Hotel Royal Mansour (Marrakech)
por el 6 Mar, 2015 • . Actualizado 15 Sep, 2021 • 16 comentarios«Ciertos secretos se murmuran». No puedo estar más de acuerdo con la tarjeta de presentación del Royal Mansour, un maravilloso hotel que descubrí durante mi estancia en Marrakech. Oficialmente cinco estrellas acompañan su nombre. Pocas son para la experiencia que espera a los huéspedes en este lujoso y tranquilo enclave situado dentro de la medina, sí, pero alejado de la frenética y ruidosa vida que discurre más allá de sus muros. Si sumas el exquisito trato recibido, la privacidad, el gusto por el detalle, su gastronomía y la delicada decoración que te rodea, el resultado es una estancia repleta de emociones y momentos únicos que desearías no tuviera fin.
¿Exagerado? En absoluto. Gracias a mi carrera como periodista de viajes me he alojado en muchos hoteles de alto standing pero pocos se acercan a este extraordinario oasis emplazado en suelo marroquí que eleva la expresión de sensación de bienestar a la máxima potencia. Recréate en las imágenes que acompañan estas líneas y comprenderás de qué hablo.
Índice de contenidos
Desmontando el Royal Mansour
A medida que te acercas a la entrada del hotel Royal Mansour, empiezas a intuir la belleza que te aguarda en su interior y que se desarrolla en torno a un gran patio central a cielo abierto. El personal de recepción te insta amablemente a que les acompañes pero ni les oyes ni mucho menos les escuchas. Es imposible apartar tu mirada de la fuente central, de los grandes cortinajes, de las columnas vestidas con mosaicos, del exquisito mobiliario… La simetría es perfecta y la armonía sublime en este espacio que inevitablemente recuerda a nuestra Alhambra.
Todo el hotel es una monumental obra de arte creada para dejar testimonio del esplendor de la arquitectura marroquí. El resultado lo ves allá donde mires. La delicada labor de los mejores artesanos del país, más de 1.500, que se encargaron de crear cada pieza que lo conforma: azulejos zelij, paneles de celosías de cedro, estucos, vidrieras e increíbles lámparas que decoran estancias como Le Bar à Cigare, que ofrece una amplia selección cigarros y licores, la biblioteca, el salón de la chimenea, donde unas notas de jazz salen de un piano, o la galería de arte. Nada es baladí. Todo está pensado para que encaje en un escenario donde reina la elegancia y el refinamiento.
El deseo de emular el estilo de vida local es evidente en toda la propiedad. Más de 3 hectáreas en las que se intercalan, recreando una medina tradicional, recogidas plazas, jardines y sinuosos senderos que llevan a los 53 riads independientes que conforman su oferta hotelera.
Mientras caminaba hacia el nuestro, una sensación de paz me acompañaba. El silencio inundaba cada metro recorrido con una tenue banda sonora de fondo formada por el murmullo del agua, el canto de los pájaros y el casi imperceptible eco de las escobas de los jardineros que se afanaban para que todo estuviese perfecto.
Y es que, solitaria y discreta, el interior de la medina es una zona exclusiva para los huéspedes. El personal que da servicio a los riads accede a ellos como se hacía en los antiguos palacios, por un sistema de túneles subterráneos que asegura la máxima privacidad y tranquilidad.
Premier One Riad
Allí estaba. El número 11. Un espectacular premier one riad de tres plantas a nuestra disposición. Ni en mis mejores sueños hubiera podido imaginar qué se escondía tras la puerta. Tras realizar el chek-in, tomando un delicioso smoothie como detalle de bienvenida, empecé a explorarlo como una niña con zapatos nuevos.
Un precioso patio al aire libre daba acceso a una acogedora sala de estar con la chimenea encendida y con una botella de Moët & Chandon esperando ser descorchada. Papel de carta con nuestros nombres, fruta fresca y frutos secos. Una pequeña cocina separada. Hasta en tres ocasiones sonó el teléfono para preguntar si todo estaba a nuestro gusto. La quintaesencia del lujo. El mimo al cliente más absoluto en el hotel Royal Mansour.
En la planta superior me esperaba una nueva y grata sorpresa: una de las alcobas más bonitas que he visto en mi vida. Me enamoré de la lámpara que preside la estancia, del suave tacto de la ropa de cama, de las trabajadas ventanas por las que se colaba la luz del exterior entre las hojas de las palmeras y del escritorio que acogería mi ordenador.
Y del baño. Un baño de ensueño con exclusivas amenities y juegos de luces que puedes ir cambiando a tu antojo, como los diferentes tipos de ducha, si es que no optas por meterte en la bañera y dejar que el mundo siga girando. Una perfecta fusión de buen gusto y tecnología punta.
El colofón: la terraza privada con piscina para el verano y chimenea para tiempos fríos. El amanecer que contemplé recostada en una de sus tumbonas, escuchando la llamada a la oración desde el cercano minarete de la Kutubia, ya ha entrado a formar parte de mis mejores recuerdos. En ese momento, deseé convertirme en Scheherezade para que mi estancia en el Royal Mansour se prolongará más allá de mil y una noches.
Los sabores del Royal Mansour
Bajo la supervisión del chef francés Yannick Alléno, galardonado con tres estrellas Michelin, la oferta culinaria de este hotel engloba tres propuestas concebidas para satisfacer los paladares más exigentes. El restaurante La Grande Table Française -alta cocina francesa-, La Grande Table Marocaine, con su innovadora visión de la gastronomía tradicional marroquí, y La Table un precioso espacio con galería al aire libre que sirve comida mediterránea durante todo el día a la sombra de olivos centenarios y donde los huéspedes pueden disfrutar del servicio de desayunos.
Además de rendirme cada mañana a su espectacular desayuno a la carta (zumos, chocolate, salmón, mermeladas, quesos, panes, dulces…), tuve la oportunidad de probar los sabores de La Grande Table Marocaine. Fue una cena impecable en un escenario de auténtico lujo. Iluminación tenue, ambiente cálido, camareros vestidos de gala que más que servir se diría que realizaban una meticulosa y estudiada coreografía… Y encima de la mesa, una interminable selección de aperitivos locales que dio paso a un excelente tajín de cordero, cuscús de pollo y tantos dulces como puedas imaginar. Todo ello regado, cómo no, con excelentes caldos locales e internacionales, y rematado, como no podría ser de otra manera, con un delicioso té a la menta.
¿Me dejé alguna experiencia por vivir en el Royal Mansour? Sí. Por motivos de agenda no pude disfrutar de su hermoso spa que se articula alrededor de un impresionante atrio de hierro forjado teñido de blanco. Baños turcos, masajes, tratamientos faciales, envolturas, piscina cubierta, salón de belleza con productos exclusivos de marcas como Maroc Maroc, Dr Hauschka o Chanel… Un verdadero paraíso que promete estimular los sentidos y fomentar la relajación.
Ficha del Hotel Royal Mansour
Dirección: Rue Abou Abbas El Sebti. 40 000 Marrakech (Marruecos). A 5 minutos a pie de la famosa plaza Yamaa el-Fna
Teléfono: + 212 (0) 5 29 80 80 80
Web: Royal Mansour
Categoría: 5 estrellas.
Número de riads: El hotel Royal Mansour cuenta con 53 residencias privadas de tres plantas que acogen de una a cuatro habitaciones, equipadas con todos los servicios que se espera en un hotel de estas características.
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