Avilés, la joya medieval de Asturias, en siete citas imprescindibles

Avilés, la joya medieval de Asturias, en siete citas imprescindibles

Hay ciudades a las que les das la mano y se quedan con parte de ti. O tú de ellas. Como Avilés, la villa medieval más bonita de Asturias. Y no, no es una opinión subjetiva. Todo aquel que se lanza a traspasar el cinturón de chimeneas sucumbe a su encantador casco antiguo, al ambiente de provincias, a calles que parecen lienzos, a obras como el Niemeyer, que simbolizan el renacer de su ría, y a una oferta gastro que confirma que estás en la tierrina. A continuación, qué ver en Avilés en siete citas imprescindibles.

Plaza Alvarez Acebal, Aviles. Asturias

Calle Galiana, Aviles

Callejea por el casco antiguo

Nada de preámbulos. Viste tu imaginación con ropajes de otras épocas y camina sin prisa por un casco antiguo de origen medieval cuajado de soportales, plazas y casonas señoriales. Declarado Conjunto Histórico Artístico y uno de los mejor conservados de Asturias.

A tu paso encontrarás calles como La Ferrería, la arteria principal del Avilés amurallado y medieval, que nos obliga a detenernos frente al Palacio de Valdecarzana o ante la iglesia de los Padres Franciscanos donde reposa su vecino más ilustre, Pedro Menéndez, Adelantado de la Florida y Gobernador de Cuba. O Rivero, que a lo largo de sus cinco siglos de historia ha visto y ve desfilar a los peregrinos del Camino del Norte.

Iglesia de los Padres Franciscanos. Que ver en Aviles

Cafe Frida. Aviles. Asturias

Calle Rivero. Aviles

O mi favorita, la calle Galiana. 252 metros de soportales que hilvanan la plaza Álvarez Acebal y el parque del Carbayedo. Y es que, aunque ya no hay artesanos refugiándose del orbayu ni el ganado pisa su suelo empedrado, su estampa apenas difiere de la que lucía en el siglo XVII como abanderada de la expansión de la ciudad. Lo que sí ha cambiado es el paisanaje que se cita en sus terrazas para picar algo, tomar unos vinos o unas copas. En Galiana, la eterna Galiana.

Calle Galiana. Que ver en Aviles

Calles que enamoran de día y seducen al caer el sol, cuando la luz de las farolas despierta a los que no descuelgan la llamada de Gijón, dueña y señora de la Asturias más canalla. Gente que se mueve por Carbayedo, Rivero y Sabugo, se toma un cóctel de autor en el Meeting Point (Alfonso VII, 3) y se va de conciertos a Le Garage (Plaza del Carbayedo, 50). Gente que se resiste a que las grandes noches de Avilés sean solo un recuerdo de los dorados noventa.

Tómate unas sidras en Sabugo

Si crees que tu retina aún no ha sucumbido al efecto Avilés, acércate al marinero barrio de Sabugo, el único que vivió el Medievo fuera de las murallas. En este antiguo arrabal todo pasaba y pasa por la plaza del Carbayo. Siéntate en una de sus terrazas como un paisano más, culín en mano y al abrigo de la delicada armonía de la iglesia vieja de Sabugo.

Plaza del Carbayo. Que ver en Aviles

Vieja porque en el XIX se quedó pequeña y porque la burguesía emergente de la época quiso plasmar su poder en una nueva: la neogótica y monumental Santo Tomás de Canterbury. Pero no vayas aún a verla porque desde este mentidero vecinal parte otro túnel del tiempo, la calle Bances Candamo. Si la recorres en soledad, podrás pintar de historias su pasado. Las de los pescadores y mareantes que desde aquí salían a la mar, y la de las mujeres que al grito de sardines fresques ponían rumbo al Avilés de intramuros para vender su mercancía.

Calle Bances Candamo. Que ver en Aviles

¿Dónde comemos?

Pues depende de lo que te apetezca. Si quieres empezar por los contundentes clásicos de la gastronomía asturiana, tu sitio es Tierra Astur Avilés (San Francisco, 4). El ambiente está asegurado y, como el resto de sidrerías de este grupo, la carta se basa en productos locales de calidad: quesos, embutidos, ternera asturiana, tortos, rapas… Si buscas cocina de autor, deberías dejarte caer por Apiñon Bistro para catar las originales propuestas del chef Pablo Pérez. Platos, como la merluza agridulce o el salteado de panceta al estilo thai, inspirados en la street food internacional que entran por los ojos y estallan en el paladar (Galiana, 30). Otra plaza fuerte de la nueva cocina avilesina es Brujería, un rincón del barrio de Sabugo en el que Jacobo Rodríguez y compañía hacen auténtica magia a la vista de todos. Imprescindibles: los chipirones, el taco de lomo ibérico y el coulant de zanahoria con helado de coco (La Estación, 18).

Donde comer en Aviles

Aunque a priori puede parecer imposible hacerse un hueco en territorio sidrero, lo cierto es que en Avilés el mundo del vino siempre ha estado muy presente. ¿Dos recomendaciones para comprobarlo? Sal de Vinos, una agradable vinoteca que también funciona como bar de tapas y restaurante -ojo a la deliciosa longaniza de Avilés (La Muralla, 36), y la enoteca Syrah con excelentes vinos que maridan a la perfección con su selección de tapas (Alfonso VII, 12). En ambos, lo mejor es que te dejes aconsejar para disfrutar del arte del buen beber.

ACTUALIZACIÓN → Aquí tienes un artículo dedicado exclusivamente a dónde comer en Avilés con mis recomendaciones.

Visita el Niemeyer, el gran escenario de Avilés

Óscar Niemeyer le regaló a la ciudad mucho más que su principal obra en Europa, la puso en el mapa cuando pocos la conocían fuera de Asturias. Y lo hizo plasmado su universo creativo en el Niemeyer, un centro cultural multidisciplinar que se articula alrededor de “un gran palco de teatro sobre la ría y la ciudad vieja de Avilés”. Lo comprobarás recorriendo la pasarela que a modo de grapa une el pasado y el presente de la ciudad. A tu espalda, casas bajas con balcones acristalados. Enfrente, las curvas y colores primarios que el arquitecto brasileño soñó para bañar de luz la antes agónica ensenada avilesina.

Pasarela de acceso al Niemeyer. Aviles, Asturias

Centro Niemeyer. Que ver en Aviles. Asturias

Una vez allí, juega a descubrir las formas de la naturaleza que encierran las toneladas de hormigón blanco que te rodean. La enorme plaza central, la Cúpula, el Auditorio, la Torre-Mirador… Niemeyer creía que todas las artes estaban unidas y lo rubricó cosiendo, sin apenas líneas rectas, los diferentes edificios que componen su única obra en España. Espacios para la música, el cine, la danza o el teatro que te recomiendo descubrir en una visita guiada. Y sí, mi rincón favorito es la escalera de la Cúpula. Solo este genio de la arquitectura moderna podía dibujar, peldaño a peldaño, unas curvas femeninas que bien podrían desfilar por la arena de Copacabana.

Escalera de la Cupula del Centro Niemeyer. Aviles

Descubre el arte funerario del cementerio de La Carriona

¿Un cementerio en una lista de imprescindibles de Avilés? Como lees, pero no uno cualquiera, el cementerio de La Carriona, un camposanto en el que la escultura funeraria alcanza la categoría de arte como demuestra su inclusión en la Red Europea de Cementerios Significativos. Inaugurado en 1890, este museo al aire libre atesora la memoria colectiva de la ciudad. La de la burguesía que alzó panteones, capillas y criptas para que su poder económico, fruto del comercio con América, no cayese en el olvido, la de personajes ilustres de distintas disciplinas, y la del pueblo, enterrado en modestas sepulturas. Un consejo: para conocer mejor su patrimonio artístico y monumental, visita antes el Centro de interpretación.

Cementerio de La Carriona. Que ver en Aviles

¿Qué ver en Avilés? Sube al mirador del barrio de La Luz

Si quieres hacerte una idea de las dimensiones reales de Avilés y ver cómo luce su silueta desde la distancia, acércate al barrio de La Luz. En concreto al monte de la Xungarosa, una atalaya natural desde la que podrás contemplar una espectacular panorámica que abarca todo el concejo. Deja que tu mirada sobrevuele el horizonte de este a oeste. Los prados ponen el verde, la ría, el azul. No hay duda. Estás en Asturias.

Mirador del barrio de La Luz. Aviles

Antes de iniciar el descenso al centro, entra en la preciosa ermita que precede al mirador. Un pequeño templo situado a casi cien metros de altitud en el que se venera a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Luz.

Ermita Nuestra Señora Virgen de La Luz. Aviles

Explora la comarca de Avilés: playa de Salinas y Museo de Anclas Philippe Cousteau

Arena dorada, surferos cabalgando sobre las olas, un ecosistema de dunas con especies vegetales únicas, un paseo marítimo y el más hermoso tributo a las gentes del mar que he visto nunca. Si tuviera que escoger uno de los muchos atractivos turísticos de la comarca de Avilés, este sería, sin duda, la playa de Salinas. La playa y su magnífico colofón: el Museo de Anclas Philippe Cousteau. ¿Uno de mis rincones favoritos de Asturias? Sin duda porque cuanto el asfalto me asfixia mi mente suele volar a este promontorio rocoso en el que la naturaleza estrecha la mano del hombre. Anclas y velas varadas en tierra, el fiero Cantábrico golpeando los acantilados, el viento en la cara, la mirada en el horizonte y el pensamiento libre, a la deriva… Mágico. Sí, esa sería la palabra.

Playa de Salinas. Asturias

Museo de Anclas Philippe Cousteau. Castrillon

¿Necesitas más ideas sobre qué ver en Avilés? Aquí las tienes. Un paseo por la ría al atardecer, asistir a la subasta de pescado en La Rula, conocer la evolución la que fue la primera villa costera del Cantábrico en el Museo de la Historia Urbana de Avilés, un momento de paz en el parque de Ferrera, contemplar el conjunto de galerías acristaladas que enmarcan la plaza Hermanos Orbón y entrar en el mercado de abastos… Empieza y acaba por donde desees. El resultado será el mismo: terminarás enamorándote de Avilés. A mí me pasó.

¿Dónde dormir en Avilés?
Si buscas un alojamiento con encanto en pleno casco histórico, te recomiendo el Hotel Don Pedro. Está situado en la calle de La Fruta, a tan solo 30 metros del Ayuntamiento y cuenta con habitaciones espaciosas y luminosas. A destacar: la amabilidad de su personal.

Completa tu escapada a Avilés con estas visitas guiadas

Si quieres aprovechar al máximo tu estancia en Avilés, aquí tienes una serie de actividades y experiencias muy bien valoradas por otros viajeros:

Visita guiada por Avilés en español: Descubre esta ciudad medieval y marinera y el encanto de su precioso casco histórico. Niños gratis.

Tour de quesos y sidra: Conoce la elaboración tradicional del Afuega’l Pitu y participa en una espicha con sidra natural, quesos y chorizos.

Tour de los misterios y leyendas de Avilés: El centro de Avilés tuvo en su día su particular “Jack el destripador”. Atrévete a descubrir leyendas como esta en este tour nocturno.

Tour indiano por Avilés: Cuando volvieron a Asturias tras “hacer las Américas”, los indianos de Avilés dejaron su impronta en la ciudad. Anímate a conocer su historia en este paseo guiado.

Sigue viajando por Asturias

48 horas en Avignon, del Medievo a la vanguardia en el corazón de la Provenza

48 horas en Avignon, del Medievo a la vanguardia en el corazón de la Provenza

Dicen que la Provenza es la región de los sentidos y que su corazón late en Avignon, una pequeña ciudad tomada por el arte que navega entre su monumental pasado medieval y su vanguardista presente. Que fue una segunda Roma. Que es creativa, vital y acogedora. Lo dicen y es cierto. Para animarte a que lo descubras por ti mismo y sepas qué ver en Avignon, qué hacer o dónde comer, aquí tienes estas 48 horas que concentran l’art de vivre del sur de Francia. A orillas del Ródano y bajo la misma luz que cautivó a Van Gogh y Cézanne.

Día 1: Qué ver en Avignon

9h Hoy toca madrugar un poco porque tenemos una agenda muy completa en la capital del departamento de Vaucluse. El punto de partida es la Place du Palais, epicentro del antiguo Avignon. La estampa no puede ser más hermosa. Enfrente, el impresionante Palacio de los Papas, a su lado Notre-Dame des Doms, y en un lateral de la gran explanada, el Petit Palais. O lo que es lo mismo, dos monumentos Patrimonio Mundial de la UNESCO y una catedral románica del siglo XII.

El mayor palacio gótico de Europa, símbolo del poder de la Cristiandad en el s. XIV, sede de nueve papados… Reserva al menos un par de horas para visitar el Palacio de los Papas, un conjunto arquitectónico con trazas de fortaleza que, tras el traslado de la Santa Sede a Avignon, enmarcó la etapa de mayor esplendor de la ciudad.

¿Cómo era en tiempos de la corte papal? El Histopad tiene la respuesta. Una tableta táctil que nos traslada 700 años atrás para descubrir como lucían en la Edad Media sus solemnes y austeras estancias. El resultado, una reconstrucción histórica espectacular con imágenes en 360°, personajes y sonidos que nos acompaña mientras visitamos el salón de audiencias, los aposentos del Papa, la sala del Gran Tinel o los frescos de la capilla Saint-Martial… Y, por si fuera poco, desde la terraza, toda ciudad a tus pies. Por algo es uno de los diez monumentos más visitados de Francia.

11h Y de las piedras centenarias del palacio al verdor del jardín des Doms, un refugio natural de estilo inglés donde la historia sitúa el origen de la ciudad. Subir hasta aquí tiene recompensa: aire puro, terrazas, y unas vistas magníficas que sobrevuelan Avignon y los paisajes que se extienden desde el Ródano hasta el Mont Ventoux. Para bajar, toma la Rue des Escaliers Sainte-Anne que desemboca en uno de los centros culturales más interesantes de Avignon, Utopia, un cine de arte y ensayo que programa películas en versión original, debates y conferencias.

12:30h Para iniciarte en el universo de la gastronomía provenzal y tomarle el pulso a la ciudad, ve al mercado de Les Halles, un paraíso gourmet por el que desfilan los mejores productos del sur de Francia. Aceite de oliva, frutas y verduras, increíbles quesos, especialidades típicas como la tapenade (pasta de aceitunas) o las dulces papalines

¿Un imprescindible? Exacto y por eso no hay lista de qué ver en Avignon que no invite a traspasar el impresionante jardín vertical que decora su fachada y entrar en este popular marché que nació para sorprender y complacer al paladar. Mi recomendación: quédate a comer en la Cuisine Cent’ Halles y disfruta de los sabores de la Provenza in situ. Cierra a las 13:30h, tenlo en cuenta (Place Pie, 18).

Les Halles. Avignon. Francia

16h Y de postre, dos citas que ejemplifican la variedad museística de Avignon. En solo cinco minutos llegarás a la primera, el Museo Angladon, un precioso palacete del XVIII que alberga la colección privada del modisto y mecenas parisino Jacques Doucet en la que destacan las obras de grandes genios de la pintura moderna como Van Gogh, Picasso, Degas o Cézanne. Todo ello en un singular espacio en el que también tienen cabida las artes decorativas y mobiliario de los siglos XVIII, XIX y XX.

Museo Angladon. Avignon. Francia

17h La segunda, el museo du Petit Palais que cuenta con una notable colección de pinturas y esculturas de la Edad Media y el Renacimiento italiano. Un secreto: toma un café o un té en el encantador jardín de Autour d’un Thé, un Voyage, y relájate en uno de los rincones más bonitos de Avignon.

18h Tras este interesante recorrido artístico, enfila tus pasos hacía el río para conocer otro de los símbolos de la región: el puente Saint Bénezet, patrimonio Mundial por la UNESCO y conocido en todo el mundo por su famosa canción. Aunque hoy en día solo quedan en pie cuatro de los 22 arcos de esta estratégica construcción del siglo XII, su belleza sigue siendo innegable. Compruébalo con la realidad aumentada de Avignon 3D, una máquina del tiempo en formato app que permite descubrir cómo era este paso de peregrinos y comerciantes en el Medievo.

∗ Totalmente adaptado para personas con movilidad reducida.

Mi momento en Avignon: el puente Saint Bénezet
Cae la tarde en el puente Saint Bénezet. El sol inicia su hipnótico baile de colores sobre el Ródano, y un mistral enfurecido golpea mis mejillas empujándome a abandonar sus dominios. Ignoro su mensaje, me aferro a la barandilla y sigo contemplando cómo Avignon despide el día. El peso de la historia me ancla al suelo y este fiel testigo me habla de ella: de sus 900 metros iniciales, de las crecidas del río, de sus reconstrucciones, de cuando era el único modo de alcanzar el mar desde Lyon… Y sin avisar, mi ayer también se hace presente y me traslada a las clases de francés del colegio, y a aquella canción que aprendí de pequeña: «Sur le pont d’Avignon, on y danse, on y danse…»

Puente Saint-Benezet al atardecer. Avignon. Francia

21h A la hora de cenar, acércate a Le Carré du Palais, un complejo enoturístico que con solo un año de vida ya se ha convertido en un imprescindible de Avignon. Degustar en el bar alguna de sus más de 600 referencias de las D.O.C. Côtes du Rhône y Valle del Ródano, probar los menús maridados de su restaurante gourmet, participar en una cata en la cámara acorazada del antiguo Banco de Francia… Escojas la opción que escojas el resultado será una experiencia superbe enmarcada en un emblemático edificio histórico (Place du Palais, 1).

22.30h Antes de retirarte a descansar, aprovecha para dar una vuelta por el centro y enamórate, un poco más si cabe, de esta dama provenzal. O, si el día te ha sabido a poco, tómate una copa y asiste a un espectáculo en alguna de sus salas permanentes para hacerte una idea de lo que se vive en julio, cuando Avignon acoge uno de los festivales de teatro contemporáneo más importantes de Europa.

Día 2: Qué ver en Avignon

10h La consigna de esta mañana es clara: pasea por el viejo Avignon y piérdete las veces que haga falta para descubrir qué esconde la ciudad intramuros. Iglesias, palacetes, puntos de encuentro que ponen rostro al estilo de vida provenzal como la Place de l’Horloge o Saint-Pierre, callejuelas adoquinadas que llevan el nombre de los gremios de la Edad Media… Hablando de los oficios del Medievo, sería imperdonable no recorrer la Rue des Teinturiers donde no solo corre el agua del canal de la Sorgue, también el eco de los tintoreros que trabajaban aquí, el trinar de los pájaros y los aplausos del teatro Albatros.

Esta especie de museo a cielo abierto está lleno de tiendas de decoración muy al gusto de los parisinos como Vox Populi (Bonnetterie, 35 bis) o CQFD, una concept-store con diseños exclusivamente franceses (Place de la Principale, 16). Otras tentaciones son los chocolates y calissons de La Cure Gourmande (Place du Change, 28), los cosméticos y perfumes de lavanda de Le Château du Bois (Grande Fusterie, 61), y el increíble catálogo de vinilos y cómics de La Licorne (Rue des Fourbisseurs, 64) que casi se mezcla con el olor que desprende Cafés au Brésil -el tostadero más antiguo de Avignon (Fourbisseurs, 64).

¿Dónde quemaría mi tarjeta? En Les Plumes du Paon, una galería-boutique que reúne a una treintena de diseñadores y que forma parte de Les Fabricateurs, un proyecto que agrupa a artistas de distintas disciplinas y que refleja el dinamismo creativo de la ciudad (Rue de la Bonneterie, 91).

12h Si antes de comer te apetece tomar el aperitivo, el sitio que buscas es Mon Bar, un clásico local de barrio, desenfadado y bohemio, donde nadie se siente extraño (Portail-Matheron, 17).

13:30h  Hora de ir al Grand Café Barretta, una antigua cafetería que frecuentaba la flor y nata de la burguesía de finales del XVIII. Hoy, tras su reapertura, la clientela salta de la terraza -inmejorable balcón para ver y ser visto- al elegante comedor para catar, entre otros, su selección de cinco quesos con mermelada casera (Place Saint Didier, 12). ¿Otra opción a tan solo cinco minutos? La cocina tradicional de Balthazar, un pequeño bistrot muy popular por su buen servicio y sus acertados precios (Place des Corps Saints, 74).

15h Alimenta ahora tu espíritu visitando la Colección Lambert, un museo de arte contemporáneo que exhibe la excepcional colección que reunió el galerista parisino Yvon Lambert entre de la década de los sesenta y principios del siglo XXI. Basquiat, Miquel Barceló, Sol LeWitt, Andrés Serrano… Todos los grandes nombres de la pintura, escultura y fotografía están aquí, en los palacetes de Caumont y Montfaucon (Rue Violette, 5).

Collection Lambert. Avignon. Francia. Vaucluse Tourisme

16h Más allá de la belleza que encierran sus más de cuatro kilómetros de muralla, Avignon guarda varios ases en la manga que nos obligan a cruzar el Ródano. Lugares como la isla de la Barthelasse, el pulmón verde de la ciudad, a la que se puede llegar en barco y de forma gratuita desde el embarcadero de St. Bénezet. O Villeneuve-lès-Avignon, un pintoresco pueblo en el que podrás probar el aceite de oliva que produce uno de los molinos más antiguos de la Provenza, el Chartreuse (Maison Bronzini, Rue de la République, 74).

¿Más ideas para esta última tarde? Un crucero fluvial para ver la silueta de Avignon desde una nueva perspectiva, una clase de cocina provenzal en la Maison de la Tour (Rue de la Tour, 9), surcar las aguas del Ródano en kayak…

20h Para concluir esta escapada y despedirte de Avignon con buen sabor de boca, prueba la cocina creativa de L’Agape, un cálido restaurante en el que el chef Julien Gleize reinterpreta con acierto algunos clásicos de la gastronomía gala basándose en productos frescos de proximidad (Place des Corps-Saints, 21).

¿Cómo llegar a Avignon?

La forma más rápida y cómoda para llegar Avignon -y al resto de los principales destinos de Francia- son los trenes de alta velocidad de Renfe-SNCF en Cooperación. Todo son ventajas: llegas al centro de la ciudad, sin esperas y en confortables butacas equipadas con mesa y tomas eléctricas, puedes llevar hasta tres maletas y, además, te desplazas en el medio de transporte que realiza menores emisiones de CO2. Si a ello le sumas el toque romántico que siempre va asociado a viajar sobre raíles y los paisajes que acompañan el trayecto, la opción de coger un avión queda totalmente descartada.

Rumbo a Avignon con Renfe-SNCF.jpg

¿Dónde dormir en Avignon?

¿Dónde dormir en Avignon?
Durante mi viaje a Avignon me alojé en el Hotel de L’Horloge, un magnífico cuatro estrellas situado en pleno centro. Confortables habitaciones, coquetas salas de lectura, wifi gratuita y lo mejor, un completo y sabroso petit déjeuner provençal (Rue Félicien David, 1).

Seguro de viaje para viajar a Francia

Tu seguridad es lo primero, así que, aunque te muevas por Europa, haz como yo y contrata un seguro de viajes con Chapka. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus por su amplia cobertura COVID-19: gastos médicos derivados de la enfermedad, PCR prescrita por un profesional sanitario, prolongación de estancia, regreso anticipado… Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. No lo dudes, contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.

Como ves, 48 horas en esta ciudad de Francia dan para mucho. Ahora que ya sabes qué ver en Avignon, la pregunta es obvia. ¿A qué esperas para conocer este precioso rincón de la Provenza?

Más información: Avignon Tourisme 

Oviedo, Avilés y Gijón: las tres princesas de Asturias

Oviedo, Avilés y Gijón: las tres princesas de Asturias

Sus espectaculares paisajes vestidos de azul y verde fascinan. Su rico patrimonio sorprende. Su gastronomía -la de siempre y la que reinventa la nueva cantera de cocineros asturianos-, engancha tanto como el placer de compartir unas sidras a la vera del mar o disfrutar del ambiente de una fiesta de prao. La cálida acogida de su gente enamora y el encanto de ciudades como Oviedo, Avilés y Gijón deja huella. Y es que quien pisa la tierrina acaba seducido por su cultura tradicional y por el soplo de aire fresco que aportan las nuevas opciones de ocio del Principado. Quien pisa esta tierrina no la olvida y marcha con una sonrisa en los labios en la que se puede leer un «quiero volver».

Museo de Anclas Philippe Cousteau. Salinas. Asturias

Que lo diga yo, una enamora confesa de Asturias, puede resultar y es subjetivo. Pero no soy la única que opina así sobre este rincón norteño encajado entre Galicia y Cantabria. Según un informe elaborado por el portal Electomanía, esta comunidad autónoma es la mejor valorada por los españoles y encabeza el ranking de las regiones más queridas de nuestro país. Una notable posición que, por supuesto, también se refleja en otro dato cuantitativo: Asturias ha vivido este verano el segundo mejor año turístico de su historia.

Oviedo. Asturias

Las cifras avalan su gran potencial, sí, pero son los sentimientos los que convencen. Y créeme cuando te digo que Asturias no se visita, se siente. Escuchando el discurso del mar, comiendo fabada, tocando la historia, oliendo el frescor que deja el orbayu y contemplando entornos urbanos que se dirían lienzos.

Oviedo, Avilés y Gijón: la corte del Principado

Tres ciudades separadas entre sí por apenas 30 kilómetros. Tres princesas para un Principado. Tres piezas indiscutibles de un precioso puzzle llamado Asturias que he tenido la suerte de volver a pisar hace un par de semanas.

Santa Maria del Naranco y Aviles. Asturias

Tal vez entre ellas exista cierta rivalidad, pero a los ojos del viajero se complementan para cubrir con nota la cara más urbana de este paraíso natural. Un rostro cargado de historia y arte que navega entre el prerrománico asturiano de Oviedo -con las depuradas y armónicas formas de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo a la cabeza-, las avilesinas curvas del Niemeyer y la vanguardia del edificio civil más grande de España: la Laboral Ciudad de la Cultura de Gijón.

Santa Maria del Naranco. Oviedo, Asturias

Centro Niemeyer. Aviles

Laboral Ciudad de la Cultura. Gijon, Asturias

Un trío de ases, diverso y cargado de personalidad, que ejemplifica la pluralidad de este territorio y que nos invita a destilar su esencia desde la experiencia, como un paisano más.

Mi momento en Oviedo, una capital que custodia su pasado para sorprender en el presente

Callejear por su impoluto y peatonal casco histórico lleno de reminiscencias medievales, saludar a las más de cien estatuas que se cruzan en mi camino, conmoverme ante el fascinante dúo medieval que custodia el monte Naranco, coleccionar rayos de sol en el Campo de San Francisco, tomar el vermú en La Paloma, ir de sidras por Gascona, soñar con veladas de ópera en el Teatro Campoamor, merendar en la confitería Rialto…

Plaza de El Fontan. Oviedo. Asturias

Todas estas experiencias típicamente ovetenses, me encantan, sí, pero una destaca del resto: pasear de buena mañana por los alrededores de la plaza de El Fontán, casi en soledad y pulsando el lento despertar de la capital asturiana, como hacen los carbayones más madrugadores. Para recrearme en sus preciosos rincones y paladear la tranquilidad que brinda una pequeña ciudad como esta, donde todo el mundo parece conocerse y el tiempo discurre sin prisa.

Más información: Oviedo, una pieza más de ese precioso puzzle llamado Asturias

Oviedo, Avilés y Gijón: tras los pasos del peregrino

Arte, naturaleza, un patrimonio intangible heredado a lo largo de los siglos… Nadie duda del brutal atractivo de los Caminos de Santiago del Norte Peninsular, declarados Patrimonio Mundial en 2015. Un entramado de rutas de peregrinación cuyo legado, en forma de templos, calzadas, hospitales y albergues, aumenta el valor de un viaje a Asturias que, por supuesto, debe hacer parada y fonda en Oviedo, Gijón y Avilés.

Como el denominado Camino Primitivo, que recorrió por primera vez Alfonso II el Casto y que parte de la majestuosa catedral de Oviedo -hito imprescindible para comprender el dicho de «quién va a Santiago y no al Salvador, visita al vasallo y no al señor»-, para continuar adentrándose, concha a concha, en el occidente asturiano.

Estatua de La Regenta y Catedral de San Salvador. Oviedo. Asturias

O el Camino del Norte, que bordea el litoral cantábrico uniendo en su sexta etapa Gijón y Avilés. En la primera, también conocida como la Villa de Jovellanos, detente en el Muséu del Pueblu d’Asturies para sumergirte, entre hórreos, paneras y casonas hidalgas, en el patrimonio cultural del pueblo asturiano.

Museo del Pueblo de Asturias. Gijon

En Avilés, por su parte, el Camino atraviesa su casco antiguo, declarado conjunto histórico artístico, hasta enfilar los altos de San Cristóbal. Si quieres ahondar en la evolución de la que fue la primera villa costera del Cantábrico, tienes una cita en el Museo de la Historia Urbana de Avilés.

Soportales de la calle Galiana. Aviles. Asturias

Más información: El Camino del Norte: etapa Gijón/Xixón-Avilés

Mi momento en Avilés, la villa medieval más bonita de Asturias

Una ciudad a escala humana que rezuma aires del medievo. Un casco antiguo cuajado de soportales, iglesias y casonas señoriales. Calles que parecen decorados. Una recuperada ría que invita a pasear hasta llegar a esa gran plaza abierta al mar que es el Centro Niemeyer, locales gastro, el mirador de la ermita de Nuestra Señora de la Luz, el cementerio de La Carriona, la cercana playa de Salinas… Y un cinturón de chimeneas al que, egoístamente, acabas hasta cogiendo cariño porque desalienta a los turistas desinformados y preserva Avilés como es, la joya medieval más preciada de Asturias.

Cae la noche en Aviles. Asturias

Bajo la luna y bañada por la luz de las farolas. Si tuviera que escoger un momento en la Villa del Adelantado, sería este. Recorriendo los kilómetros de soportales que hilvanan su centro histórico en calles como Galiana, La Ferrería, Bances Candado o Rivero, deteniéndome a los pies de la iglesia vieja de Sabugo que custodia el antiguo barrio marinero, fijándome en el pavimento que cambia de piedra a loseta… Cuando la ciudad duerme, pero yo no.

Oviedo, Avilés y Gijón: tres anfitrionas del buen comer

A Asturias uno va, entre otros motivos, a comer. A comer muy bien y en cantidades que obligan a dejar aparcada la dieta en el túnel del Negrón. La oferta, avalada por la calidad de la marca Alimentos del Paraíso Natural, es tan variada que resulta inabarcable en una sola escapada, y viaje a viaje descubro nuevas propuestas gastronómicas. Toma nota y, cuando no puedas más, recuerda que nun ye fame ye viciu. Porque aquí se viene a yantar hasta quedar fartuco, o lo que es lo mismo, a asturianizarse bocado a bocado.

¿Tres sugerencias en Oviedo? Probar el galardonado cachopo de La Corte de Pelayo mientras contemplas una bonita vista del Teatro Campoamor, disfrutar de la cocina fusión y el gusto por los detalles de Secreto a voces, y sucumbir a la cocina tradicional de La Pumarada, todo un clásico del Bulevar de la Sidra.

Pastel de cabracho, anchoas del Cantabrico y cachopo

En Avilés, dos propuestas innovadoras y una que siempre es una apuesta segura. Apiñón Bistró, para ser testigo de la desbordante creatividad del chef Pablo Pérez y su deliciosa street food (Galiana, 30), Brujería, un rincón del barrio de Sabugo en el que Jacobo Rodríguez y compañía hacen auténtica magia a la vista de todos dispensando un trato inmejorable (La Estación, 18), y Tierra Astur Avilés que, como el resto de sidrerías de este grupo, basa su carta en productos locales de calidad: quesos, embutidos, ternera asturiana, tortos y rapas…

Tabla de tortos y coulant de zanahoria

Para conocer qué se cuece en Gijón, pásate por Zascandil, el nuevo restaurante de José Luis Camacho que me conquistó con su entrecot de vaca vieja, por Casa Trabanco -un llagar tradicional y familiar fundado en 1925-, por Okaeri, donde descubrí un universo de sabores healthy entre tazas de té (Joaquín Fernández Acebal, 14) y, si el tiempo lo permite, por La Terraza de La Laboral, la nueva apuesta del restaurante La Cocina que dirige con mimo el cocinero Sergio Rama.

Y si te ha sabido a poco, acércate a Casa Gerardo, en Prendes, para descubrir el secreto de una buena fabada de la mano de los hermanos Morán y su estrella Michelin.

La famosa fabada de Casa Gerardo. Prendes. Asturias

Mis momentos en Gijón, la ciudad más vibrante de Asturias

Sí. Esta vez hablo de momentos porque me resulta imposible quedarme solo con uno. ¿Por qué me presta tanto Xixón? Porque se asoma a un Cantábrico que alivia mi corazón marinero, por la magia de Cimavilla, por su brillante combinación de pasado y presente, porque se mueve, porque se quiere, porque es cultura, por su animada vida nocturna, sus paisanos, y, sobre todo, porque es un potente imán que me atrae con fuerza cuando busco un lugar en el que sentirme bien.

Playa de San Lorenzo. Gijon. Asturias

¿Dónde puedes encontrarme si coincidimos? En lo alto del cerro de Santa Catalina, ensimismada con el sonido del mar bajo las 500 toneladas de hormigón que Eduardo Chillida transformó en el Elogio del Horizonte. De culines en el antiguo barrio de pescadores y marisqueras. En el puerto deportivo o paseando por la playa de San Lorenzo al atardecer. En el Savoy, exprimiendo la noche en directo… ¿Dónde quedamos?, ¿en la Plaza del Marqués junto al rey Pelayo o en La Escalerona?

Más información: Gijón, una atractiva ciudad teñida de azul y verde.

Oviedo, Avilés y Gijón. Tan distintas como similares, tan auténticas como se espera, tan sorprendentes que harán que desees volver para sentir de nuevo la belleza del Asturias.

Visitar la Guinness Storehouse de Dublín: un must de Dublín

Visitar la Guinness Storehouse de Dublín: un must de Dublín

Admítelo. Aunque vayas a Dublín en plan cultural y tengas en tu punto de mira el Trinity College, la cárcel de Kilmainham, sus museos o seguirle la pista a Oscar Wilde, U2 o James Joyce, visitar la Guinness Storehouse sí o sí acabará en tu agenda. ¿O acaso vas a pasar por alto la atracción número uno de Irlanda? Desde que abrió sus puertas al público en el 2000, la fábrica más importante del país ha recibido casi 18 millones de visitantes. Por algo será. Un algo que estás a punto de descubrir.

Entrada. Visitar la Guinness Storehouse de Dublin

Cómo llegar, precio de la entrada, horarios, curiosidades… Toda la información que necesitas para visitar la Guinness Storehouse de Dublín la tienes aquí. Tú solo esfuérzate por pronunciar bien sláinte! (salud) cuando brindes con Dublín a tus pies.

Un hombre, 100 libras y un sueño

Este templo para los amantes de la cerveza, situado en el complejo de la mítica fábrica Saint James’s Gate, es una gigantesca pinta de Guinness que recorre, a lo largo de siete plantas, la historia de la cerveza negra más famosa de Irlanda.

Siete plantas. Cien por cien Guinness

Una aventura empresarial que comenzó en 1759 cuando Arthur Guinness se trasladó a Dublín para probar suerte en la industria cervecera. Allí alquiló una pequeña fábrica en desuso y empezó a elaborar cerveza ale hasta que decidió centrarse en perfeccionar la porter, una cerveza negra londinense muy apreciada en Dublín. Sus herederos fueron pioneros en exportarla fuera del país, se duplicó el tamaño de la fábrica familiar, contrataron científicos para mejorar su elaboración, lanzaron creativas campañas de publicidad… Todo ello sin renunciar en ningún momento a su espíritu innovador, una acertada fusión de artesanía y ciencia, que les ha llevado a estar presentes en 150 países.

Si como dicen Dios inventó el alcohol para que los irlandeses no dominaran el mundo, Arthur Guinness creó su famosa cerveza para hacerlo feliz

Guinness Storehouse de Dublin

Visitar la Guinness Storehouse de Dublín

Este interactivo viaje al corazón del universo Guinness empieza en la base de la pinta de cerveza más grande del mundo dónde descubrirás los 4 ingredientes necesarios para elaborarla: agua del lago Poulaphouca -situado en el condado de Wicklow-, cebada irlandesa tostada, lúpulo y una levadura propia cuyo origen se remonta varias generaciones atrás.

Agua de las montañas de Wicklow. Guinness Storehouse

El secreto de una pinta de Guinness: servirse a 6-7 grados centígrados, 30 millones de burbujas, 4,2% de alcohol y 198 irresistibles calorías.

Cebada sembrada en tierra irlandesa. Visitar la Guinness Storehouse

En esta primera planta también se encuentra la tienda, con cientos de productos exclusivos de la marca, y el contrato que firmó Arthur Guinness por un plazo de 9000 años para alquilar una cervecería de unos 16.000 m²; hoy la fábrica ocupa más de 200.000.

Contrato por 9.000 años firmado en 1759

 

Proceso de fermentacion. Visitar la Guinness Storehouse de Dublin

Tras conocer los sistemas de transporte y el trabajo de los maestros toneleros, el recorrido por la antigua nave de fermentación continúa un piso más arriba con más de ochenta años de innovadoras campañas publicitarias. Populares iconos como el tucán, las coloridas obras de Gilroy, anuncios de televisión, en prensa escrita, patrocinios…

Medios de transporte. Guinness Storehouse de Dublin

 

Coloridas obras de Gilroy. Guinness Storehouse de Dublin

Cuando llegues a la cuarta planta tendrás que poner todos tus sentidos a trabajar porque aquí se encuentra la Guinness Academy donde aprenderás a tirar la pinta perfecta. Inclinar el vaso 45º, llenarlo hasta llegar al borde inferior del arpa dorada, esperar casi dos minutos para que se asienten todas las burbujas nitrogenadas…

Guinness Academy. Visitar la Guinness Storehouse de Dublin

El arpa se usó por primera vez en las etiquetas de la stout en 1862. Al ser una marca registrada de Guinness, cuando el gobierno quiso utilizarla como símbolo nacional tuvo que colocarla de forma invertida.

Pintas de cerveza. Guinness Storehouse

Pero si lo que buscas es una experiencia realmente única, te recomiendo que reserves en el lujoso Connoisseur Bar. Allí, guiado por un experto, vivirás una exclusiva experiencia de cata explorando el sabor de sus cuatro variedades más populares: Draught, Original, Foreign Extra Stout y Brewers Project. Deja que tu paladar decida cuál te gusta más y tómatela tranquilamente en un ambiente íntimo y relajado.

Connoisseur Bar

Como no podía ser de otra manera, la visita a la Guinness Storehouse finaliza en un escenario increíble. Te hablo del famoso Gravity Bar donde podrás degustar una cremosa pinta contemplando unas espectaculares panorámicas de la ciudad. 360 grados de vistas, nada menos.


Gravity Bar. Visitar la Guinness Storehouse de Dublin

Por cierto, debes saber que Guinness ha puesto en marcha un plan de expansión de 16 millones de euros que, entre otras acciones, duplicará el tamaño del Gravity Bar en el 2019. Ya estoy deseando volver a Dublín para verlo.


Dublin desde el Gravity Bar

Permíteme una última recomendación. Si quieres seguir disfrutando del craic dublinés y del buen ambiente que se respira a ambas orillas del Liffey, tras visitar la Guinness Storehouse puedes seguir esta ruta por mis pubs favoritos de la ciudad. Enseguida te darás cuenta de que en Dublín hay un pub para cada viajero y un viajero para cada pub. Y de nuevo, sláinte!

Cómo llegar a la Guinness Storehouse

→ A pie: trayecto de unos 20 minutos desde el centro de Dublín.
→ En autobús: Línea 123 desde O’Connell Street o Dame Street (10 min. aprox.). Líneas 51B o 78A desde Aston Quay. Autobús turístico incluido en el Dublin Pass, y Dublin City Sightseeing.

Guinness Storehouse de Dublin

Horario y tarifas para visitar la Guinness Storehouse

Horario: La Guinness Storehouse abre todos los días del año excepto Viernes Santo, Nochebuena, Navidad y San Esteban de 9:30 a 19h (el acceso se cierra a las 17h). En julio y agosto abre hasta las 20 y a las 18h se cierra el acceso.

Tercera planta. Guinness Storehouse Dublin
Precio de las entradas:
→ En taquilla: 25€.
Reservando online: Adultos a partir de 17,50€ en función del horario y la fecha que elijas. Niños entre 13 y 17 años: 16€. Menores de 13 años: gratis.
→ Con la tarjeta turística Dublin Pass: entrada gratuita.

Consejos viajeros para visitar la Guinness Storehouse

→ Si tu nivel de inglés no es muy alto y no quieres perderte ni un detalle a la hora de visitar la Guinness Storehouse, te recomiendo que contrates una visita guiada en español. Te va a costar lo mismo que la entrada en taquilla, no tendrás que hacer cola e incluye también una pinta o un refresco en el Gravity Bar. Tras hacer la reserva recibirás un bono de confirmación que podrás imprimir o llevar en tu móvil.

El arte de los toneleros en la Guinness Storehouse de Dublin

→ Si tienes pensado visitar otros imprescindibles de Dublín como el EPIC, Dublinia, la catedral de la Santísima Trinidad o el Museo del Rock’n Roll, te aconsejo que compres el Dublín Pass. Tanto en la Guinness Storehouse como en muchas otras atracciones, además de ahorrar dinero, tendrás acceso prioritario y evitarás las colas que suelen formarse.

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No viajes a Dublín sin seguro de viajes

Tu seguridad y tranquilidad es lo primero, así que si vas a viajar a Dublín, haz como yo y contrata un seguro de viajes con Chapka. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus por su amplias coberturas. Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. No lo dudes, contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.

Nochevieja en Dublín: vive un fin de año inolvidable en Irlanda

Nochevieja en Dublín: vive un fin de año inolvidable en Irlanda

Tras celebrar la Nochevieja en Dublín, me uno al club de los que afirman que la capital irlandesa es uno de los mejores destinos para despedir el año. Quien la visite por primera vez agradecerá su manejable tamaño, la gran oferta de cultura y ocio que le espera a ambas orillas del Liffey y el buen ambiente que se respira en sus calles. El recurrente, como yo, volverá a sentir que se reencuentra con una vieja amiga. Con ganas de saber cómo le ha ido, en qué ha cambiado si lo ha hecho y, sobre todo, si sigue siendo una de sus ciudades favoritas.

Ha’penny Bridge. Dublin

La hospitalidad de los dublineses es legendaria

James Joyce solía decir que, si podía llegar al corazón de Dublín, podía llegar al corazón de todas las ciudades del mundo. Yo añado algo más en gaélico: ‘Beidh ceol, caint agus craic againn’. Música, charlas y a pasarlo bien. Del resto ya se encarga Dublín, the fair city. Íntima como un pueblo, cálida como un pub, puntera, cosmopolita, musical… Siempre lo he dicho, visitarla no basta, hay que vivirla cuando más brilla. Como en fin de año, una ocasión perfecta para descubrir qué la hace tan especial.

El Festival de Nochevieja de Dublín

En la patria de Oscar Wilde, Thin Lizzy, Jonathan Swift y U2 se toman muy en serio el cambio de año. Tanto que cada año tiran la casa por la ventana con su ya famoso Festival de Nochevieja (New Year’s Festival). Dos días en los que Dublín se vuelca en lo que mejor sabe hacer: divertir, emocionar y sorprender a propios y extraños. En esta ocasión, desde su corazón, a los pies de la imponente Custom House y con el río Liffey como testigo.

Custom House. Nochevieja en Dublin

Mimo. Año Nuevo en Dublin

Hit Machine Drummers. Nochevieja en Dublin

Artistas callejeros, números de magia, impresionantes exhibiciones aéreas, iluminaciones especiales como la del emblemático Spire, conciertos y más de 40.000 personas dispuestas a exprimir los últimos coletazos del año. It sounds great, right?

Celebra la Nochevieja 2019 en Dublín

31 de diciembre

En la víspera de Año Nuevo, todas las buenas vibraciones que emana Dublín y que han inspirado a tantos artistas y escritores se concentran en un mismo escenario, la antigua casa de aduanas. Un precioso edificio neoclásico del siglo XVIII que durante dos días horas copa todas las miradas con una atractiva programación.

Liffey Lights Midnight Moment Matinee

La gran fiesta de Nochevieja en Dublín comenzará la tarde del 31 de diciembre con la Liffey Lights Midnight Moment Matinee. Este evento está principalmente enfocado a familias con niños ya que empieza a las 18h. Los más pequeños se quedarán encantados cuando el cielo se ilumine con una explosión de color mientras las luces y los rayos de agua bailan en armonía con la música.

Aunque este evento, que concluirá con su propia cuenta atrás, es gratuito, las entradas deben reservarse con antelación. Los detalles de la reserva se anunciarán en www.nyfdublin.com a fines de noviembre.

Lugar: Custom House Quay y George’s Quay

Hora: 18-19:30h

Actividades infantiles para estrenar el año. Nochevieja en Dublin

Countdown Concert: prepárate para una Nochevieja inolvidable

A partir de las 20h la música será la gran protagonista. Los irlandeses Walking On Cars, tras completar una exitosa gira por Europa, serán los encargados de encabezar el tradicional Countdown Concert que este año cuenta con la presencia de potentes invitados: el rock alternativo de la banda norirlandesa Ash, el pop de la cantante y compositora dublinesa Aimée y la música country celta de Lisa McHugh.

Las entradas (que incluyen el evento Liffey Lights Midnight Moment) tienen un precio de 36,90€.

Lugar: Custom House Quay

Hora: 20h

3Countdown Concert. Nochevieja en Dublin

Liffey Lights Midnight Moment

Celebra los últimos momentos de 2019 y da la bienvenida al 2020 con un espectáculo increíble que llena de magia el río Liffey. Haces de luz que iluminan el cielo, rayos de agua, música original creada especialmente para esta ocasión y, cómo no, la esperada cuenta regresiva que se proyectará sobre la Custom House. El Liffey Lights Midnight Moment es el momento álgido de la Nochevieja en Dublín y, además, es un evento gratuito.

Lugar: Custom House Quay

Hora: 23.30h

Fuegos artificiales. Nochevieja en Dublin

Quemando la última noche del año en el Temple Bar

Tras finalizar la programación oficial, la mayoría de la gente se traslada a la zona del Temple Bar, el barrio más canalla y animado de la ciudad. Calles abarrotadas, locales llenos y música por todas partes.

Créeme. En pocas ciudades te lo pondrán más fácil para sentirte a gusto. Da igual si viajas solo o acompañado, en cuanto pongas los pies en un pub, empezarás a coleccionar sonrisas y comprobarás que los irlandeses se han ganado a pulso su fama de extrovertidos y buenos anfitriones. Así que no te preocupes si eres de los que responden a little bit cuando te preguntan si hablas inglés porque, además, hay muchos españoles cuyo origen queda patente en la banda sonora de cualquier rincón del Temple. «Estos zapatos me están matando. ¿Dónde vamos ahora? Menuda fiesta tienen aquí montada…»

Temple Bar. Nochevieja en Dublin

The Palace Bar, el propio Temple Bar, Oliver St. John Gogarty, O’Neill’s, The Hairy Lemon… Te aseguro que necesitarás más de una noche para conocer la cantidad locales que comparten adoquines entre Dame Street y el río Liffey.

SUGERENCIA VIAJERA Si quieres, puedes realizar un tour nocturno en español por el Temple Bar con cata de cervezas para descubrir los mejores pubs de Dublín y conocer sus historias y leyendas. Las opiniones de los que han hecho este tour son muy buenas así que informado quedas.

Nochevieja en Dublin

Otra opción es que te dejes caer por The Liquor Rooms, un bar subterráneo, vintage y chic a más no poder, que pertenece al complejo de The Clarence, el hotel propiedad de Bono y The Edge en el que alojé en fin de año. La razón principal, sus premiados cócteles de vanguardia. La secundaria, una decoración increíble que navega entre un circo de burlesque y un local ilegal de los años 20 (Wellington Quay, 5).

La ciudad de las mil bienvenidas
¿Más ejemplos de su amistosa reputación? La ciudad de las mil bienvenidas o City of a Thousand Welcomes, una iniciativa cívica que pone en contacto a visitantes y dublineses enamorados de su ciudad. Ellos, en calidad de embajadores y de forma altruista, serán los encargados de darte la bienvenida invitándote a un café o una pinta, y te explicarán cuanto desees saber de la ciudad. Según el Sydney Morning Herald, esta experiencia es la número uno en su lista de lo mejor que puedes hacer gratis en Europa. Por algo será.

Año Nuevo en Dublín

Tras la Nochevieja, el 1 de enero de 2020 continúan las celebraciones con las actuaciones de los mejores músicos de Irlanda en el Concierto del Día de Año Nuevo en el Temple Bar (New Year’s Day Concert) y con espectáculos callejeros para toda la familia. De nuevo, todas estas propuestas son gratuitas.

Lugar: Temple Bar

Así fue mi Nochevieja 2017 en Dublín

Aunque por la tarde se celebró una matinée pensada para los menos trasnochadores, la gran fiesta empezó con un triple concierto que reunió el pop rock de Keywest, el folk irlandés de Hudson Taylor y el potente directo de Kodaline que, en calidad de cabeza de cartel, consiguió atemperar a una horda de devotos seguidores. De hecho, uno de los primeros guiños que lanzó Steve Garrigan a su entregado público fue un “¿estamos todos bien abrigados?»

Kodaline. Nochevieja en Dublin

Tras más temas de esta banda dublinesa y más minutos robados a un ya casi caduco 2017, llegó el momento más esperado: una emotiva cuenta atrás proyectada en la fachada de la Custom House. Happy New Year!

Besos de medianoche, fuegos artificiales, cien focos iluminando el cielo de Dublín y un deslumbrante espectáculo protagonizado por un grupo de auténticos virtuosos del flyboard que danzaron sobre el río. Así fue el Liffey Lights Midnight Moment al que siguió la segunda parte del concierto de Kodaline.

Tras el concierto, ya lo puedes imaginar, fui directa al Temple Bar para acabar de rematar una de las noches más divertidas de mi vida. Palabra de viajera.

Dublín, doce uvas y yo: una anécdota para recordar

31 de diciembre. 22:50 hora local. 23:50 en España. Estoy cenando en el Ely Bar and Grill con un grupo de periodistas internacionales y con la discreción que me caracteriza planto una lata de uvas en la mesa. «¿Te has traído el postre?», pregunta mi colega alemán. Carcajada de estos van a flipar. Salvo la situación concentrando la atención de todos y les explico que en mi país tenemos la tradición de comer uvas en Nochevieja por aquello que dan good luck. Como me miran como si estuvieran viendo a Sheldon Cooper hablando de su teoría de cuerdas, tiro de YouTube y les muestro la Puerta de Sol de Madrid. A sus really?, I had no idea, what a funny tradition y demás expresiones de asombro, respondo con otra sonriente cara de es lo que hay justo antes de empezar la ceremonia. Por aquello de sentirme más cerca de los míos, me conecto a TV3 y ¡hale!, a uva por mes con toda la dignidad que pude recabar. Un público tan entregado no merecía menos.

Ely Bar and Grill. Nochevieja en Dublin

* ¿Soy una maniática del momento uvas? Lo soy. ¿Fue un momento épico? Sí. ¿Protagonicé sin pretenderlo más de un vídeo? También. ¿Nos reímos? Muchísimo. ¿Es un restaurante que recomendaría? Sin dudarlo.

Aprovecha para visitar los imprescindibles de Dublín

Entre tanta fiesta, deja algo de tiempo para descubrir las joyas de la corona de Dublín. El Trinity College y su Libro de Kells, la catedral de San Patricio, la cárcel de Kilmainham, la Guinness Storehouse, la National Gallery, St. Stephen’s Green, la Chester Beatty Library, Grafton Street y O’Connell Street, la revitalizada zona de los Docklands…

Trinity College. Dublin

Estatua de Molly Malone. Dublin Yo, en calidad de repetidora, saludé al nuevo año recorriendo en bici el Phoenix Park, aprendí algo más sobre el whisky irlandés en la Teeling Whiskey Distillery, asistí a una cena espectáculo en The Merry Ploughboy Pub, y visité el EPIC, un museo que repasa todos los aspectos de la emigración irlandesa desde un puntero enfoque eminentemente interactivo que interesa y emociona a partes iguales. Incluso tuve tiempo de acércame a Howth, uno de los pueblos pesqueros que jalonan el salvaje paisaje de la bahía de Dublín. Encantador, verde y azul, como toda Irlanda.

EPIC. Museo de la Emigración Irlandesa. Dublin

Howth. Bahia de Dublin

The Merry Ploughboy Pub. Nochevieja en Dublin

A modo de broche, recupero el último tuit que lancé desde la isla Esmeralda: “Dublín… Cuesta un mundo despedirse de ti. Porque sabes reinventarte como pocas sin renunciar a tu esencia irlandesa, porque es imposible no sonreír al pronunciar tu nombre, porque me has regalado una #Nochevieja increíble. See you soon, darling.”

Paseando por Dublin en Nochevieja

Excursiones en Dublín

Ya que estás en la capital de la República de Irlanda, aprovecha tu Nochevieja en Dublín para conocer mejor esta fascinante ciudad. Las actividades que te propongo a continuación son con guías que hablan español y están muy bien valoradas por los usuarios que las han contratado.

Tour gratis por Dublín → La mejor forma para empezar a descubrir la ciudad. Apúntate y asegura tu plaza.
Entradas para la Guinness Storehouse → Sin colas, en español y con pinta incluida en el Gravity Bar.
Autobús turístico de Dublín → Tres rutas diferentes y múltiples paradas en las que podrás subir y bajar cuantas veces quieras.
Tour privado por Dublín con guía en español → La mejor opción para descubrir Dublín a tu ritmo pudiendo escoger qué quieres ver. Más cómodo imposible.
Tour gratis de misterios y leyendas por Dublín → Secretos, misterios y leyendas para descubrir un Dublín insólito.
Tour gratis por el Norte de Dublín → Descubre los principales monumentos del norte de la ciudad y conoce el pasado más oscuro de la capital.
Paseo en barco por Dublín  →Recorre el río Liffey mientras conoces a historia de la ciudad.
Dublin Pass  → La tarjeta turística con la que ahorrarás tiempo y dinero.

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  • NO VIAJES A DUBLÍN SIN SEGURO DE VIAJE

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Planes alternativos en Gante, la ciudad más auténtica de Flandes

Planes alternativos en Gante, la ciudad más auténtica de Flandes

¿Planes alternativos en Gante? Sí, porque tras navegar por sus canales, emocionarte con su arquitectura medieval y sucumbir al placer del chocolate y la cerveza, querrás volver a esta ciudad que muestra como ninguna la esencia de Flandes. Sin la presión de la primera ver. Para verla cara a cara y no tras el visor de la cámara, para no tener que tachar sus imprescindibles a contrarreloj.

Gante desde el puente de San Miguel

Cuberdons o naricillas de Gante

Simplemente para vivirla como un stroppendrager más. Tomar ese café que no llegaste a pedir, entablar aquella conversación que quedó pendiente, regalarte el lujo de ver la vida pasar junto al Lys… Pero, sobre todo, porque tiene lo que a Brujas, su hermana más famosa, le falta. Un toque de cercanía, autenticidad y naturalidad que la hace única, que te deja con ganas de más.

Belfort, el campanario de Flandes

Barista. Gante

Para ese más, para esa segunda visita, he compilado esta lista de momentos que viví hace poco. La razón es simple, uno siempre quiere volver donde se sintió bien, y yo no soy una excepción. De todos modos, tranquilo, encontrarás las mismas imágenes de postal. Solo pretendo que las vivas de un modo diferente. Comenzamos.

Planes alternativos en Gante

Ver la restauración del Cordero Místico en el MSK

Si contemplar la Adoración del Cordero Místico entre los muros de San Bavón emociona, imagina qué supone ser testigo de la restauración de la obra más importante de la historia del arte en Flandes. Para ello solo tienes que acercarte al Museo de Bellas Artes (MSK) entre semana. Dos tercios del políptico siguen en la majestuosa catedral que Carlos V no llegó a ver terminada pero el resto tablas está aquí, recuperando su esplendor gracias a un equipo de expertos que lleva trabajando en la obra cumbre de los hermanos Van Eyck desde 2012.

Adoracion del Cordero Mistico. Catedral de San Bavon, Gante

Restauracion del Cordero Mistico. MSK, Gante

Museo de Bellas Artes. Planes alternativos en Gante

Metafloristics de Gerda Steiner. MSK, Gante

Tras esta experiencia, que cualquier esteta calificaría de única, te espera un espacio que combina sin complejos las obras de los antiguos maestros con piezas contemporáneas. El resultado: un sorprendente paseo por la evolución de las artes plásticas desde la Edad Media hasta la primera mitad del siglo XX que se complementa con exhibiciones temporales.

Gante a través del arte urbano

Si preguntas a cualquiera que haya estado en Gante sobre arte urbano, seguro que te envía a Werregarenstraat, una callejuela que ofrece sus muros a todo aquel que quiera tirar de spray. Pero esta explosión de creatividad en forma de de tags y dibujos, que tal vez mañana ya no estén, es solo una pequeña muestra del interés de esta ciudad por potenciar y poner en valor este tipo de expresiones artísticas. Murales, grafitis, más zonas de tolerancia… Todas ellas forman parte de Sorry, not Sorry, un proyecto promovido por el departamento de cultura que ha acabado configurando una ruta que nos invita a conocerla a través del street art.

Werregarenstraat. Street art en Gante

Mural de ASCS. Street art en Gante

Mural de ROA. Arte urbano en Gante

Obra de la artista belga BLUE. Planes alternativos en Gante

A pie, en bici o en transporte público. Siguiendo un mapa físico o vía app. Tú decides como prefieres ver estas obras de naturaleza temporal o permanente firmadas por grafiteros internacionales y reconocidos artistas locales como ROA, A Squid Called Sebastian (ASCS), BLUE the warrior o Mr. Mong. Una prueba más de que Gante ha sido y es una increíble fuente de inspiración.

Los jueves, a comer veggie

Siguiendo el refrán de donde fueres, haz lo que vieres, olvida la carne y el pescado y súmate a los jueves vegetarianos, una iniciativa que desde 2009 anima a la población a seguir un estilo de vida saludable y sostenible. Sí, también sostenible. Consumir productos vegetales un día a la semana, además de mantener a raya el colesterol, ayuda a reducir el efecto invernadero.

BEO Versbar. Gante

Mie Vie. Cocina vegana en Gante

Para pensar y paladear en verde lo tienes muy fácil porque la ciudad está volcada con esta sana filosofía. Tres sugerencias: las ensaladas, bocadillos, sopas y demás propuestas veganas de Mie Vie (Serpentstraat, 28); BEO Versbar, un acogedor mercado biológico situado en el centro en el que puedes probar todo tipo de platos y deliciosos smoothies (Heilige Geeststraat, 30), y el restaurante Volta donde te espera el menú veggie que prepara el chef Davy De Pourcq con verduras orgánicas de su propia huerta. Es un pequeño lujo pero te aseguro que merece la pena (Nieuwe Wandeling, 2b). Además, en la capital vegetariana de Europa hay cadenas como Tasty World y EXKi que sirven comida rápida saludable.

Compras alternativas. Hay vida más allá del chocolate

Sé que vas a comprar un cargamento de chocolate y más de un souvenir al uso pero, si quieres salirte del guión, recuerda que bajo su velo medieval late el Gante más vanguardista y underground. Para encontrarlo, además de callejear por la Veldstraat, hay que darse una vuelta por las tiendas de Burgstraat, Hoornstraat o Serpentstraat. ¿Ideas?

Moda: Jo De Visscher, la flagship store de una de las diseñadoras belgas más conocidas (Hoornstraat, 6), y Mieke, con su colección de marcas independientes que apuestan por la ropa sostenible o, como dicen ellos, por la non evil fashion. Aquí descubrí el concepto calzado vegano (Burgstraat, 87).

Tienda de Jo De Visscher. Planes alternativos en Gante

Libros y vinilos: Paard Van Troje, libros, cafés y actuaciones en directo en una de las mejores librerías de la ciudad (Kouter, 113). De Poort, la meca del cómic (Nederkouter, 137). Vynilla, discos nuevos y joyas de coleccionista (Sint-Kwintensberg, 38).

Vintage y diseño: A’pril, objetos de decoración y originales regalos en una preciosa tienda del XIX (Burgstraat, 27). The Fallen Angels, carteles vintage, juguetes, postales y todo lo que se te ocurra con aire retro (Jan Breydelstraat, 29). Piet Moodshop, artículos de diseño seleccionados por el interiorista Christophe Verbeke (Sint-Pietersnieuwstraat, 94).

Los gofres de Max, al infierno de cabeza

Lo mires por donde lo mires, Gante tiene madera de hedonista. No contenta con sus brutales lienzos del Medievo, su ambiente y sus propuestas culturales, la más flamenca de la región escala posiciones para convertirse en el gran destino gastronómico de Bélgica. El tradicional waterzooi, la potente mostaza de Tierenteyn-Verlent, las mermeladas de Callas Confiture, los quesos de Het Hinkelspel, un RoomeR en el aperitivo, la cocina de vanguardia de sus reputados chefs…

Especialidades de Gante

Como el jueves has sido “bueno”, ahora toca pecar. Pero nada de pecados veniales, no, a lo grande. Tu destino, el número 3 de Goudenleeuwplein. Tu objetivo, probar el mejor gofre de la ciudad. Espolvoreado con azúcar glas, crujiente y con un toque de mantequilla. Te lo preparará Yves, descendiente directo de Max Consael que en 1839 creó esta delicia conocida como los “gofres de Bruselas”. Dos siglos los separan pero su receta es la misma, como las planchas que utiliza para hornearlos, como el exquisito trato que dispensan los camareros.

Gofres de Max. Gante

Vale, perfecto, pero… ¿qué hay de alternativo en este plan? Siéntate en una mesa junto a la ventana, apaga el móvil, olvida el reloj y mimetízate con el encantador art noveau que te rodea. Con cada bocado retrocederás en el tiempo hasta llegar a los años 20, como veinte son los cuadraditos que saboreas. Si acabas viendo en blanco y negro, no es por la glucosa, es porque te has dejado llevar por la magia de Max.

Max, Gante

Dos sugerencias más para sibaritas. El café, en Barista (Hippoliet Lippensplein, 25); bombones zen, en Yuzu (Walpoortstraat, 11a).

¿Cervezas? Las que quieras, pero no olvides las jenevers

Trapense, de abadía, rubia, ámbar, negra flamenca, ale amarga, la omnipresente Lambic… En Bélgica, un país con más de 1500 variedades, es normal que quieras probar el mayor número de cervezas.

Dreupelkot, el templo de la ginebra en Gante

Lo que no sería tan normal es que pasarás por alto las ginebras de Gante. El hombre que buscas es Pol. Lo encontrarás en t Dreupelkot, un pequeño y céntrico local por cuya barra desfilan más de doscientas clases de ginebra, entre ellas 50 de la casa. Aunque también hay sitio para las tradicionales, el personal -al que no le importa esperar en la cola lo que haga falta- se vuele loco con las de sabores. Vainilla, cactus, tiramisú, nueces, café, coco, limón, chocolate, naranja sangrienta… Por mucho que las sirvan en vaso de chupito, no te vengas muy arriba porque algunas llegan a los 53° y el canal está muy cerca (Groentenmarkt, 12). Gezondheid!

Gante iluminada, por supuesto, pero también all night long

He dejado para el final el mejor consejo que puedo darte: pasa al menos una noche en Gante. No seas de los que le dedican solo unas horas y apenas llegan se dan cuenta de su error.

Quiero que recorras sus calles al anochecer y me digas si no es una de las ciudades mejor iluminadas que has visto nunca. Y es que el premiado plan de alumbrado que se puso en marcha en 1998 en el centro, para abarcar años más tarde los barrios periféricos, cumple con nota su objetivo: realzar un paisaje urbano que, tras coquetear contigo de día, te desarma sin remedio mientras duerme el sol. El castillo de los Condes, la iglesia de San Nicolás, el Belfort, la Ópera, el puente de San Miguel, Graslei y Korenlei…

Los Blue Birds de Gante

Deberás hacerlo como Cenicienta, antes de la medianoche, porque a las doce en punto la iluminación decorativa deja paso al alumbrado funcional. Dicen que es por reducir el consumo energético pero, como estamos en un cuento de hadas, yo creo que es para adecuar la luz al as que Gante guarda en su manga, sus noches eternas.

Graslei y Korenlei. Gante

Como sucede en la encantadora Lovaina, de lunes a viernes mandan los universitarios por lo que toca ir a su feudo, la zona de Overpoortstraat. Si buscas música electrónica y famosos Djs, acude a la discoteca Decadence. Para ambiente cien por cien Erasmus y happy hours, The Porter House, Pi-Nuts, y Pink Flamingo´s, kitch y divertido como él solo. Gante es la ciudad con mayor número de estudiantes de Bélgica, más de 70.000. Dicho de otro modo, la fiesta está asegurada día sí y día también.

El fin de semana, en cambio, la movida se traslada al centro. Como t Dreupelkot ya lo he mencionado, una noche de lo más ecléctica podría empezar entre los troles y cervezas de De Trollekelder o dejando tu zapato en prenda si pides la Max de 1,2 litros de Dulle Griet. Si aguantas, lo suyo es continuar en el popular Bar des Amis o en el alternativo Kinky Star, y acabar en dos locales que no pasan de moda, el Charlatan y el Club 69.

Iglesia de San Nicolas y Pabellon Municipal. Gante

Y hasta aquí esta visión alternativa de Gante, un encantador alambique en el que se destila el Flandes más auténtico. Una ciudad cuyo atractivo, te aseguro, no solo es monumental. Y sí, ese ‘no solo’ es el que te hará volver.

Más información: Visit Gent y Turismo de Flandes.

Museo Guggenheim Bilbao, un sueño de titanio con alma de cultura

Museo Guggenheim Bilbao, un sueño de titanio con alma de cultura

Cuando el Museo Guggenheim de Bilbao abrió sus puertas, en 1997, pocos podían imaginar lo que iba a suponer para la capital de Vizcaya. Este hito de la arquitectura del siglo XX, ideado por el arquitecto estadounidense Frank Gehry, propició, cual ave fénix, que aquella ciudad gris y contaminada se convirtiera en lo que es hoy: un atractivo foco para el turismo a escala mundial.

Museo Guggenheim Bilbao

Si, como afirma el propio Gehry, «los edificios tienen una identidad en la Historia», la del Guggenheim en Bilbao es innegable. Y es que ante la crisis del sector industrial de los ochenta, las administraciones vascas apostaron por transformar Bilbao en una ciudad de servicios impulsando este proyecto cultural que inició la gran renovación del Botxo y que devolvió a los bilbaínos las márgenes de la ría del Nervión.

Bilbao desde el monte Artxanda

Este año el museo, pieza clave en la escena artística internacional, celebra su XX aniversario viendo como la afluencia de visitantes no deja de crecer. ¿Las claves de su éxito? Su innovador diseño, la calidad de las exposiciones y las interesantes actividades multidisciplinares que se desarrollan a lo largo del año. Grandes bazas a las que yo añadiría una más: la experiencia vital que supone navegar entre obras de arte que se ubican en un espacio único que juega con diferentes formas y volúmenes.

Un juego en el que se nos invita a participar tomando como punto de partida la curiosidad intelectual de cada uno. Sin un itinerario preestablecido y con total libertad de movimientos para que cada visitante viva su experiencia de una forma muy personal. Emocionándose ante su colosal arquitectura, admirando el arte que en él se exhibe, buscando el mejor ángulo para inmortalizarlo…

La experiencia Guggenheim Bilbao desde el exterior

Desde la ría, el Museo Guggenheim de Bilbao parece un barco atracado junto al puente de La Salve. Un enorme navío, rodeado de paseos y plazas que nos permiten descubrir su potente fisonomía desde distintas perspectivas. Las 33.000 planchas de titanio que lo cubren y que cambian de color en función de la hora del día y las condiciones meteorológicas, el remate de la piedra caliza, el gran lucernario en forma de flor metálica… Su audaz diseño no deja indiferente a nadie porque cuando te plantas ante él, inevitablemente, algo se mueve en tu interior.

Museo Guggenheim Bilbao, el gran emblema de la ciudad

Recorriendo su perímetro descubrimos las primeras obras de arte. El gran árbol y el ojo de Anish Kapoor que nos habla del carácter efímero de nuestro mundo a través de sus esferas; Mamá, una araña gigantesca con la que Louise Bourgeois quiso plasmar el carácter de guarida y jaula que implica la maternidad; y las optimistas y descomunales obras de Jeff Koons: Tulipanes, un ramo de flores en el que el acero da forma a globos de colores, y Puppy, el perro más famoso e imponente de Bilbao que desde 1992 hace guardia a las puertas del museo.

El gran arbol y el ojo. Museo Guggenheim Bilbao

Puppy y Mama. Museo Guggenheim Bilbao

Tulipanes. Guggenheim Bilbao

La experiencia Guggenheim Bilbao en su interior

24.000 m² de superficie -11.000 de ellos destinados a exposiciones-, cortinas de vidrio que conectan grandes volúmenes, espacios de diferentes escalas que suponen un reto para los artistas, paredes curvas sin ningún ángulo recto… Si el continente levanta pasiones, el complejo contenido arquitectónico del Museo Guggenheim de Bilbao no se queda atrás.

Interior del Museo Guggenheim de Bilbao

Interior del Museo Guggenheim Bilbao

Basta con situarse en el centro del atrio y alzar la mirada para ser consciente de ello. Estamos en el corazón del museo, un espacio diáfano que bombea los visitantes hacia las galerías que se distribuyen a su alrededor. En tres niveles que a su vez están conectados por pasarelas curvilíneas, ascensores de cristal y escaleras.

Museo Guggenheim Bilbao

Exposicion. Museo Guggenheim de Bilbao

Puente de La Salve desde el Museo Guggenheim de Bilbao

El atrio también funciona como área expositiva y acoge algunas obras de su colección permanente como la Instalación para Bilbao de Jenny Holzer; una composición formada por columnas de leds cuyos aforismos evocan temas universales como la frágil frontera que separa lo público de lo privado, y el conjunto escultórico de Richard Serra La materia del tiempo.

Museo Guggenheim de Bilbao

Esta última fue, sin duda, la obra que más me impresionó. Una elipse doble, una espiral, sinuosas torsiones… Ocho esculturas de acero que puedes rodear o formar parte de ellas adentrándote en su interior a través de estrechos pasadizos, y que encuentran cobijo en una enorme galería libre de columnas. Tras hacerla un poco tuya, dejándote envolver por la sensación de movimiento que emana, contémplala al completo desde el mirador de la segunda planta. Sencillamente es una imagen espectacular.

La materia del tiempo. Museo Guggenheim Bilbao

El resto de la colección propia, que cronológicamente arranca en la segunda mitad del siglo XX, nos muestra destacados iconos de la modernidad firmados por artistas como Mark Rothko, Yves Klein, Clyfford Still, Eduardo Chillida y Andy Warhol, entre otros.

Sala del Museo Guggenheim Bilbao

Por su parte, la calidad de las exposiciones temporales del Guggenheim de Bilbao hace que sean de las más visitadas del mundo. Como la actual Paris, fin de siècle: Signac, Redon, Toulouse- Lautrec y sus contemporáneos que nos acerca al universo de los neoimpresionistas y simbolistas.

Algunas curiosidades del Museo Guggenheim de Bilbao

  • ¿Sabías que el titanio no fue la primera opción que barajó Gehry? Así es. Primero lo intentó con acero inoxidable pero las maquetas parecían muertas en los días nublados. Tras la frustración, la casualidad quiso que encontrara un pequeño trozo de titanio en su taller que clavó en un poste fuera de su oficina. Ese día llovió y al ver cómo adoptaba un precioso tono dorado lo tuvo claro: la piel del Guggenheim sería de titanio.
  • Para facilitar la construcción de las formas curvilíneas, se recurrió a un avanzado software que ya se había probado en la industria aeroespacial.

Museo Guggenheim de Bilbao

  • Su primer visitante fue Antonio Ligero, un profesor de música que llegó tres horas antes de su apertura por confundirse de hora.
  • Algunas obras de grandes dimensiones se transportan por vía marítima y otras llegan al museo por la noche porque su formato hace necesario desmontar los semáforos.
  • Según la revista Widewalls, la del Guggenheim Bilbao es una de las 10 mejores tiendas de museos del mundo.
  • Puppy, el West Highland terrier gigante de 15 toneladas de peso, está cubierto por más de 60.000 plantas en flor que se conservan vivas gracias a un sistema de irrigación permanente.

Sorprendente, magnífico, íntimo, impactante… Así es el Guggenheim Bilbao, una experiencia museística única que nos acerca a la cultura plástica; que conmueve al más impasible, que convence al más escéptico. El germen de las grandes actuaciones urbanísticas y arquitectónicas que configuran el Bilbao del siglo XXI.

Información para visitar el Museo Guggenheim Bilbao

Dirección: Avenida Abandoibarra, 2

Horario: De martes a domingo de 10 a 20h. Lunes cerrado excepto el 2 de enero, 10 y 17 de abril, 1 de mayo, todos los lunes de julio y agosto, 4 y 11 de septiembre y 4 de diciembre de 2017. La taquilla cierra media hora antes del cierre del museo.

Precio de la entrada: Adultos 16€, jubilados 9€, estudiantes menores de 26 años 9€, niños gratis. Recuerda que las tarifas pueden variar en función de la exposiciones. Durante los cambios y debido al cierre de salas, se aplican tarifas reducidas. El precio de la entrada incluye audioguía.

Venta de entradas: Puedes comprar la entrada en las taquillas o en la web del museo.

El museo cuenta con Zero Espazioa -una sala de orientación al visitante con todas las claves para aprovechar al máximo la visita-, dos restaurantes, cafetería y tienda-librería.

El Guggenheim Bilbao está adaptado para personas con movilidad reducida. También ofrece visitas guiadas en lengua de signos, para personas con discapacidad intelectual y visitas táctiles para personas ciegas.

No se permite la entrada con bultos grandes (paraguas, mochilas, etc.). Se deben dejar en el guardarropa.

Dada la temperatura del museo es conveniente llevar una prenda de abrigo en los meses de verano.

El Camino del Norte: etapa Gijón/Xixón-Avilés

El Camino del Norte: etapa Gijón/Xixón-Avilés

Dicen que nunca es demasiado tarde para encontrar tu Camino. Yo encontré el mío en la costa asturiana, recorriendo la etapa Gijón/Xixón-Avilés del Camino de Santiago del Norte. Un tramo que une dos preciosas ciudades que ya conocía pero que redescubrí con otros ojos: los del peregrino.

Camino de Santiago. Etapa Gijon/Xixon-Aviles

Apenas fueron un puñado de kilómetros, muy lejos de los 100 necesarios para conseguir La Compostela, pero bastaron para provocar en mí el deseo de sumarme a los más de 277.000 peregrinos que hicieron la ruta jacobea en 2016. Porque es cierto, el Camino de Santiago no se anda, se vive. Paso a paso, etapa a etapa, afrontando cuestas, salvando llanuras y luciendo una sonrisa que oculta unos pies doloridos. Un itinerario, cuyo origen se remonta al descubrimiento de la tumba de Santiago el Mayor hace más de mil años, que en Asturias se tiñe de azul y verde.

Elogio del Horizonte. Gijon

El Camino del Norte: etapa Gijón/Xixón-Avilés

El punto de partida de esta etapa se encuentra en el barrio de la Calzada. En su Ateneo Obrero pude conocer el proyecto “Gijón Oeste. Una memoria industrial”. Una iniciativa vecinal que pone en valor el legado del proceso de industrialización que convirtió a la ciudad en el centro industrial de Asturias a mediados del siglo XIX, y que muestra el presente de las fábricas que nos acompañarán en el primer tramo.

Ateneo Obrero de La Calzada, Gijon

Industria y naturaleza en la etapa Xixon/Gijon-Aviles del Camino del Norte

No por mucho tiempo. A medida que iniciamos la ascensión al Monte Areo, la cara más amable del Principado hace acto de presencia. El asfalto se torna camino y aparece esa imagen que todos tenemos de la Asturias rural: bosques, verdes prados donde pastan las vacas y una tranquilidad absoluta que te anima a seguir caminando hacia el valle de Carreño y Santa Eulalia del Valle.

Paisaje rural asturiano. Etapa Gijon/Xixon-Aviles

Dolmen de San Pablo. Etapa Gijon/Xixon-Aviles. Camino del Norte

El encuentro con un grupo de jóvenes llegados de Irlanda provoca que mi mente vuele hasta la imagen de los peregrinos medievales. Aquellos que pisaron la misma tierra que piso atraídos por el fenómeno compostelano que Alfonso XII, rey de Asturias, difundió por toda Europa. Inevitablemente un escalofrío recorre mi cuerpo porque empiezo a comprender el significado de una frase que retumba en mi cabeza desde que la escuché: «El milagro del Camino está en que convierte en mágicas las cosas normales».

Peregrinos en el Camino del Norte

Y es que la fuerza del Camino, más allá de los valores religiosos, artísticos y paisajísticos que atesora, reside en quienes se lanzan a la conquista de la ruta jacobea. Españoles, alemanes, italianos, americanos, portugueses, franceses, irlandeses… La peregrinación a Santiago de Compostela no entiende de nacionalidades, edades, clases sociales ni exclusivamente de credos. La mayoría sigue su fe, sí, pero también son muchos los que se echan a andar por motivos culturales o como una prueba de superación personal.

Credencial del peregrino

Cada opción es válida para el Camino que los trata a todos por igual haciendo de esta vía un magnífico ejemplo de compañerismo, solidaridad y empatía por el otro. Y eso se nota y se palpa en cada encuentro; cuando una voz con acento extranjero te desea buen camino o cuando le devuelves el móvil a una peregrina que lo extravió y su respuesta es «muchas gracias, en el Camino nunca se pierde nada». Cierto, pensé para mí, en el Camino de Santiago no se conjuga el verbo perder, solo ganar: experiencias, enfrentarse a uno mismo en los momentos de soledad, conocer otras culturas y otras realidades… Hablaba de magia, ¿verdad?

Iglesia de Santa Eulalia del Valle, Carreño. Etapa Gijon/Xixon-Aviles

La misma que, tras dejar atrás Tamón y Trasona, acompaña al peregrino hasta el final de esta etapa que concluye en Avilés atravesando su impresionante e injustamente poco conocido casco histórico hasta enfilar los altos de San Cristóbal.

Iglesia de los Franciscanos. Aviles. Etapa Gijon/Xixon-Aviles

Albergue de peregrinos Pedro Solis. Etapa Gijon/Xixon-Aviles

 El Cantábrico y el Camino: peregrinos por el mar

¿Sabías que ahora también puedes hacer el Camino de Santiago navegando? Así es. El nuevo itinerario jacobeo Sail the Way-Navega el Camino discurre por los principales puertos deportivos de Asturias, Cantabria, País Vasco y Galicia. Para conseguir La Compostela, deberás viajar a vela un mínimo de 100 millas náuticas y, como buen peregrino, hacer pie los últimos 10 kilómetros del Camino.

El Camino de Santiago por el mar

Yo tuve ocasión de realizar una pequeña travesía por la bahía de Gijón en catamarán emulando, al menos en espíritu, a aquellos ingleses e irlandeses que fueron los pioneros en emprender las rutas marítimas hasta Santiago de Compostela en el siglo XII. Una experiencia fantástica que me regaló una nueva perspectiva de la capital de la Costa Verde.

Gijón y Avilés: de la Villa de Jovellanos a la Villa del Adelantado

Uno de los grandes atractivos de la etapa Gijón/Xixón-Avilés es que nos permite conocer dos ciudades con un gran potencial turístico. Gijón, la encantadora capital de la Costa Verde, y la coqueta e histórica Avilés que contempla con orgullo su reflejo en la ría. Tan distintas como semejantes, tan auténticas como se espera, tan sorprendentes que harán que, como yo, desees volver para respirar y sentir una vez más la belleza del norte.

El Cantabrico y Gijon

Aviles

Mis imprescindibles de Gijón

Gijón es buen ejemplo de todo lo que Asturias ofrece al viajero: la fuerza del Cantábrico, un entorno natural salpicado de playas, bosques y prados, longeva historia y una gastronomía excepcional. Todo ello en una ciudad amable y sostenible que combina con acierto su carácter marinero y su presente más innovador.

¿Algunos planes que considero imprescindibles?

  • Callejear por Cimavilla. Es aquí, en el antiguo barrio de pescadores, donde reside el alma de Gijón. Lo comprobarás recorriendo rincones como la calle del Rosario con sus casas típicas, la Cuesta del Cholo y plazas como la del Lavaderu en las que corre la sidra. De bajada, detente en la Casa Paquet, el mejor ejemplo de palacio urbano de inspiración renacentista de Asturias y futuro albergue de peregrinos de Gijón.

Casa Paquet, Gijon. Etapa Gijon/Xixon-Aviles

  • Subir al Cerro de Santa Catalina y contemplar la costa gijonesa al abrigo del Elogio del Horizonte, obra de Eduardo Chillida y uno de los símbolos de la ciudad.
  • Pasear por la playa de San Lorenzo, bordeada por un precioso paseo marítimo de casi tres km., y sentarte en la Escalerona a esperar la puesta de sol.

Playa de San Lorenzo. Gijon

  • Visitar las Termas Romanas de Campo Valdés, uno de los yacimientos más importantes del norte de España ubicado junto a la iglesia de San Pedro.
  • Descubrir la belleza de la Laboral Ciudad de la Cultura, un monumental conjunto arquitectónico, diseñado por el arquitecto Luis Moya, en el que confluyen cultura, arte, ocio y educación.

Laboral Ciudad de la Cultura. Gijon

  • Llevarte como recuerdo una foto en las famosas Letronas situadas al lado del puerto deportivo.
  • Exprimir las noches de Gijón en locales como el Savoy, un clásico con música en directo, estética de los 50 y buen ambiente asegurado.

¿Dónde comer en Gijón? Aunque muchos afirman que «con pan y vino se anda el Camino», permíteme sugerirte tres restaurantes que conocí en este viaje:

La Cuadra de Antón: Sería imperdonable abandonar Gijón sin probar las creaciones de Noelia de Prada que fusionan la cocina tradicional con la de vanguardia utilizando productos locales y ecológicos. ¿Una tentación irresistible? Semifrío de Afuega’l pitu y arándanos con helado de lima-limón. (San Bernardo, 17).

Casa Zabala: Fundado en 1923, este templo del buen comer es otro de los nombres propios de la gastronomía gijonesa. Un antiguo hospital de peregrinos medieval por el que desfilan elaborados platos tradicionales a precios asequibles. Me robó el corazón con su pastel de centollo gratinado (Vizconde de Campo Grande, 2).

Casa Zabala. Gijon

Restaurante Auga: Excelente cocina de mercado avalada por una estrella Michelín que se traduce en una grata experiencia gastronómica en pleno puerto deportivo de Gijón. Imprescindible probar su rodaballo de costa con salicornia, ajetes y limón verde, y el lechazo xaldo con soja y morro de ternera. Deliciosos (Claudio Alvargonzález, s/n.).

¿Dónde dormir en Gijón? Hotel San Miguel: Si ya lo recomendé en mi primera visita, ahora que han renovado la estética de sus habitaciones y han abierto una tienda solidaria con productos africanos, me reafirmo: este hotel familiar y eco-friendly es una magnífica opción para alojarse en Gijón. El personal es absolutamente encantador, ofrecen un 10% de descuento y servicios exclusivos para los peregrinos y está al lado de la playa de San Lorenzo (Marqués de Casa Valdés, 8).

Hotel San Miguel. Gijon

Mis imprescindibles de Avilés

Atrás quedaron los años en los que la imagen de Avilés se asociaba a una ciudad gris, marcada por la degradación de su ría y por fábricas contaminantes que no incitaban a conocerla. Por fortuna y porque le sobran los motivos, hoy en día esta villa marinera, tierra de descubridores, ya ocupa el lugar que le corresponde: ser la joya cada vez menos desconocida de Asturias. Porque la ría se ha convertido en un agradable paseo, porque el Niemeyer la colocó en el mapa y, sobre todo, porque conserva un sorprendente casco antiguo -declarado Conjunto Histórico Artístico- que nos traslada a la Edad Media entre casas señoriales, iglesias y calles cuajadas de soportales en los que es un auténtica delicia refugiarse cuando el orbayo despliega su fino manto de lluvia. Como La Ferrería, por donde discurre el Camino a la vera de los más vestigios del Avilés antiguo, o la calle Galiana, antaño feudo de los artesanos que dieron paso a vinotecas y locales de ocio. En definitiva, porque es una villa que enamora. A mí me conquistó la primera vez que puse mis pies en ella y aún sigo presa de su hechizo.

  • Subir al mirador de la Ermita de La Luz para contemplar unas magníficas vistas de la ciudad.
  • Realizar una visita guiada por el Centro Niemeyer, una ventana abierta a la cultura, símbolo de la renovación urbanística y medioambiental de la ría de Avilés.

Centro Niemeyer, Aviles

  • Conocer la evolución de la villa desde sus orígenes en el Museo de la Historia Urbana de Avilés.
  • Un alto en el camino en el parque de Ferrera, el pulmón verde la ciudad.
  • Contemplar el armonioso conjunto de galerías acristaladas y esbeltas columnas de hierro que enmarcan la plaza Hermanos Orbón y entrar en el mercado de abastos para conocer la riqueza de la gastronomía asturiana.
  • Tomar unas sidrinas a los pies de la iglesia vieja de Sabugo, en el antiguo barrio marinero.

Iglesia vieja de Sabugo, Aviles

  • Visitar el cementerio de La Carriona, un hermoso camposanto en el que la escultura funeraria alcanza la categoría de arte y que forma parte de la Red Europea de Cementerios Significativos.

Cementerio de La Carriona, Aviles

  • Callejear al anochecer para ver lo hermosa que luce cuando el sol se apaga.
  • Salir de fiesta como un avilesino más por los locales del centro. ¿Mi favorito? Le Garage, música en directo y noches eternas (Plaza del Carbayedo, 50).
  • Si tienes tiempo, pasear por el arenal de la playa de Salinas y acercarte al Museo de Anclas Philippe Cousteau, un bello paraje al aire libre donde se exhiben anclas de distintos buques como homenaje a la cultura marinera.

¿Dónde comer en Avilés? Dos recomendaciones: un clásico y un grato descubrimiento.

Tierra Astur Avilés: Tablas de quesos, embutidos, platos de cuchara, tortos… Lo mejor de la cocina asturiana se da cita en este agradable local que cuenta con una tienda de productos de la tierra. ¿Mi perdición? La sangría de sidra. Imprescindible. (San Francisco, 4)

Tierra Astur. Aviles

Vinoteca Syrah: Excelentes vinos que maridan a la perfección con su carta de tapas. Déjate aconsejar por Gonzalo Rodríguez y disfruta del arte del buen beber (Alfonso VII, 12).

¿Dónde dormir en Avilés? Hotel Don Pedro: Un hotel con encanto situado en pleno casco histórico cuyo nombre rinde homenaje a la figura de D. Pedro Ménendez de Avilés, Adelantado de La Florida y gobernador de Cuba. Destaca por sus espaciosas y luminosas habitaciones y por la amabilidad de su staff (La Fruta, 22).

Hotel Don Pedro. Aviles

Sigue descubriendo Asturias:

Qué ver en Stone Town, en busca del alma de Zanzíbar

Qué ver en Stone Town, en busca del alma de Zanzíbar

Si vas a viajar a Zanzíbar, no cometas el error de pasar por alto el barrio antiguo de su capital, Stone Town. Un seductor laberinto de callejuelas, declarado Patrimonio de la Humanidad, en el que perderse es un agradable castigo y que te permitirá descubrir el auténtico rostro de uno de los destinos turísticos más famosos del Índico africano. Como orientación, aquí te lanzo unas sugerencias sobre qué ver en Stone Town.

Puerta de madera. Que ver en Stone Town. Zanzibar

Qué ver en Stone Town

Cuando llegué a Stone Town, diluviaba. Ya había hundido mis pies en el barro en una de las plantaciones de especias de la isla; también en el bosque de de Jozani y, por supuesto, en las aguas turquesas del océano en una excursión memorable. Esta vez la tormenta tropical se cernía sobre la ciudad de piedra mientras yo empezaba a recorrer sus calles.

Stone Town. Zanzibar

Sabía que tenía mucho que ver en Stone Town, pero ahora era el momento de sentir. Así que caminé sin rumbo, dejando que la propia ciudad me mostrase su rica mezcla cultural. Pronto me di cuenta de que en el aire húmedo de Stone Town flotan los fantasmas de cuantos quisieron conquistar esta isla. Notas de la antigua Persia, herencias de los sultanes de Omán, intensos aromas de la India… Y es que por esta encrucijada del Índico pasaron pueblos bantúes, persas, árabes, indios, portugueses y británicos, cuyo legado se hace presente en muchos rincones.

Calle de Stone Town. Zanzibar

¿Mi objetivo? Acercarme al alma de Zanzíbar y descubrir cómo es la vida más allá de de los hoteles de lujo y las playas paradisíacas. En definitiva, salir del edén terrenal por unas horas para tratar de desentrañar los enigmas del corazón del archipiélago.

Baños persas Hamamni. Stone Town. Zanzibar

Pude comprobarlo deambulando por esta especie de medina en la que orientarse no es tarea fácil si pierdes la referencia del mar. Esquivando motos, bicis y a los insistentes papasi -guías no oficiales que te asaltan para que contrates sus servicios. Saltando de la sonrisa de los escolares a las incisivas miradas que me lanzaban las mujeres que caminan envueltas en vaporosas túnicas negras. No olvides que estás en una sociedad musulmana conservadora, creí leer en sus ojos.

Stone Town. Zanzibar

Edificios coloniales, catedrales, palacios, baños persas, mezquitas… Las diferentes capas de la historia de Zanzíbar desfilaron ante mí entre viejas casas de piedra coralina y cal azotadas por la erosión. Muchas de ellas desconchadas, ancladas en el tiempo, esperando un aciago futuro si nadie se ocupa de ellas.

Stone Town. Zanzibar

El esplendor de su pasado y el lamentable estado de conservación de buena parte de su presente. Una más de las complejidades de Stone Town, la patria de Freddy Mercury y el puerto que vio partir a exploradores como Livingstone o Speke.

Vendedor. Stone Town. Zanzibar

Hay mucho que ver en la capital de Zanzíbar, el epicentro de un paraíso que vivió tiempos de gloria comerciando con marfil y especias, y que en el siglo XIX se convirtió en el principal centro de tráfico de esclavos de África bajo el poder omaní. Stone Town, una vibrante ciudad donde la vida lleva su propio ritmo. El lugar donde todos los problemas se solucionan con una expresión: Hakuna Matata.

Callejeando por Stone Town

Pero eso sí, antes de entrar en materia, permíteme recordarte la importancia de contratar un buen seguro de viajes. Yo siempre viajo asegurada con Chapka por sus amplias coberturas internacionales. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus. Además, si lo contratas a través de mi web, tienes un 7% de descuento con el código OBJETIVOVIAJAR. Contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.

Aunque lo mejor es dejarse sorprender por este atractivo rompecabezas de culturas y credos, no está de más conocer algunos de los principales puntos de interés de Stone . A continuación tienes todo lo que tienes que ver y hacer en Stone Town.

El mercado de Darajani

Siempre he pensado que la mejor forma de tomarle el pulso a una ciudad es entrar en alguno de sus mercados y eso hice en el de Darajani. Si en el exterior los vendedores de especias y los inevitables pasasi esperan la llegada de los viajeros, en el interior la vida discurre ajena al turismo.

Mercado de Darajani. Que ver en Stone Town

Frutas, verduras, carnes y pescados se ponen a la venta en un bullicioso caos de transacciones. La parte más llamativa es la zona de las pescaderías por la que desfilan grandes piezas de atún y barracudas. Eso sí, por muy frescos que sean los productos, el olor es nauseabundo. Tenlo en cuenta si eres escrupuloso. Y una advertencia más: no hagas ninguna foto sin pedir antes permiso.

Mercado de Darajani. Que ver en Stone Town

CONSEJO VIAJERO → Si lo prefieres, puedes hacer una visita guiada por Stone Town en español para conocer los rincones más emblemáticos de esta ciudad de piedra declarada Patrimonio de la Humanidad.

Las puertas de madera tallada de Stone Town

Enseguida centró mi interés el elemento arquitectónico más famoso de Zanzíbar: las puertas de madera tallada de las casas cuya decoración indica el poder y la posición social del propietario de la vivienda.

Hoy en día se conservan alrededor de 500. Las más antiguas son las árabes, fácilmente identificables ya que tienen un marco cuadrado y muestran relieves con pasajes del Corán.

Puerta de madera. Stone Town

Las más recientes, la mayoría de finales del siglo XIX, incorporan rasgos propios de la India como los remates semicirculares, los motivos florales y grandes piezas de latón que se utilizaban para evitar los embistes de los elefantes.

Puerta de madera. Stone Town. Zanzibar

Qué ver en Stone Town: catedral anglicana y antiguo mercado de esclavos

En la década de 1860 pasaron cada año por el mercado de Zanzíbar entre 10.000 y 50.000 esclavos. En total, hasta que en 1873 un tratado con Gran Bretaña puso fin al comercio de personas en la región, se vendieron cerca de 600.000. La cifra impacta sí, pero el puñetazo en el alma se triplica cuando entras en las celdas del antiguo mercado de esclavos y ves en qué condiciones malvivían hombres, mujeres y niños durante días. En salas muy pequeñas, hacinados, sin apenas ventilación y encadenados.

Celdas del antiguo mercado de esclavos. Que visitar en Stone Town

Es duro pero es algo que, sí o sí, tienes que ver en Stone Town porque estas celdas son el único rastro que queda de esta oscura etapa ya que sobre los cimientos del mercado se construyó la primera catedral anglicana en África oriental.

Catedral anglicana. Que ver en Stone Town

Junto a ella se alza un estremecedor monumento en memoria de los esclavos.

Monumento en homenaje a los esclavos. Stone Town

La Casa de las Maravillas (Beit el-Ajaib)

Otra visita recomendable es la Casa de las Maravillas (Beit el-Ajaib), un elegante edificio construido en 1883 por el sultán Barghash como palacio ceremonial que actualmente es la sede del Museo de Historia y Cultura de Zanzíbar. Como curiosidad, fue el primero en tener electricidad y ascensor en la isla y, según dicen, sus enormes puertas de madera son las más grandes de África oriental.

Casa de las Maravillas. Stone Town. Zanzibar

En su interior recoge una buena muestra de objetos relacionados con la cultura suajili y la historia de Zanzíbar. La pieza más sorprendente es el gran mtepe que hay en la entrada. Un barco tradicional suajili hecho sin clavos cuyos tablones se unían con cuerdas de fibra de coco y clavijas de madera.

Mtepe. Museo Nacional de Historia. Stone Town de Zanzibar

Antiguo fuerte

Junto a la Casa de las Maravillas se encuentra el antiguo fuerte, una imponente construcción que levantaron los omaníes en 1689 para defenderse de los portugueses. En la actualidad sus muros albergan las oficinas del Festival Internacional de Cine de Zanzíbar, un mercado de artesanía local y un teatro al aire libre donde se realizan espectáculos de música y danza.

Antiguo fuerte. Que ver en Stone Town

Qué visitar en Stone Town: jardines de Forodhani

Para rematar la jornada, nada mejor que pasear por los jardines de Forodhani, el lugar donde se reúne todo el mundo para disfrutar del mar, charlar o comer algo en los numerosos puestos ambulantes. Yo no tuve ocasión de ver la puesta de sol por falta de tiempo, pero imagino que tomar un cóctel al atardecer en alguna de las terrazas del paseo marítimo, viendo como el sol se esconde en el mar, debe ser una magnífica forma de despedirse de Stone Town.

Jardines de Forodhani. Que ver en Stone Town
Vista desde los jardines de Forodhani. Stone Town

En 1964 Zanzíbar pasó a ser parte de Tanzania. En 2017, Stone Town ayudó y mucho a incrementar mi pasión por África. Viejas historias de esclavos y negreros, mezquitas, mansiones, mujeres hindúes vestidas con exóticos colores, niños que juegan en las calles, el sutil perfume a canela, clavo y demás especias que han hecho famosa a esta isla, su cornisa marítima… Ahora que ya sabes qué ver en Stone Town sería imperdonable que viajaras a Zanzíbar sin detenerte en el casco viejo de su capital.

Dalla-dalla. Stone Town. Zanzibar

Cómo llegar a Stone Town

🚌 Dalla-dalla: Las principales ciudades de la isla están conectadas por una red de dalla-dallas que son mini buses y camiones que van parando en la mayoría de los pueblos para ir recogiendo gente. Viajar en ellos no suele costar más de 2$ por persona pero siempre van muy llenos y los trayectos pueden ser interminables. Perfectos para viajeros sin prisas.

🛵 🚘 Moto o coche: Aunque es posible alquilar una moto o un coche, además del permiso de conducir internacional se necesita una licencia local. Perfecto para aventureros ya que el estado de las carreteras no es muy bueno, tampoco la señalización, y hay mucho control policial a la espera de “propinas”.

🚖 Taxi: Para viajeros que quieran evitar todo lo anterior. Mucho más rápido y cómodo, y el precio del trayecto se puede negociar siempre. Como referencia, por un traslado desde el norte de la isla a Stone Town te pueden pedir 50$.

💶 Un apunte más: aprovecha tu paso por Stone Town para cambiar moneda (chelines tanzanos) ya que fuera de la capital los cajeros automáticos escasean.

Las mejores excursiones que puedes hacer desde Stone Town

¿Quieres saber cuáles son las mejores excursiones y actividades que puedes hacer en Zanzíbar con un guía que habla español? Toma nota:

Parasailing en Zanzíbar: si tienes sed de aventura, este es tu plan ideal. Harás parasailing sobrevolando el Índico, nadarás en aguas turquesas y te relajarás en la playa de Kendwa. La edad mínima para realizar esta actividad es de 18 años.

Excursión a la isla de la Prisión y playa Nakupenda: snorkel entre arrecifes de coral, tortugas gigantes, comida y bebida en una de las excursiones que sí o sí tienes que hacer desde Stone Town.

Excursión a la isla Kwale: arena blanca, aguas cristalinas, arrecifes de coral y una laguna de manglares. Explora los encantos de la isla Kwale con esta excursión inolvidable.

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