I Torneo Internacional de Combate Medieval en el castillo de Belmonte
por el 15 Oct, 2015 • . Actualizado 15 Oct, 2015 • 8 comentariosLuchadores, duelos que dejan sin aliento, aceros batiéndose bajo el sol de Castilla La Mancha, tiro con arco, cetrería, mercado de artesanos, una magnífico castillo como telón de fondo y privilegiado espectador… Sea vuestra merced bienvenido a los tiempos del medievo, al I Torneo Internacional de Combate Medieval celebrado del 10 al 12 de octubre en el conquense castillo de Belmonte.
Y es que un año más el otoño ha regresado a Belmonte cargado de aires medievales que nos han brindado la oportunidad de viajar en el tiempo a través del deporte y la historia. Si en el 2014 fue el turno del Campeonato Mundial, al que asistieron más de 25.000 visitantes, este año la organización ha dado un paso más convocando un torneo internacional en el que se han dado cita 300 luchadores y escuderos de 10 nacionalidades diferentes.
El combate medieval, choque de aceros y rigor histórico
Ni coreografías, ni trampa ni cartón. Lucha real cuerpo a cuerpo. Mazazos, empujones, derribos, estrategias y un absoluto respeto por el rival a batir. Así es el combate medieval, un deporte de contacto que recrea de forma fidedigna los duelos a pie de los siglos XIV y XV en el que el rigor histórico es igual de importante que la propia competición. Por ello todo está sujeto a una normativa que debe cumplirse en todo momento según dicta el reglamento oficial de la IMCF (Internacional Medieval Combat Federation).
En cuanto empiezan a desfilar ante ti los diferentes equipos que participan en el torneo eres consciente de ello. España, Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Polonia, Portugal, Irlanda, Reino Unido… Portan réplicas de las armaduras usadas en esa época -revisadas por un comité de expertos, y sus armas, aunque sin filo y punta, son las mismas. Lo cierto es que verlos ataviados de esa guisa, con una indumentaria que pesa más de 30 kilos y que deben soportan bastante tiempo antes de que empiece la lucha, impresiona. Más aún cuando les espera un duro combate bajo un sol de justicia.
Duelo de escudo y espada, duelo de espada larga, categoría femenina, melés de cinco contra cinco, de diez contra diez e incluso de veintiuno contra veintiuno. Las distintas modalidades de combate medieval se suceden a lo largo de las tres jornadas que dura el torneo frente a un público entregado que responde al sonido del acero con aplausos y vítores. Espadas, mazas, hachas, alabardas, escudos, jueces y escuderos… Los duelos se deciden por puntos que premian fuerza y técnica, las melés, cuando el último luchador es derribado. Los golpes en pies, corvas, ingles, nuca y cuello están prohibidos y el sudor corre a raudales bajo los yelmos entre la polvareda que se levanta en la liza. Cada victoria es una hazaña, cada derrota, un reconocimiento a la entrega y valor del oponente.
Europa del Este, que lleva ya dos décadas compitiendo en este deporte, volvió a resultar vencedora con varios de sus clubes procedentes de Rusia y Ucrania. En la competición de 5 vs. 5, una de las más espectaculares, los equipos rusos de Partisian 1 y Old Friends lograron el primer y segundo puesto por delante de Ucrania y Estados Unidos.
Una experiencia para disfrutar en familia
Aunque los combates son el epicentro que marca el ritmo de este torneo, a los pies del castillo el espectáculo continúa. Los usos y costumbres de la Edad Media copan la gran explanada, 70.000 metros cuadrados donde se alternan todo tipo de actividades para entretener al personal entre lucha y lucha. Juegos infantiles para los más pequeños, bailarinas de la danza del vientre, bufones, zonas de restauración, tiro con arco, exhibición de aves rapaces y, cómo no, un clásico en este tipo de recreaciones, un mercado medieval donde puedes probar desde una cerveza a un helado o un licor artesanal, adquirir ropajes de la época e incluso armas si tienes ínfulas de caballero.
Un ameno viaje al pasado que se complementa con la visita al campamento en el que viven los combatientes durante los días de competición. Si te acercas a esa zona poblada de tiendas podrás charlar con ellos, ver cómo entrenan, lo costoso que les resulta ponerse y quitarse sus armaduras… En definitiva, ser testigo de cómo viven su día a día mientras dura un torneo que les ha traído hasta Belmonte guiados por el amor a un deporte que cada vez gana más adeptos en todo el mundo y en cuya práctica la deportividad, el honor, la competencia leal y la seguridad lo es todo.
El castillo de Belmonte, el otro gran protagonista del torneo
La guinda del pastel. El complemento perfecto para enmarcar un gran evento medieval como este. Te hablo del castillo de Belmonte, una fortaleza de estilo gótico mudéjar magníficamente rehabilitada y declarada Monumento Nacional, que además de ser el emblema de esta localidad le brinda al torneo el mejor de los escenarios.
Recorrer las estancias del castillo, mandado construir en 1456 por Don Juan Pacheco, Marqués de Villena, supone continuar nuestro viaje a una época marcada por las disputas de la guerra de sucesión en Castilla entre Juana La Beltraneja e Isabel la Católica. Pero la historia que encierran sus impresionantes muros no se detiene aquí. También nos acerca al modo de vida palaciego de la segunda mitad del siglo XIX de la mano de una de sus propietarias, Eugenia de Montijo, que se convirtió en emperatriz de Francia al casarse con Napoleón III. Las preciosas techumbres mudéjares que cubren sus salones y galerías, junto al impresionante «bestiario medieval» de la capilla, justifican por si solas la visita a esta fortaleza que se encuentra en perfecto estado de conservación.
Paseando por el adarve, entre las almenas y torreones que se alzan sobre el cerro de San Cristóbal, las vistas son magníficas. Sobre todo, desde el torreón norte que nos regala una preciosa panorámica de Belmonte y sus principales monumentos: la Colegiata de San Bartolomé, el antiguo alcázar, el convento de los Trinitarios y, por supuesto, la muralla que abraza el casco antiguo de esta villa manchega.
Con este recorrido por su imponente castillo concluye este relato sobre lo que supone asistir a un combate medieval en Belmonte. Una experiencia muy recomendable que aúna espectáculo y cultura a partes iguales y que te deja con ganas de repetir.
Más información: Castillo de Belmonte