Cuando planifiqué mi viaje a la isla Esmeralda, uno de los lugares que más deseaba conocer era Belfast. Quería ver en primera persona cómo era esta pequeña capital cuya imagen me recordaba inevitablemente el conflicto que convirtió a Irlanda del Norte en un escenario de horror y violencia durante tres largas décadas. Por eso no dudé en pasarme largas horas recorriendo algunos de los casi 2000 murales de Belfast, evidencias latentes del doloroso pasado de una ciudad que vuelve a disfrutar de una convivencia pacífica y cuyos atractivos la sitúan hoy en día en el top 5 de los destinos imprescindibles del Reino Unido.
No es fácil hablar de enfrentamientos que causan la muerte de miles de personas. De hecho me asaltaron las dudas antes de escribir sobre ello, pero tampoco creo que la solución sea mirar hacia otro lado y obviar la historia que narran los muros de Belfast a golpe de pinceladas de color. Eso sí, no esperes encontrar en estas líneas las raíces de esta oscura etapa ni el detalle de los trágicos episodios que se vivieron en sus calles. Hay cientos de libros y decenas de películas que recogen The Troubles, como se conoce al conflicto norirlandés. Simplemente voy a contarte mi experiencia, las sensaciones que me asaltaron cuando visité el oeste de Belfast.
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Los murales de Belfast
Empezaré respondiendo a la pregunta del millón. ¿Es seguro visitar esta zona? La respuesta es sí. Es más, en la oficina de turismo de Visit Belfast (9, Donegall Square North) la única recomendación que me hicieron es que evitase fotografiar a la gente. Nada más. Y así fue. En ningún momento me sentí intimidada o incómoda. Ni haciendo fotos ni preguntando mapa en mano y con el más absoluto de los respetos cada vez que me perdía.
Tal vez hayas leído que la mejor forma para visitar los muros de Belfast, también conocidos como líneas de la paz, sea a bordo de los llamados black cabs o taxis negros cuyos conductores hacen las funciones de guía mientras recorren los barrios católicos y protestantes parando en los murales más famosos. No dudo que sea la fórmula más rápida, informativa y cómoda de hacerlo, pero yo decidí ir caminando para desmarcarme de la ruta clásica y poder detenerme a mi antojo donde quisiera.
Así, desde el centro enfilé Great Victoria St. hasta llegar a la confluencia con Divis St. Una vez sobrepasada la autopista, tras unos quince minutos de caminata, la primera sensación que tuve es que parecía que ya no estaba en Belfast. El bullicio, los edificios victorianos, las tiendas, los pubs… Todo eso quedaba a atrás mientras me adentraba en la periferia de la ciudad.
Los murales de Falls Road
A aquellas tempranas horas, el inicio de Falls Road, el epicentro del barrio católico, estaba prácticamente desierto. Enseguida me llamó la atención el tramo conocido como el Muro Internacional. Allí me esperaban una veintena de murales. El I have a dream de Martin Luther King, pintadas que reclaman la expulsión de los diplomáticos israelíes de Irlanda, Nelson Mandela con el puño en alto, líderes locales, muestras de solidaridad hacia Palestina, invitaciones a unirse a Amnistía Internacional… Hasta un No pasarán en memoria de Dick y William, dos hombres que murieron en España durante la guerra civil y cuya placa preside un gran lienzo rojo, amarillo y morado.
Y rematando cada uno de los muros, metros y metros de alambre de espino que nadie retira aunque ya hayan pasado dieciséis años desde que el Acuerdo de Viernes Santo iniciara el proceso de paz. Fijándote en estos detalles, en las vallas, en los jardines enrejados, es imposible no sentir un puñetazo en el estómago. Son las cicatrices visibles y palpables de un tiempo no tan lejano en el que la disputa entre los que apoyaban la pertenencia al Reino Unido y los partidarios de la independencia o la inclusión en la República de Irlanda sesgó más de 3.500 vidas.
Esta sensación se acentúa en el Garden of Remembrance y en el resto de lugares dedicados a aquellos que murieron durante el conflicto que se cruzan a mi paso. Auténticos altares que se levantan en ambos barrios en los que no coincide el color de sus banderas pero sí la terminología que aparece en las placas: voluntarios, héroes, mártires, hombres valientes…
Sin darme cuenta me planto ante uno de los murales más fotografiados de Falls Road. Es el que rinde homenaje a la figura de Bobby Sands, un activista del IRA que falleció en 1984 tras una huelga de hambre. «Nuestra venganza será la risa de nuestros niños». Imposible quedarse impasible ante la sentencia que acompaña su retrato, situado en un lateral de la sede del Sinn Féin.
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El Muro de la Paz
Según dicen, en Belfast hay casi un centenar de muros repartidos a lo largo de 30 kilómetros. Se levantaron cuando empezaron los disturbios para separar y proteger a las comunidades unionistas y republicanas y aún siguen en pie. Uno de ellos, situado en Cuper Way, es el llamado Muro de la Paz que divide la católica Falls Road de la protestante Shankill Road. Llegar hasta allí puede resultar complicado porque en esta barriada muchas calles no tienen salida y te obligan a recular. Eso sí, si te pierdes, siempre puedes encontrarte con sorpresas como el Clonard Monastery, una iglesia católica construida en 1897.
Mi consejo es que, aunque des un pequeño rodeo, sigas caminando por Falls Road hasta encontrar Springlield Road. Continúa por esta calle y gira en Lanarnk Way. La impresionante presencia de los muros de cemento y acero, coronados por altísimas vallas, las cámaras de vigilancia y las puertas de metal te indicarán que has llegado a Cuper Way.
Cuando yo llegué, a media mañana, ya circulaban decenas de taxis negros por la zona. Y es que muchos turistas se acercan a este tramo del muro para dejar sus mensajes de paz entre una maraña de grafitis. No más asesinatos. No más pistolas. Esperamos que la paz no tenga fin. Peace, love & rock ‘n’ roll…
Los murales de Shankill Road
Como si de un macabro guiño se tratara, Shankill Road, una de las calles principales del barrio protestante, discurre en paralelo a Falls Road. Mientras llego hasta allí, callejeando por los alrededores de Conway Street prácticamente en solitario, vienen a mi mente las imágenes que hace años copaban los informativos. Parece mentira que en una zona tan tranquila a los ojos de un extraño pasara lo que pasó.
Una vez en Shankill Road, recordé las palabras del propietario de un pub que conocí en Dublín: «Si vas a ver los murales, acércate al Shankill Rest Garden». Le hice caso y descubrí un pequeño cementerio salpicado de antiquísimas tumbas situado junto a un monumento dedicado a los caídos de la Ulster Division durante la I Guerra Mundial.
El resto de Shankill Road, una avenida proletaria llena de locales de comida rápida, es una oda a la monarquía inglesa con cientos de banderas de la Union Jack decorando cada rincón u ondeando al viento.
Por cierto, si decides hacer esta ruta, debes saber que los murales más interesantes están en las urbanizaciones que hay detrás de Falls Road, donde se repiten los mismos mensajes de unionismo junto a imágenes del rey William III, del héroe celta Cúchulainn, fachadas que homenajean a grupos paramilitares como la UVF y la UDA, y cómics que nos hablan del derecho a la educación y de que todo el mundo debe ser tratado con la máxima dignidad y respeto. Es curioso que hasta los bordillos de las aceras están pintados de azul, blanco y rojo para que todo el mundo sepa qué terreno pisa.
Tras comer en un diminuto restaurante de la zona, me encontraba absolutamente agotada. Más mental que físicamente, a pesar de los kilómetros recorridos, y decidí regresar al hotel. Al día siguiente quería estar descansada para disfrutar de otro de los grandes atractivos del Condado de Antrim, la Calzada del Gigante.
Mientras volvía a cruzar la autopista y me reencontraba con el cálido y animado centro de Belfast, solo pensaba en el futuro de estos muros. Algunos los consideran la mayor galería al aire libre del mundo; son los que opinan que el arte puede ayudar a no olvidar. Otros, en cambio, luchan por derribarlos con la intención de que su desaparición contribuya a demoler otro tipo de barreras mucho más potentes, las mentales.
De momento ahí siguen pero algo va cambiando en su exterior. Los murales más beligerantes cada vez son menos y el hueco que dejan se dedica a reflejar temas culturales sin connotaciones políticas que pretenden sumar y no restar. Un buen comienzo, en cualquier caso, dirigido a la comprensión mutua, el respeto y la tolerancia.
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Qué impresionante recorrido gráfico nos has dado. Soy profe de inglés y siempre he tenido el deseo de conocer Irlanda más allá de los típicos sitios turísticos que se promueven en agencias de viaje. El recorrido que tu has hecho por Belfast estremece el alma porque, de alguna manera, es una expresión de las batallas que cada pueblo libra en sus propio contexto. Muchas gracias por compartirnos tu experiencia.
Gracias a ti por pasarte por mi rincón viajero
¡Ay lo que me gustaron los murales de Belfast! Y, aunque te leí antes de viajar, te vuelvo a encontrar y me he dado cuenta que no te he dicho lo que me gustó tu post. Como todo tu blog, of course 😉
Besitos preciosísima!
Que me leas es el mejor piropazo que me puedes hacer. Un besazo, preciosa 🙂
Gracias a ti por leerlo. Un saludo, Tatxi
Hola Alícia! Este sábado nos vamos unos días a Irlanda. En nuestro viaje, vamos en plan de naturaleza y paisajes. Pero es imprescindible visitar los murales. Sólo dispondremos de 1 día para estar en Belfast, y sinceramente, sólo nos interesa visitar el barrio de Shankill Road y el barrio Falls Road. La ruta en los taxis black, posiblemente sea la opción rápida. Pero yo necesito mi tiempo para homenajear la terrible historia que se encuentra en cada muro…me podrías decir cuanto tiempo se necesita para realizar la ruta andando y poder verlo o todo? Muchas gracias! (un gran post el tuyo)
Hola, Sandra. Disculpa la demora pero estoy de viaje casi sin datos. Yo estuve una mañana entera para, como bien dices, dedicarles todo el tiempo que se merecen. Espero que a la vuelta me cuentes qué te han parecido. Un saludo y gracias por pasarte por mi rincón viajero.
Viajaremos en breve a Belfast y tu post nos va a ser muy útil para visitar los murales. Muy buena entrada, gracias por compartirla.
Un saludo 🙂
Gracias a vosotros por pasar por mi rincón viajero. Espero que disfrutéis visitando Belfast. Un saludo
Muchas gracias por este post. Estoy viajando en unos meses a Belfast y me pareció genial toda la explicación. Pensaba tomar un Black Taxi tour pero mi amiga no habla inglés, asi que optamos por el bus turístico y caminar. Tu explicación nos guiará en nuestro recorrido. ¡Gracias!
¡Genial! Me alegra que mi artículo os haya resultado interesante. ¡Disfrutad de Belfast y de sus impresionantes murales!
Entiendo que dejes los temas políticos a un lado. Pero también hay murales muy bonitos, hay un par en referencia a Catalunya y otro a Euskadi. Así como otros territorios que desean ser libres. Muy buen articulo. Felicidades!!
Gracias, Samuel. Era imposible poner todos los murales que fotografié.
Las fotos son impactantes, el texto es sencillo y el tema complicado. Chapeau!
¡Mil gracias!
Últimamente estoy muy interesado en el arte callejero, porque en muchas de las escenas se reflejan los conflictos pasados o presentes de determinados lugares, como es el caso de Belfast. Así que esta ciudad cuando vuelva por Irlanda será visita obligada y seguro que me viene de perlas esta entrada 😀
¡Saludotes!
Entonces el recorrido por los murales de Belfast te encantará, José Carlos. Es la historia reciente de la ciudad en imágenes. ¡Saludos!
Realmente alucinante, el arte al servicio del terror…
Así es aunque afortunadamente los murales más beligerantes poco a poco van desapareciendo en favor de otros culturales sin connotaciones políticas. Gracias por dejarme tu comentario, Alberto.
Un artículo muy interesante Ali. Me encantan estos lugares que mantienen viva la historia de un lugar.
Gracias, Marta. Visitar los murales de Belfast es algo que no deja indiferente a nadie. Un saludo
Muy bueno, muy interesante el articulo y muy bien explicado. Enorabuena!
Me alegra que te haya gustado. Mil gracias por pasarte por aquí y dejarme tu comentario. Un saludo
No tengo la suerte de haber visitado Belfast pero gracias a tu reportaje me has acercado más a esta ciudad y su historia. Por cierto, las fotos espectaculares. Enhorabuena! Salu2
Gracias, Ana. Belfast es una ciudad con muchos atractivos y sin duda uno de ellos son sus murales. Saludos
Has escrito el artículo que yo hubiera querido escribir…pero no he sabido cómo hacerlo. El recorrido por esos muros, recordatorio de muertes absurdas por causas políticas y religiosas, es un recorrido de dolor. Un viaje a unos años de terror que yo no he sabido cómo plantear cuando quise escribir al respecto. Tu lo has hecho con una elegancia y un respeto admirables.
Chapeau Alicia 🙂
Mil gracias por tus palabras, Antonio. Me alegra saber que te ha gustado mi enfoque. Un abrazo
Precioso reportaje! A nosotros Belfast nos pareció una ciudad realmente interesante y también le dedicamos un post. Sientes que la historia se ha vivido allí.
Felicidades por la fotos!
Muchas gracias, Jordi. Yo pasé dos días en Belfast y se me hizo corto. Como dices, es una ciudad muy potente y la gente es un encanto. ¡Saludos!
Buenísimo artículo Alicia! Yo recuerdo la visita hace 12 años y la comparo con la de hace un par de meses y me doy cuenta de lo muchísimo (en positivo) que ha avanzado Belfast. Esta vez hice un black cab tour porque me apetecía oir las historias de la boca de alguien criado en la ciudad y que había vivido los troubles en sus carnes. Tanto ir a pie como hacer una de estas visitas es interesante porque, al final, lo importante es ir y sentir la historia 😉
Gracias, Patricia. A mí me pareció una visita interesantísima. De hecho, fue lo primero que hice al llegar a Belfast. Por cierto, la ciudad me encantó y me dejó con ganas de volver. Un saludo 🙂
Gran post y nos encanta el arcoíris!!! Los murales son, ciertamente, cicatrices.
Gracias, pareja. No sabéis la ilusión que me hace saber que me leéis desde el otro lado del charco. Un abrazo enorme y a cazar más arcoíris