicional del Bajo Aragón… La España vaciada guarda un tesoro en su interior, un paraíso slow en forma de comarca situado en la provincia de Teruel. ¿Quieres conocerlo? Entonces sigue leyendo porque voy a mostrarte todo lo que tienes que ver en Matarraña, una de las propuestas de turismo rural más atractivas de nuestra geografía.
La comarca del Matarraña, mucho más que la Toscana española
El atlas de nuestro imaginario colectivo está lleno de comparaciones -algunas forjadas a golpe de calzador y otras más afortunadas. Y a esta tierra fronteriza, nexo histórico entre el interior y la costa del Mediterráneo, le tocó ser conocida como la Toscana española. A mí no me acaba de convencer este símil y me consta que a muchos de sus vecinos, tampoco.
La razón es simple: Matarraña es mucho más que sus paisajes de postal. Son sus tradiciones, el chapurriau que hablan sus gentes, su lucha por la despoblación, sus emprendedores, su aceite, su vino y su jamón. Y suma y sigue, porque si de algo va sobrada esta comarca turolense es de carácter y personalidad.
¿Visitar Matarraña en tres días?, ¿en cinco? Aunque no tengo la respuesta para la pregunta del millón, si te sirve de referencia, yo hice una ruta de cinco días y me dejé muchísimo por ver, sentir y disfrutar.
Ruta por los pueblos que tienes que ver en Matarraña
Dieciocho pueblos de trazado medieval unidos por carreteras que arañan el terruño en cada curva. Menos de 9.000 habitantes y un paisaje de verdes, marrones y ocres donde se dan la mano los vientos mediterráneos y el cierzo, se escucha el silencio y se respira la calma.
Esta bien podría ser la radiografía escénica del Matarraña/Matarranya, una comarca en la que todo está cerca y todo merece ser descubierto. Poblados ibéricos, viñedos y olivares, arte rupestre, fantásticos alojamientos que ofrecen refugio en medio de la naturaleza, la luz de sus días, la oscuridad que ilumina sus cielos… Y, cómo no, cada una de las poblaciones que conforman su geografía y que, sin pretenderlo, dan tregua al estrés y avivan los sentidos.
La ruta que te propongo para llegar al Matarraña es la misma que hice en su día partiendo de Teruel capital. Aunque la opción más rápida es tomar la N-420 hasta Alcañiz, si vas por Gúdar-Javalambre, podrás visitar algunas de las poblaciones más hermosas de esta comarca como Rubielos de Mora o Mosqueruela y, ya en tierras de Castellón, la preciosa Morella.
¿Listo para descubrir los pueblos que tienes que visitar en Matarraña? Comenzamos.
Beceite
La primera parada de esta ruta es Beceite cuya estampa, que se adapta al terreno como un guante, nos anuncia la serena belleza de los pueblos de la comarca. Solo hay que cruzar el viejo puente de piedra, el primero que salva el río Matarraña desde su nacimiento en los Puertos de Beceite, para comprobarlo. Callejeando sin prisa y disfrutando de cada uno de los rincones que conforman este encantador conjunto histórico artístico. Calles empedradas que concatenan muestras de arquitectura popular, portales de la muralla rematados con capillas, el barroco de la iglesia de San Bartolomé que preside la plaza de la Constitución, el legado de sus fábricas de donde salió el papel para los grabados de Goya o los naipes de Heraclio Fournier…
Pero si por algo destaca Beceite es por el paisaje montañoso que se extiende extramuros. De hecho, aquí comienza una de las sendas más bucólicas de la comarca que te mostraré más adelante: El Parrizal.
🏨 Alojamientos recomendados en Beceite:
Font del Pas: hotel situado junto al río Matarraña con jardín. Acogedoras habitaciones con vistas
Casa Ronda: encantador apartamento de dos dormitorios totalmente equipado
Valderrobres
Hablar de Valderrobres es hablar del pueblo más hermoso del Matarraña, de un stendhalazo con mayúsculas que más que una villa parece un lienzo pintado con mi mimo para deslumbrar. Esa es la imagen que me vino a la mente cuando lo vi desde el arrabal, justo antes de cruzar su famoso y robusto puente de piedra.
A partir de ahí, el centro histórico de la capital del Matarraña despliega sus alas desde lo alto de la colina tejiendo un laberinto de calles empinadas, escaleras flanqueadas por macetas y plazas donde los vecinos se reúnen al caer la tarde. Forja, madera, piedra, casonas nobiliarias y cuestas y más cuestas. Allá donde mires reconocerás su pasado medieval, más aún si lo haces desde su impresionante castillo-palacio del siglo XV. Una de las grandes joyas del gótico aragonés que nos regala una inolvidable panorámica que sobrevuela el casco antiguo y se pierde en los Puertos de Beceite.
¿Otros imprescindibles de Valderrobres? La plaza España, las calles San Antonio, San Roque y Santa Teresa, la iglesia de Santa María la Mayor y las terrazas de la plaza Autonomía de Aragón donde podrás tapear de lujo con Valderrobres de fondo.
🏨 Hoteles recomendados en Valderrobres:
Hotel El Castell: céntricas y cálidas habitaciones con preciosas vistas
La Casa de Sebastián: habitaciones amplias de estilo clásico situadas en el centro histórico
Fonda La Plaza: ubicado en un antiguo edificio de piedra del siglo XIV a 200 metros del castillo
Fuente del Miro: hotel con cafetería y restaurante de cocina tradicional
Cretas
Tras tantas subidas y bajadas, agradecerás darte un tranquilo paseo por las calles llanas de Cretas. Un pequeño pueblo, habitado por poco más de 500 vecinos, que también luce ese aire medieval y renacentista tan propio del Matarraña, pero esta vez rodeado de olivares y almendros que florecen en primavera. Recorre la calle Mayor. Detente frente a la iglesia de la Asunción, a los pies del portal capilla de San Antonio de Padua y prueba las casquetas. Contempla la señorial Casa Turull, haz un alto en el camino en su magnífica plaza Mayor, y deja que los cipreses te acompañen hasta alcanzar la ermita de la Misericordia. Pocos viajes al Medio resultan menos exigentes y más evocadores que el que nos propone Cretas.
Dos últimas recomendaciones: si te gusta bucear en la historia, acércate al yacimiento íbero de Els Castellans, y al barranco del Calapatá para ver las pinturas rupestres de Arte Levantino que alberga la Roca dels Moros.
Calaceite
Olivares y almendros marcan el camino a seguir hasta llegar a Calaceite, un must-see que no puede faltar en la respuesta a qué ver en Matarraña. Por muchas razones. La principal es porque su casco antiguo, escondido en la falda de un cerro, es uno de los más atractivos y mejor conservados de la comarca. De ahí su declaración como conjunto histórico-artístico, y su inclusión en la red de Pueblos Más Bonitos de España.
Pero hay más. En los años 70, Calaceite vivió una época de intensa actividad cultural con la llegada de un buen número de intelectuales que encontraron aquí la inspiración que buscaban. Como el escritor chileno José Donoso, que fue un vecino más durante 17 años, y que solía recibir a amigos como García Márquez, Buñuel o Vargas Llosa. En reconocimiento a todos ellos se erigió la encantadora plaza de Los Artistas.
Callejuelas que trepan sobre los adoquines, casas palaciegas, bosques de pórticos y arcos ojivales, la espectacular fachada barroca de la iglesia de la Asunción, la arquitectura señorial que engalana la calle Maella…. Es muy difícil escapar a los tópicos en Calaceite y muy fácil trasladarte a otra época. Experimenta esta sensación contemplado la puesta de sol desde el poblado ibérico de San Antonio.
🏨 Alojamientos recomendados en Calaceite:
Hotel del Sitjar: situado en la plaza principal de Calaceite. Biblioteca, salón con chimenea y billar
Hotel Cresol: encantador hotel rural con habitaciones con techos de madera y paredes de piedra
Casa l’Escorretger: apartamento de dos dormitorios totalmente equipado. Admiten mascotas
Valdeltormo
Nuestro viaje por el Matarraña continúa en dos poblaciones, Valdeltormo y Valjunquera, que compensan su menor monumentalidad con grandes dosis de autenticidad ya que no son muchos los que se aceran a conocerlas. Todo un error porque en esta comarca sería imperdonable pensar que, visto un pueblo, vistos todos.
Valdeltormo (La Vall del Tormo), situado a 438 metros de altitud y con casi 300 habitantes que se niegan a cambiar el campo por la ciudad y la agricultura por la industria, es un claro ejemplo de que toda esta zona merece ser descubierta en modo fuera de cobertura. Prueba de ello son las muestras de arquitectura popular del barrio del castillo, la preciosa estampa que conforma su iglesia barroca, y el antiguo ayuntamiento que alberga un museo dedicado a la cultura ibérica. Algo lógico teniendo en cuenta la cercanía de los yacimientos de Les Torrasses, el Cerrau y el Tossal de Santa Bárbara, a los que se suma la Torre Cremada con sus fantásticas vistas. Y si prefieres caminar, acércate a la vieja estación de tren y recorre algún tramo de la Vía Verde del Vall de Zafán. A pie o en bici, tú decides.
Valjunquera
Situado a menos de 10 kilómetros del anterior, Valjunquera es otro remanso de paz tallado en piedra que bien merece un hueco en tu agenda. Sobre todo, si te interesa profundizar en el pasado de esta singular comarca. Y es que aquí, excavado en la roca sobre la que se asienta la torre de la iglesia de San Miguel, se encuentra el Centro de Interpretación de la Memoria Histórica del Matarraña. Una fantástica oportunidad para conocer los usos y costumbres de la zona a través 3.000 fotografías fechadas entre finales del siglo XIX y la década de los sesenta del XX (Plaza Inauguraciones, s/n).
Tras este baño de historia, fíjate en los detalles de su magnífica portada-retablo de dos cuerpos, charla con los vecinos en la lonja del antiguo ayuntamiento -hoy Casa Cultural-, y sigue el camino del calvario hasta la ermita de la Mare de Déu.
La Fresneda
Abre bien los ojos porque llegamos a La Fresneda, otro de los platos fuertes del Matarraña. Una población que promete desde el primer minuto, cuando, por sorpresa, divisas su silueta desde la carretera. Pequeña, enclavada en la ladera de un cerro y con un casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, que resulta sencillamente arrebatador.
Casas señoriales, porches, abigarrados tejados, la iglesia de Santa María, su hermosa y curiosamente triangular plaza Mayor donde se alza el monumental ayuntamiento de estilo gótico-renacentista con sus cárceles medievales, su luz… Así es La Fresneda, un capricho para los sentidos que merece parada y fonda si lo que buscas es empaparte de paz.
Imprescindible: recorrer el sendero flanqueado por cipreses que conduce a la ermita de Santa Bárbara para contemplar una de esas panorámicas que no se olvidan: el pueblo, los restos de su antiguo castillo y el valle del Silencio, surcado por el río Matarraña y sembrado de olivos centenarios.
Ráfales
El punto final de este viaje, que es más bien un punto y seguido porque quiero volver para conocer todo lo que me dejé por ver en Matarraña, es Ráfales. Una joya medieval, regada por el río Tastavins, que se suma al resto de sorpresas que se dan cita en este rincón fronterizo de Aragón. Haciendo gala de una acertada combinación de naturaleza y patrimonio, su conjunto histórico-artístico resulta fascinante ya que la mayoría de las casas conservan su estructura original.
El precioso portal de La Moneja, el de San Roque, la coqueta plaza Mayor donde se alza la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora y la Casa Consistorial adosada a la antigua muralla, su mazmorra del XVI que forma parte de la Ruta de las Cárceles… Completa tu recorrido disfrutando de las vistas que nos brinda la ermita de San Rafael, practicando senderismo en Els Estrets, y no olvides dejarte caer por El Molí de l’Hereu. Una antigua almazara reconvertida en un hotel con spa que cuenta con un interesante Museo del Aceite.
🏨 Hotel recomendado en Ráfales: Hotel Molí de L’Hereu: encantador hotel con restaurante, spa y jardín.
Muchas de estas poblaciones ofrecen visitas guiadas. Si las contratas, además de obtener información de primera mano, contribuirás a apoyar la economía local. Igual que si pruebas su contundente gastronomía en sus excelentes restaurantes, y disfrutas de la impresionante red de alojamientos del Matarraña. Casas de turismo rural, hoteles con encanto, campings…
Espacios naturales imprescindibles del Matarraña
La naturaleza es parte indisoluble de la magia de esta comarca que limita con Tarragona y Castellón, y que demuestra que la belleza también está en el interior, aunque el mar quede muy cerca.
Inmensos pinares que esconden fincas de viñedos y olivos en los que se practica la agricultura ecológica, ríos como el propio Matarraña que le da nombre, el Algars, el Ulldemó y el Tastavins, rutas para todo tipo de senderistas y ciclistas, barrancos, un manto verde que varía en función de la altitud, los agrestes Puertos de Beceite… La diversidad de paisajes de este pequeño territorio es toda una invitación para practicar deporte y reconectar con el medio rural. Dos ejemplos:
Parrizal de Beceite
Una de las rutas más famosas de la comarca del Matarraña es el Parrizal de Beceite. De fácil acceso y apta para ir con niños, el camino remonta el río Matarraña mostrando un paraje de ensueño formado paredes de roca, cañones, pinturas rupestres y pozas de aguas cristalinas.
Aunque merece la pena hacer el recorrido completo desde Beceite, muchos optan por dejar el coche en el parking para centrarse en la ruta de las pasarelas de madera. Un sendero lineal que transcurre a lo largo de 6 kilómetros (ida y vuelta) y que finaliza en un portentoso cañón conocido como los Estrechos del Parrizal. ¿Un delirio visual? Exacto.
En pro de la conservación de este espacio natural, el aforo es limitado por lo que deberás comprar tu entrada con antelación en la web oficial del ayuntamiento de Beceite.
Pantano de Pena
Desde Beceite, una pista forestal asfaltada conduce a otro rincón imprescindible del Matarraña: el pantano de Pena. Este embalse, situado en el cauce del río del que toma su nombre, a los pies de Puertos de Beceite, resulta perfecto para una jornada de picnic, un baño en sus playas fluviales -si la temperatura lo permite-, o para dar un paseo en kayak viendo cómo cambia el color de sus aguas dependiendo del momento del día. Si quieres recorrerlo pedaleando, la ruta en bici parte de la presa y la dificultad es baja.
Otros espacios naturales que no debes perderte son La Pesquera, un conjunto de pozas formadas por la erosión el río Ulldemó en los alrededores de Beceite, El Salt de La Portellada, una preciosa cascada de 20 metros, y las piscinas naturales del río Algars, un paraje de gran valor paisajístico y biológico situado entre Lledó y Arens de Lledó.
Y hasta aquí mis recomendaciones de los lugares que tienes que ver en Matarraña. ¿A qué esperas para acercarte a este paraíso slow? Una comarca de Teruel donde las carreteras secundarias esconden tesoros esenciales, y que lucha por defender sus paisajes al grito de «no a las centrales eólicas».
Mapa de la comarca del Matarraña
Sigue viajando por Teruel
Si te has quedado con ganas de saber qué más tienes que ver en Teruel, aquí tienes un puñado de sugerencias para descubrir esta sorprendente provincia aragonesa.
Altas cumbres y valles, cielos impolutos, algunos de los pueblos más bonitos de España, gastronomía serrana, actividades en plena naturaleza… Si te preguntas qué ver en la comarca de Gúdar Javalambre, sigue leyendo porque voy a mostrarte mil y un motivos para viajar al sur de Teruel.
Qué ver en Gúdar Javalambre o cómo enamorarte del sur de Teruel
Gúdar Javalambre es un destino que reclama ser descubierto en clave slow, disfrutando de sus paisajes, de la tranquilidad, del aire puro, del patrimonio que lucen sus villas, de su gastronomía -con el jamón de Denominación de Origen y la trufa negra como protagonistas… Y, cómo no, del astroturismo ya que esta comarca está certificada como ‘Destino y Reserva Starlight‘, y luce un cielo estrellado y limpio de contaminación lumínica que refrenda su carta de presentación: «Aquí tocamos las estrellas».
Pueblos de la comarca de Gúdar Javalambre
Uno de los grandes atractivos de esta comarca son las pequeñas poblaciones que llenan de vida la sierra de Gúdar y la de Javalambre plantándole cara a la despoblación rural. Y es que, aunque a primera vista puedan parecer similares dada la orografía montañosa del terreno, cada una tiene su toque especial. Ese que te obliga a detener el paso y a adentrarte en sus callejuelas donde lo cotidiano se torna extraordinario a los ojos del viajero que procede de una gran ciudad. Porque aquí no hay semáforos, ni atascos, ni gente anónima. Aquí encontrarás niños jugando en la calle, vecinos que se saludan por su nombre y, pese a la escandalosa falta de comunicaciones, una calidad de vida envidiable.
A continuación te presento algunos de lo pueblos que tienes que ver en Gúdar Javalambre aunque hay muchos más que espero poder enseñarte muy pronto. ¿Me acompañas?
Mosqueruela
Empezamos este recorrido a 1.475 metros de altitud, en Mosqueruela, una villa medieval, situada a caballo entre la sierra de Gúdar y el Maestrazgo. Fundada en 1265 por orden del rey Jaime I y declarada Conjunto Histórico Artístico, este pueblo resume la esencia de esta comarca aragonesa: tranquilidad, aire puro, patrimonio, un cielo único y bellos entornos naturales, como comprobarás en cada curva de la carretera que conduce a este Pueblo Mágico de España.
Una vez allí podrás recorrer su longeva historia en cada uno de sus rincones. Su pasado musulmán en algunos torreones y puertas de la muralla, el poder que alcanzó gracias a la ganadería en los palacios de los siglos XVI y XVII que se alzan en las calles Ricos Hombres e Isabel Blesa, la iglesia de la Asunción con trazas góticas y barrocas, la calle y plaza Mayor con sus típicos soportales… Una interesante visita que, además, esconde una sorpresa gastronómica que te desvelaré más adelante.
Puertomingalvo
Hablar de Puertomingalvo es hablar de una de las joyas de esta comarca como demuestra su temprana inclusión en la asociación de Los Pueblos Más bonitos de España. Y es que su imagen es de las que se quedan en la retina: encaramado sobre un promontorio rocoso, coronado por un castillo y rodeado por la singular naturaleza del Geoparque del Maestrazgo.
La sensación de estar en un lugar tocado por las musas aumenta a medida que te adentras en su cuidado Conjunto-Histórico Artístico. Un viaje que te traslada 500 años atrás entre fachadas de piedra, aleros de madera, arquitectura popular, portales de la antigua muralla y muestras del gótico levantino como el ayuntamiento.
Precisamente la casa consistorial, además de la oficina de turismo, alberga el Centro de Interpretación de los Castillos del Maestrazgo y una colección de arte contemporáneo muy interesante que te recomiendo visitar antes de subir al castillo que custodia unas vistas de escándalo. ¿Un imprescindible que ver en Gúdar Javalambre? Sin duda.
Linares de Mora
Si quieres enamorarte de Gúdar Javalambre a primera vista, sube al mirador de la ermita de Santa Ana y deja que tu mirada sobrevuele la coqueta silueta de Linares de Mora.
Desde allí podrás apreciar su conjunto urbano, declarado Bien de Interés Cultural, que se alza en el valle del río Linares, en plena sierra de Gúdar, y detalles que lo caracterizan como el color blanco de sus casas que contrasta con los tejados de teja roja árabe.
Aunque solo por capturar esta imagen de postal vale la pena acercarse a Linares, no lo dudes y regálate la experiencia de pasear por sus estrechas calles que huelen a pan recién horneado. Así descubrirás muestras de su patrimonio como el puente medieval, la iglesia barroca de la Inmaculada Concepción, las ruinas del castillo, sus portales y, sobre todo, cómo viven sus escasos, pero afortunados habitantes.
Alcalá de la Selva
La carretera de acceso, enmarcada por una fértil vega, es solo la antesala. Su caserío, que se desparrama valle abajo a los pies del castillo, toda una sorpresa. Así es Alcalá de la Selva, verde, serrana y muy vinculada al turismo de nieve por la cercanía de las pistas de esquí de la vecina localidad de Valdelinares.
Que sea uno de las dos poblaciones de Gúdar Javalambre que pertenecen a la red de Pueblos Mágicos de España ya te da una idea de la singularidad de esta villa de pasado musulmán situada en el curso alto del río Alcalá. La iglesia de San Simón y San Judas, el Humilladero, ermitas como la de San Roque o Nuestra Señora de Loreto… De nuevo se impone pulsar el tranquilo ritmo alcalaíno, llenar tus pulmones de aire puro y dejarte llevar.
Antes o después de callejear por Alcalá, acércate al barrio de la Virgen de la Vega donde podrás aprender a esquiar durante todo el año en una pista artificial y tirarte por un tubby en las instalaciones del Albergue Más Blanco. Tras este rato de diversión y deporte, que puedes extender recorriendo alguno de sus senderos o jugando al golf, no olvides visitar el imponente santuario barroco que le da nombre.
Rubielos de Mora
Pórtico de Aragón, histórica, patrimonial, detenida en el tiempo… Rubielos de Mora es otra de las grandes citas que te esperan en Gúdar Javalambre. Una villa que demanda callejear sin prisa para comprobar por qué también está considerada uno de los pueblos más bonitos de España. Y es que Rubielos se ha esforzado como pocas para preservar su arquitectura con un brillante resultado: lucir uno de los conjuntos urbanos más atractivos de todo Aragón, refrendado por el premio Europa Nostra y por formar parte de la red de Cittaslow. Palacetes y casas solariegas que la convirtieron en la Corte de la Sierra, el monumental portal de San Antonio, la ex colegiata de Santa María la Mayor, el claustro del antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, las escuelas modernistas, la renacentista casa consistorial con su preciosa lonja… Rubielos de Mora es historia viva a cada paso.
Una historia que, además, cobra vida cada mes de agosto con la celebración de la Feria Medieval, un fin de semana en el que literalmente la villa regresa al medievo con un gran mercado de artesanía, representaciones teatrales y, cómo no, con todos los vecinos ataviados con trajes de la época.
Otros imprescindibles: visitar el Museo Salvador Victoria, que recorre el universo abstracto de este pintor rubielano, y subir al mirador de la Cruz para contemplar su fisonomía a vista de pájaro.
Olba
Otra de las sorpresas de Gúdar Javalambre es Olba, un edén que se esconde entre escarpadas montañas. Sus diferentes barrios, unidos por el curso del río Mijares, aparecen en las laderas del valle o en las ondas de los meandros creando un entorno ideal para disfrutar del ecoturismo.
Tras callejear en busca de la iglesia barroca de Santa Catalina, el ayuntamiento y sus ermitas, no olvides bajar hasta el río para disfrutar de un precioso paisaje de ribera salpicado de chopos, álamos, sauces y madreselvas. Olba es sinónimo de naturaleza y así merece ser descubierta.
Mora de Rubielos
Si hay una villa que siempre aparece en todas las listas de imprescindibles que visitar en la comarca de Gúdar Javalambre, esta es Mora de Rubielos, su capital y el pueblo donde nació mi padre.
Mi recomendación es que nada más llegar realices una visita guiada por su colosal castillo, erigido en el siglo XIV por los Fernández de Heredia. Defensivo, palaciego y testigo de una dilatada historia, la fortaleza más monumental del sur de Aragón también es una venta abierta a las artes escénicas. ¿Te imaginas a Ara Malikian tocando en su gran patio de armas? Yo lo he vivido en el marco del Festival de Puerta al Mediterráneo, que se celebra en este singular espacio y en Rubielos de Mora cada mes de agosto, y te aseguro que es una experiencia única.
Otro de los regalos que te brinda la visita al castillo es que desde aquí se divisa toda la población. Una reliquia viva de la Edad Media en la que destaca la ex colegiata de Santa María -Monumento Nacional y obra maestra del gótico levantino-, las casonas hidalgas de la calle de Las Parras, el ayuntamiento, y los diferentes portales que antaño la delimitaban. Una última pista: sube al Calvario hasta alcanzar las torres del segundo recinto amurallado para disfrutar de otra bonita panorámica de este pueblo mágico de España.
Manzanera
En el corazón de Sierra de Javalambre, a 996 metros de altitud, Manzanera hace gala de una seductora combinación de historia y naturaleza. Y es que, además de importantes vestigios de su pasado medieval, entre los que destaca el Portal de Abajo con sus torreones almenados, cuenta con un término municipal cuajado de hermosos rincones. Bosques de alta montaña, enclaves esteparios, más de 20 especies de orquídeas silvestres, árboles monumentales, fuentes…
Todo ello enmarcando una población cuyo origen se remonta a la Edad de Bronce a tenor de los diferentes yacimientos encontrados, que ostenta el título de villa gracias a Jaime I y que fue duramente castigada durante la Guerra Civil.
La Puebla De Valverde
¡Qué suerte tienes de tener pueblo! Con el paso de los años, soy cada vez más consciente de qué significa ese comentario que me lanzan de forma recurrente cuando hablo de La Puebla de Valverde. De las nubes de Los Simpsons, del pregón que anuncia la llegada de algún vendedor al son de una jota, de los atardeceres y, sobre todo, de mi gente, de esos amigos con mayúsculas que crecimos juntos verano a verano.
He cambiado el tono para hablar de esta pequeña población de la sierra de Javalambre porque, al fin y al cabo, estoy hablando de mí. De un rincón de Aragón perfecto para cambiar el asfalto por naturaleza, el despertador por las campanas de la iglesia de Santa Emerenciana, y la contaminación por un cielo que cada noche cubre de estrellas los portales de Teruel y de Valencia, los restos de la antigua calzada romana y un término municipal salpicado de masías y campos de carrascas. Así es mi preciado refugio turolense, el pueblo de mi madre. El punto final de este recorrido por las villas de Gúdar Javalambre -de momento-, y el punto y seguido de mi vida.
Naturaleza en estado puro: rutas, deporte y experiencias únicas
Vegas, cascadas, las cotas más altas de la provincia de Teruel, árboles que retan al paso del tiempo, casi 1.000 km de rutas señalizadas… Este territorio montañoso que se distingue por la belleza de sus paisajes es el escenario perfecto para practicar deportes como escalada, descenso de barrancos, senderismo o rutas en BTT. Sin olvidar el esquí, el rey de los deportes de invierno que cuenta con dos estaciones: Valdelinares y Javalambre.
¿Algunas ideas para disfrutar de la naturaleza en Gúdar Javalambre?
Árboles monumentales: la comarca cuenta con 17 árboles singulares -una distinción que se concede a aquellos ejemplares que destacan por su porte, dimensiones, simbolismo o rareza. Uno de ellos es el Pino del Escobón, un majestuoso pino laricio situado a 3 km de Linares de Mora. Su altura es de 28 metros, tiene más de 400 años y se necesitan cuatro adultos para abrazar su tronco. ¿Otro ejemplo? La Sabina del Desmayo de Manzanera.
Vía Verde de Ojos Negros: esta ruta que conecta Teruel con Valencia siguiendo las vías del antiguo ferrocarril minero discurre por La Puebla de Valverde, Sarrión y Albentosa donde se encuentra el mayor viaducto de toda la línea férrea. Una maravilla de la ingeniería que se eleva a más de 50 metros sobre el río.
Ruta Fuente del Gavilán-Balneario el Paraíso (Manzanera): menos de 9 km (ida y vuelta) salpicados de fuentes como el Gavilán, el Cañuelo y las Especias, árboles monumentales, como la ya mencionada Sabina del Desmayo, y merenderos, muy recomendable en cualquier época del año.
Shinrin-yoku: un baño de bosque es una experiencia contemplativa que despierta los sentidos, reduce el estrés y nos conecta con la naturaleza que puedes realizar de la mano de Teresa Laguna de la Casa de los Moyas. ¿Dónde? En un paraje espectacular de Olba a la vera del río Mijares.
Qué ver en Gúdar Javalambre: las estrellas, por supuesto
Tendrás que levantar la mirada para descubrir una de las grandes señas de identidad de Gúdar Javalambre: su cielo. De día, el más azul que puedas imaginar, y tras el adiós del sol, una ventana oscura abierta al firmamento. Y es que este territorio Starlight es una de las mejores zonas de Europa para ver las estrellas. De hecho, en Arcos de las Salinas, a 2.000 metros de altitud, se encuentra el Observatorio Astrofísico de Javalambre, y Galáctica, un centro de interpretación que divulga el conocimiento del cosmos.
Conscientes de este regalo de la naturaleza, los pueblos de Gúdar Javalambre han apostado por la defensa de la calidad del cielo nocturno reduciendo al máximo la contaminación lumínica y creando una red de miradores astronómicos. ¿El resultado? Un destino estelar de referencia que resulta perfecto para el astroturismo. Una modalidad de turismo sostenible y responsable que nos permite navegar por el universo entre ciencia y mitología.
Dónde comer y dónde dormir en Gúdar Javalambre: alojamientos y restaurantes recomendados
Mas de Cebrián (Puertomingalvo)
Un entorno envidiable en medio de la naturaleza, habitaciones de ensueño, dormir envuelto en un mar de estrellas y despertar con el canto de los pájaros, relajarte en un spa con vistas al infinito y una oferta gastronómica que ensalza las delicias del terreno. Así es el Mas de Cebrián, una antigua masía rehabilitada situada en el término de Puertomingalvo donde la paz lo es todo. Bikefriendly, accesible y con sello Starlight. Lo llaman hotel, sí, pero para mí es un paraíso.
Restaurante Existe (Mosqueruela)
Cuando visites Mosqueruela, incluye en tu agenda la cocina de autor con productos ecológicos de proximidad y de temporada del restaurante Existe. A frente de este referente culinario están Alberto y María, dos emprendedores que en plena pandemia decidieron levantar la persiana y luchar contra la despoblación de la zona con sus deliciosas elaboraciones.
Su carta es una explosión de sabores que desfilan en forma de arroces, croquetas de jamón de Teruel, albóndigas de jabalí con salvia o alcachofas a la brasa. Imprescindible: su tarta de queso vasca.
Masía La Torre (Mora de Rubielos)
Lo que antaño fue una antigua masía dedicada a la ganadería y la agricultura es hoy Masía La Torre, un alojamiento rural con mucho encanto ubicado en un paraje natural de Mora de Rubielos. La piedra y la madera aportan calidez, el diseño de las habitaciones invitan al descanso y las posibilidades de turismo activo van desde rutas en bici a relajados paseos por su entorno.
¿Un plus? La gastronomía de su restaurante de km0, que reinterpreta los platos tradicionales, está recomendada por el Consejo Regulador de la D.O.P. Jamón de Teruel.
La Trufa Negra**** (Mora de Rubielos)
Esta comarca turolense es la principal productora mundial de trufa negra, un manjar, conocido como el oro negro, que en La Trufa Negra de Mora de Rubielos cuidan y preparan con mimo. Y es que, en este hotel no solo es la estrella del restaurante Melanosporum, también de sus experiencias de trufiturismo.
¿Te imaginas saborear unas patatas rotas con jamón D.O. Teruel y huevos trufados, y luego relajarte en su coqueto spa? Un lujo a tu alcance en el centro de una de las poblaciones que sí o sí tienes que ver en Gúdar Javalambre.
La Fonda de la Estación *** (La Puebla de Valverde)
Si quieres descubrir a qué sabe Gúdar Javalambre, tienes una cita en el restaurante La Fondica de La Fonda de la Estación. En los fogones, el chef Edu Marco. Sobre el mantel, una cocina de mercado elaborada con productos de proximidad y un toque de vanguardia que complace por su calidad.
¿Y el hotel? Un edificio recuperado de finales del siglo XIX que alojaba a los viajeros que llegaban en tren, y que hoy sigue conquistando a los huéspedes con sus acogedoras habitaciones, el gusto por los detalles y su esmerado servicio. Su ubicación: en los alrededores de La Puebla de Valverde, junto a la Vía Verde de Ojos Negros y a un paso de la estación de esquí de Javalambre.
Y hasta aquí este recorrido turolense. Ahora que ya sabes qué ver en lacomarca de Gúdar Javalambre, solo resta una pregunta: ¿cuándo nos vemos por aquí?
Sigue viajando por Teruel
Si quieres conocer más rincones imprescindibles de la provincia de Teruel, no te pierdas los siguientes artículos:
Carácter, historia, arte, naturaleza, sabores tradicionales y un rico legado inmaterial. Estas son las principales señas de identidad de las localidades que forman parte de la red de Villas Históricas del Reino de León, un conjunto de pueblos y ciudades que, como si de museos vivos se tratase, conservan las huellas del pasado y lo mejor de su presente. ¿Me acompañas a descubrirlas?
La ruta que te propongo cruza de oeste a este la provincia de León, pero puedes modificar el recorrido según tus preferencias.
Villas históricas de León
La red de Villas Históricas del Reino de León es una marca turística creada con el objetivo de promocionar y poner en valor las localidades de la provincia que cuentan con una dilatada historia y un destacado patrimonio etnográfico, que se suma al resto de atractivos que consolidan esta provincia como un gran destino turístico: las Reservas de la Biosfera, su gastronomía, las propuestas de enoturismo amparadas por las D.O León y Bierzo…
Villafranca del Bierzo, tras los pasos del peregrino
Empezamos esta ruta por las villas históricas de León en Villafranca del Bierzo, que nos da la bienvenida entre montañas, viñedos y bosques de ribera que dan paso a esbeltas torres que anuncian su gran peso en el Camino de Santiago. Como la de la Colegiata de Santa María, que se alza muy cerca de su precioso castillo-palacio o la iglesia románica de Santiago.
Tras conocer la riqueza monumental de esta pequeña Compostela, se impone callejear por el barrio de Los Tejedores en un viaje al medievo donde resuena el eco de los gremios que antaño lo habitaron. Y, cómo no, recorrer la empedrada calle del Agua por donde discurre el Camino a la sombra de un conjunto monumental cuajado de casonas blasonadas y balconadas de madera, y hacer un alto en el camino para comprobar la calidad de los vinos de la D.O. Bierzo.
Otras citas imprescindibles en Villafranca del Bierzo son la iglesia de San Juan o iglesia de San Fiz de Visonia, la de San Francisco de Asís y La Anunciada, el convento de la Concepción, y el romántico jardín de La Alameda que acoge cada primavera la Fiesta de la Poesía en homenaje al escritor villafranquino Enrique Gil y Carrasco.
Ponferrada, el feudo de los templarios
A tan solo 25 km y sin dejar el Camino de Santiago llegamos a Ponferrada. El principal atractivo de la capital de la comarca del Bierzo es, sin duda, su casco antiguo que atesora siglos y siglos de historia. Un buen ejemplo es el Castillo de los Templarios que se alza en la confluencia de los ríos Sil y Boeza. No dudes en visitar este Monumento Nacional para sumergirte en los días en los que estos caballeros velaban el puente de hierro (Pons Ferrata) que facilitaba el paso de los peregrinos, y que dio nombre a la ciudad.
Alrededor del castillo se concentran los principales monumentos de la villa como la iglesia de San Andrés, que custodia algunos de los más famosos pasos de la Semana Santa ponferradina, o la Basílica de la Virgen de la Encina, dedicada a la patrona del Bierzo. Precisamente, la calle que une este templo con la plaza del Ayuntamiento es una de las más emblemáticas de Ponferrada. Se trata de la calle del Reloj, llamada así porque en ella se encuentra la Torre del Reloj -la única puerta que se conserva de la muralla medieval-, y en la que destacan también el Convento de la Purísima Concepción y la Real Cárcel, que actualmente alberga el Museo del Bierzo.
Una última recomendación. Si tu visita coincide con la primera luna llena del mes de julio, podrás asistir a la Noche Templaria. Una fiesta en la que los ponferradinos se visten con atuendos medievales para recrear el ambiente templario que vivió en otra época esta ciudad leonesa.
Molinaseca, pura calma en el Bierzo
La primera imagen que nos ofrece Molinaseca no puede ser más bucólica. En primer plano y sobre el río Meruelo, el puente de sillería de los Peregrinos que marca el rumbo para llegar a Santiago; dominando la villa, la majestuosa iglesia de San Nicolás de Bari, y abrazándola, las verdes colinas del Bierzo.
A partir de aquí, la calle Real nos conduce al corazón de esta villa medieval con diez siglos de tradición jacobea. A un casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, salpicado de estrechos callejones y casonas nobiliarias en que el que conviene caminar a paso lento y, por qué no, tomar un tentempié en la plaza García Rey a los pies del crucero del Santo Cristo que anuncia que el camino prosigue.
Dos sugerencias más: visitar el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias -patrona del pueblo-, y recorrer la senda turística que conduce a las Puentes de Malpaso para disfrutar de la naturaleza que envuelve a Molinaseca.
Astorga, una preciosa villa histórica del reino de León
Hablar de Astorga es hablar de la gloriosa Asturica Augusta -punto de encuentro de las calzadas que comunicaban el noroeste de la península con el resto de Hispania- cuyo legado se puede descubrir siguiendo la Ruta Romana. También es hablar de la capital de la comarca de la Maragatería, y de una ciudad bimilenaria con un patrimonio monumental que embellece su fisonomía.
Prueba de ello es la magnífica Catedral de Santa María, con su espectacular cabecera -obra maestra del barroco leonés- y su soberbio interior; y el imprescindible Palacio Episcopal de Gaudí, un edificio neogótico construido con granito del Bierzo, en el que se encuentra ubicado el Museo de los Caminos.
Tratándose de Astorga, sería imperdonable no mencionar el tradicional cocido maragato, un contundente plato que nunca falta en los mesones, y que te recuerdo se toma al revés: primero la carne, a continuación los garbanzos, y por último la sopa. Pruébalo antes de seguir descubriendo otros atractivos rincones como las murallas, la plaza Mayor, el convento del Sancti Spiritus y el Museo del Chocolate.
León, donde la historia se escribe con mayúsculas
Pocas ciudades pueden presumir de una historia tan longeva e intensa como León. Más de 2.000 años de arte y cultura que se traducen en un vasto legado forjado por romanos, cristianos, musulmanes y judíos. Una herencia de valor incalculable que toma forma en cada rincón de esta monumental capital de provincia.
La majestuosa catedral de Santa María, las murallas romanas, el Palacio de los Condes de Luna, la plaza Mayor, la Real Colegiata de San Isidoro con sus extraordinarias pinturas románicas, la plaza del Grano, la Casa Botines, el Palacio de los Guzmanes, sus casonas renacentistas y los edificios modernistas de la calle Ancha son solo algunos ejemplos del patrimonio monumental que engalana su centro histórico, allí donde se dan cita el barrio Húmedo y el barrio Romántico.
Tras dejar atrás la capital, la siguiente parada de esta ruta por las villas históricas de León nos conduce a Mansilla de las Mulas. Amurallada desde el siglo XII, jacobea y flanqueada por el río Esla. Famosa en el pasado por sus ferias de ganado y en el presente por la calidad de sus tomates, los reyes de la huerta mansillesa. Así es esta coqueta villa que conviene visitar sin mirar el reloj para disfrutar del patrimonio que atesora intramuros.
Y es que en Mansilla se dan cita iglesias como la de Santa María o el monasterio de San Agustín -que hoy en día alberga el Museo Etnográfico Provincial-, antiguos palomares, molinos y plazas engalanadas con soportales, como la del Grano, del Pozo y de la Leña, perfectas para tomar un bacalao al ajoarriero acompañado de unos chatos de vino. Todo esto, a solo 17 km de León.
Sahagún, monumental e imprescindible
Otro de los grandes hitos de la red Villas Históricas del Reino de León es Sahagún, una urbe medieval que destaca por su vasto legado monumental. Y es que esta localidad, que atraviesa el Camino de Santiago, nos sorprende con cinco Bienes de Interés Cultural: el Monasterio Real de San Benito, la iglesia de San Tirso, San Lorenzo, el Monasterio de San Pedro de Las Dueñas y la iglesia de La Peregrina, que este Año Santo Jacobeo será una de las sedes de la 25 edición de Las Edades del Hombre.
La larga tradición de Sahagún también cobra vida en celebraciones como la Semana Santa, el Encuentro de Juglares, que nos recuerda que la primera escuela de juglares se fundó en esta villa en 1116, o en las Jornadas Gastronómicas de Cocina Tradicional, el momento perfecto para probar, entre otros, sus famosos pucheros.
Grajal de Campos, arte y cultura
Tras visitar Sahagún, el siguiente destino de esta ruta es Grajal de Campos, un singular pueblecito, rodeado de llanuras de cultivos y vinos, que despunta en una pequeña colina junto al río Valderaduey.
De nuevo es su imponente castillo -el primero artillero de España-, el que nos da la bienvenida con su aire renacentista. El mismo estilo que podemos apreciar en el Palacio de los Condes de Grajal, construido por los señores de la villa a comienzos del siglo XVI en plena plaza Mayor. En la actualidad, el antiguo establo y las mazmorras es un albergue que vela el descanso de los peregrinos.
El esplendor que antaño vivió la villa también se refleja en la iglesia de San Miguel, un gran templo con planta de cruz latina y tres naves, que luce una curiosa torre de cinco esquinas. O, como dicen los lugareños, una iglesia que «tiene cinco esquinas porque no pudo tener cuatro«.
Además de realizar una más que recomendable visita guiada a estos tres monumentos, tómate tu tiempo para identificar sus nobiliarias casonas y otros rincones de interés como el Hospital de Nuestra Señora de la Antigua, la caverna mozárabe o la ermita de la Virgen de las Puertas, patrona de Grajal.
Valderas, medieval y encantadora
Sin abandonar la comarca de Tierra de Campos, nos dirigimos ahora al extremo sureste de la provincia de León para conocer Valderas. Una estratégica villa medieval que conserva en piedra su aguerrido pasado. Y es que tras las murallas de la antigua Val de Heras se decidió el destino de nobles y reyes, fue Capital de las Siete Villas de Campos, Napoleón encontró refugio entre sus muros, y fue el hogar de mercaderes franceses y flamencos.
Todo este legado toma forma en los restos del castillo de Altafría, en el arco de las Arrejas -una de las pocas puertas de España que aún conserva el rastrillo- y en Ia iglesia de San Juan del Mercado. Y, cómo no, en la plaza Mayor, centro neurálgico de la villa, donde se alza la iglesia de Santa María del Azogue y el antiguo consistorio, un precioso edificio de sillería de estilo herreriano.
Mención especial merece el Palacio de los Osorio, una casona reconocible por su singular balcón esquinero, y en el terreno gastronómico, el exquisito bacalao que preparan en los fogones de Valderas.
Alija del Infantado, a orillas del Órbigo
El puente de la Vizana, que salva el curso del río Órbigo, nos conduce al último destino de esta ruta por las villas históricas de León: Alija del Infantado. Este municipio, que se asienta en plena Ruta de la Plata, fue en su día una próspera ciudad señorial como atestigua el Castillo de los Pimentel -un robusto bastión que se construyó sobre el primitivo Palacio de los Ponces-, la iglesia de San Verísimo y la de San Esteban, cuyo artesonado está considerado una joya mudéjar.
Pero los atractivos de Alija no terminan aquí ya que cuenta con interesantes ejemplos de arquitectura popular y con un rosario de fuentes famosas por sus propiedades mineromedicinales.
Como curiosidad, dentro de su patrimonio inmaterial destaca el antiquísimo Ritual del Jurru que tiene lugar en Carnaval. En esta fiesta de Interés Turístico Provincial se libra una batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma y los diabólicos jurrus persiguen a todo aquel que no vaya disfrazado.
Y hasta aquí este viaje por las villas históricas de León, un conjunto de localidades rodeadas de bellos parajes naturales en las que reina la calma, se come como en pocas, y la historia sigue viva a cada paso. ¿Acaso se puede pedir más para una escapada slow?
Utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. Lo hacemos para mejorar la experiencia de navegación y para mostrar anuncios (no) personalizados. El consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o los ID's únicos en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional
Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos.El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu Proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.