Las mezquitas de Estambul que sí o sí debes visitar

Las mezquitas de Estambul que sí o sí debes visitar

Los minaretes perfilan su silueta, sus cúpulas retan a la gravedad y con la llamada a la oración del muecín la que fue capital de tres imperios despierta al alba cada día. Un canto que llega desde lo alto y cuya cadencia, a modo de coro, replican las más de 3.000 mezquitas de Estambul. Como verlas todas resulta imposible, te muestro a continuación aquellas que visité. Están las más importantes, sí, pero también aquellas que no suelen encabezar la lista de imprescindibles pero que por un motivo u otro contribuyeron a la fascinación que siento por esta ciudad tan genuina como irrepetible.

Estambul

Todo ello en una ciudad acostumbrada a cambiar el curso de la historia, en una metrópolis en la que todo aquel que la conquistó quiso mostrar su grandeza, en una urbe abierta al mar cuya caprichosa fisonomía no hace sino embellecerla y que siempre será eterna por mucho que muden los aires políticos y se imponga la dictadura del ladrillo.

Mezquitas de Estambul

Principales mezquitas de Estambul

A continuación voy a mostrarte las principales mezquitas de Estambul. Y si como yo, en algún momento te sientes abrumado por su patrimonio, haz una pausa entre mezquita y mezquita para tomar un té o probar sus deliciosos dulces. No temas al calendario porque, por breve que sea tu estancia, el hechizo de Estambul, como un beso de miel en los labios, conseguirá que te vayas con ganas de volver. Las ciudades únicas causan ese efecto y Estambul es una de ellas.

Eso sí, fíjate en cada haram -la sala de oración en la que los fieles varones rezan en paralelo y hombro con hombro simbolizando así la igualdad de todos los creyentes-, en cada mihrab, el nicho en la pared que indica la dirección hacia La Meca, en cada minbar desde el que un erudito islámico dirige la oración… Cada uno es distinto y como cada mezquita todos merecen una atenta mirada.

Y es que, si vas un paso más allá de la esfera meramente arquitectónica, leyendo un simple folleto descubrirás que en el Islam cada ser humano nace libre de pecado y que cada persona es responsable de sus propios actos, que los tiempos de las oraciones se calculan según el movimiento del sol de manera que cambian en función de las estaciones, el porqué de las fuentes de las abluciones, el papel de la mujer y muchos otros aspectos que te permitirán contextualizar y conocer la naturaleza de las mezquitas que visitas y la religión que las respalda. En definitiva, podrás aproximarte de un forma libre y sin prejuicios al mundo que gira a tu alrededor.

Santa Sofía 

El sueño de Justiniano ha mudado tantas veces de piel como la propia ciudad. En su día fue la mayor iglesia del mundo cristiano y la principal mezquita de Estambul durante 400 años. Luego fue un museo y desde al año 2020 ha regresado de nuevo a su papel de mezquita.

Sancta Sophia, Haghia Sofia, Ayasofya… Da igual el nombre que reciba y los siglos que pasen, su magia no caduca. Porque conmueve incluso desde la distancia, con su austero semblante de tintes rosados, sus minaretes y su titánica cúpula. Una conmoción que se torna seducción en su interior, al descubrir qué encierra esta joya arquitectónica que escogió Estambul para maravillar al mundo.

Santa Sofía. Estambul
Imagen actual de la mezquita de Santa Sofía

Y lo hace luciendo un majestuoso espacio a dos alturas que se hilvana con agujas de diferentes culturas y credos. Mosaicos bizantinos, columnas, medallones que nos hablan de Alá, Mahoma y los primeros califas, ventanas, vidrieras, cientos de lámparas de bronce que alumbran su colosal fisonomía generando un ensoñador juego de luces y sombras… Sobrecogedora. Ese es el adjetivo que le hace más justicia. El más apropiado para definir en puñado de vocales y consonantes este delirio visual que tras la fase de asombro inicial logra estremecer a todo aquel que cruza su puerta.
* Entrada gratuita

Mezquita Azul

En el otro extremo de la plaza de de Sultanahmet, justo enfrente de Santa Sofía, se encuentra la Mezquita Azul, construida por orden del sultán otomano Ahmet I a principios del siglo XVII para competir en grandiosidad con su famosa vecina e incluso con la propia Meca. Para hacerla única la dotaron con seis minaretes igualando el número de torres de la mezquita de Arabia Saudí, una ofensa religiosa que se saldó con la construcción de un séptimo minarete en la Meca.

Mezquita Azul. Sultanahmet. Estambul
Mezquita Azul. Estambul

Además de ser la más visitada es la más imponente de cuantas se dan cita en esta ciudad que navega entre dos continentes. El gran patio central, sus 20.000 azulejos de Iznik que aportan la tonalidad azul por la que es conocida, sus vidrieras llegadas de Venecia, la cúpula principal a 43 metros de altura, las preciosas alfombras tejidas en los telares imperiales… Esta obra maestra del arquitecto Mehmet Aga es el reflejo de la perfección, de la simetría absoluta. Motivos más que suficientes para que le dediques una pausada visita.

 

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Pequeña Santa Sofía (Küçük Ayasofya)

Muy cerca de aquí, a apenas ocho minutos caminando en dirección al mar de Mármara, se alza Küçük Ayasofya, conocida como la Pequeña Santa Sofía. Mucho obvian su visita sin saber que esta discreta mezquita, ajena a las masas, es la única de Estambul que permite el acceso a la galería superior. Todo un lujo para poder apreciar la delicada armonía de su conjunto.

Pequeña Santa Sofía. Estambul

Ya no conserva sus mosaicos de oro pero curiosamente sí una inscripción en griego dedicada a San Sergio que nos recuerda que nació como iglesia en el siglo VI por orden del emperador Justiniano y de ahí la semejanza de su exterior con Santa Sofía. En sus inmediaciones encontrarás talleres de artesanos, vendedores de libros de segunda mano y encuadernadores.

Mezquita de Solimán el Magnífico (Mezquita de Süleymaniye)

El más rico y poderoso de los sultanes otomanos debía tener una mezquita a su imagen y semejanza, que destacara en el perfil de Estambul, que fuera magnífica como él. Lo consiguió emplazándola en una de las siete colinas que dominan el Cuerno de Oro y dejando que fuera Mimar Sinan, el mejor arquitecto del imperio, quien la construyese.

Mezquita de Süleymaniye. Estambul
Mezquita de Süleymaniye, Estambul

Desde aquel lejano siglo XVI, Solimán el Magnífico sigue haciendo honor a su nombre y muchos la consideran la más bella de las mezquitas imperiales de Estambul. Incluso el propio Sinan que la escogió entre todas sus obras para ser enterrado en sus jardines. ¿Un consejo? Tras visitarla, sal por la puerta que da al Cuerno de Oro para disfrutar de una vista inolvidable de una ciudad por la que siento un amor incondicional.

Mezquita Nueva

Emplazada en el barrio de Eminönu, a medio camino entre el Puente de Gálata y el Bazar de las Especias, hallarás otra mezquita que debes visitar: la Mezquita Nueva. Un monumental templo cuya construcción se prolongó durante casi setenta años por los problemas que suponía alzarla junto al mar y por falta de financiación. Finalmente se concluyó en 1663 y desde entonces su silueta es una de las más fotografiadas de Estambul gracias a sus 66 bóvedas que de forma piramidal se elevan al cielo. Su interior, tan colosal como corresponde a una mezquita imperial.

  • Actualmente (octubre de 2021) está en proceso de restauración y solo se puede visitar una pequeña parte.
Mezquita Nueva. Estambul
Mezquita Nueva, Estambul

Mezquita de Rüstem Paşa

Si te acercas al bullicioso mercado Tahtakale, ubicado también en el barrio de Eminönü, descubrirás otra tesoro que la mayoría de los turistas pasa por alto: la mezquita de Rüstem Paşa. Aunque tal vez te cueste un poco localizarla porque está situada encima de las tiendas del antiguo bazar, no desistas hasta dar con su discreta entrada porque el tiempo que inviertas no será en vano.

Mezquita de Rüstem Paşa
Mezquita de Rüstem Paşa, Estambul

Y es que al final de unas oscuras escaleras, el gran Mimar Sinan desplegó toda su maestría para complacer a uno de los hombres más adinerados del Imperio otomano: el primer visir Rüstem Paşa, yerno del sultán Solimán. Para ello alzó una gran cúpula, inspirada en la de Küçük Ayasofya, que anunciara su presencia desde la lejanía, y decoró su interior con soberbios azulejos de Iznik de diseños florales y geométricos. Sencillamente, imprescindible.

Mezquitas de Estambul: la fascinante Eyüp

El barrio de Eyüp, situado fuera de las murallas de la antigua Constantinopla, es el más conservador y fiel a las tradiciones de Estambul, un territorio sagrado para el islam cuyo epicentro es la mezquita que le da nombre. Nada más cruzar el umbral de la entrada el fervor religioso que la envuelve te hace sentir que no estás visitando un templo más. Estás entrando en el lugar donde las crónicas cuentan que murió y fue enterrado Ayyub Al-Ansari, el portaestandarte del profeta Mahoma. Su tumba permaneció perdida durante siglos hasta que el sultán Mehmet II logró localizarla y construyó en torno al sepulcro este complejo religioso.

Mezquita de Eyüp. Estambul
Fuente de las abluciones. Mezquita de Eyüp

El constante trasiego de peregrinos, decenas de mujeres orando en el gran patio central, devotos apostados frente a la tumba, niños vestidos de blanco que acuden con sus familias para celebrar el día de su circuncisión… La mezquita de Eyüp no es de las más grandes ni deslumbrantes de Estambul pero puedo asegurarte que su visita no te dejará indiferente si estás interesado en profundizar en la cultura islámica.

Mezquita de Fatih: imprescindible entre las mezquitas de Estambul

En este listado de mezquitas de Estambul no podía faltar la que fue la primera mezquita imperial de la ciudad. Al igual que Eyüp, Fatih es un templo muy venerado por los fieles musulmanes que además alberga la tumba del sultán que la mandó construir, Mehmet II Fatih, artífice de la conquista de Constantinopla.

Mezquita de Fatih. Estambul
Interior de la mezquita de Fatih. Estambul

Lo más destacable es su exquisita decoración interior, inspirada, una vez más, en la obra de Minar Sinan, y los elementos barrocos que el arquitecto Mehmet Tahir introdujo al acometer su reforma ya que el terremoto de 1766 destruyó prácticamente todo el complejo original.

Mezquita de Mihrimah Sultán

Aunque probablemente llegues a Üsküdar en busca del que para mí es el mejor atardecer de Estambul, reserva un hueco en tu agenda para visitar la mezquita de Mihrimah Sultán. Como nos recuerda la placa que hay a la entrada, su artífice también fue Mimar Sinan, el indiscutible maestro de la arquitectura otomana.

Mezquita de Mihrimah Sultán. Üsküdar. Estambul
Mezquita de Mihrimah Sultán. Estambul

Esta bella mezquita, junto con la cercana Yeni Valide, es uno de los ejemplos de külliyes -complejos religiosos y culturales construidos para las hijas de los sultanes- que podemos encontrar en la zona asiática de la ciudad.

Excursiones y actividades en y desde Estambul

Para facilitarte al máximo tu viaje a Estambul, permíteme sugerirte algunas excursiones y experiencias inolvidables:

Traslados a/desde los aeropuertos → Si no quieres complicarte con los traslados, aquí puedes reservar un transfer privado, puerta a puerta y al mejor precio. Un chófer te esperará en el aeropuerto, en el hotel o dónde estés para llevarte a tu destino de forma rápida y segura.

Autobús turístico de Estambul → La mejor forma para descubrir a tu aire esta increíble ciudad que no te dejará indiferente. Dos rutas con 19 paradas y comentarios grabados en español.

Capadocia express → Tour de 1 día en avión visitando el paisaje lunar del Valle de Derbent, el Valle del Goreme, el pueblo troglodita de Uçhisaral y el famoso Valle de Pasabagi donde se encuentran las chimeneas de hadas.

Excursión a las islas Príncipe → Siéntete parte de la realeza otomana con un recorrido en barco por tres de las islas Príncipe: Kinaliada, Heybeliada y Buyukada.

Espectáculo de los Derviches → Descubre la magia y el misticismo de la danza sufí y vive una experiencia espiritual  de la mano de los Derviches Giróvagos. Reserva cuanto antes porque las mejores localidades vuelan.

Excursión a Éfeso en avión → Vuela a la ciudad que en la Antigüedad se convirtió en un auténtico centro religioso, cultural y comercial del Imperio Romano. Incluye guía de habla española/inglesa y la recogida en el hotel y traslado de regreso.

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Sultanahmet, el corazón de la cautivadora y fascinante Estambul

Sultanahmet, el corazón de la cautivadora y fascinante Estambul

El barrio de Sultanahmet, el alma de la que fue capital de tres imperios, es la primera cita de todo viajero que posa sus pies en Estambul. Motivos no le faltan ya que en él se concentran algunos de los principales monumentos de esta seductora ciudad bendecida por el paso de los siglos y por quienes la levantaron tan única. La huella de emperadores bizantinos, el legado de sultanes otomanos, un palacio sumergido, la más famosa de sus mezquitas… ¿Listo para un viaje que no da tregua a los sentidos?

Plaza de de Sultanahmet. Estambul

Lloviznaba cuando llegué a la plaza de de Sultanahmet que aquella mañana de abril despertaba bajo un cielo gris. No podía creer que estaba allí, plantada entre Santa Sofía y la Mezquita Azul, girando sobre mis pasos para perpetuar en mi retina este esperado y deseado momento. Impactada ante tan bella realidad. Y de repente, sucedió. Escuché por primera vez el quejumbroso canto del muecín llamando a la oración mientras esquivaba la lluvia bajo un paraguas comprado hacía unos minutos. Me quedé inmóvil, absolutamente paralizada y el más dulce de los escalofríos recorrió todo mi cuerpo. Sí, estaba en Estambul. A punto de conocer a la que ocupa el trono de mi currículum viajero. Mi niña bonita, el lugar al que volvería una y mil veces sin dudarlo. Una ciudad de la que me enamoré sin remedio.

Qué ver en Sultanahmet

Santa Sofía

A pesar de que le dediqué un artículo, me sigue costando describir lo que se siente al recorrer la obra más colosal y sagrada de la época bizantina. Sancta Sophia, Haghia Sofia, la iglesia de la Sagrada Sabiduría, Museo Ayasofya…. El sueño de Justiniano ha mudado tantas veces de piel como la propia ciudad fusionando culturas y credos en una prodigiosa obra que en su día fue la mayor iglesia del mundo cristiano, la mezquita principal de Estambul durante 400 años y que hoy se presenta como museo.

Santa Sofía. Sultanahmet. Estambul

Nave central de Santa Sofía desde la galería superior. Sultanahmet

Mosaico de la Virgen María. Santa Sofía. Sultanahmet

Su sólido y austero exterior de tintes rosados, sus minaretes y su ingrávida cúpula dan la bienvenida a un espacio que emociona por sus dimensiones y por la atmósfera tan especial que se genera en su interior. Entre hermosos mosaicos bizantinos, imponentes columnas, enormes medallones que nos hablan de Alá, Mahoma y los primeros califas, y ventanas, vidrieras e incontables lámparas de bronce que alumbran su potente fisonomía generando un hipnótico juego de luces y sombras. Un delirio visual que te golpea con fuerza al contemplar su conjunto desde la inmensa nave central y cuando accedes a la galería superior para admirarla desde una nueva perspectiva. No te resistas. Acabarás sometido a la magia de Santa Sofía y rendido ante imágenes y sensaciones que difícilmente olvidarás.
Más información: Hagia Sophia Museum. Precio de la entrada: 30 TL.

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Mezquita Azul

En el otro extremo de la plaza de de Sultanahmet, justo enfrente de Santa Sofía, se encuentra la Mezquita Azul que parece retar la grandiosidad de su famosa vecina desde que el sultán Ahmet I mandara construirla en 1609. A sus pies la vista se pierde en la cascada de sus voluptuosas cúpulas, en sus más de 200 ventanales y en los seis minaretes que la delimitan y la hacen única. ¿El motivo? Se levantaron para competir con la mismísima Meca igualando su número de torres. Una ofensa que quedó saldada con la construcción de un séptimo alminar en la mezquita de Arabia Saudí.

Mezquita Azul. Sultanahmet. Estambul

Detalle de las cúpulas de la Mezquita Azul. Sultanahmet. Estambul

Mezquita Azul. Sultanahmet, Estambul

Guiños históricos al margen, lo cierto es que para mí esta mezquita, además de ser la más visitada y la más grande de Estambul, es la más bella entre las bellas. La más imponente y espectacular de cuantas se dan cita en esta ciudad que navega entre dos continentes. El gran patio central con su fuente para las abluciones, sus 20.000 azulejos de Iznik que aportan la tonalidad azul por la que es conocida, sus vidrieras llegadas de Venecia, su cúpula principal que se eleva hasta los 43 metros de altura… La Mezquita Azul es el reflejo de la perfección, de la simetría absoluta. Una sobrecogedora aproximación a la cultura islámica, obra maestra del arquitecto Mehmet Aga, que hay que contemplar con calma, sentado en sus alfombras tejidas en los telares imperiales y forzando el cuello para levantar la mirada y captar cada uno de los detalles de este templo alzado para honrar a Alá en el que hombres y mujeres debemos ocultar cualquier atisbo de nuestra desnudez occidental con telas y pañuelos.
* Aunque la entrada es gratuita, un donativo para su conservación será bienvenido.

Hipódromo

Justo al lado de la Mezquita Azul hallamos los vestigios de lo que fue el gran Hipódromo, el centro neurálgico de la romana y bizantina Constantinopla. Cuesta imaginarlo pero en su día, este campo rectangular dedicado a espectáculos hípicos llegó a acoger a más de 100.000 espectadores hasta la toma de la ciudad por los otomanos.

Hipódromo. Sultanahmet, Estambul

Obelisco de Tutmosis III y Columna Serpentina. Sultanahmet, Estambul

En el extremo sur se encuentra la Columna de Constantino, alzada para conmemorar la declaración de Bizancio como la nueva capital del Imperio Romano, y unos metros más adelante el Obelisco de Tutmosis III, el monumento más antiguo de Estambul que se trasladó de Luxor a Constantinopla por orden de Constantino el Grande. A él le debemos también la llamada Columna Serpentina que en su época formaba parte del templo de Apolo en Delfos. También ha sobrevivido al paso del tiempo la Fuente Alemana, un templete de estilo neo-bizantino que el Kaiser Guillermo regaló al sultán Abdul Hamid II en 1895. Legados de Roma, Egipto, Grecia… Pasear por el Hipódromo supone revivir el pasado y formar parte de su presente ya que es uno de los lugares de encuentro más populares de Estambul.

Palacio Topkapi

Nos trasladamos ahora al que fue el centro administrativo del Imperio Otomano desde 1465 hasta mediados del siglo XIX, el Palacio Topkapi. Un inmenso complejo palaciego, levantado por Mehmet II, que consigue sumergirnos en el modo de vida de los sultanes a través de las numerosas estancias que discurren en sus cuatro patios. Las profusamente decoradas salas del Consejo y el Archivo, las dependencias públicas, las cocinas, los pabellones de recreo, la Biblioteca de Ahmet III, el Tesoro -con las joyas que simbolizan el poder que llegó a alcanzar Constantinopla- y, cómo no, el harén, la residencia privada del sultán y de su séquito de mujeres y concubinas.

Palacio Topkapi. Sultanahmet. Estambul

Estancias del Palacio Topkapi. Sultanahmet. Estambul

Terraza y Quiosco de Bagdad. Palacio Topkapi. Sultanahmet. Estambul

¿Mi rincón favorito? Sin duda, la terraza del cuarto patio. El magnífico Quiosco de Bagdad no hace sino embellecer un amplio mirador que nos permite ser conscientes de su privilegiada ubicación entre el Cuerno de Oro y el Mar de Mármara. El tiempo pasará volando mientras te recreas con las increíbles vistas del Bósforo que desde aquí se divisan.

Cisterna Basílica o Cisterna de Yerebatán

Estamos en uno de los rincones más sorprendentes de Estambul. Bajo tierra, ante un gigantesco espacio poblado por 336 columnas que emergen de un depósito subterráneo capaz de almacenar hasta 100.000 toneladas de agua. Un palacio sumergido, que debe su nombre a la antigua basílica sobre la que se construyó, creado para proveer de agua a los palacios imperiales bizantinos.

Cisterna Basílica. Sultanahmet. Estambul

Cisterna Basílica, el palacio sumergido de Sultanahmet. Estambul

Cabeza de medusa. Cisterna Basílica. Sultanahmet. Estambul

Imagina conmigo. Desciendes unos escalones. Tu vista se adapta de la claridad exterior a un mar de tenues luces amarillentas que iluminan con maestría cada recoveco de esta obra ideada por Justiniano I. Música clásica como banda sonora salpicada por el sonido de las gotas que se precipitan del techo al agua, y un juego de pasarelas de madera que harán que te detengas a cada paso. Para contemplar sus bóvedas, para descubrir los diferentes tipos de columnas y capitales que se alinean con precisión, para hacer un poco tuyo este escenario único marcado por luces y sombras. No te preocupes. No mudarás tu piel por piedra si miras fijamente las dos cabezas de medusa que hallarás en la parte noroeste de la Cisterna Basílica. Están colocadas al revés y de lado para que, según cuenta la mitología griega, no consigan petrificarte.
Más información: Yerebatan Sarnici. Dirección: Yerebatan Cad. Alemdar Mah. 1/3. Precio de la entrada: 20 TL.

Más planes que te esperan en Sultanahmet

Ya que estás en esta zona, acércate hasta Küçük Ayasofya, conocida como la Pequeña Santa Sofía que discretamente suele escaparse de las masas. Ya no está recubierta con mosaicos de oro como antaño pero te aseguro que esta mezquita que nació como iglesia merece un poco de tu tiempo. Además es la única de todo Estambul que permite el acceso a su galería superior. En sus inmediaciones, talleres de artesanos, vendedores de libros de segunda mano y encuadernadores.

Pequeña Santa Sofía. Estambul

Dos opciones para comer en Sultanahmet: Tarihi Sultanahamet Köftecisi, un establecimiento de toda la vida donde probar a buen precio los clásicos köfte turcos -albóndigas de ternera- (Divan Yolu Caddesi, nº 12), y el restaurante panorámico del Hotel Adamar, un pequeño lujo de cocina otomana y platos internacionales que se compensa con creces gracias a sus espectaculares vistas de Estambul (Yerebatan Cad. No. 37).

Pasea de noche para ver cómo los hitos arquitectónicos de Sultanahmet lucen al caer el sol y termina la jornada sentado en uno de los bancos de la plaza donde empezó este recorrido, al lado de la fuente, cambiando de posición para saltar de Santa Sofía a la Mezquita Azul. Para sentir como yo que es real, que estás en Estambul.

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Santa Sofía, mucho más que la joya bizantina de Estambul

Santa Sofía, mucho más que la joya bizantina de Estambul

Santa Sofía…Tan solo con citar su nombre me emociono. Mi piel reacciona, mi pulso se acelera y una sonrisa con trazos de nostalgia ilumina mi mirada. ¿Crees que es posible que un lugar te cale tan hondo como para pensar que una parte de ti se quedó vagando entre sus muros? A mí me sucedió con Santa Sofía, esa joya arquitectónica que escogió a Estambul para maravillar al mundo.

Lamparas y vidrieras de Santa Sofia. Estambul
Lámparas y vidrieras de Santa Sofía

Como comenté en su día, Estambul se ha convertido en la niña de mis ojos, en la ciudad a la que anhelo regresar para escribir nuevos capítulos de una historia de amor que se inició hace un año. Quiero contemplar más atardeceres desde Üsküdar, surcar otra vez las aguas del Bósforo hasta las puertas del Mar Negro, volver a escuchar el quejumbroso canto del muecín llamando a la oración, contemplar el Cuerno de Oro con un té entre mis manos, sentir el dulzor de los baklavas, ver la vida pasar en el Puente Gálata… Pero, sobre todo, deseo volver a rendirme ante el sueño de Justiniano, ante la obra más hermosa y sagrada de la época bizantina. Ante Santa Sofía.

La magia de Santa Sofía

Recuerdo como si fuera ahora aquella mañana de primavera. Llovía sobre la Plaza Sultanahmet, el corazón de la antigua Constantinopla, y un cielo plomizo cubría la que fue capital de tres imperios. Estaba frente a ella, repasando con mi mirada su sólido y austero exterior de tintes rosados, sus minaretes, su ingrávida cúpula… Calibrando las dimensiones de uno de los espacios más prodigiosos creados jamás por el hombre que conmueve incluso desde la distancia.

Exterior de Santa Sofia. Estambul
Exterior de Santa Sofía

Aguanté estoicamente la larga cola de acceso y me dirigí a la entrada. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al toparme con el más famoso de sus mosaicos bizantinos, el Cristo Pantocrátor, situado encima de la puerta del Emperador. Caminé entre el gentío hasta la nave central y me quedé paralizada, absorta ante una belleza que se forjó en 1.500 años de historia.

Nartex de Santa Sofia, Estambul
Nártex de Santa Sofía

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El paso del tiempo, los avatares de la propia ciudad, la fusión de culturas y credos… Todo estaba allí para mí, como si Santa Sofía me hubiese estado esperando toda la vida para doblegarme a fuerza de imágenes y sensaciones que aún retumban en mi memoria. Para someterme a su magia, tan difícil de plasmar con palabras.

Nave central de Santa Sofia, Estambul
Nave central de Santa Sofía aún con andamios
Mosaico del emperador Komnenos. Santa Sofía. Estambul
Mosaico del emperador Komnenos

El altar, con sus magníficos candelabros aportados por el por el gran visir Ibrahim Pasha, el mihrab, una de las mejores obras en mármol de la época otomana del siglo XVI, las grandes cisternas de alabastro, los preciosos pabellones, los ocho enormes medallones con caligrafía cúfica que nos hablan de Alá, Mahoma y los primeros califas, la Biblioteca de Mahmud I, el Omphalion donde se coronaba a los emperadores, los azulejos, la tribuna del sultán, los estrados para la lectura del Corán, los mosaicos bizantinos recuperados en la segunda mitad del siglo XIX, las imponentes columnas, su enorme cúpula que marcó un hito en la historia de la arquitectura y que parece flotar sobre tu cabeza…

Altar y minbar de Santa Sofia
Mimbar de Santa Sofía
Biblioteca de Mahmud I. Santa Sofía, Estambul
Biblioteca de Mahmud I
Cisterna de alabastro
Cisterna de Alabastro
Cupula de Santa Sofia. Estambul
Cúpula de Santa Sofía

Y su luz. La luz de Santa Sofía. Tan única y tantas veces ensalzada. Regalo de sus numerosas ventanas y vidrieras y de las incontables lámparas de bronce que alumbran su colosal fisonomía. Su luz. Un juego de reflejos que iluminan, de sombras que difuminan el camino y te obligan a detenerte, convirtiendo el interior de este templo es un universo tan etéreo que parece irreal, en un delirio visual que estremece al más crédulo. En mi caso, este éxtasis de emociones se plasmó en una lágrima. Inmóvil en medio de la inmensa nave central, abstrayéndome de los cientos de turistas que me rodeaban, olvidando mi cámara y dejando que Santa Sofía se colase por cada rendija de mi alma.

Mosaico de la Virgen Maria en Santa Sofia
Mosaico de la Virgen María, el primero figurado creado después del período iconoclasta de Santa Sofía

Lo hizo. Tanto como para sentir la necesidad de salir al exterior, pasear, respirar y buscar mi espacio. Para relajar mis sentidos tomando un zumo de granada, para repasar su longeva trayectoria en busca de datos reales que me impidieran pensar que lo que estaba viviendo era una ilusión.

Fuente de las abluciones de Santa Sofia
Fuente de las abluciones

Sancta Sophia, Haghia Sofia, la iglesia de la Sagrada Sabiduría, Museo Ayasofya…. Datos que me trasladaron a la primera Santa Sofía construida el año 360 por orden del emperador Constantino y que acabó destruída por un incendio. A los tiempos de Teodosio en los que, de nuevo, su destino fue ser pasto de las llamas durante la Revuelta de Nika en el año 532 y a su estructura actual, diseñada por arquitectos griegos bajo la supervisión personal de Justiniano que la convirtió en la mayor iglesia del mundo cristiano de la época. “Gloria a Dios que me ha juzgado digno de semejante obra. ¡Salomón, te he vencido!”, cuentan que exclamó el emperador bizantino al inaugurar en el 537 la basílica de Santa Sofía.

Tras la toma otomana de Constantinopla en 1453, el sultán Mehmet II hizo de ella la mezquita principal de Estambul durante 400 años. Y en 1935 el presidente Ataturk, padre de la actual Turquía, la convirtió en museo.

Medallones de Santa Sofia. Estambul
Medallones de Santa Sofía
Planta superior de Santa Sofia
Cualquier rincón es bueno para admirar la belleza de Santa Sofía

Iglesia, mezquita, museo… Poco importa su estatus oficial mientras siga en pie, mientras quien dirija su destino la cuide como se merece y permita que gentes llegadas de todo el mundo puedan ser testigos de su grandeza. Ese era el pensamiento que me acompañó cuando enfilé mis pasos hacia la rampa que da acceso a la galería superior. Para admirarla desde una nueva perspectiva, para imaginar cómo sería sin la presencia de andamios, para detenerme ante los impresionantes mosaicos que la etapa musulmana encaló y que se recuperaron en las posteriores rehabilitaciones. Como el del emperador Komnenos, el mosaico de la emperatriz Zoe o el de la Deesis -considerado el comienzo del Renacimiento en el arte pictórico bizantino. Para fijarme en los cuatro ángeles que bordean la cúpula, para ver la Mezquita Azul casi a vista de pájaro, para seguir sintiendo su carga eléctrica…

Galeria superior de Santa Sofia, Estambul
Recorriendo la galería superior de Santa Sofía, Estambul
Vista de la nave central de Santa Sofia
Vista de la nave central de Santa Sofía desde la galería superior

Miré el reloj. Aunque para mí el tiempo se detuvo en cada uno de sus rincones habían pasado más de cuatro horas desde mi entrada. Cuatro horas que volaron en un suspiro, en un viaje a través de la historia y las emociones que tantos otros contaron antes que yo. Debía marchar y despedirme de este hipnótico edificio de la única forma posible, con una sonrisa agridulce que auguraba un adiós y soñaba un reencuentro. Para paliar mi tristeza, introduje mi dedo en el angosto agujero de la Columna de los Deseos, famosa por tener efectos curativos. Ya imaginas qué pedí: que cuidara la parte de mí que se quedó vagando entre sus muros. Entre los muros de Santa Sofía.

Pidiendo mi deseo
Pidiendo mi deseo

Y, de nuevo, mezquita

[Actualización] En julio de 2020, mudó otra vez de estatus y regresó de nuevo a su papel de mezquita, preservando, según apuntaron las autoridades, su identidad histórica. Polémicas al margen, como pude comprobar en mi última visita, sigue abierta al público y se puede visitar de la misma manera que la Mezquita Azul. Eso sí, aunque los iconos y mosaicos cristianos siguen allí, durante las oraciones se cubren con cortinas. Un ejemplo son ​los mosaicos de la Virgen María con el Niño Jesús y del Arcángel Gabriel que se encuentran en el ábside del templo y que están orientados hacia La Meca.

La mezquita de Hagia Sophia
Así luce actualmente la mezquita de Hagia Sophia
Actual mezquita de Ayasofya
Tras la retirada de los andamios, se aprecia mejor la armonía de la actual mezquita

Horarios e información para visitar la mezquita de Hagia Sophia

Ubicación: Ayasofya Meydani No:1. Sultanahmet

Entrada: Gratuita

Horario de visita: Evita visitar la mezquita en los momentos de oración (cinco veces al día).

Etiqueta de visita de turista: Todos los visitantes deben quitarse los zapatos antes de entrar a Hagia Sophia y las mujeres, además, deben cubrirse la cabeza. Hay pañuelos disponibles en la entrada sin cargo. Se pueden hacer fotos pero no de personas que estén rezando.

Transporte: Tranvía: Sultanahmet, línea T1

Seguro de viaje: Recuerda que tu seguridad y tranquilidad es lo primero, así que, si vas a viajar a Estambul, haz como yo y contrata un seguro de viajes con Chapka. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus por sus amplias coberturas.  Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. No lo dudes, contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.

Todo lo que necesitas saber para viajar a Estambul

Guía práctica y consejos para viajar a Estambul
Dónde comer en Estambul
Crucero por el Bósforo
Üsküdar, el mejor atardecer de Estambul
Sultanahmet, el corazón de la fascinante Estambul
Volar con Pegasus airlines a Estambul

Guía práctica y consejos para viajar a Estambul

Guía práctica y consejos para viajar a Estambul

Si tienes pensado viajar a Estambul, toma nota nota de esta guía práctica actualizada en la que recopilo todo lo que necesitas saber para cumplir tu sueño. En ella encontrarás mucha información y también consejos basados en mi experiencia tras visitarla en cinco ocasiones que te ayudarán a planificar tu viaje a esta fascinante ciudad.

Santa Sofía. Estambul

Navegar entre dos continentes, visitar sus mezquitas y escuchar el quejumbroso canto del muecín llamando a la oración. Admirar sus preciosos atardeceres y rendirte ante su belleza… Estambul, sin duda, es una ciudad bendecida por el paso de los siglos que te encantará visitar.

Situación de Estambul

Estambul es la ciudad más grande de Turquía. El estrecho de Bósforo divide en dos partes esta inmensa metrópoli, conectando el mar de Mármara con el mar Negro y separando físicamente Asia de Europa. Es la capital de la provincia de Estambul y su población estimada supera los 14 millones de habitantes.

Estambul desde la Torre Galata
Estambul desde la Torre Gálata

Requisitos de entrada para viajar a Estambul

Lo primero que debes saber antes de viajar a Estambul es que los ciudadanos españoles pueden entrar o salir de Estambul con pasaporte o DNI indistintamente siempre que ambos documentos tengan una validez mínima de 6 meses a partir de la fecha de entrada en Turquía. 

Turkish Airlines
Mi último vuelo con Turkish Airlines

Si usas el pasaporte, comprueba que tienes páginas libres y que en el control policial te estampen un sello en el que figure la fecha de entrada y la leyenda GIRIS (entrada en turco). Ten en cuenta, también, que si tu estancia va a ser superior a 3 meses solo podrás utilizar el pasaporte para entrar en el país. Lo mismo ocurre si accedes a Turquía en tu propio coche o si la entrada se realiza desde Irán, Irak y Siria. (sudeste y este del país)

Información sobre el coronavirus: ¿necesito presentar una PCR?

En este momento (octubre de 2021), no es necesario hacerte una PCR siempre y cuando presentes un certificado oficial de vacunación que indique que ya tienes la pauta completa o que has pasado la enfermedad en los 180 días previos a tu viaje. 

Lo que sí es imprescindible es que rellenes un formulario de entrada en las últimas 72 horas antes del viaje. Una vez enviado, obtendrás un documento del Ministerio de Salud de la República de Turquía que deberás presentar antes de volar y al llegar a tu destino. Descárgalo y llévalo siempre contigo. No es necesario imprimirlo.

  • Ten en cuenta que estos requisitos para viajar a Estambul durante la pandemia pueden cambiar en cualquier momento. Lo mejor es que confirmes qué documentación tienes que aportar antes de viajar.

Sanidad

Aunque no es necesaria ninguna vacuna para viajar a Estambul, te aconsejo que estés al día de las vacunas universales (tétanos, difteria, tifus y hepatitis A+B). Para más información, entra en la web del Ministerio de Sanidad. Como en cualquier viaje, lleva contigo un botiquín básico con analgésicos, antihistamínicos, laxantes, antidiarréicos, protectores estomacales y materiales de cura.

Seguridad en Estambul

Si quieres conocer Estambul, tal vez te preguntes si es una ciudad peligrosa. En absoluto. Basándome en mi experiencia, puedo decir que siempre me ha parecido una ciudad bastante segura. Ni siquiera al alejarme de las zonas más turísticas he tenido la sensación de inseguridad en ningún momento. Siempre he ido con la cámara colgada al cuello y, con la misma precaución que seguiría en cualquier capital europea tanto de día como de noche. 

Pescador en el puente de Galata
Una de las imágenes más icónicas de Estambul

De todos modos, para confirmar la situación actual, puedes consultar las recomendaciones de viaje del Ministerio de Asuntos Exteriores y, de paso, inscribirte en su registro de viajeros para que puedas ser localizado y asistido en caso de emergencia.

Moneda y tarjetas de crédito

La moneda oficial de Turquía es la lira turca que se divide en kuruş. Existen billetes de 5, 10, 20, 50, 100 y 200 TL, y monedas de 5, 10, 25 y 50 kuruş y de una lira. En este conversor de divisas puedes ver cómo está el de cambio de moneda. A fecha de hoy, 1 € equivale a 2,8 TL.

Liras turcas. Estambul
Liras turcas

Lo aconsejable nada más aterrizar es que cambies algo de dinero en el propio aeropuerto ya que suelen ofrecer cambios competitivos (las oficinas están abiertas 24 horas). Aun así, probablemente encontrarás mejores tarifas en las casas de cambio (döviz). Suelen estar abiertas hasta media noche y las encontrarás sin problemas por todo el centro.

Casa de cambio. Estambul
Casa de cambio

Las tarjetas de crédito internacionales más habituales (Visa, MasterCard y American Express) se aceptan en los hoteles, restaurantes y en la mayoría de las tiendas. En muchos lugares verás que podrás pagar en euros pero siempre te saldrá mejor hacerlo en moneda local.

Idioma

El idioma oficial es el turco, una lengua que pertenece a la misma rama que el finlandés y el húngaro y que se escribe con caracteres latinos. En las zonas más turísticas podrás comunicarte en inglés e incluso verás que algunos vendedores chapurrean castellano ya que hay mucho turismo español. Otro tema es cuando te alejas del centro a zonas como Eyüp o Üsküdar donde puede resultar complicado hacerte entender. Para romper el hielo con los locales, nada mejor que aprender algunas expresiones:

Hola: Merhaba. Adiós: Hoşçakalın

Sí: Evet. No: Hayır

Por favor: Lütfen. Gracias: Sağol. Quiero: İstiyorum

¿Cuánto cuesta?: Bu ne kadar?. Es muy caro: Çok pahalı. No entiendo:  Anlamıyorum

Oficina de Turismo: Turizm bürosu

¿Dónde?: Nerede?. ¿Está lejos?:  Uzak mı?. ¿Cuándo?: Ne zaman?

Hoy: Bugün. Mañana: Yarın. ¿A qué hora?: Saat kaçta?

Mujeres tomando un çay en el ferry. Estambul
Mujeres tomando un çay en el ferry

Café: Kahve. Té: Çay. Leche: Süt. Azúcar: Şeker. Pan: Ekmek

Agua: Su. Agua mineral: Maden suyu. Vino: Şarap. Cerveza: Bira.

Carne: Et. Pollo: Piliç / Tavuk. Pescado: Balık. Entrantes: Mezeler. Sopas: Çorbalar. Ensaladas: Salatalar. Postres: Tatlılar. Frutas: Meyvalar

Electricidad en Estambul

La corriente es de 220 voltios y los enchufes son iguales que en España.

Volar a Estambul

Actualmente, las compañías aéreas que ofrecen vuelos directos desde España son Turkish Airlines, Iberia y la low cost turca Pegasus Airlines. Curiosamente yo viajé en el vuelo inaugural de Pegasus Madrid-Estambul. Aquí puedes leer mi experiencia con esta aerolínea: reserva del vuelo, tipos de billete, terminal de salida, etc.

Pegasus Airlines
Volando con Pegasus Airlines

Viajar a Estambul: aeropuertos y traslados

Estambul cuenta con dos aeropuertos internacionales. El principal es el Aeropuerto Internacional de Estambul (IST) que está situado en el lado europeo de la ciudad. Por su parte, en el lado asiático, está el aeropuerto Sabiha Gökçen (SAW) donde operan principalmente las aerolíneas de bajo coste.

Traslados a Estambul desde el Aeropuerto Internacional

El Aeropuerto Internacional de Estambul, situado a 23 kilómetros de Estambul, es el que está mejor comunicado. Las diferentes opciones para llegar al centro de la ciudad son:

Metro: La vía más rápida es utilizar el metro (línea M1). La estación está en la planta inferior bajo el vestíbulo de salidas. Puedes bajar en las estaciones de Zeytinburnu o Aksaray y desde allí tomar el tranvía hasta Sultanahmet, Eminönü y Kabataş (de Kabataş sale un funicular a la plaza Taksim). La duración del trayecto hasta Sultanahmet es de aproximadamente una hora.

Autobús: Aerobús operado por la compañía Havataş. La duración del trayecto dependerá del tráfico pero calcula una media hora hasta llegar a la plaza Taksim. Funcionan de 4.00 a 1.00h y el precio del billete es de 11 TL. Los autobuses salen del aeropuerto cada 30 minutos.

Si lo que quieres es actuar como un local desde el primer minuto, puedes coger la línea de autobús 96T que te llevará a Taskim por un par de liras. Eso sí, tiene muchísimas paradas.

Taxi: Un taxi del aeropuerto a Sultanahmet ronda las 40 TL y a la plaza Taksim, 50 TL.

Traslados a Estambul desde Sabiha Gökçen

Aunque se encuentra bastante lejos del centro de Estambul (a unos 50 km.), los traslados a/desde este aeropuerto no son complicados. Básicamente, tienes tres opciones: taxi, autobús Havataş y autobuses públicos.

Taxi: Llegar a la Plaza Taksim o a Sultanahmet en taxi te costará alrededor de unas 80-100 liras dependiendo del tráfico. Calcula una hora de trayecto más o menos.

Taxis en el aeropuerto Sabiha Gökçen. Viajar a Estambul
Taxis en el aeropuerto Sabiha Gökçen

Autobús Havataş: Los autobuses de esta compañía se cogen delante de la salida de la terminal de llegadas del aeropuerto. El precio del billete es 13 liras y la duración aproximada del viaje hasta la plaza Taksim es de hora y media. Salen cada media hora desde las 4 de la mañana hasta la 1 de la madrugada. Para ir de Taksim al aeropuerto Sabiha Gokçen, el primer autobús sale a las 3:30 y el último a la 1 de la madrugada. El autobús se coge enfrente del Point Hotel que está situado en un lateral de la plaza.

Autobuses públicos: Las principales líneas de autobuses públicos que pasan por Sabiha Gökçen son la E3, E10, 16S, y 132. La línea E3 une el aeropuerto con la estación de metro Levent (lado europeo), desde allí se puede coger el metro hasta Taksim. La E10, por su parte, va hasta Kadikoy, en la orilla asiática del Bósforo. Una vez allí se puede tomar un ferry hasta Eminönü, Karaköy, Kabataş y Beşiktaş. Estos autobuses se cogen justo detrás del carril donde para el Havataş.

Consejo viajero: si no quieres complicarte con los traslados durante tu viaje, aquí puedes reservar un transfer privado, puerta a puerta y al mejor precio. Un chófer te esperará en el aeropuerto, en el hotel o dónde estés para llevarte a tu destino de forma rápida y segura

Cómo desplazarte por Estambul

Estambul cuenta con un buen sistema de transporte público que tiene que bregar con el caótico tráfico que impera en la que fue capital de tres imperios. Para que sepas cómo moverte por la ciudad, aquí puedes consultar un mapa la ciudad.

Tranvía: Aunque Estambul cuenta con cuatro líneas de tranvía, la más utilizada por los turistas es la T1 que va desde Bağcilar hasta Kabataş. Las paradas de Çemberlitas, Sultanahmet y Eminönü te dejarán muy cerca de los principales puntos de interés: Palacio Topkapi, Santa Sofía, Mezquita Azul, Gran Bazar, Bazar de las Especias… Trata de evitarlos en horas punta porque suelen ir muy llenos a pesar de tener mucha frecuencia. Nota para románticos: hay un pequeño tranvía turístico que recorrer la Istiklal Caddesi hasta la plaza Taksim.

Tranvia en Çemberlitaş. Estambul
Tranvía en Çemberlitaş

Ferry: Los ferries conectan las orillas europea y asiática, surcan las aguas del Cuerno de Oro y navegan por el estrecho del Bósforo. En la parte europea los muelles más importantes son Eminönü, Karaköy y Beşiktaş, y en la zona asiática, Üsküdar y Kadıköy. Utilízalos para cruzar de una orilla a otra o por el simple placer de navegar.

Autobuses: Es el medio de transporte más barato y son muy útiles para llegar a rincones alejados del tranvía como el Museo de San Salvador de Chora o el barrio de Eÿup (nº 39B. Estación de autobuses de la Universidad).

Metro: Salvo la línea M1 que conecta con el aeropuerto de Atatürk, no tiene demasiado interés ya que circula por el extrarradio de la ciudad.

Funicular: Hay dos funiculares en Estambul. Uno conecta Kabataş con la plaza Taksim  y el segundo, conocido como Tünel, Karaköy con Beyoğlu. Perfectos para salvar las fuertes pendientes que hay entre estas zonas.

Funicular subterraneo de Tünel. Viajar a Estambul
Funicular subterráneo de Tünel

Teleférico: Justo al lado de la mezquita de Eyüp Sultan está el teleférico que en un par de minutos te llevará hasta el mirador de Pierre Loti.

Cafe Pierre Loti. Estambul
Vistas del Cuerno de Oro desde el Café Pierre Loti

Taxi: Los oficiales son amarillos, llevan un letrero que pone Taksi y todos tienen taxímetro. Si vas justo de tiempo es una buena opción ya que no resultan muy caros. No peques de incauto, vigila que el taxímetro funcione correctamente y atento al cambio.

Consejo para viajar a Estambul: si tienes poco tiempo para visitar la ciudad y no quieres tener que preocuparte por nada, puedes contratar un tour privado y exclusivo por Estambul con guía en español. Ocho horas para visitar lo que quieras porque tú eres quien decide el itinerario. Puedes contratarlo en este enlace.

İstanbulkart

Si vas a viajar a Estambul y quieres ahorrar en tus desplazamientos, lo mejor es adquirir la İstanbulkart, una tarjeta-monedero válida para todos los medios de transporte público de Estambul. Su precio es de 10 TL y puedes comprarla y recargarla en las principales estaciones de metro, autobús y muelles, en las máquinas expendedoras y en los quioscos que encontrarás por toda la ciudad. ¿Sus principales ventajas? Una sola tarjeta vale para varios viajeros y el ahorro frente al uso del jeton (ficha de viaje) es considerable. El coste de un trayecto usando el jeton es de 4 TL y con la İstanbulkart sale por 2,15 TL. Al finalizar tu estancia puedes devolverla y recuperar parte de su importe o, como suele hacer la mayoría, conservarla como recuerdo.

İstanbulkart. Estambul
İstanbulkart

Dónde alojarte en Estambul

¿Me alojo en Sultanahmet o mejor en la zona de Beyoğlu y Taxim? No hay una respuesta definitiva ya que más que un tema económico es una cuestión de preferencias. La principal ventaja de alojarte en Sultanahmet  es su proximidad a los monumentos históricos como Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio Topkapi o la Cisterna Basílica, entre otros. ¿La de Taxim? Básicamente, el ambiente y su vida nocturna cualquier día de la semana.

Lo que está claro es que inevitablemente acabarás moviéndote por las dos zonas por lo que, en definitiva, es una cuestión de gustos. También puedes buscar alojamiento en la parte asiática si quieres vivir una experiencia más auténtica alejado de las hordas de turistas que invaden la ciudad.

Santa Sofia desde la terraza del hotel Adamar.
Santa Sofía desde la terraza del hotel Adamar

En mi primer viaje a Estambul, lo tuve claro. Opté por alojarme en Sultanahmet y no me arrepiento. Volver al hotel tras jornadas maratonianas pateando la ciudad de arriba a abajo y salir a dar un paseo por la zona, en mi opinión, no tiene precio. Porque Estambul es preciosa de día pero de noche, sencillamente, es espectacular. Aquí puedes leer mi reseña del Hotel Adamar.

Otros alojamientos en los que me he hospedado son el Marmara Pera, un encantador hotel boutique situado en la zona de (Beyoğlu) y el Marmara Taksim, un cinco estrellas con vistas al Bósforo. 

Hotel Marmara Taksim
Hotel Marmara Taksim

Dónde comer en Estambul

En mis escapadas a Estambul, he podido comprobar que la gastronomía turca es un carrusel de olores y sabores que parece no tener fin. Una cocina que empezó a destacar durante el Imperio Otomano y que hoy en día recoge en sus platos lo mejor de Oriente y Occidente. Te remito a mi artículo Dónde comer en Estambul para que leas las reseñas de los locales en los que estuve y descubras los must de su gastronomía. ¿Un adelanto? Testi kebab, mercimek çorbası, mezzes, köfte, bocadillo de caballa, mejillones con limón, baklavas, lokum, çay y café turco, raki, yoğurt de Kanlica…

Kebab de pollo
Kebab de pollo

¿Resulta caro comer en Estambul? No. Encontrarás opciones para todos los bolsillos. Desde los tradicionales lokantas y meyhanes, a locales de comida rápida, puestos callejeros y restaurantes de alto nivel. En función del local, lo habitual es dejar el 10% de la factura como propina.

Consejos para visitar las mezquitas de Estambul

En Turquía la religión musulmana es mucho más flexible y tolerante que en otros países islámicos del mundo. Estambul es un buen ejemplo de ello ya que la mayoría de sus mezquitas se pueden visitar. La entrada es gratuita y si se quiere se puede dejar un donativo a la salida para sufragar su mantenimiento.

Como manda la tradición islámica, hay que entrar descalzos. Podemos dejar los zapatos a la entrada o meterlos en una bolsa y llevarlos con nosotros. Las mujeres deben llevar los hombros y el pelo tapado. Aunque en la entrada nos facilitan todo lo necesario para adecuar nuestra vestimenta, lo más práctico es llevar siempre un pañuelo en la mochila. El resto es simplemente una cuestión de sentido común y respeto. Actúa como si estuvieras en cualquier otro templo: no hagas fotos donde no esté permitido, no te tumbes en el suelo, trata de pasar desapercibido y haz tu visita en silencio.

Zapatos en la entrada de una mezquita
Antes de entrar en una mezquita debes descalzarte
Mezquita Azul. Estambul
Mezquita Azul

Hablando de mezquitas, en Estambul hay más de 3.000 repartidas por toda la ciudad. Aunque la Mezquita Azul, Süleymaniye o la Mezquita Nueva son de visita obligada, te recomiendo que además te acerques a conocer otras menos famosas pero igual de interesantes. Te hablo de la Mezquita de Eyüp Sultan, de la Pequeña Santa Sofía, de Beyazit, de Rüstem Pasa y de la Mezquita de Faith, entre otras. Tal vez pienses que vistas un par, vistas todas pero te equivocas. Cada una tiene una luz especial, unos fieles distintos, una decoración singular, algo que la hace realmente única.

Viajar a Estambul: compras

Estambul ha sido y es una auténtica meca de las compras. En su día fue un importante enclave de la Ruta de la Seda y su tradición comercial siempre ha formado parte de su esencia. Solo tienes que acercarte al Gran Bazar o al Bazar de las Especias para comprobarlo: alfombras y kilims, orfebrería, todo tipo de objetos de cerámica y latón, ropa de cuero, joyas, falsificaciones, marquetería (en especial tableros de ajedrez y backgammon), dulces… Mi consejo es que no dejes de lado las calles adyacentes que los circundan ya que en sus tiendas puedes encontrar el mismo producto más barato. Si decides comprar algo, ten en cuenta que deberás entrar en el juego del regateo ya que la prisa no tiene cabida cuando se trata de comprar.

Bazar de las Especias. Estambul
Bazar de las Especias

Si lo tuyo es la moda, la música y los libros, deberás encaminar tus pasos a los barrios de Galata y Beyoğlu y, si la cartera te lo permite, acércate hasta Nisantasi donde encontrarás las mejores boutiques de la ciudad. Para antigüedades, Çukurcuma y Cihangir. Una última sugerencia: si tienes que llevarle un detalle a alguien, déjate de fruslerías y cómprale una caja de baklavas. Estos pastelitos de hojaldre con nueces o pistachos bañados en jarabe de miel son una delicia. En cualquier pastelería te los prepararán para que lleguen a su destino perfectos.

Baklavas. Estambul
¿Mi perdición? Los deliciosos baklavas

Crucero por el Bósforo

Surcar las aguas del Bósforo, el estrecho que separa Europa de Asia, es uno de los regalos más fascinantes que nos regala viajar a Estambul. Nada más poner los pies en el puerto de Eminönü te ofrecerán todo tipo de cruceros al grito de «Bosphorus, Bosphorus». Mi consejo es que los desestimes y te embarques en un ferry de las líneas marítimas turcas que te llevará hasta las puertas del Mar Negro en Anadolu Kavaği. El crucero que yo realicé es el Full Bosphorus Cruise operado por la compañía Şehir Hatları y cuya duración total, incluyendo la escala en Anadolu Kavaği, es de 6 horas. Esta empresa pública también realiza una travesía más corta de aproximadamente dos horas de navegación.

Bogäz İskelesi. Estambul
Bogäz İskelesi
Crucero por el Bosforo. Estambul
Crucero por el Bósforo

El muelle de salida es el Bogäz İskelesi (Bosphorus Cruises Pier) y la duración del viaje es de 90 minutos por trayecto. Realiza paradas en Eminönü, Beşiktaş, Kanlika, Sariyer, Rumeli Kavaği y Anadolu Kavaği, y el precio de ida y vuelta es de  25 TL (8€ aprox.). Aquí tienes el relato de esta experiencia: Estambul y el Bósforo, navegando entre dos continentes.

Otra opción muy recomendable es este crucero por el Bósforo y el Mar Negro en el que surcarás el famoso estrecho y descubrirás los contrastes de Europa y Asia. Además de contemplar lugares tan emblemáticos como la torre Galata, podrás nadar en el Mar Negro y probar la comida turca. Reserva aquí tu excursión y olvídate de colas e imprevistos

El mejor atardecer de Estambul

En Üsküdar, uno de los barrios más antiguos de la parte asiática, te espera el que para muchos, entre los que me incluyo, es el mejor atardecer de Estambul. El rincón más buscado para presenciar la puesta de sol a orillas del Bósforo es el que se conoce como café de las alfombras. Para llegar hasta allí, lo normal es coger el ferry en el muelle de Eminönü. Una vez estés en el puerto, deberás caminar unos 15 minutos a la derecha en dirección a la Torre de Leandro. No tiene pérdida y te aseguro que es una de las grandes recompensas de viajar a Estambul.

Cafe de las alfombras y Torre de Leandro. Üsküdar
Café de las alfombras y Torre de Leandro
Puesta de sol desde Üsküdar. Estambul
Puesta de sol desde Üsküdar

Si dispones de tiempo, callejea por Üsküdar, una barriada que vive sin la contaminación del turismo de masas y que nos recuerda a cada paso que estamos en Asia. Puedes regresar en el último barco para disfrutar de las preciosas vistas nocturnas de Estambul. Más información: Üsküdar, en busca del mejor atardecer de Estambul.

¿Cuántos días necesito para visitar Estambul?

Esta podría considerarse la pregunta del millón y mi respuesta es una reflexión absolutamente personal basada en mi experiencia. En mi primer viaje estuve cinco días completos, una cifra que a priori parecía suficiente y que a todas luces resultó escasa.

Evidentemente en tres días, dos si me apuras, se puede ver lo fundamental pero, si algo me ha quedado claro tras viajar a Estambul, es que es una ciudad a la que no le sientan bien las prisas. Tanta belleza cargada de historia necesita su tiempo para no pasar por ella de puntillas, para tratar de captar la magia de sus mil rostros, para sentir, de regreso, que te traes un trocito de Estambul en la maleta. De todos modos, si no dispones de ese tiempo, no te preocupes. La mayoría de los que han estado sueñan con volver.

De todos modos y para facilitarte al máximo tu viaje a Estambul, permíteme sugerirte algunas excursiones y experiencias inolvidables:

Autobús turístico de Estambul → La mejor forma para descubrir a tu aire esta increíble ciudad que no te dejará indiferente. Dos rutas con 19 paradas y comentarios grabados en español.

Capadocia express → Tour de 1 día en avión visitando el paisaje lunar del Valle de Derbent, las iglesias bizantinas excavadas en la roca del Valle del Goreme, el pueblo troglodita de Uçhisaral y el famoso Valle de Pasabagi donde se encuentran las chimeneas de hadas.

Excursión a las islas Príncipe → Siéntete parte de la realeza otomana con un recorrido en barco por tres de las islas Príncipe: Kinaliada, Heybeliada y Buyukada.

Espectáculo de los Derviches → Descubre la magia y el misticismo de la danza sufí, conocida como Sema, y vive una experiencia espiritual  de la mano de los Derviches Giróvagos. Reserva cuanto antes porque las mejores localidades vuelan.

Excursión a Éfeso en avión → Vuela a la ciudad que en la Antigüedad se convirtió en un auténtico centro religioso, cultural y comercial del Imperio Romano. Incluye guía de habla española/inglesa y la recogida en el hotel y traslado de regreso.

Seguro de viajes para viajar a Estambul

Tu seguridad es lo primero, así que, si vas a viajar a Estambul, haz como yo y contrata un seguro de viajes con Chapka. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus por su amplia cobertura COVID-19: gastos médicos derivados de la enfermedad, PCR prescrita por un profesional sanitario, prolongación de estancia, regreso anticipado… Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. No lo dudes, contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.

Más información para viajar a Estambul

Dónde comer en Estambul
Crucero por el Bósforo
Üsküdar, el mejor atardecer de Estambul
Sultanahmet, el corazón de la cautivadora y fascinante Estambul
Santa Sofía, la joya bizantina de Estambul
Mezquitas de Estambul
Volar con Pegasus airlines a Estambul
 

Volar con Pegasus Airlines a Estambul y traslados desde Sabiha Gökçen

Volar con Pegasus Airlines a Estambul y traslados desde Sabiha Gökçen

Si tienes pensado viajar a Estambul, tal vez te interese saber cómo fue mi experiencia al reservar y volar con Pegasus Airlines. Cuando busqué información acerca de esta low cost turca, apenas encontré nada más allá de los clásicos portales de compra de vuelos. Incluso cuando comentaba que iba a volar con Pegasus, mucha gente ni siquiera conocía esta compañía. De ahí nace este artículo en el que, además, voy a hablarte de los requisitos de entrada para viajar a Estambul y cómo llegar del aeropuerto de Sabiha Gökçen al centro de Estambul. Comenzamos.

Pegasus Airlines
Volar con Pegasus

Como comenté en su día, Pegasus Airlines fue la opción más económica que encontré para volar a Estambul desde Madrid en 2014. En clase essentials y con asiento asignado -se paga aparte-, el total de los vuelos para dos personas fue de 281.47€ (ida y vuelta). El precio inicial era más pero, como hicimos la reserva el día 14 de febrero, nos aplicaron la promoción Valentine’s Day Discount, y por el segundo pasajero solo nos cobraron la mitad del billete. Otra coincidencia fue que volamos el 24 marzo por lo que inauguramos la nueva ruta Madrid-Estambul Sabiha Gökçen de esta aerolínea.

Reservar con Pegasus Airlines

Reservar los vuelos es muy fácil ya que el sistema te va guiando paso a paso, ofreciéndote la posibilidad de escoger asiento o el tipo de comida que quieres consumir durante el vuelo: estándar, vegetariana, Kosher, sin gluten, baja en grasas, etc.

Una vez hayas formalizado tu reserva, recibirás tu billete electrónico que deberás presentar junto con tu DNI o pasaporte en el momento de hacer el check-in. Si tienes alguna duda, puedes llamar al teléfono de atención al cliente de Pegasus Airlines España: +34 650 476 937.

Tarjeta de embarque de Pegasus Airlines
Tarjeta de embarque de Pegasus Airlines
  • NO VIAJES SIN SEGURO
    Eso sí, antes de empezar a planificar tu viaje a Estambul, recuerda siempre que tu seguridad y tranquilidad es lo primero. Mi consejo: por lo que pueda pasar, haz como yo y contrata un seguro de viajes con Chapka. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus por sus amplias coberturas. Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. No lo dudes, contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.

     

Tipos de billetes de Pegasus Airlines

Pegasus cuenta con 4 tipos de billetes que puedes personalizar para incluir los servicios adicionales que desees en función de tus necesidades: Basic, Essentials, Advantage y Comfort Flex. Todos ellos permiten llevar un bulto de mano y sumar puntos de vuelo con el programa de fidelización Pegasus BolBo.

Basic: Es la tarifa más económica. Solo está disponible en vuelos internacionales y solo te permite llevar un bolso de mano de tamaño no superior a 55x40x20 cm.

Essentials: Incluye una maleta facturada de 15 kg en vuelos nacionales y de 20 kg en vuelos internacionales.

Tipos de billete de Pegasus Airlines
Compara y compra el billete que más se ajuste a tus necesidades

Advantage: Con los billetes advantage, podrás elegir los asientos (excepto los que disponen de espacio adicional para las piernas), obtener 20 kg de franquicia de equipaje gratuito, disfrutar de un sándwich y utilizar los servicios de entretenimiento a bordo Fly & Watch.

Comfort Flex : La tarifa más completa de Pegasus, además de todo lo anterior, incluye la selección de asientos XL y permite cambiar y anular los billetes sin penalización hasta dos horas antes de la salida del vuelo. En caso de anulación, reembolsan el importe íntegro del billete, exceptuando el cargo por servicios. En el caso de cambios o anulaciones realizados en menos de dos horas antes del vuelo, solo se reembolsan las tasas del aeropuerto.

También es importante destacar que, si contratas la opción Pegasus Flex al adquirir tu billete, podrás cambiar la fecha y la ruta sin pagar recargos.

Pegasus BolBol

Pegasus BolBol es el programa de fidelización de Pegasus que permite obtener BolPoints con cada vuelo que compres y canjearlos para futuros vuelos o invertirlos en servicios adicionales como reservar asientos, pagar equipaje extra o cambiar la reserva sin restricciones de tiempo o de cupos.

Puedes darte de alta en este programa de forma gratuita con tu número de teléfono y, si compras tu billete en la app móvil de Pegasus, conseguirás el doble de puntos.

Volar a Estambul desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas

Estambul cuenta con dos aeropuertos internacionales. El principal es el Aeropuerto Internacional de Estambul (IST) que está situado en el lado europeo de la ciudad. Por su parte, en el lado asiático, está el aeropuerto Sabiha Gökçen (SAW) donde operan principalmente las aerolíneas de bajo coste como Pegasus.

Aeropuerto Internacional Sabiha Gökçen
Aeropuerto Internacional Sabiha Gökçen

Los vuelos de Pegasus Airlines salen de la terminal T1 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y la facturación se realiza en la planta P1. Las llegadas se realizan en la planta P0 de la misma terminal. Actualmente hay tres vuelos diarios.

Mostradores de facturacion de Pegasus Airlines. Aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas
Mostradores de facturación de Pegasus Airlines

Respecto a la experiencia a bordo, puedo decir que no se nota que estés volando con una low cost. Ambos vuelos salieron a la hora prevista, el personal me pareció eficiente y amable, los asientos son bastante cómodos y el Boeing 737-800 en el que volamos estaba prácticamente nuevo (la edad media de su flota es de menos de cuatro años).

Embarcando con Pegasus Airlines
Embarcando con Pegasus Airlines
Interior del avion de Pegasus Airlines
Todo listo para el vuelo inaugural de Pegasus
Pantallas del avion de Pegasus Airlines
Avión de Pegasus Airlines

Un último apunte: Desde Sabiha Gökçen -su hub en Estambul-, Pegasus ofrece conexiones a numerosas ciudades turcas como Ankara, Diyarbakir, Kayseri (Capadocia), Nevsehir, Antalya, Trabzon o Izmir.

Requisitos de entrada para viajar a Estambul (actualizado)

Los ciudadanos españoles pueden entrar o salir de Estambul con pasaporte o DNI indistintamente siempre que ambos documentos tengan una validez mínima de 6 meses a partir de la fecha de entrada en Turquía.

Volando con Pegasus Airlines
Volando con Pegasus Airlines

Si usas el pasaporte, comprueba que tienes páginas libres y que en el control policial te estampen un sello en el que figure la fecha de entrada y la leyenda GIRIS (entrada en turco). Ten en cuenta, también, que si tu estancia va a ser superior a 3 meses solo podrás utilizar el pasaporte para entrar en el país. Lo mismo ocurre si accedes a Turquía en tu propio coche o si la entrada se realiza desde Irán, Irak y Siria.

Para conocer los requisitos actuales para entrar en el país debido al coronavirus, consulta mi Guía práctica y consejos para viajar a Estambul.

Cómo ir del aeropuerto de Sabiha Gökçen al centro de Estambul

Aunque se encuentra bastante lejos del centro de Estambul (a unos 50 km aproximadamente) y no está tan bien comunicado como Atatürk, los traslados a/desde este aeropuerto no son complicados. Básicamente, tienes cuatro opciones: taxi, autobús Havataş, autobuses públicos y contratar un servicio de transfer

Taxi: Llegar a la Plaza Taksim o a Sultanahmet en taxi te costará alrededor de unas 80-100 liras (34€ aprox.) dependiendo del tráfico. Calcula una hora de trayecto más o menos.

Autobús Havataş: Los autobuses de esta compañía se cogen delante de la salida de la terminal de llegadas del aeropuerto. El precio del billete es 13 liras y la duración aproximada del viaje es de hora y media. Salen puntualmente cada media hora desde las 4 de la mañana hasta la 1 de la madrugada. Se paga a bordo. Si tu destino final es Sultanahmet, desde Taskim puedes coger un taxi o bien el metro vía Kabataş.

Para ir de Taksim al aeropuerto Sabiha Gökçen, el primer autobús sale a las 3:30 y el último a la 1 de la madrugada. El autobús se coge enfrente del Point Hotel que está situado en un lateral de la plaza.

Autobuses públicos: Las principales líneas de autobuses públicos que pasan por Sabiha Gökçen son la E3, E10, 16S, y 132. La línea E3 une el aeropuerto con la estación de metro Levent (lado europeo), desde allí se puede coger el metro hasta Taksim. La E10, por su parte, va hasta Kadikoy, en la orilla asiática del Bósforo. Una vez allí se puede tomar un ferry hasta Eminönü, Karaköy, Kabataş y Beşiktaş. Estos autobuses se cogen justo detrás del carril donde para el Havataş.

Transfer: Si no quieres complicarte con los traslados, aquí puedes reservar un transfer privado, puerta a puerta y al mejor precio. Un chófer te esperará en el aeropuerto, en el hotel o dónde estés para llevarte a tu destino de forma rápida y segura.

Para finalizar y con el objetivo de facilitarte al máximo tu viaje a Estambul, permíteme sugerirte algunas excursiones y experiencias inolvidables:

Baño turco Aga Hamami → No podrás decir que has estado en Estambul si no experimentas el placer de un baño turco en el hammam Aga Hamami, uno de los más populares de la ciudad. ¡Ni lo dudes!

Autobús turístico de Estambul → La mejor forma para descubrir a tu aire esta increíble ciudad que no te dejará indiferente. Dos rutas con 19 paradas y comentarios grabados en español.

Capadocia express → Tour de 1 día en avión visitando el paisaje lunar del Valle de Derbent, las iglesias bizantinas excavadas en la roca del Valle del Goreme, el pueblo troglodita de Uçhisaral y el famoso Valle de Pasabagi donde se encuentran las chimeneas de hadas.

Excursión a las islas Príncipe → Siéntete parte de la realeza otomana con un recorrido en barco por tres de las islas Príncipe: Kinaliada, Heybeliada y Buyukada.

Espectáculo de los Derviches → Descubre la magia y el misticismo de la danza sufí, conocida como Sema, y vive una experiencia espiritual  de la mano de los Derviches Giróvagos. Reserva cuanto antes porque las mejores localidades vuelan.

Excursión a Éfeso en avión → Vuela a la ciudad que en la Antigüedad se convirtió en un auténtico centro religioso, cultural y comercial del Imperio Romano. Incluye guía de habla española/inglesa y la recogida en el hotel y traslado de regreso.

Todo lo que necesitas saber para viajar a Estambul:

Guía práctica y consejos para viajar a Estambul
Dónde comer en Estambul
Crucero por el Bósforo
Üsküdar, el mejor atardecer de Estambul
Sultanahmet, el corazón de la fascinante Estambul
Santa Sofía, la joya bizantina de Estambul
Mezquitas de Estambul, un paseo entre la fe y la arquitectura musulmana

 

Dónde comer en Estambul: pistas para saborear la ciudad a bocados

Dónde comer en Estambul: pistas para saborear la ciudad a bocados

Un festín de olores y sabores que parece no tener fin. Así es la gastronomía turca. Una cocina que empezó a destacar durante el Imperio Otomano y que hoy en día recoge en sus platos lo mejor de Oriente y Occidente. Lo pude comprobar durante mi estancia en Estambul y de ahí nace este artículo. No esperes un tratado culinario, son tan solo una serie de sugerencias, basadas en mi experiencia, que espero den respuesta a la clásica pregunta que muchos nos hacemos cuando planificamos un viaje a Estambul: ¿dónde comer?

Döner kebap. Comer en Estambul

Dónde comer en Estambul: Sultanahmet

Aunque muchas guías y foros sugieren huir de Sultanahmet para comer o cenar, ya que es la zona más turística de Estambul y por ende la más cara, separando el grano de la paja, encontramos dos locales que, curiosamente, iniciaron y cerraron nuestro periplo gastronómico por la ciudad.

Enjoyer

El Enjoyer es una buena opción si, como nosotros, llegas a las mil a Estambul, no tienes ganas de pelearte con el idioma y buscas un restaurante donde te lo pongan fácil para iniciarte en la gastronomía turca. Su mejor baza es que todos los camareros dominan el español, en especial Mehmet, alias Antonio, que nos explicó la carta de arriba a abajo y acabó compartiendo un té sentado en nuestra mesa y hablando de fútbol.

Aunque hizo mucho hincapié en que probásemos el testi kebab -un guiso de carne preparado en una vasija de barro que se rompe al servir-, tras ojear la carta y como no teníamos mucho apetito, pedimos una sartén árabe. El plato consistía en carne de ternera troceada, cebolla, tomate y berenjena y venía acompañado de patatas, arroz y verduras. Su precio: 25,00 liras (8,77 €). Aquí pudimos probar la omnipresente cerveza turca Efes y el famoso raki, la bebida nacional. Un aguardiente hecho con anís cuya altísima graduación aún recuerdo.

Restaurante Enjoyer. Estambul

Sartén árabe. Restaurante Enjoyer. Estambul

Interior del Restaurante Enjoyer. Estambul

El restaurante tiene un pequeño comedor interior y una terraza donde el trasiego de turistas es constante. En resumen, un sitio agradable para una primera incursión en los sabores locales, frecuentado por turistas españoles, y muy céntrico. Está en la calle peatonal que hay justo al lado de las Cisternas de Yerebatan. ¿Para repetir? No. Si sigues leyendo te mostraré opciones mucho más auténticas. Dirección: İncili Çavus Sok, nº 25.

Tarihi Sultanahamet Köftecisi 

Tradicionalmente, los köftecisi de la calle Divan Yolu era donde los trabajadores del barrio comían a buen precio los clásicos köfte turcos (albóndigas de ternera). Esta es la especialidad del Tarihi Sultanahamet Köftecisi, una pequeña joya avalada por cuatro generaciones de cocineros que acabaron convirtiendo su marca en una cadena de locales. Que no te eche para atrás su reducida carta, todo lo que probamos estaba delicioso. Nuestro menú consistió en una sopa de lentejas (mercimek çorbası), un kebap de cordero (kuzu şiş) y, cómo no, las albóndigas (izgara köfte).

Menú en el Tarihi Sultanahamet Köftecisi. Estambul

Respecto al local, es igual que su comida, sencillo, auténtico y sin pretensiones. Me llamó la atención que, a modo de decoración, las paredes están llenas de cartas de agradecimiento firmadas por gentes de todo el mundo que habían recalado en este histórico establecimiento. No me extraña porque la calidad-precio es inmejorable. Para que te hagas una idea, al cambio el plato de köfte cuesta menos de 3 euros y la sopa 1€. Eso sí, no sirven cerveza. Dirección: Divan Yolu Caddesi, nº 12.

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Dónde comer en Estambul: Beyazit

Tarihi Subaşi Lokantası

Otra opción para comer en Estambul son los lokantas que es como se conoce a los locales que sirven comida tradicional. Nosotros probamos suerte en el Tarihi Subaşi Lokantası, un restaurante frecuentado por los vendedores del Gran Bazar ya que está situado enfrente de una de sus puertas.

Tarihi Subaşı Lokantasi. Estambul

Nada más entrar te encuentras con una barra repleta de bandejas con los platos caseros del día. Aquí el inglés lo dominan poco, así que tendrás que señalar con el dedo lo que quieres y la cantidad. En nuestro caso probamos su arroz, unas deliciosas espinacas con queso, pollo con verduras y un guiso de judías blancas. Los precios oscilan entre las 15 liras por un plato de carne y 9 por uno de verduras.

Barra del Tarihi Subaşı Lokantasi. Estambul

Nuestro menú en el Tarihi Subaşı Lokantasi. Estambul

Interior del Tarihi Subaşı Lokantasi. Estambul

En cuanto al local, que abrió sus puertas en 1961, está situado en un edificio histórico y es bastante acogedor. Yo quería comer en la planta baja y disfrutar del trajín de la ciudad desde sus amplios ventanales pero como estaba lleno nos tocó comer en el piso superior. Una pena porque es un espacio bastante pequeño, tipo buhardilla. Dirección: Çarşıkapı Nuruosmaniye Caddesi, nº 48.

Dónde comer en Estambul: Üsküdar

Adil Kebap 

Tras ver la espectacular puesta de sol desde el café de las alfombras de Üsküdar, y dado que el último ferry de regreso a Eminönü salía bastante tarde, nos perdimos por este barrio asiático sin rumbo fijo buscando un sitio para cenar. No sé cómo acabamos en Adil Kebap, un local de unas ocho mesas en el que los únicos extranjeros éramos nosotros. Aquí sí que realizamos un auténtico espectáculo de mimo porque era imposible hacernos entender. Suerte que los camareros eran simpatiquísimos, tenían una paciencia infinita y nos trataron como sultanes. Además del buen ambiente que se creó con nuestra llegada -la cara del resto de comensales viéndome hacer fotos no la olvidaré nunca-, comimos estupendamente. De hecho, sin decir nada, nos colocaron una serie de aperitivos, y su sopa de lentejas fue con diferencia la mejor que probé durante todo el viaje. Además tomamos un kebap de pollo picante (adana kebap) y un pide de queso, una pan horneado de forma ovalada que vendría a ser junto al lahmacun las versiones turcas de la pizza. ¿El precio? Muy económico. ¿La experiencia? De diez. Dirección: Molla Eşref Sokak, nª 2. Üsküdar.

Adil Kebap. Üsküdar. Estambul

Kebap de pollo. Adil Kebap. Üsküdar. Estambul

Sopa de lentejas. Adil Kebap. Üsküdar. Estambul

Dónde comer en Estambul: Süleymaniye

Ada Islama Köftecisi 

Una situación muy parecida es la que vivimos en el Ada Islama Köftecisi, un pequeño y modesto local camuflado entre las docenas de copisterías que pueblan las calles que van desde la impresionante Mezquita de de Süleymaniye hasta la zona de la Universidad. De nuevo, ni un solo turista. De nuevo, el lenguaje de los signos. De nuevo, una comida estupenda en la que el plato más caro de su carta costaba 8 liras, o lo que es lo mismo, menos de 3€. Aquí probamos una sopa de legumbres, un guiso de pollo y una especie de empanada rellena de verduras acompañada de yogurt. Más rico, barato y auténtico imposible. Dirección: Suleymaniye Caddesi Ferah Apt. nº 15 D:6.

Ada Islama Köftecisi. Estambul

Comiendo en el Ada Islama Köftecisi. Estambul

Dónde comer en Estambul: Anadolu Kavaği (Crucero por el Bósforo)

Alkolsüz Balik Restaurant 

Si te embarcas en un crucero por el Bósforo hasta llegar a las puertas del Mar Negro, la última parada será Anadolu Kavaği, una pequeña localidad que vive por y para los turistas y cuyo máximo atractivo es la Fortaleza de Yoros. Para llegar al castillo, las pendientes a salvar son importantes pero no lo dudes porque la recompensa bien vale el esfuerzo: al sur, los últimos coletazos del estrecho del Bósforo, y hacia el norte, el Mar Negro.

Restaurantes en primera línea de mar. Anadolu Kavaği

Restaurante en la subida al castillo de Anadolu Kavaği

La escala en Anadolu Kavaği es de tres horas y tres son los escenarios donde puedes comer. El primero lo verás antes de atracar ya que una hilera de restaurantes perfila buena parte de su costa. El segundo lo encontrarás en el tramo de escaleras que hay antes de llegar al castillo donde hay un puñado de restaurantes con unas vistas fantásticas. Y el tercero, en la parte baja del pueblo. Aquí es donde comimos nosotros, en el Alkolsüz Balik Restaurant. ¿Por qué elegí éste y no otro? Porque me fijé en los mejillones rebozados y en el pescado que cocinaban junto a su pequeña terraza. Como intuí, me encantaron, igual que la ensalada y los boquerones fritos que completaron nuestro menú. Olvidé anotar el precio de cada plato pero recuerdo que fue muy asequible. ¿La única pega? No sirven cerveza. Si quieres tomarte una, tendrás que acudir a las otras dos zonas de restauración que te he comentado.

Alkolsüz Balik Restaurant. Anadolu Kavaği. Estambul

Mejillones rebozados y boquerones. Alkolsüz Balik Rte.

Dónde no comer: en el Puente de Gálata (Eminönü)

Restaurante Galapera 

Estaba avisada. Te van a agobiar muchísimo los captadores de clientes, no te van a dejar dar un paso sin plantificarte en la cara sus cartas, son muy insistentes… Y aún así allí que fuimos para comprobar en primera persona si los restaurantes especializados en pescado de la planta inferior del Puente Gálata eran territorio comanche. Lo son. Aquello parece una jauría en la que las codiciadas presas son los turistas que tienen que ir sorteando a los camareros hasta que se marchan o bien escogen un restaurante al azar.

Restaurante Galapera. Estambul

Dorada a la parrilla. Rte. Galapera. Estambul

Como cenar con vistas al mar tenía su aquel, nos quedamos en el Restaurante Galapera. Lo más gracioso del asunto es que los precios de la carta no son fijos y nos empezaron a ofrecer todo tipo de descuentos u ofertas como el café o los postres gratis. Una locura. Fue la primera y última vez que regateé por comer en Estambul. En su defensa solo puedo decir que las doradas a la parilla que tomamos estaban realmente buenas y que su precio no nos pareció excesivo teniendo el cuenta donde estábamos (8€). Eso sí, la cerveza la cobran a precio de oro. Dirección: Karaköy Bogaz Tarafi, nº. 6.

Los dulces de Estambul

Estambul es un paraíso para los más golosos por la variedad y calidad de sus dulces. Empezando por los baklavas, unos pastelitos de hojaldre con nueces o pistachos bañados en jarabe de miel que son una delicia. Si tienes que llevarle un detalle a alguien, te sugiero que sea una caja de esta exquisitez. En cualquier pastelería te la prepararán para que llegue a su destino perfecta.

Baklavas. Estambul

Otro dulce muy típico es el lokum, más conocido como delicias turcas. Son una especie de gominolas cortadas en cuadraditos que se aromatizan con agua de rosas o limón y se rellenan de frutos secos.

Tras recorrer muchas pastelerías, mi recomendación sería, sin duda, la pastelería Safa porque tienen mucha variedad de exquisitos baklavas y a buen precio. Además, allí pudimos probar dos especialidades que se sirven calientes: el sicak halka  y el cevizli paşa. Si uno era dulce, el otro ni te cuento. Esta pastelería está situada en una calle peatonal que comunica la Mezquita de Rüstem Paşa y el Bazar de las Especias. Dirección: Hasircilar Caddesi, nº 10.

Pastelería Safa. Estambul Té y dulces. Pastelería Safa. Estambul

En cualquier momento

Por toda la ciudad encontrarás puestos ambulantes con tentaciones que te asaltarán a cada paso. No dejes de probar las mazorcas, los clásicos mejillones con limón, el zumo de granada y el simit, una rosca de pan con semillas de sésamo que se suele rellenar con queso y que resulta un tentempié de lo más apetitoso.

Puesto de mazorcas y castañas. Estambul

Zumo de granada. Estambul

Vendedor de simit. Estambul

También me gustó mucho el sabor de los yogures que suelen vender en los ferris. Son de Kanlica, un barrio de la orilla asiática famoso por elaborarlos.

Yoğurt de Kanlica. Estambul

Dos últimas recomendaciones. No puedes marcharte de Estambul sin probar el té (çay) y el café turco y, sobre todo, sin degustar una bocadillo de caballa a la plancha. Van acompañados de lechuga, tomate, cebolla, un chorrito de limón y un puñado de especias y están buenísimos.

Bocadillo de caballa. Estambul

Como ves, la oferta gastronómica que ofrece Estambul no puede ser más variada. Y lo mejor, con precios que se adaptan a todo tipo de bolsillos. Dicho esto, solo me queda desearte buen viaje y buen provecho.

 

Üsküdar, en busca del mejor atardecer de Estambul

Üsküdar, en busca del mejor atardecer de Estambul

Tal vez pueda parecer una tontería, pero posar mis pies en Asia estaba marcado con mayúsculas en la lista de deseos que forjé antes de viajar a Estambul. Una ciudad bendecida por el paso de los siglos, por el arte de quienes la levantaron tan bella, por sus gentes y, sobre todo, por un caprichoso diseño que la obliga a navegar entre dos continentes. El lugar elegido fue Üsküdar, uno de los barrios más antiguos de la parte asiática, a menudo dejado de lado por aquellos que no van más allá de donde dictan las guías, pero que me regaló grandes momentos y uno de los instantes más mágicos vividos en la que fue capital de tres imperios: el mejor atardecer de Estambul.

Aunque la forma más usual y rápida para cruzar al lado asiático es coger el ferry desde el puerto de Eminönü, nosotros embarcamos en Eyüp para recorrer el Cuerno de Oro en toda su extensión y captar nuevas imágenes de una ciudad que ya no era extraña a nuestros ojos. Fue casi una hora de travesía, saltando de orilla a otra, camuflados entre el pasaje local que subía y bajaba en cada uno de los muelles para continuar con sus vidas. Sütlüce, A. Saray, Hasköy, Kasimpaşa, Eminönü, Karaköy…

Navegando por el Cuerno de Oro. Estambul

Puente Unkapani. Estambul

Un té a bordo del ferry. Cuerno de Oro. Estambul

Navegar por el Cuerno de Oro hasta Üsküdar supone revivir el pasado y contemplar el presente de una ciudad que despliega sus alas en sus riberas y que combina credos y culturas a golpe de barrios. El musulmán Eyüp, Balat, donde residen los judíos, Fener, el barrio griego desde los días de Constantino… Y, cómo, no atravesar los puentes que cruzan este puerto natural, al tiempo que desfilan ante ti las siluetas de los minaretes de Süleymaniye o Santa Sofía, la Torre Gálata y soberbios palacios como el Topkapi o el Palacio de Dolmabahçe ya en la orilla europea del Bósforo.

Atravesando el Puente Gálata. Estambul

Palacio Topkapi desde el ferry. Estambul

Unión del Cuerno de Oro y el Mar de Mármara. Estambul

Palacio de Dolmabahçe. Estambul

La primera imagen que percibí de Üsküdar no distaba mucho de otros escenarios de Estambul salvo por el mitin electoral que nos encontramos nada más pisar el puerto. Mezquitas perfilando el horizonte, casas arracimadas, callejuelas empinadas, el trasiego de todo tipo de embarcaciones…

Üsküdar desde el mar. Estambul

Vista de Üsküdar desde el ferry. Estambul

Llegada a Üsküdar. Estambul

A priori, solo la silueta de la Torre de Leandro, varada en una diminuta isla en medio del mar, a unos 200 metros de la orilla, marcaba la diferencia con lo visto hasta el momento. Los turcos llaman a este pequeño baluarte ­­­-construido en el siglo XVIII sobres los restos de una antigua torre bizantina- Kiz Kulesi, la torre de la doncella, en alusión a una de las dos leyendas nacidas en este símbolo de Estambul desde donde partían las rutas comerciales que se internaban en Asia.

Torre de Leandro. Estambul

Como yo soy mucho de cuentos y fábulas, no puedo resistirme a relatártelas. La primera es una historia de amor que protagonizan Leandro, un joven griego, y Hero, sacerdotisa de la diosa Afrodita. Como ambos vivían separados por el estrecho, Leandro cada noche cruzaba a nado el Bósforo guiado por el resplandor de la antorcha que ella encendía, hasta que una noche de tormenta, la tea se apagó y el joven murió ahogado. Cuando Hero se enteró de los sucedido, decidió arrojarse a las aguas y seguir la misma suerte que su amado. La segunda no es menos trágica que la anterior. Según cuentan, un emperador bizantino mandó encerrar allí a su hija para evitar que se cumpliera una profecía que predecía la muerte de la doncella por la picadura de una serpiente. Desgraciadamente, el fatal vaticinio se cumplió y la princesa murió como habían presagiado los oráculos. Leyendas al margen, hoy en día la torre alberga un café-restaurante en el que, por lo visto, se celebran numerosas pedidas de mano.

Callejeando por Üsküdar

Mi primera impresión sobre la orilla asiática del Bósforo fue totalmente errónea y gratamente sorprendente. Üsküdar no es un barrio más de Estambul. Es una amalgama de realidades que nos recuerda a cada paso que estamos en Asia. No solo por la ausencia de turistas, sino por el ambiente que se respira en sus calles, propio de una zona periférica que sigue conservando su esencia. Aquí no encontrarás boutiques de lujo ni locales de moda pero sí arquitectura otomana en cada esquina, casas de madera, mercados populares de frutas, pescado, dulces y especias a precios mucho más asequibles que en los grandes bazares, vendedores ambulantes y niños pescando mientras ven pasar los barcos que se dirigen hacia las Islas Príncipes. El día a día de una barriada que vive sin la contaminación del turismo de masas.

Mercado de Üsküdar. Estambul

Instantáneas de Üsküdar. Estambul

Mercado de Mimar Sinan. Üsküdar. Estambul

En el pasado, Üsküdar se conocía como Crysopolis, la Ciudad de Oro. Algunos apuntan a que su nombre hacía referencia a los impuestos que se pagaban al pasar por el estrecho. Otros al reflejo del sol sobre el mar al atardecer, y los más novelescos a una antigua leyenda que cuenta que allá por el siglo IV los persas olvidaron los talentos de oro que traían de Anatolia.

Selmanağa Camii. Üsküdar. Estambul

Los clásicos mejillones con limón de Estambul

Vendedor de verduras. Üsküdar. Estambul

Empezamos nuestro recorrido junto al animado puerto de Üsküdar, esquivando a los manifestantes que comentaba al principio, hasta alcanzar la Plaza del Muelle. Aquí se alza la Mezquita de Mihrimah Sultán que se empezó a edificar en 1547 por encargo del sultán Solimán el Magnífico para su hija. Como nos recuerda la placa que hay a la entrada, su artífice fue Mimar Sinan, el gran maestro de la arquitectura otomana, y es uno de los ejemplos de külliyes -complejos religiosos y culturales construidos principalmente por las hijas de los sultanes- que podemos encontrar en esta zona.

Mimar Sinan fue el gran maestro de la arquitectura otomana. Üsküdar. Estambul

Mezquita de Mihrimah Sultán. Üsküdar. Estambul

Interior de la Mezquita de Mihrimah Sultán. Üsküdar. Estambul

Muy cerca de aquí está la mezquita Yeni Valide, otro külliye erigido por el Sultán Ahmet III en honor de su madre, y un poco más adelante, a orillas del Bósforo, la pequeña Mezquita de Şemsi Paşa que también fue construida por Mimar Sinan.

Mezquita Şemsi Paşa. Üsküdar

Üskudar, el mejor atardecer de Estambul

Tras deambular un par de horas por las calles que sin aparente orden ni concierto se arremolinan por todo el barrio, volvimos a la costa para cumplir el objetivo viajero que nos había llevado hasta Üskudar: contemplar la puesta de sol a orillas del Bósforo.

Paseo que bordea la costa de Üsküdar. Estambul

Camino del café de las alfombras. Üsküdar. Estambul

Para ello enfilamos el paseo que discurre paralelo al mar confiando en que desparecieran las nubes que teñían el cielo de gris. A nuestro paso encontramos varios restaurantes que tenían sus propios miradores pero no era lo que andábamos buscando. Queríamos llegar a la altura de la Torre de Leandro para localizar lo que se conoce como el café de las alfombras, unas gradas de cemento con esterillas y cojines en el suelo y un puñado de mesas en primera línea de mar. Y en cada uno de los extremos dos pequeños quioscos donde comprar té, algún refresco, pipas y poco más. Un escenario sencillo, diría que hasta humilde, comparado con el espectáculo que estábamos a punto de presenciar.

Recuerdo como si fuera ahora mismo que hacía frío y que me senté hecha un ovillo tratando de calentar mis manos entre sorbo y sorbo de té. Los minutos previos a la puesta de sol solo hacía que preguntarme si las nubes me dejarían disfrutar del que para muchos, entre los que me incluyo, es el mejor atardecer de Estambul.

Café de las alfombras y Torre de Leandro. Üsküdar. Estambul

Esperando la puesta de sol en Üsküdar. Estambul

Así fue. Justo antes del ocaso, el cielo se abrió y para lo que sucedió a continuación faltan palabras. Como dije en su momento, nunca imaginé tan hermosa paleta de colores ni un telón de fondo más perfecto para enmarcarla. Se hizo el silencio, el cielo se tornó naranja y el sol inició su descenso hasta desaparecer por completo como si de una coreografía ensayada al milímetro se tratase.

Pido disculpas porque la calidad de las imágenes no es la que hubiese deseado pero, sinceramente, en aquel puñado de minutos este blog quedaba muy lejos y no quería perderme ni un instante de lo que acontecía frente a mí ajustando mi Nikon para captar la foto perfecta. Es más, aunque la hubiese conseguido, un puñado de píxeles nunca serían capaces de captar tanta belleza: una infinita vista del skyline de Estambul, navegando entre lo antiguo y lo moderno, entre el atardecer y la hora azul. Y de fondo, la llamada a la oración de las mezquitas.

Preferí quedarme con la procesión de sensaciones que recorría mi mente. Estaba asombrada, maravillada, boquiabierta… Y, sobre todo, consciente de que nunca olvidaría este atardecer que acababa de regalarme Estambul.

Empieza el espectáculo. Üsküdar. Estambul

Puesta de sol desde Üsküdar. Estambul

Tras la puesta de sol, la hora azul en Üsküdar. Estambul

Cómo llegar a Üsküdar

Lo normal es coger el ferry en el puerto de Eminönü. El trayecto dura 20 minutos y el precio del billete cuesta poco más de una lira turca. Además, está integrado en la red de transportes de Estambul, por lo que podrás pagarlo con la Istanbulkart.

Horarios de los barcos a Üsküdar

Şehir Hatları. En marzo el último barco regresaba a  Eminönü  a las 23:00h. por lo que puedes aprovechar para cenar en Üsküdar y disfrutar de las vistas nocturnas de Estambul durante la travesía de vuelta.

Cómo llegar al café de las alfombras de Üsküdar

Una vez estés en el puerto camina unos 15 minutos a la derecha junto a la orilla del Bósforo (Harem Üsküdar Sahil Yolu) en dirección a la Torre de Leandro. No tiene pérdida.

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Postales de Eyüp: una mezquita, un cementerio y un té en el Café Pierre Loti

Postales de Eyüp: una mezquita, un cementerio y un té en el Café Pierre Loti

Una de las cosas que más me gusta hacer cuando viajo a una ciudad es reservar un tiempo para recorrer las zonas menos turísticas, aquellas que normalmente no aparecen el las listas de qué ver en tres días y que suelen mostrar una visión mucho más cercana a la realidad que los tópicos que pueblan nuestro imaginario colectivo. Estambul no iba a ser una excepción y por ello una soleada mañana de viernes encaminé mis pasos hasta Eyüp. Había leído que está considerado el barrio musulmán más auténtico, el más conservador y fiel a las tradiciones. Un territorio sagrado para el Islam cuyo epicentro es la mezquita que le da nombre.

Eyüp está situado fuera de las murallas de la antigua Constantinopla, a orillas del Cuerno de Oro, ese capricho en forma de ría que divide la parte europea de la ciudad en dos. A un lado, el viejo Estambul de Fatih, Sultanahmet y Eminönü. En la otra ribera, la Estambul más moderna de Beyoğlu que se viste en las tiendas de moda de la Istiklal Caddesi, se maquilla y tira de iPhone.

Eyüp. Estambul

Tras mirar todas las opciones para llegar a Eyüp, me decanté por ir en autobús. Es menos complicado tomar el ferry que discurre por el Cuerno de Oro pero, ya que la idea inicial era vivir como un local más, me lancé a la aventura de encontrar el nº 39B que sale de la estación de autobuses de la Universidad. Fue un poco caótico porque muchas paradas no indican qué buses pasan por allí, pero en Estambul siempre hay alguien dispuesto a ayudarte en un inglés de estar por casa o echando mano del lenguaje universal de los signos. Una vez localizado todo fue sobre ruedas. Tanto el conductor como el resto de pasajeros enseguida repararon en que éramos los únicos extranjeros y se desvivieron por darnos todo tipo de indicaciones. ¿Acaso pensabas que exageraba cuando hablaba de la extraordinaria amabilidad de los turcos?

Rumbo a la Universidad de Estambul

Autobús 39B. Estambul

Qué ver y hacer en Eyüp

Cuando llegamos a nuestro destino nos encaminamos al corazón de esta barriada: la Mezquita de Eyüp Sultan. Según cifras oficiales, en el área metropolitana de Estambul hay más de 3.000 mezquitas y aunque, por supuesto, no las visité todas, sí que puedo decir que junto a la de Rüstem Paşa fue de las que me calaron más hondo. No por su arquitectura porque no es de las más grandes ni deslumbrantes de la ciudad, sino por el fervor religioso que la envuelve. Y es que esta mezquita ocupa el cuarto lugar en la jerarquía de espacios sagrados del Islam después de La Meca, de Medina y de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, y por tanto es un veneradísimo enclave que atrae a numerosos peregrinos.

Mezquita de Eyüp Sultan. Estambul

Nada más cruzar el umbral de la entrada te das cuenta de que estás en un sitio muy especial. No estás visitando una mezquita más. Estas entrando en el lugar donde las crónicas cuentan que murió y fue enterrado Ayyub Al-Ansari, el portaestandarte del profeta Mahoma, en el asalto islámico a Constantinopla del año 670. Su tumba permaneció perdida durante siglos hasta que el sultán Mehmet II logró localizarla en 1453 y construyó en torno al sepulcro este complejo religioso.

Patio exterior. Mezquita de Eyüp Sultan. Estambul

Fuente de las abluciones. Mezquita de Eyüp Sultan. Estambul

La espiritualidad que emana Eyüp Sultan es difícil de explicar con palabras. Decenas de mujeres orando en el gran patio central, hombres entregados al ritual de la ablución para desembarazarse del estado de impureza, niños vestidos de blanco que parecen sacados de un cuento de las mil y una noches y que acuden con sus familias para celebrar el día de su circuncisión, devotos apostados frente a la cancela de plata que custodia la tumba… Y rezos y más rezos resonando en cualquier rincón. Letanías que captaban mis oídos pero que mi mente occidental no alcanzaba a comprender.

Mujeres rezando en el patio central de la Mezquita de Eyüp. Estambul

Patio interior de la Mezquita de Eyüp. Estambul

El azar quiso que nuestra llegada coincidiera con el momento de la oración del mediodía por lo que nos tocó esperar para entrar. Aproveché esos minutos para leer un folleto sobre el Islam, distribuido por la Oficina de Asuntos Religiosos de Estambul, que cogí en la Mezquita Azul. Tal vez fue por puro instinto pero sentí la necesidad de intentar comprender un poco más el mundo que en aquel momento giraba a mi alrededor. Así descubrí que la Oración del Viernes es opcional para las mujeres pero obligatoria para los hombres, que los tiempos de las oraciones se calculan según el movimiento del sol de manera que cambian en función de las estaciones y que si los musulmanes varones se colocan para rezar hombro con hombro es porque así simbolizan la igualdad de todos los creyentes. ¿Otro dato que me llamó la atención? En el Islam, cada ser humano nace libre de pecado. No existe el pecado original y cada persona es responsable de sus propios actos.

Interior Mezquita de Eyüp, Estambul

El edificio que podemos contemplar hoy en día data del siglo XIX ya que la edificación original quedo destruida por un terremoto. Aún así está considerado una obra maestra del estilo otomano y su combinación de mármol blanco, oro y trabajados azulejos es realmente bonita. A diferencia de otras mezquitas, la zona reservada para las mujeres en Eyüp Sultan está situada en la planta superior.

Detalle del interior de la Mezquita de Eyüp. Estambul

Tras este breve pero sobrecogedora aproximación a la cultura islámica, que debo confesar revolvió mis emociones, pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: el Café Pierre Loti y el precioso cementerio que discurre a lo largo de la colina de Eyüp. El origen del cementerio y del propio barrio está precisamente en la construcción de esta mezquita ya que muchos seguidores del precepto coránico eligieron esta zona para su última morada al considerar que era todo un privilegio yacer cerca de la tumba de la mano derecha de Mahoma. Con el paso de los siglos, la necrópolis fue copando toda la ladera convirtiendo esta montaña en un auténtico museo funerario al aire libre.

Cementerio de Eyüp. Estambul

Si no te apetece subir a pie la calzada que discurre por el camposanto y finaliza en lo alto de la colina, puedes utilizar el teleférico que en un par de minutos te llevará hasta el mirador de Pierre Loti. Es más que probable que tengas que sufrir largas colas pero merece la pena si quieres ahorrarte la subida. Además, está integrado en la red de transportes de Estambul, por lo que podrás pagarlo con la Istanbulkart.

Teleférico de Eyüp, Estambul

Una vez allí, comprobarás que la fama de este mirador es bien merecida: las vistas del Cuerno de Oro enmarcado por la colosal Estambul son únicas.

Cuerno de Oro. Estambul

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Vista el Cuerno de Oro. Estambul

Tampoco te resultará fácil resistirte a la tentación de conseguir una mesa en la terraza del Café Pierre Loti, uno de los más frecuentados la ciudad y en mi opinión uno de los rincones más encantadores de Estambul. Tras haberlo visitado y disfrutado saboreando un delicioso té, comprendí porqué el novelista y aventurero francés Julien Viaud, conocido con el seudónimo de Pierre Loti, acudía hasta aquí en busca del favor de las musas. Imposible encontrar un lugar mejor para inspirarse que éste, frente a la relajada belleza de un puerto natural marcado por el peso de la historia, por los cientos de navíos romanos, bizantinos y otomanos que surcaron sus aguas. Un brazo de mar llamado Cuerno de Oro cuya imagen me acompañará para siempre.

Café Pierre Loti. Estambul

Relax con vistas. Café Pierre Loti. Estambul

Exterior del Café Pierre Loti. Eyüp. Estambul

Me hubiera encantado permanecer allí hasta la puesta del sol para comprobar si, como dicen, sus aguas se tiñen de color dorado, y seguir imaginando como sería la ciudad en el siglo XIX, tal y como la conoció Pierre Loti. Pero las ganas de callejear un poco más por Eyüp hicieron que nos levantáramos de la mesa y nos despidiéramos de este precioso rincón con una sonrisa en los labios.

La bajada sí la hicimos por el camino que recorre el cementerio, entre cipreses, algarrobos y castaños, parándonos cada dos por tres ante las lápidas y tumbas que se desparraman ladera abajo. Observando el paisaje y el paisanaje. La cálida luz de Estambul colándose por las ramas de los árboles, retazos del Cuerno de Oro, un mujer de avanzada edad leyendo sentada sobre una tumba, familias enteras subiendo las empinadas cuestas para compartir unos minutos con sus seres queridos… La vida y la muerte dándose la mano.

Vista de la Mezquita de Eyüp desde el cementerio. Estambul

Cementerio musulmán de Eyüp. Estambul

Tras volver a la gran plaza que se extiende junto a la mezquita, que seguía tan transitada como unas horas antes, nos olvidamos del mapa para deambular sin rumbo fijo por Eyüp. Para captar más imágenes de su día a día, para profundizar en su atmósfera y para impregnarnos del ambiente cotidiano de un barrio marcado por la profunda religiosidad que profesan sus habitantes. Un barrio que en sí mismo parece otra ciudad pero que no deja de ser un rostro más de la mágica Estambul.

Callejeando por Eyüp. Estambul

 

Hotel Adamar (Estambul)

Hotel Adamar (Estambul)

Durante los días que pasamos descubriendo los mil y un encantos de Estambul nos alojamos en el Hotel Adamar. No era ni mucho menos la opción más económica que encontramos, pero su privilegiada ubicación, su promesa de contar con unas espectaculares vistas de la ciudad y las buenas críticas que leímos de otros viajeros hicieron que finalmente nos decidiéramos por este pequeño gran hotel.

Hotel Adamar. Estambul

Este cuatro estrellas, situado en un edificio histórico de 1.905, se encuentra en pleno corazón del barrio de Sultanahmet donde se concentran buena parte de los principales atractivos de esta metrópoli turca. Para que te hagas una idea de lo cómodo que es recorrer desde este hotel el viejo Estambul a pie, te doy varios ejemplos. Está en la misma calle que las imprescindibles Cisternas Yerebatan, a 100 metros de Santa Sofía y la Mezquita Azul y a unos 400 metros del Gran Bazar. Las comunicaciones también son muy buenas ya que la parada de tranvía de Sultanahmet (T1 Bağcılar-Kabataş) está a apenas cinco minutos.

Reseña del Hotel Adamar

Lo primero que me llamó la atención de este hotel es que desde el primer momento hacen gala de una esmerada filosofía de servicio al cliente. Te dan todo tipo de información turística sin tratar de venderte nada que no hayas contratado y realmente se desviven por hacer tu estancia lo más agradable posible. ¿Un detalle? Pregunté dónde comprar la tarjeta de transporte Istanbulkart -válida para viajar en metro, ferry, autobús, tranvía y funicular- y un miembro del staff me facilitó la suya. Antes de partir, cuando quise devolvérsela, me la regaló a modo de souvenir.

Pero esta no fue la única deferencia que tuvieron con nosotros. Cuando llegamos a nuestra habitación comprobamos que era realmente pequeña y pedí con la mejor de mis sonrisas si era posible que nos dieran otra más grande. Esa noche fue imposible pero a la mañana siguiente trasladaron nuestro equipaje a una habitación superior sin que ello repercutiese en la factura.

Hablando de las habitaciones, aunque cada una es de un tamaño, color y distribución diferente, todas tienen en común una decoración minimalista y de vanguardia salpicada de guiños orientales. Están equipadas con aire acondicionado/calefacción, escritorio, teléfono, minibar, caja fuerte, baño completo con amenities, televisor de plasma vía satélite y con algo que apreciamos mucho cuando estamos fuera de casa: conexión Wi-Fi gratuita. Lo mejor, sin duda, la comodidad de su enorme cama y la suavidad de sus sábanas.

Habitación 102. Hotel Adamar, Estambul

Otra imagen de nuestra habitación en el hotel Adamar de Estambul

Al tratarse de un hotel pequeño, el espacio está aprovechado al máximo pero con mucho acierto. Prueba de ello es la recepción, un coqueto ambiente que reúne tres servicios en un solo lugar: lobby, ciber corner -también gratuito- y cafetería.

Recepción del hotel Adamar. Estambul

Ciber corner. Hotel Adamar. Estambul

Pero vayamos con la joya de la corona del Adamar: su restaurante panorámico. No me extraña que aparezca recomendado en tantos artículos sobre Estambul para pasar una velada romántica contemplando a través de sus grandes ventanales la cúpula de Santa Sofía, los minaretes de la Mezquita Azul o el Mar de Mármara. Nosotros no llegamos a utilizar su servicio de restauración pero pregunté a otros huéspedes que sí lo hicieron y me comentaron que les gustó mucho su combinación de platos internacionales y cocina al más puro estilo otomano -en especial, sus cazuelitas turcas.

Buffet de desayuno. Hotel Adamar. Estambul

Restaurante panorámico Hotel Adamar. Estambul

Lo que sí hicimos fue desayunar cada mañana con la ciudad a nuestros pies. Embutidos, dulces, cereales, tortillas y crepes al gusto recién hechas… Luego llegaba mi gran momento. Degustar los últimos sorbos del café, cigarro en mano, en su espectacular terraza al tiempo que la ciudad empezaba a despertarse. No sé el tiempo que pasé recorriendo con la mirada cada detalle de Santa Sofía ni las veces que gire sobre mí misma para sellar en mi retina una de las panorámicas más hermosas que he visto en mi vida.

Contemplando la belleza de Santa Sofía desde la terraza del hotel Adamar. Estambul

La Mezquita Azul desde la terraza del hotel Adamar. Estambul

Terraza del hotel Adamar. Estambul

Tanto de día como de noche. Y es que por muy agotados que llegásemos tras las jornadas maratonianas recorriendo la ciudad, resultaba imposible ir a descansar sin volver a sentir de nuevo la magia de este impresionante mirador que nos permitía jugar a descifrar el skyline de Estambul desde la mejor de las perspectivas. La Torre Gálata, el Palacio Topkapi, el Puente del Bósforo iluminado… Si a pie de calle la que fue capital de tres imperios no defrauda, imagínate desde las alturas.

Santa Sofía desde la terraza del hotel Adamar. Estambul

El Puente del Bósforo desde la terraza del hotel Adamar. Estambul

Y hasta aquí esta reseña del hotel Adamar, un alojamiento que te recomiendo por su ubicación, su amable personal -algunos hablan español- y, sobre todo, por su espectacular terraza. Si puedes permitirte un pequeño lujo, no lo dudes. Merece la pena y más en una ciudad como Estambul.

Ficha del Hotel Adamar

Dirección: Hotel Adamar. Yerebatan Cad. No. 37. Sultanahmet. Estambul. Web: www.adamarhotel.com

Teléfono: +90 212 511 19 37

Categoría: 4 estrellas.

Nº de habitaciones: 25. Tipos de habitación: individual, doble, triple, doble Deluxe (1 o 2 camas) y familiar.

Fachada hotel Adamar. Estambul

Servicios: Ascensor. Restaurante panorámico. Bar-cafetería. Staff multilingüe. Servicio de habitaciones 24 horas. Lavandería y tintorería. Cambio de moneda. Consigna de maletas. Alquiler de coches. Información turística. Servicio de traslado desde y al aeropuerto. Contratación de excursiones dentro y fuera de Estambul. Conexión Wi-Fi gratuita en todas las instalaciones del hotel.

Precio de la habitación en marzo: 135€ por noche (desayuno e IVA incluido). Check-in 13h., check-out 12h.

A tener en cuenta:

Si la reserva se realiza a través de su web para estancias de 3 o más noches, te recogen de forma gratuita en el aeropuerto de Ataturk con coche privado. A partir de 6 noches está incluida la ida y vuelta. También proporcionan un servicio de traslado privado al aeropuerto de Sabina Gorken por 60€, aunque encontrarás tarifas mucho más asequibles en otros hoteles que ofrecen coches compartidos a un precio de 12€ por persona.

Las habitaciones que terminan en 1 son las más pequeñas y las que acaban en 2 las mejores puesto que ocupan el chaflán del edificio y además son muy luminosas. Tenlo presente a la hora de reservar.

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