Hoy quiero compartir contigo uno de los momentos que más me han impactado en mi humilde currículum viajero: el día que pude posar mis ojos frente al Glaciar Perito Moreno. Fue hace ya algunos años, en un viaje de prensa que me permitió conocer una pequeña parte de ese fantástico país que es Argentina. Apenas fueron un puñado de pinceladas, cierto, pero suficientes como para querer regresar algún día.
De entrada nos ofrecieron la mejor de las bienvenidas: un recorrido por Buenos Aires para conocer algunos de sus barrios más emblemáticos como La Boca, San Telmo, Monserrat… Aún recuerdo el exquisito sabor del bife de chorizo del asador criollo La Estancia y la magia del los tangos que puede presenciar en La esquina de Carlos Gardel. Tras esta breve pero muy intensa toma de contacto con la capital porteña, volamos hasta Ushuaia para visitar el Parque Nacional Tierra del Fuego. Nuestro viaje por tierras argentinas finalizó en El Calafate, la población más cercana al Parque Nacional Los Glaciares.
Dada su ubicación, El Calafate, también conocido como la Capital Nacional de los Glaciares, es uno de los enclaves turísticos más importantes de la provincia de Santa Cruz. Nada más poner los pies en esta ciudad te das cuenta de que todo gira en torno al Parque Nacional y al más impresionante de sus glaciares: el Perito Moreno. Solo hay que ver la cantidad de agencias de viaje que hay por metro cuadrado que ofrecen todo tipo de excursiones al gigante de hielo.
Recorrer los 80 kilómetros que separan El Calafate del Perito Moreno en autocar no hace sino aumentar la expectación de lo que está por llegar. Los primeros 40 km discurren por la estepa patagónica, un paisaje árido de grandes llanuras que cambia de forma radical cuando te aproximas al Parque Nacional Los Glaciares y la estepa da paso al bosque andino patagónico. En un momento dado, nuestro guía nos advierte por megafonía: llegamos a la famosa Curva de los Suspiros. El autocar se detiene y vemos por primera vez a lo lejos la sobrecogedora estampa del Perito Moreno abriéndose paso entre las montañas hasta llegar al Lago Argentino. Da igual las veces que lo hayas visto por la tele o en fotos, da igual la cantidad de artículos que hayas leído sobre este glaciar. Nada es comparable a tenerlo frente a ti. No sabes si el frío que recorre tu cuerpo es por la emoción o porque realmente ya lo tienes muy cerca.
Recuerdo que los seis kilómetros que faltaban para llegar a la zona de las pasarelas que están frente al glaciar se me hicieron eternos. Parecía que nunca íbamos a llegar y yo me moría por bajar del autocar y empezar a contemplarlo desde todos los ángulos posibles.
El descenso por la red de pasarelas de madera es sencillamente increíble. A cada paso tienes una nueva panorámica que supera la anterior y que te deja sin aliento. Pero es cuando llegas al balcón inferior y lo tienes casi al alcance de la mano cuando realmente puedes tomarle el pulso a esta maravilla de la naturaleza. No solo te das cuenta de sus dimensiones -su frente es de 5 km de ancho y sobrepasa los 60 metros de altura en su punto más alto-, además puedes sentir que está vivo, que respira. Y cuando menos te lo esperas, la pared de hielo azul sucumbe a la presión y te regala un pequeño desprendimiento que cae al lago. Es un momento mágico, hipnótico, único, imposible de describir. Hay que estar allí para vivirlo. Apoyada en la barandilla como yo, en silencio, y sintiéndote pequeña, muy pequeña.
Tras contemplarlo desde tierra firme, embarcamos en un catamarán para navegar por el Lago Argentino hasta llegar al extremo sur del Canal de los Témpanos. La perspectiva es totalmente diferente y de nuevo impactante. La embarcación se acerca bastante a las paredes del glaciar y puedes ver sus grietas, sus caprichosas aristas, los tonos blancos y azules del hielo… Y otra vez vuelves a sentirte pequeña, muy pequeña, ante tanta belleza.
Qué coincidencia… acabo de escribir «en frente del Perito Moreno» y me encuentro en tu blog …
Tenía la suerte de visitar este gigante en el año 2008 y me quedé boca abierta al frente de esta maravilla!
Es increíble y inolvidable así que hice una presentación este año en el clase de español.
Es una pena que no había encontrado tu blog antes porque como Alberto lo dice, son bonitos recuerdos al ver tu post, y me encanta lo bien que escribes.
Juanita de Bélgica
Muchas gracias por tu palabras, Juanita. Me alegra que te haya gustado
Qué coincidencia… acabo de escribir «en frente del Perito Moreno» y me encuentro en tu blog …
Tenía la suerte de visitar este gigante en el año 2008 y me quedé boca abierta al frente de esta maravilla!
Es increíble y inolvidable así que hice una presentación este año en el clase de español.
Es una pena que no había encontrado tu blog antes porque como Alberto lo dice, son bonitos recuerdos al ver tu post, y me encanta lo bien que escribes.
Juanita de Bélgica
Me encanta como lo describes!
Muchas gracias, Pilar. Un saludo
Yo sufro de vértigo ….voy a poder hacer el paseo por las pasarelas??
No temas por eso, Mónica. Yo también tengo mucho vértigo pero el descenso por las pasarelas es muy cómodo y las bajadas son suaves. Un saludo y gracias por pasarte por mi rincón viajero
Bonitos recuerdos al ver tu post, fui a Argentina hace unos 8 años y aún no hice el post 🙂 me encanta tu blog lo bien que escribes, eres un sol 🙂
Es un lugar increíble, ¿verdad?. Mil gracias por tus palabras, Alberto. Un abrazo
Un lugar espectacular, me quedé con ganas de pasear sobre él, así que tendré que volver algún día.
Me alegra que te haya gustado, Fernando. Un saludo y muchas gracias por pasarte por mi rincón viajero.
Es de las formaciones geológicas más bonitas, de hecho es una maravilla del mundo por su majestuosidad.
Suscribo tus palabras, Marcello. Es algo único.
Tengo muchas ganas de conocer Argentina y desde luego esta maravilla no se puede perder. Es único.
Bonito reportaje y recuerdo. Un beso.
Sí que es único, una maravilla de la naturaleza que te deja sin habla. Ojalá puedas visitarlo pronto. Un beso
Hola Alícia, soy de Argentina. Si necesitas alguna información o ayuda, cuenta conmigo. Te deseo mucha suerte.
Muchísimas gracias, Ariel. Un saludo desde España
Absolutamente de acuerdo.
Para nosotros es una de las 4 o 5 maravillas naturales más increïbles que hemos visto. Y también le dedicamos un post.
Un saludo!
Es que no hay palabras para definir qué se siente plantada frente al Perito Moreno. Es de ese tipo de experiencias que te marcan para siempre. Me pasaré por vuestro blog para leer vuestro post. Un saludo
Coincido abstolutamente con lo que describes. Yo pude visitar el Perito Moreno en pleno invierno, todo estaba nevado y es imposible olvidar la primera maravillosa impresión que viví. Tampoco olvido el momento en que cayó un trozo de hielo al lago. El ruido, la cara de asombro de todos, y el extraño silencio que siguió a continuación. Creo que tengo ganas de volver!! 🙂
Se me ha puesto la piel de gallina leyendo tu comentario, Mauxi. Realmente es así. Plantarte frente al Perito Moreno es algo mágico. Contemplar esta maravilla de la naturaleza realmente impacta y su imagen se queda grabada en la retina para siempre. Yo también quiero volver. Un saludo y muchas gracias por pasarte por mi rincón viajero.
Yo también me enamoré del Perito Moreno! Es una pasada. Al igual que tú brindé frente a él con el famoso hielo del glaciar y también me quedé con las ganas de hacer el treking, pero bueno, una excusa más para volver!!
Tú lo has dicho, Marta. Debemos regresar para hacer treking, para quedarnos con la boca abierta una vez más, para sentir que está vivo… ¡Excusas no nos faltan! Gracias por pasarte por aquí y dejarme tu comentario 😉
Que paaaaaaaaaaaasada! … también te tomaste esa famosa copita con un pedazo de hielo del Perito Moreno? …
Ésta es una de las cosas que me maravillan y que alguna vez espero ver!.
Las imágenes son estupendas!
Un saludo.
Pues sí. El brindis frente al glaciar no faltó para rematar la experiencia. Ojalá muy pronto tengas ocasión de plantarte frente al Perito Moreno. Un saludo viajero y gracias por tu comentario.
Éste es uno de esos lugares que todos queremos ver una vez en la vida. Tiene que ser impresionante.
Yo, al igual que Fran, estuve en Islandia el pasado verano y tuve ocasión de hacer trekking por un glaciar más pequeñito pero que, de igual forma, me dejó sin palabras.
A ver si algún día cae un viaje por aquella zona!!
Un saludo 😀
La verdad es que sí, Helena. Cuando lo ves por primera vez a lo lejos ya te impresiona pero cuando lo tienes delante y puedes sentir que está vivo es un momento mágico. Hay que estar allí para vivirlo. Por cierto, a mí también me hubiera gustado hacer trekking por el glaciar pero no fue posible porque teníamos una agenda bastante apretada. Un saludo y muchas gracias por pasarte por aquí.
Alícia, como para no emamorarse madre mía, que belleza!!! Yo he visto algunos en islandia y reconozco me han dejado impactados también. ojalá algún día nos toque conocer el perito moreno!! Saludos y gracias por la bellas fotos!!
¡Hola Fran! Gracias a ti por pasarte por mi pequeño rincón y dejarme tu comentario. Espero que muy pronto tengas la oportunidad de visitar el Perito Moreno y que yo pueda viajar a Islandia para conocer en primera persona todo lo que relatas en tus crónicas. Un abrazo!
En 2003 lo visitamos y realmente también nos enamoramos de él. Es impresionante, aún en el tiempo es de esos lugares que nunca olvidas y siempre regresan rápidamente a la memoria.
Veo que aún existe el pueblo Mapuche en el Calafate (tienditas de madera)
Grandes recuerdos nos trae este post.
Un abrazo!!
Yo visité el Perito Moreno en 2001 y lo recuerdo como si fuera hoy. Hay lugares que se quedan grabados en la retina para siempre y este glaciar es uno de ellos. Muchas gracias por vuestro comentario. ¡Un abrazo!
Mi cuñada es argentina y nos habla maravillas de su país, por lo que cada vez que escucho hablar del Perito Moreno, me entran unas ganas de salir pitando hacía allí.
Preciosas imágenes 😀
Muchas gracias, José Carlos. Tu cuñada tiene razón. Argentina es un país increíble y el Perito Moreno una maravilla de la naturaleza. Saludos!