Hoy quiero compartir contigo mi último descubrimiento gastronómico en Madrid: el restaurante Gordo y Flaco. Su ubicación no puede ser mejor ya que está situado en uno de los barrios más castizos de toda la ciudad, Chamberí. En concreto, en la zona de Ponzano, famosa por  la gran cantidad de bares para tapear y restaurantes que aquí se concentran.

Aunque este bar restaurante abrió sus puertas hace dos años, no fue hasta hace un par de meses que nos dejamos caer por allí para celebrar mi cumpleaños. Gran acierto. Nos trataron estupendamente y comimos de fábula.

Respecto al local, no es muy grande pero está muy bien aprovechado. Sin grandes excesos, han creado un ambiente acogedor, sencillo pero moderno. Y es que aquí lo que prima son los platos que salen de la cocina. Eso sí, conviene reservar mesa antes de ir.

Detalle del comedor

Al frente de los fogones del Gordo y Flaco están Marco Pinheiro y Nacho Gil, dos amigos de toda la vida que en plena crisis decidieron montar su propio negocio, tras trabajar durante años al lado de chefs de la talla de Juan Pablo de Felipe o Andrea Tumbarello.

Como ellos mismos explican en su web, la premisa en la que se basa la carta de su restaurante es «reivindicar la buena cocina casera de toda la vida, la que aprendimos de nuestras abuelas y madres, la de las cocciones lentas, pero sin privarnos de lo que el mercado ofrece en cada estación, y aportando un toque de modernidad en lo salado pero también en los postres». Y vaya si lo han conseguido.

La carta del restaurante

Como entrantes para compartir nos decantamos por probar sus perlas ibéricas -así llaman a sus deliciosas croquetas-, un falso ceviche de pulpo y langostino -lo de falso es porque cuecen el pulpo ligeramente- y una ensalada con ventresca. Como segundos, pedimos cuatro platos diferentes que acabamos probando todos: lubina a la plancha con puré de patatas, entrecot de la sierra de Extremadura con patatas y pimientos de padrón, secreto con mojo verde y carrilleras de ibérico con parmentier de patata. ¿Suena bien, verdad? Pues si a este menú degustación que improvisamos sobre la marcha, le añades la exquisita panacotta de hierbaluisa y la tarta fina de manzana con helado de vainilla recién hecha que tomamos como postre, te puedo asegurar que nuestra experiencia gastronómica fue sobresaliente. Todo estaba buenísimo, cocinado con cariño y servido por unas camareras realmente simpáticas. ¿La guinda del pastel? Nacho se acercó a nuestra mesa para saludarnos y para preguntarnos qué tal habíamos comido. Detalles que marcan la diferencia.

Perlas ibéricas

Ensalada con ventresca

Falso ceviche de pulpo y langostino

Carrilleras de ibérico con parmentier de patata

Panacotta de hierbaluisa

Como he dicho antes, todo un descubrimiento. Espero haber despertado tu curiosidad y las ganas de probarlo.

Dónde: Bretón de los Herreros, 13. Madrid. Reservas: 914415852

Horario: De 13:00 a 17:00h y de 20:00 a 24:00h. Cerrado: Lunes y domingo por las tardes

Cómo llegar: Metro Ríos Rosas (línea 1) y Alonso Cano (línea 7)