Durante los días que pasé descubriendo todo lo que Gran Canaria tiene que ofrecer al viajero, me alojé en el Seaside Palm Beach. Este hotel de 5 estrellas es el primer Design-Hotel™ de las Islas Canarias, una prestigiosa asociación que cuenta con tan solo 200 hoteles en todo el mundo.
Su ubicación, en el sur de la isla, es absolutamente privilegiada ya que se traduce en un espléndido clima con temperaturas cálidas y cielos despejados la mayor parte del año. Súmale que la playa y la Reserva Natural de Maspalomas están a pocos pasos y empezarás a comprender los motivos que hacen de este hotel una apuesta segura si lo que se busca es un servicio de alto nivel en un entorno excepcional.
Desmontando el Seaside Palm Beach
Uno de los lemas de la cadena Seaside es que hay que darle al huésped lo que uno mismo espera de un hotel. Tras haberme hospedado en él y a tenor del exquisito trato recibido, puedo afirmar que el Palm Beach cumple esta máxima con creces. Empezando por su compromiso para desarrollar un turismo sostenible que minimice el impacto medioambiental gracias a un gestión hotelera ecológica y responsable. Lujo, sí. Pero no a cualquier precio.
Lo primero que me llamó la atención es su original decoración. El arquitecto y diseñador Alberto Pinto ha creado un espacio que navega con acierto entre las últimas tendencias y el refinado estilo retro de los años 70. El resultado: un juego de colores y formas geométricas que conforman un ecléctico y agradable conjunto en el que cualquier detalle cobra importancia.
Esta idea de que el diseño es fundamental para crear una sensación global de bienestar se traslada a todas sus instalaciones y, en especial, a las habitaciones. La mía en concreto era una estancia doble, amplia y luminosa, cuyo interiorismo estaba concebido para destacar la belleza y los colores de Gran Canaria.
La paleta de tonos beige, marrones y ocres me acercaba al paisaje que podía contemplar desde mi terraza cada mañana: las espectaculares dunas de Maspalomas a los pies del océano. Despertarme frente a tal escenario era una delicia, tanto como dormirme arrullada por el murmullo de las olas.
Diseño, confort, magníficas vistas y un equipamiento a la altura de su categoría, una combinación que nunca falla. Eso sí, en ningún momento utilicé la báscula del baño y menos tras sucumbir cada mañana a su soberbio buffet de desayuno.
Gastronomía cinco estrellas
La oferta culinaria de este hotel engloba propuestas para todos los gustos en sus tres restaurantes y en el coqueto bar Africano que se alza junto a la piscina. El restaurante principal, con platos a la carta y barbacoas temáticas, el restaurante Esencia con especialidades mediterráneas, y La Bodega, un encantador rincón dedicado al mundo de las tapas en el que no falta una buena selección de vinos canarios y españoles.
Aunque no tuve ocasión de comer o cenar en ninguno de ellos por motivos de agenda, tomando como referencia la calidad y variedad del desayuno es evidente que la gastronomía es otra de las claves del éxito del Palm Beach. Imagina conmigo: una terraza rodeada de palmeras, unos camareros tan correctos como cercanos, cocina en directo, zumos naturales, frutas, quesos, embutidos, mermeladas, deliciosos panes, tartas y postres que elaboran ellos mismos… La mejor forma de reponer fuerzas antes de empezar a recorrer la isla.
Salud, belleza y deporte entre palmeras
Pensando en la salud y el bienestar de sus huéspedes, el hotel dispone de una amplia zona de SPA, decorada con mucho encanto, que ofrece una completa selección de tratamientos y masajes como envolturas, aromaterapia o baños Rasul. Este armónico espacio donde todo invita a la relajación cuenta además con tres saunas (finlandesa, biosauna y baño de piedra), dos piscinas talaso de agua salada y áreas de descanso con tumbonas y arena natural.
Aquellos que deseen combinar wellness y deporte tienen a su disposición una zona de fitness equipada con aparatos cardiovasculares y de musculación. ¿Más opciones para mantenerse en forma? Gimnasia acuática, cursos de buceo, taichí, yoga, tenis o golf en cualquiera de los tres campos que se encuentran en las inmediaciones del hotel.
Las familias con niños también tienen su propia zona de ocio. Además de la piscina principal de agua dulce, climatizada a una temperatura constante de 25 C°, el hotel cuenta con una piscina infantil y otra para bebés, parque de recreo y un Miniclub donde se realizan todo tipo de actividades de animación para niños de entre 4 y 12 años.
Contemplar la puesta de sol desde las dunas, un agradable paseo hasta el Faro de Maspalonas, ir de tiendas por la Avenida de Meloneras, un baño en la playa, recorrer la zona ajardinada del hotel, un momento de relax en las tumbonas bajo la sombra de las palmeras, acabar la noche tomando una copa en el Bar Salón acompañado de actuaciones en directo… Este es el atractivo cóctel de experiencias que nos brinda el Seaside Palm Beach. Un hotel cuyo verdadero lujo reside, más allá de las estrellas, en su staff, un equipo profesional y atento siempre dispuesto a hacer de tu estancia una escapada inolvidable.
Ficha del Hotel Seaside Palm Beach*****
Dirección: Avenida de Oasis s./n. Maspalomas, Gran Canaria
Nº de habitaciones: 328 habitaciones, divididas en dobles Estándar, dobles Superior, dobles Lujo, Lujo Esquina, Junior Suites, Suites y Master Suites. Todas las habitaciones están equipadas con balcón amueblado, aire acondicionado, calefacción, WiFi gratuito, televisor vía satélite, minibar, caja fuerte, teléfono, escritorio, armario, baño con ducha o bañera, albornoz, espejo de aumento, secador de pelo, zapatillas y báscula.
Servicios: Accesos y habitaciones habilitadas para discapacitados. Spa & Wellness. Salón de belleza. Gimnasio. Boutiques. Lavandería. Sala de televisión y vídeo. DVD Videoteca. Servicio médico 24 horas. Servicio de habitaciones. 3 salas de conferencias. Pista de Tenis. Descuentos de Green Fee. Alquiler y limpieza de equipamiento de golf. Alquiler de coches y bicicletas eléctricas. Aparcamiento privado.
El zumbido del despertador, las prisas, el tráfico, el móvil acumulando llamadas perdidas, días y días que el calendario devora sin piedad… ¿Cuántas veces has pensado que te mereces un respiro? Yo te aseguro que es una idea que me asalta muy a menudo y por eso te invito a conocer un lugar en el que olvidarte de la rutina, desconectar entre viñedos y dejarte mimar en cuerpo y alma: el Complejo Enoturístico Finca La Estacada.
Y es que en este oasis de buena vida, situado en Tarancón, apenas a una hora de Madrid, todo está pensado para disfrutar del enoturismo con los cinco sentidos. El oído solo escucha el silencio, la vista se pierde entre el mar de vides que lo abraza, el olfato trata de distinguir la complejidad aromática que reina en la bodega, el gusto se complace con la cocina creativa pero con fundamento que sale de los fogones de su restaurante, y el tacto que sientes en tu piel hace que toques el cielo con los tratamientos de vinoterapia que realizan en su coqueto spa.
Desmontando el Complejo Enoturístico Finca La Estacada
Relax, buena gastronomía, ocio y un conocimiento mucho más amplio de la cultura vitivinícola. Este es el equipaje de vuelta que llenó mi maleta tras conocer este rincón conquense cuyas instalaciones son una oda a los vinos que elabora la familia Cantarero Rodríguez desde 2001.
Empezando por las 278 hectáreas de viñedo situadas en los alrededores de la bodega, una tierra pobre pero perfecta para la vid en las que cultivan principalmente variedades como la tempranillo, cabernet, syrah y merlot, que dan como resultado una amplia gama de vinos fiel a la filosofía de sus productores: vinos de calidad a precios muy competitivos.
Visitar la bodega es una de las experiencias estrella que nos propone La Estacada. La descarga, el despalillado, la fermentación, la maceración, el remontado… Todos los procesos que van desde la vendimia hasta el embotellado están presentes en un atractivo y didáctico recorrido guiado que, tras alcanzar la inmensa nave subterránea donde reposan las barricas, culmina en la sala de «Los placeres del vino». Como no quiero desvelarte la magia de esta estancia, solo te diré que tuve que agudizar mi olfato para aprender a reconocer los diferentes aromas del vino.
Por supuesto, la visita a la bodega incluye una cata de vinos y ahora, en época de vendimia, un interesante taller de cata de uvas, el método que los enólogos utilizan para decidir el mejor periodo para vendimiar analizando la pulpa, la pepita y el hollejo de la uva.
Con la bodega a pleno rendimiento y con sus vinos cada vez mejor posicionados en el mercado, llegó el momento de dar un paso más y abrir su propio restaurante. Un espacio presidido por el paisaje de viñedos que se cuela a través de sus ventanales, que nos invita a disfrutar de una cuidada selección de cocina castellano-manchega y de mercado que fusiona tradición y creatividad.
Lo pude comprobar degustando algunas de sus especialidades locales. Un festival de sabores compuesto por ensalada de perdiz escabechada, croquetas de ajoarriero, morteruelo y chuletillas de lechal con pisto manchego. ¿Y los postres? Un delicioso cremoso de chocolate y un no menos apetitoso coulant relleno de frutos rojos. Por algo ostentan con orgullo la Q de Calidad Turística. Nota para futuros comensales: si quieres apreciar todo el potencial de los caldos de esta bodega, opta por el menú La Estacada con maridaje de vinos (3 entrantes, pescado, carnes, quesos y postre).
Para completar su oferta de enoturismo, en 2009 abrió sus puertas el hotel en el que, cómo no, el mundo del vino sigue estando muy presente. Prueba de ello es que cada una de sus habitaciones lleva el nombre de una variedad de uva y están decoradas siguiendo esa pauta. La calidez de la Malbec, la amabilidad de la Tempranillo, la armonía de la Chardonnay… Así hasta completar un total de 25 habitaciones (22 dobles, 2 junior suite y 1 suite) dotadas con todos los servicios que se esperan en un hotel de 4 estrellas. ¿Su denominador común? Todas tienen unas preciosas vistas a los viñedos. Ni te imaginas la sensación de paz que te invade cuando te levantas de la cama y corres las cortinas. Eso sí es un respiro.
Como también lo es disfrutar del acogedor spa que pone el broche de oro a cualquier estancia en familia o una escapada entre semana. 160 m² de instalaciones diseñadas para que te relajes y te dejes mimar. Piscina dinámica, baño turco, sauna, fuente de hielo, pediluvio, sala de cromoterapia, solarium, gimnasio… La oferta del spa incluye también diferentes tratamientos de vinoterapia como pueden ser los baños de burbujas, las mascarillas faciales o los masajes. Hablando de masajes, yo tuve la suerte de disfrutar del tratamiento Sueños del Mundo, un exótico masaje balinés a base de uva tinta que me dejó como nueva.
Además de las actividades que puedes realizar dentro del complejo, te aconsejo que aproveches tu estancia en La Estacada para visitar algunos de los enclaves culturales de la zona como la ciudad de Cuenca, el Parque Arqueológico de Segóbriga y el monasterio de Uclés.
Ya lo sabes. No dejes que tus días sean siempre iguales y busca un hueco para darte un respiro en este complejo enoturístico. Seguro que encuentras una opción a tu medida entre los diferentes paquetes que nos proponen: escapada romántica Brut Nature, experiencia gastronómica, escapada Desconecta-T… O ahora, durante la vendimia, con un paquete especial que incluye una noche de estancia con desayuno, visita guiada a los viñedos y bodega, curso de iniciación a la cata de vinos y a la cata de uvas, y una comida masiega. Tú solo tienes que poner la fecha, ellos se encargan del resto.
Ficha del Complejo Enoturístico Finca La Estacada
Dirección: Ctra. N-400, km 103. 16400 Tarancón (Cuenca)
Nº de habitaciones: 25 habitaciones (22 dobles, 2 junior suite y 1 suite). Todas las habitaciones están equipadas con conexión gratuita a Internet, climatización individual, baño completo, amenities de vinoterapia, TV, teléfono y minibar.
Servicios: Visita a la bodega y a los viñedos. Gestión de paseos a caballo y visitas a queserías y almazaras. Club enológico. Tienda de vinos y productos típicos de la gastronomía de la zona. Salas de catas. Terrazas. Piscina exterior. Pistas de pádel, Gimnasio. Zona de juegos infantiles. Aparcamiento. Instalaciones adaptadas para minusválidos. Zona WiFi en todo el recinto.
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Nota: Aunque esta reseña ha sido posible gracias a mi participación en el Blog Trip Finca La Estacada, todas las opiniones aquí vertidas son, como siempre, fruto de mi experiencia personal.
Al contrario que en otras ocasiones, cuando planifiqué mi primera escapada a Donostia no me entretuve demasiado buscando alojamiento. ¿La razón? Me quedé prendada del Hotel Astoria7. Fue un amor a primera vista que se confirmó cuando llegué a este moderno y cálido hotel que rinde homenaje al séptimo arte, un escenario de película donde todo está pensado para que acabes sintiéndote como una estrella más.
El Astoria7, construido por el arquitecto Joaquín Zubiria, está situado en el tranquilo barrio de Amara, a 20 minutos a pie de la Parte Vieja donde se concentran los principales atractivos de la ciudad.
Desmontando el Hotel Astoria7
Nada más pisar la alfombra roja de este hotel, construido sobre los cimientos del mítico Cine Astoria, te das cuenta de que hasta el más mínimo detalle encierra una referencia cinematográfica. Empezando por su logo, inspirado en el encuadre que realizan con las manos los directores de cine para estudiar un plano antes de rodarlo, o por la pregunta que nos lanzan desde la recepción: ¿Qué estrella te acompañará esta noche?
Inevitablemente, la mirada se detiene frente a la figura del gran Alfred Hitchcock que ojea un libro sentado en una de las butacas originales del antiguo teatro Bellas Artes de San Sebastián. Pero no solo la presencia del genial director nos recuerda que estamos en un hotel dedicado al cine, hay muchos más guiños que nos sumergen en el universo del celuloide: relojes que marcan la hora de diferentes festivales como La Mostra de Venecia, lámparas con detalles de antiguas bobinas, negativos de películas adornando los jarrones, una rincón del hall sobre el que se proyecta una película, ascensores decorados con decenas de fotógrafos pendientes de ti y, en cada planta, paneles y más paneles con las fotografías de aquellos que tienen una habitación con su nombre.
Y es que, aunque oficialmente este hotel tiene cuatro estrellas, la realidad es otra. Tiene 102, una en cada habitación. En ellas, los actores, actrices y directores que han pasado por el Festival Internacional de Cine de San Sebastián a lo largo de su historia velan nuestro sueño permitiéndonos disfrutar de auténticas noches de película.
Yo descansé en la habitación superior de Lana Turner, un precioso homenaje a la carrera de una de las más arrebatadoras actrices de los años 40. La protagonista de El cartero siempre llama dos veces, que recaló en San Sebastián en 1994 para recoger el premio Donostia, está presente por toda la estancia. Presidiendo la enorme cama, sobre el escritorio, en el cuarto de baño…
Ella es la encargada de poner su sensual toque de glamour a un confortable y amplio espacio donde no falta ni un detalle. Conexión gratuita a Internet, TV LCD de plasma, lector DVD para visionar cualquiera de las películas que tienen en su catálogo, base ipod/iphone con radio reloj, sofá, cosméticos de baño naturales… Fíjate en el diseño de las tarjetas de la habitación: Audrey Hepburn nos invita a escoger el desayuno y Hitchcock impide que nos despierten porque estamos rodando.
Como he comentado al principio, la pasión por el mundo del cine se nota, se respira y se vive en cada uno de los rincones del Astoria7. Sobre todo en el salón biblioteca, bajo la atenta mirada de Meryl Streep, Bette Davis y Liz Taylor. Aquí decenas de libros y revistas de cine, cámaras antiguas y las más de 200 películas que forman parte de su videoteca comparten espacio con ordenadores de libre uso y cómodos sillones en los que desearías detener el tiempo.
Justo al lado de la biblioteca está el comedor, un espacio muy luminoso que, por supuesto, sigue la misma temática decorativa. El desayuno buffet va acorde con su categoría con productos de primera calidad. Fruta, embutidos, cereales, dulces, zumo natural y, si apetece, huevos revueltos con beicon preparados al momento.
Tras el desayuno, la zona de comedor se convierte en el Restaurante Sala7 en el que el chef Iñigo Palma elabora una cocina de mercado tradicional con toques creativos. ¿Un detalle que me encantó? Puedes elegir el menú a la medida de tu apetito: cortometraje (entrante y postre o café), mediometraje (principal y postre o café) o largometraje (entrante, principal y postre o café). El hotel dispone también de una cafetería abierta al público que destaca por sus pintxos y por sus innovadores menús del día.
Confort, originalidad, líneas vanguardistas y cálidas, buen gusto por los pequeños detalles y un servicio tan impecable como cercano. Estas son las señas de identidad del Astoria7, un hotel en el que los cinéfilos como yo no pueden sino soñar que son una estrella más del firmamento.
A tener en cuenta: Con motivo de la próxima edición del Zinemaldia, el Astoria7 nos propone la experiencia Vive el Festival de Cine de San Sebastián. Este atractivo paquete incluye dos noches de hotel con desayunos, dos entradas a la ceremonia de inauguración o clausura y dos pintxos del mes “especial Zinemaldia”.
Ficha del Hotel Astoria7
Dirección: Sagrada Familia, 1 (Esquina Sancho El Sabio). Donostia – San Sebastián (Guipúzcoa).
Nº de habitaciones: 102. 8 individuales, 78 dobles estándar, 15 dobles superiores y 1 suite. Todas las habitaciones están equipadas con conexión gratuita a Internet, climatización, TV LCD de plasma con canales internacionales, lector DVD, escritorio de trabajo, caja fuerte, teléfono directo, minibar, secador de pelo y amenities.
Servicios: Room Service. Desayuno buffet o servido en la habitación. Café de cortesía antes del horario desayunos. Bar-cafetería. Restaurante Sala7. Salón biblioteca con préstamo de películas y libros y con ordenadores de libre uso. Sala de fitness. Salas de reuniones exteriores con luz natural. WiFi gratuito. Proyección de películas en la sala Astoria7 para los huéspedes. Consigna de equipajes. Servicio de lavandería. Accesibilidad para discapacitados. Garaje propio.
Distancia a la Parte Vieja de Donostia: 20 minutos caminando. Hay autobuses que paran en la misma puerta.
En nuestro último viaje a Asturias queríamos alojarnos en un hotel que nos sirviera como base de operaciones para recorrer la costa asturiana. La idea era localizar un hotel rural que estuviera lo suficientemente cerca de las poblaciones que queríamos conocer y que nos aportara la tranquilidad y el confort que uno espera cuando está fuera de casa. Todo esto y mucho más lo encontramos en la Casa Vieja del Sastre, a la que llegamos guiados por las magníficas críticas de otros huéspedes que antes que nosotros se dejaron caer por esta casona tradicional asturiana construida en 1890.
De la sastrería a la hostelería
El hotel restaurante Casa Vieja del Sastre, ubicado en Soto de Luiña, una pequeña parroquia del concejo de Cudillero, es un lugar cargado de historia en el que sus propietarias, Mar y Patricia, han realizado un estupendo trabajo de rehabilitación para convertir la antigua sastrería familiar en un hotel encantador que luce con orgullo en su fachada la “Q” de Calidad Turística.
Lo primero que llama la atención en este establecimiento es su decoración que nos recuerda en cada detalle los cuarenta años que estuvo funcionando como sastrería: maniquíes, pies de máquinas de coser habilitadas como escritorios, fotos antiguas del taller, cuadros de figurines… Están repartidos por toda la casona y crean un conjunto de lo más personal.
Este ambiente cálido y acogedor se traslada también a sus 14 habitaciones. Cuando llegamos a la nuestra nos encontramos con dos gratas sorpresas: teníamos una galería típica asturiana con dos mecedoras (que en nuestro caso utilizamos cada mañana para planificar la ruta del día), y la wifi gratuita del hotel funcionaba estupendamente. También nos sorprendió lo impecable que estaba todo y la extraordinaria suavidad de la ropa de cama. Nota para futuros huéspedes: en la mesilla de noche encontraréis un dossier con la historia del hotel. Leedla atentamente porque merece la pena.
Los fogones del Sastre
Otro de los puntos fuertes de la Casa Vieja del Sastre es su coqueto restaurante. La carta, que combina sabiamente tradición y toques innovadores, no tiene desperdicio. Aunque estuvimos a punto de sucumbir al menú de temporada otoño-invierno -con platos de setas, caza y bacalao-, al final optamos por pedir una entrada de fritos de langostino y patata con mini-bouquets de ensalada, solomillo ibérico con cebolla confitada y reducción de cola, y lubina a la espalda a la manera tradicional. Todo estaba exquisito. Fresco, cocinado con mimo y muy bien presentado.
Lo mismo podemos decir del buffet del desayuno en el que cada mañana nos encontrábamos «cosinas» como rosquillas, hojaldres, pastas de mantequilla, magdalenas, bizcochos… Nosotros alternábamos esta deliciosa bollería casera con un plato de huevos revueltos con beicon que nos preparaban en el momento.
Excursiones cercanas
Además de visitar Soto de Luiña, parada clave en el Camino de Santiago de la costa, no te pierdas la cercana playa de San Pedro, los impresionantes acantilados y puestas de sol del Cabo Vidio, la playa del Silencio y, cómo no, Cudillero. Si tienes alguna duda sobre cualquier otro destino, pregunta al personal de la casa. Son unos embajadores excelentes de su tierra.
Ya lo sabes. Si buscas tranquilidad, confort, buena mesa y un staff que se desviva por hacer de tu estancia una experiencia inolvidable, recuerda este nombre: Casa Vieja del Sastre.
Ficha del Hotel Restaurante Casa Vieja del Sastre
Dirección: Los Quintos, s/n – 33156 Soto de Luiña (Cudillero). Asturias. Tel.: 985 596 190. Web.
Categoría: 3 estrellas.
Nº de habitaciones: 14 (estándar, superior abuhardillada, junior-suite), equipadas con baño completo (secador de pelo, espejo de aumento, amenities), calefacción, teléfono, televisión y caja fuerte. Todas las junior-suites y las habitaciones superiores tienen además DVD y minibar.
Servicios: Salón-biblioteca, sala polivalente (TV o reuniones), jardín-terraza, aparcamiento gratuito, restaurante a la carta, punto informático gratuito con ADSL y wifi gratis en todas las habitaciones. El hotel no dispone de ascensor pero lo compensa con servicio de equipaje a sus habitaciones.
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