Hace un par de meses La Palma se cruzó en mi camino. Me retó a imaginármela a través de sus paisajes sonoros, piezas de audio captadas por toda la isla que traté de hilvanar en un guión cinematográfico que recogía lo que intuía me esperaba en ese rincón canario bañado por el Atlántico. Ahora, tras cuatro días descubriéndola, siento que La Palma ya es un poco mía, que buena parte de su magia se coló en mi maleta de vuelta. Diez experiencias bastaron para que haya vuelto enamorada. Diez experiencias que comparto contigo para que tú también sientas el efecto La Palma. Porque esta isla no es solo bonita, también es única y sorprendente.

Jugar con las olas en un playa virgen

Mi ruta palmera soñada empezaba en una playa desierta rodeada de impresionantes acantilados. Aquella estampa fruto de mi imaginación se hizo realidad en la playa de Nogales, en Puntallana. Por un instante, contemplándola desde el mirador, pensé que había regresado a la costa occidental de Irlanda. Imposible no asombrarse frente a las paredes de roca que se precipitan súbitamente hacia el mar enmarcando una lengua de arena negra que se resiste a desaparecer a manos del océano.

Playa de Nogales desde el mirador. La Palma

Para alcanzarla hay que seguir el sendero que bordea el acantilado. Sin prisas, disfrutando de esta preciosa antesala que desemboca en la playa. Una vez allí sientes la necesidad de descalzarte para experimentar el suave tacto de la arena en tus pies. Súmale la brisa marina acariciando tu rostro, el olor a mar y el sonido de las olas amplificado por los imponentes barrancos que la delimitan, y comprenderás porqué para muchos es la playa más hermosa de la isla.

El sendero que bordea el acantilado. Playa de Nogales. La Palma

Playa de Nogales. La Palma

Y es que La Palma no se distingue por ser un destino de sol y playa al uso con arenales kilométricos. Ni falta que le hace. El encanto de su litoral reside en playas y calas que nos recuerdan su pasado volcánico en forma de paisajes vírgenes. Como Echentive en Fuencaliente, una playa que se formó tras la erupción del volcán de Teneguía en 1971 y que esconde unas charcas naturales que parecen sacadas de otro mundo.

Charcas naturales. Playa de Echentive. La Palma

Adentrarte en las entrañas de la Caldera de Taburiente

La joya más preciada de esta isla, declarada en su totalidad Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO, es el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Un espectacular entorno natural tan hermoso como abrupto, fruto de las erupciones volcánicas, la fuerza erosiva del agua y los grandes deslizamientos.

Caldera de Taburiente. La Palma

Los senderos señalizados sobre el terreno permiten bordearlo o adentrarse hasta su corazón. En mi caso, seguí una ruta de 18 kilómetros que me regaló paisajes que difícilmente podré olvidar. Te hablo de rincones como el mirador de Los Brecitos, con sus espectaculares vistas hacia el interior del parque, de escarpadas laderas verticales pobladas de pino canario, de ese spa natural que forma el río en la playa de Taburiente, de la Cascada de Colores, una pared de roca de colores naranjas, amarillos y verdes por la que se precipita el agua, y del impresionante cauce del Barranco de las Angustias.

Playa de Taburiente. La Palma

Cascada de colores. La PalmaContagiarte del ritmo de vida palmero en Santa Cruz de la Palma

Si quieres contagiarte del tranquilo ritmo de vida que se respira en la isla, nada mejor que dar un paseo por su capital, Santa Cruz de La Palma. Una coqueta ciudad, declarada Conjunto Histórico-Artístico, que fusiona con acierto su carácter marinero y su estética colonial. La mejor de las bienvenidas la hallarás en la Avenida Marítima con sus balcones repletos de flores y cubiertos de celosías que miran al mar.

Avenida Marítima. Santa Cruz de La Palma

Balcón de la Avenida Marítima. Santa Cruz de La Palma

Luego tus pasos deberán encaminarse hasta la Plaza España para contemplar el conjunto renacentista más importante de Canarias presidido por el Ayuntamiento, que ostenta con orgullo el hecho de haber sido el primer ayuntamiento de España de elección popular en 1773. La iglesia del Salvador y las casas Monteverde, Lorenzo, Massieu y Pereyra completan este centro neurálgico que aúna los poderes político, religioso y civil. A partir de aquí callejea libremente sin rumbo. Ríndete al slow travel y disfruta del calor de sus gentes.

Plaza de España. Santa Cruz de La Palma

Retroceder en el tiempo en el Bosque de los Tilos

El municipio de San Andrés y Sauces guarda con celo un auténtico tesoro. Se trata de Los Tilos, uno los bosques de laurisilva más importantes del archipiélago canario. Entrar en este exuberante ecosistema vegetal heredado de la época terciaria y que todos tus sentidos se pongan en alerta es todo uno. Es como internarte en una preciosa selva cuajada de altísimos árboles cuyas copas apenas dejan pasar la luz del sol, entre helechos, lianas, especies endémicas y cascadas. Un entorno húmedo y sombrío donde el silencio solo se ve turbado por la presencia de agua y el canto de los pájaros. No me extraña que esta cautivadora masa verde fuera la primera Reserva de la Biosfera de La Palma. Verdaderamente merece esa distinción.

Bosque de Los Tilos. La Palma

Cascada. Bosque de Los Tilos. La Palma

Disfrutar de la gastronomía palmera

 ¿A qué sabe La Palma? Sabe a papas arrugadas, a mojo rojo y mojo verde, a deliciosos quesos de cabra con Denominación de Origen, a pescados como los meros, las viejas y morenas, a gofio, a carne de cerdo, conejo o cabrito, y a platos de cuchara como la sopa de picadillo, la sopa de garbanzas y el potaje de trigo.

Papas arrugadas y queso asado. Casa Goyo. La Palma

Los deliciosos pescados de Casa Goyo. La Palma

Todo ello regado con los vinos palmeros, unos caldos únicos ya que se elaboran con variedades que ya han desaparecido otras regiones europeas. Destacan los blancos secos, tintos y rosados y, cómo no, el Malvasía, el más emblemático de los vinos de La Palma, cuya calidad lo sitúa a la altura de los grandes vinos dulces del mundo y que combina muy bien con la repostería local.

Hablando de dulces, los palmeros son muy golosos y cualquier momento es bueno para endulzar el paladar con postres como los almendrados, el bienmesabe o el Príncipe Alberto. Una última recomendación: no podrás decir que has estado en La Palma sin tomarte un barraquito, un café que lleva leche, leche condensada, canela, corteza de limón y licor. Engancha y mucho, avisado quedas.

Caminar entre volcanes y salinas

Aunque es prácticamente imposible decantarse por uno, guardo muy buenos recuerdos del municipio de Fuencaliente. Es el más meridional de la isla y en él la impronta volcánica se deja sentir a cada paso. Como en el Volcán de San Antonio, un gigante dormido que despertó en las erupciones de 1677 dando paso a uno de los lugares más bellos de la isla. Bordear su cráter supone alcanzar magníficas panorámicas que incluyen el Volcán de Teneguía y las Salinas de Fuencaliente que con su blancura rompe la paleta de marrones, ocres y rojizos que discurre hasta donde alcanza la mirada.

Bordeando el Volcán de San Antonio. La Palma

Cráter del Volcán de San Antonio. La Palma

El Volcán de Teneguía y las salinas desde la cumbre del Volcán de San Antonio. La Palma

Tocar el cielo con las manos en el Roque de los Muchachos

Subir al Roque de los Muchachos, deteniéndote a observar el mar de nubes provocado por los vientos alisios, es una experiencia increíble. Estás a 2.426 metros sobre el nivel del mar, en el punto más alto de la isla, y te invade una sensación de libertad absoluta cuando contemplas desde lo alto la Caldera de Taburiente. Tu cámara tratará de captar en vano lo que ven tus ojos. No lo conseguirá. Hay que estar allí, en el mirador por excelencia de La Palma, para sentir el vértigo frente a los barrancos, la coreografía de las montañas, el aire puro… En definitiva, el latido de la tierra.

Mar de nubes. La Palma

Mirador del Roque de los Muchachos. La Palma

Vistas desde el Roque de los Muchachos. La Palma

Roque de los Muchachos, isla de La Palma

Visitar el Observatorio Astrofísico y entrar en el GRANTECAN

Justo aquí, en el techo de La Palma, se ubica el Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos, uno de los complejos de telescopios más completos del mundo. ¿Por qué en esta isla? Porque su cielo es uno de los mejores del planeta para ver las estrellas gracias a su situación geográfica, a sus inmejorables condiciones de estabilidad atmosférica y a la aplicación de la Ley de Protección del Cielo, que vela por regular la correcta iluminación de los núcleos urbanos y reducir la contaminación lumínica. Por cierto, aprovecho para felicitar a toda la isla ya que este año La Palma celebra el octavo aniversario de su declaración como entorno ‘Starlight’ por la calidad y transparencia de su bóveda celeste.

Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos. La Palma

Uno de estos telescopios es el GRANTECAN (Gran Telescopio de Canarias), el mayor del mundo de sus características. Conocerlo por dentro era uno de mis sueños palmeros que se hizo realidad. Si te apasiona el mundo de la astronomía, debes saber que tu también puedes solicitar tu visita a través del Instituto de Astrofísica de Canarias.

GRANTECAN. La Palma

Interior del GRANTECAN. La Palma

¿Más opciones para contemplar el universo? Puedes acercarte a alguno de los 16 miradores astronómicos naturales que hay en la isla, como el Pico de la Cruz, el Llano del Jable, Puerto Naos o La Muralla entre otros, o acudir a empresas especializadas que te harán ver el cielo con otros ojos. De hecho, en los últimos años el astroturismo se está consolidando con fuerza y buena parte de la industria turística isleña está vinculando sus servicios al mundo de la astronomía.

Mirador astronómico. La Palma

Contemplar amaneceres y puestas de sol de ensueño

Se diría que hasta el astro rey, testigo mudo de cuanto acontece bajo sus pies, está prendado de esta isla. Un pasión que demuestra cada día regalándole increíbles amaneceres y puestas de sol.

Durante mi estancia lo vi desperezarse a diario, perfilando en el horizonte la silueta de Tenerife y tiñendo el océano de mil tonalidades de azul. No me importó robarle horas al sueño. En esos mágicos minutos, en la terraza de mi hotel y acompañada por el canto de los pájaros más madrugadores, La Palma era solo para mí. El frescor de un nuevo día, el rumor de las olas, las últimas luces iluminando Santa Cruz… Y allí estaba yo cada mañana, con la mirada perdida en el horizonte y embelesada ante un espectáculo de luces y colores que soy capaz de recordar con tan solo cerrar los ojos.

Vistas desde mi habitación. H10 Taburiente Playa. La Palma

Amanece en la playa de Los Cancajos. La Palma

El sol, el Atlántico y La Palma

Su adiós no le va a la zaga. Desde un mirador o a pie de playa, resaltando con sus últimos rayos la salvaje orografía de su litoral. Amarillos, naranjas, rojos y la hora azul. El sol se pone y el negro da paso al siguiente acto: la aparición de un nítido manto de estrellas que cubre toda la isla.

Puesta de sol. Playa de Echentive. La Palma

Navegar en un mar de estrellas

Otro de los grandes momentos de mi viaje a La Palma lo viví gracias a Toño González, miembro de la Agrupación Astronómica Isla de La Palma, guía Starlight y director de la empresa Cielos-La Palma. Con su ameno y didáctico recorrido por las constelaciones, salpicado de referencias mitológicas, consiguió que me quedara prendada del increíble cielo de esta isla. Imagíname tumbada en el suelo, dibujando constelaciones y viendo pasar las estrellas fugaces más impresionantes que he visto en mi vida. Es cierto lo que dicen, con esta bóveda celeste, dormir no es una opción sensata en La Palma.

Toño, además, es todo un experto en fotografía paisajística nocturna y se encargó de inmortalizar este momento tan especial.

Foto del equipo de #EscuchaLaPalma

Observación de estrellas con Cielos-La Palma

Y hasta aquí mi repaso por las diez experiencias que hicieron que regresara a Madrid prendada de esta pequeña isla marcada por la diversidad de sus paisajes. Si te ha sabido a poco, no te preocupes. Habrá más artículos dedicados a la Isla Bonita. Pienso cumplir mi objetivo: que tú también sientas el efecto La Palma.

INFORMACIÓN PRÁCTICA: Vuelos a La Palma

  • La Palma – Bilbao con Vueling. Comenzará a operar el próximo 23 de junio y contará con 1 frecuencia semanal durante los meses de julio y agosto.
  • La Palma – Barcelona con Vueling. Dos vuelos semanales confirmados hasta final de año.
  • La Palma – Madrid con Iberia Express. 6-7 vuelos semanales.
  • CanaryFly, por su parte, conecta La Palma con los aeropuertos de Gran Canaria y Tenerife Norte desde donde parten vuelos frecuentes a diferentes puntos de la península.

Nota: Este artículo forma parte de mi viaje a la isla de La Palma durante el blogtrip #EscuchaLaPalma organizado por el Patronato de Turismo de La Palma en colaboración con el Centro de Iniciativas y Turismo TEDOTE La Palma, Iberia Express, Vueling y CanaryFly

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