El Valle del Loira y Leonardo da Vinci: una escapada inolvidable en Francia

El Valle del Loira y Leonardo da Vinci: una escapada inolvidable en Francia

El Valle del Loira y Leonardo da Vinci. ¿Puede haber mejor combinación para un viaje inolvidable? La respuesta es no. Seguir los pasos del genio de la Toscana en Francia te llevará a conocer algunos de los castillos más hermosos del también llamado Valle de los Reyes, a profundizar en su figura y a comprender por qué Da Vinci -que siempre afirmó que el agua es el vehículo de la naturaleza– escogió las orillas del Loira, el más grande de los ríos franceses, para pasar sus últimos años.

El Valle del Loira y Leonardo da Vinci

El Valle del Loira y Leonardo da Vinci: del personaje al mito

Si ha habido un hombre capaz de destacar en cada disciplina que abordase, ese fue Leonardo da Vinci. Pintor, científico, inventor, arquitecto, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, poeta, visionario… Da Vinci encarna como nadie el ideal del hombre del Renacimiento, la expresión absoluta del talento, y su legado, como su controvertida e inaprensible personalidad, sigue fascinando a todos los que se interesan por su persona.

Biografia de Leonardo da Vinci

La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte»

– Leonardo da Vinci

Basta acercarse a la región Centro Valle del Loira para comprobarlo. Más aún este año ya que es el principal escenario de las conmemoraciones del quinto centenario de su muerte. Una fecha que coincide en el tiempo con dos efemérides claves en la historia de Francia: el nacimiento de Catalina de Médici y el inicio de la construcción del Castillo Real de Chambord.

El Valle del Loira, el destino final de un artista multidisciplinar

Da Vinci llegó a Francia en 1516 a lomos de un burro y portando consigo tres de sus obras maestras –San Juan Bautista, Santa Ana y La Gioconda-, y un buen fardo de frustraciones y decepciones. A sus 63 años decidió cruzar el puente de plata que le tendió su país natal, una Italia fascinada por el talento de Miguel Ángel y Rafael que no valoraba su arte, se escandalizaba por sus revolucionarios estudios de anatomía y no entendía su particular visión del mundo.

La corte francesa, en cambio, puso el reino a sus pies. El joven Francisco I, aleccionado por su madre Luisa de Saboya, le brindó su protección y una oferta irrecusable: el cargo de primer pintor, ingeniero y arquitecto del rey, una pensión de 700 escudos de oro, una lujosa residencia y total libertad para dar rienda suelta a su creatividad.

Castillo de Amboise. Valle del Loira

En el Valle del Loira, Leonardo da Vinci encontró la paz que tanto ansiaba y un lugar para soñar, pensar y trabajar rodeado de espléndidos paisajes que lo acompañaron hasta el fin de sus días. Por ello, la región y el país entero rescata este año su memoria y su testamento intelectual con una interesante agenda cultural que incluye más de 700 eventos: exposiciones únicas, ciclos musicales, gastronomía…

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El Castillo Real de Amboise, la sofisticación del primer Renacimiento francés

Construido sobre una antigua fortaleza que domina el Loira y la ciudad medieval, el castillo de Amboise, residencia real y cumbre del art de vivre francés, es la primera sorpresa que nos depara esta ruta ligada al genio italiano.

Castillo Real de Amboise. El Valle del Loira y Leonardo da Vinci

Castillo de Amboise. Leonardo da Vinci y el Valle del Loira

La deslumbrante colección de mobiliario gótico y renacentista de las diferentes salas -recreadas gracias a la tecnología del Histopad-, las terrazas y los amplios jardines con vistas panorámicas al valle, las imponentes torres, su ubicación junto al apacible centro histórico de Amboise… Todo el conjunto que enmarca este castillo erigido entre los siglos XV y XVI es realmente sublime. Por algo fue el palacio favorito de Francisco I y de muchos otros monarcas de las casas de Valois y Borbón.

Capilla de Saint-Hubert. Castillo de Amboise. Valle del Loira

También lo fue para Leonardo da Vinci que quiso ser enterrado en sus dominios. Y es aquí, en una sencilla tumba que custodia la capilla de Saint-Hubert, bajo una lápida de mármol decorada con su rostro, donde reposa aquel hijo bastardo, denostado por el Vaticano, que llegó a ser uno de los grandes prohombres de la historia. Si conoces su prolífica obra, resulta imposible no emocionarse al recordar lo injusto de sus palabras: «He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido«.

Tumba de Leonardo da Vinci en el castillo de Amboise © Leonard de Serres

Clos Lucé, la última morada de Leonardo da Vinci

La lujosa mansión que Francisco I puso a disposición del maestro es Clos Lucé, antigua residencia de verano de los reyes de Francia. Situada a solo 400 metros de Amboise, en este castillo con alma de palacio Da Vinci pasó los que probablemente fueron los años más felices de su vida hasta que falleció en mayo de 1519, a los 67 años, dejando tras de sí un legado excepcional.

Clos Luce. El Valle del Loira y Leonardo da Vinci

Su dormitorio, los talleres en los que trabajaba sin descanso, su estudio de pintura, la cocina en que Mathurine -hasta aquel momento cocinera real- preparaba su comida vegetariana, el soberbio oratorio de Ana de Bretaña, la gran sala renacentista, la biblioteca y el gabinete de curiosidades, el sótano donde se exponen de sus inventos, el pasadizo secreto que comunicaba con el castillo de Amboise y que, según dicen, Francisco I utilizaba para visitar a «su padre» lejos de las miradas de la corte… Sin duda, si hay un lugar en el que el espíritu de Da Vinci sigue vivo cinco siglos después de su muerte, es este, su hogar en suelo francés.

Estudio de Leonardo da Vinci. Clos Luce, Francia

Pasadizo secreto de Clos Luce. Valle del Loira

Pero la magia de Clos Lucé no acaba en las nobles dependencias de la villa señorial. Continúa a cielo abierto, a lo largo de un vasto jardín que nos sumerge en la mente de aquel que tanto ansió conocer el funcionamiento de la naturaleza y del hombre.

El Hombre de Vitruvio en los jardines de Clos Luce. El Valle del Loira y Leonardo da Vinci Maquetas móviles de sus visionarios inventos a tamaño real, lienzos que cuelgan de los árboles jugando, como el propio pintor, con la luz y las sombras, audios con sus reflexiones, el manto vegetal que reproducía en sus dibujos el Da Vinci botánico, su proyecto de ciudad ideal…Un paseo iniciático e inspirador como pocos, a la altura de un polímata que entendía el arte y la ciencia como un todo indisoluble.

TE INTERESA → Si visitas Clos Lucé antes del 2 de septiembre, podrás admirar el tapiz de la Última Cena, una valiosa tela, tejida con hilos de seda y oro, que por primera vez en su historia sale de los Museos Vaticanos para formar parte de una exposición única. Esta obra maestra, encargada por Francisco I, tiene las mismas medidas que el fresco que realizó Da Vinci en el refectorio de Santa Maria delle Grazie de Milán.

Chambord, la colosal obra maestra de Francisco I

Según Leonardo Da Vinci existen tres clases de personas: «aquellas que ven, aquellas que ven lo que se les muestra y aquellas que no ven». En el Valle del Loira, no hay lugar para estas últimas porque es imposible no caer rendido ante la belleza de castillos como el de Chambord, una maravilla arquitectónica situada en el corazón de La Sologne.

Castillo de Chambord. Valle del Loira

Aunque empezó a construirse el mismo año en que murió Da Vinci, son muchos los que le atribuyen el diseño de uno de sus elementos más destacados: la escalera central de doble espiral que permite que las personas puedan subir y bajar sin cruzarse. Sea como fuere, lo que está claro es que Chambord es uno de los castillos más espectaculares de esta ruta.

La famosa escalera helicoidal del castillo de Chambord. El Valle del Loira y Leonardo da Vinci

Castillo de Chambord. Valle del Loira, Francia

Y es que lo que empezó siendo un pabellón de caza acabó convirtiéndose en la mayor mansión del valle. Un palacio ideado por Francisco I para demostrar su poder que se traduce en más de 400 habitaciones, 365 chimeneas, terrazas panorámicas y seis torres que se alzan a los pies de sus preciosos jardines. Todo ello, como no podía ser de otra manera, rodeado de naturaleza. Más de mil hectáreas de bosque que le aportan una atmósfera realmente única.

Jardines del castillo de Chambord. Valle del Loira, Francia

GASTROTIP → ¿Te has preguntado alguna vez cómo era la gastronomía francesa durante el Renacimiento? Encontrarás la respuesta en la carta del Restaurant de l’Agriculture de Tour-en-Sologne, un magnífico establecimiento que se ha sumado a las celebraciones del V Centenario con un menú renacentista que nos permite descubrir las recetas de la época y el rico patrimonio culinario del Valle del Loira. Suflé de ricotta con queso parmesano y jamón de Parma, fricasé de pollo al limón, peras al vino y la mejor tarta Tatin que he probado nunca.

Los sabores del Renacimiento en el Valle del Loira

Colinas, viñedos, frondosos bosques, suntuosos castillos que ejemplifican la exquisitez del Renacimiento francés, apacibles pueblos en los que desearías alargar tu estancia, su superb cuisine… El quinto centenario de la muerte de Leonardo da Vinci es la excusa perfecta para conocer este excepcional destino declarado Patrimonio de la Humanidad. Su nombre: Val de Loire. Su apellido: el jardín de Francia.

Más información: Valle del Loira.

Siete magníficos destinos para un verano perfecto

Siete magníficos destinos para un verano perfecto

Con la llegada del mes de junio se abre la veda de las tan esperadas vacaciones de verano. Un destino cercano, un paraíso exótico, una escapada cultural, un retiro rural… Por si todavía no tienes claro a qué lugar vas a viajar para desconectar de la rutina y renovarte por fuera y por dentro, aquí tienes siete magníficos destinos para un verano perfecto.

DESTINOS PARA UN VERANO PERFECTO:

El Camino de Gales, tres itinerarios únicos en el Reino Unido

El Wales Way (Camino de Gales) es fruto de la unión de tres rutas que cruzan los paisajes más impresionantes del país: el Coastal Way, que recorre a lo largo de 290 km el litoral oeste alrededor de la bahía de Cardigan; el Cambrian Way, que cruza la columna vertebral de Gales entre Llandudno y Cardiff, y el North Wales Way, 120 km de ruta por el que está considerado el centro de actividades al aire libre del Reino Unido. ¿Un ejemplo? Zip World donde podrás lanzarte en la tirolina más rápida del mundo. Mar y montaña, parques nacionales y grandes espacios verdes, imponentes castillos declarados Patrimonio de la Humanidad, museos, pueblos costeros, balnearios victorianos, la hermosa isla de Anglesey… Un variado catálogo de propuestas en suelo galés para los amantes de la naturaleza en el que cada kilómetro cuenta. Más información: Visit Wales.

Isla de Anglesey, Gales. Siete destinos para un verano perfecto

El Valle del Loira, tras el legado de Leonardo da Vinci

La región Centro Valle del Loira -cuna del Renacimiento en Francia- siempre es una buena elección para una escapada estival. Y más teniendo en cuenta que es el principal escenario de las conmemoraciones del V centenario de la muerte de Leonardo da Vinci. Seguir los pasos del genio de la Toscana en sus últimos años te llevará a descubrir algunos de los castillos más hermosos del también llamado valle de los reyes. Como el castillo de Amboise, en el que reposan sus restos y que acoge una exposición sobre su muerte, o Clos Lucé, el lugar elegido por Francisco I para que pudiera soñar, pensar y trabajar rodeado de espléndidos paisajes. Chenonceau, el majestuoso Chambord, el castillo de Blois y el Dominio de Chaumont-sur-Loire, en el que se celebra desde 1992 el Festival Internacional de Los Jardines, son otras citas obligadas del circuito de los castillos del Loira. También sería un error pasar por alto Chartres y su espléndida catedral, una de las más armoniosas de Europa. Esta joya del gótico francés protagoniza, junto a una veintena de monumentos más, Chartres en Lumières, un espectáculo nocturno de luz y sonido que se proyecta por toda la ciudad. Más información: Valle del Loira y Viva Leonardo da Vinci 2019.

Clos Luce, un verano ideal en el Valle del Loira

Alto Tatra, un gran destino para un verano perfecto en Eslovaquia

Este «paisaje mítico de retorcidos picos y cascadas donde los árboles pintan el suelo de blanco y bestias temibles patrullan por los bosques» es uno de los destinos que forman parte de la lista Best in Europe 2019 de Lonely Planet. Los expertos lo recomiendan porque es el parque nacional más espectacular de Eslovaquia y porque su territorio -el más elevado de los Cárpatos- es uno de los mejores parajes del continente para ver osos pardos. Este paisaje casi virginal es, además, un escenario perfecto para practicar todo tipo de deportes. Escalar alguno de sus elevados picos, navegar en el glaciar Štrbské, adentrarte en espectaculares cuevas como Belianska jaskyňa y, cómo no, realizar infinidad de excursiones que concluyen en remotos refugios de montaña. Una de las más famosas es la Tatranská Magistrala, un trekking de 45 km que discurre a los pies de los picos más altos de la cordillera y que se completa en tres días. ¿Es o no es un gran destino para un verano ideal?

Alto Tatra, Eslovaquia. Un gran destino para el mejor de los veranos

Escocia, un viaje inolvidable para estas vacaciones

Una ruta por los escenarios en los que se rodó la popular serie Outlander, al Lago Ness y los fascinantes paisajes de las Highlands, la isla de Skye, la magia del Lago Katrine, seguir las huellas de personajes como William Wallace o Rob Roy MacGregor, callejear por Glasgow, pisar el campo de batalla en el que Robert the Bruce consiguió la independencia de Escocia, el muro de Adriano, la enigmática capilla Rosslyn, el encanto de poblaciones costeras como Saint Andrews y, cómo no, Edimburgo, el centro de todas las miradas, la niña bonita de Escocia. Si quieres hacer un road trip inolvidable, practicar deportes de aventura, escuchar buena música y disfrutar de la hospitalidad de sus gentes rodeado de naturaleza y arte, Escocia es tu destino para las vacaciones de verano.

TE INTERESA → Si no quieres tener que preocuparte por nada, permíteme recomendarte cualquiera de las excursiones que realiza Escocia Turismo. Visitas guiadas en español, Itinerarios optimizados para disfrutar cada minuto del viaje, salidas garantizadas todo el año desde Edimburgo y desde Glasgow… Ellos fueron los que me enseñaron a amar esta increíble nación a la que estoy deseando volver. De su mano, por supuesto.

Saint Andrews, Escocia. Destinos para un verano perfecto

Flandes: un verano de festivales y un pintor por descubrir

Flandes es el destino perfecto para disfrutar de la música en verano. Más de 280 festivales, los artistas más esperados, los escenarios más originales… De todo y para todos. ¿Algunos ejemplos? Tomorrowland, el Festival de Jazz y las fiestas de Gante, el dance electrónico del Paradise City, el MAfestival y el Cactus Festival de la encantadora Brujas, el Reggae Geel, el WECANDANCE de Zeebrugge, el festival urbano Couleur Café de Bruselas… Súmale sus populares fiestas de la cerveza, como las Bier-en Hoppefeesten o el Belgisch Bierweekend, y vivirás las vacaciones de tu vida. Además, si te interesa el arte, debes saber que este año Flandes conmemora el 450 aniversario de la muerte de Pieter Bruegel con una serie de exposiciones y eventos que nos acercan al legado de este artista flamenco.

Tomorrowland (c) VISITFLANDERS

San Petersburgo, una escapada veraniega en Rusia

A orillas del Golfo de Finlandia, en la cuenca del río Neva, te espera la ciudad menos rusa de todas: San Petersburgo, el precioso capricho diseñado por Pedro I a imagen y semejanza de las más bellas capitales europeas. Sus puentes levadizos, el Museo del Hermitage, la iglesia de la Sangre Derramada, la catedral de San Isaac, la siempre concurrida avenida Nevski, el Teatro Mariinsky y el palacio de Catalina son solo algunos de sus imprescindibles. Pero hay más. Y es que la ciudad está viviendo una cuarta revolución con la cultura por bandera que se materializa en nuevos espacios creativos como Port Sevkabel. Además, viajar en verano tiene premio: podrás comprobar cómo son sus famosas noches blancas y la gran oferta de ocio que se desarrolla en esta época en la que el sol se resiste a desaparecer.

TE INTERESA → Si quieres conocer el rostro más actual de la que es un su día fue «la ventana de Rusia hacia el mundo occidental”, te invito a leer el último artículo que he publicado en Viajes National Geographic.

Palacio de Catalina, San Petersburgo. Destinos para un verano perfecto

Indonesia, otro espectacular escenario para tu ocio estival

Hablando de Viajes National Geographic, esta revista también ha seleccionado sus destinos estrella para este verano. Entre ellos está Indonesia, «el lugar ideal para reconciliarse de nuevo con la naturaleza». Un archipiélago formado por más de 17.000 islas que bien podría protagonizar la carta a los reyes magos de cualquier viajero, ¿Por qué? Porque lo tiene todo para hacer de tu tiempo de ocio una gran aventura: orangutanes en Sumatra, lagartos en Komodo, arqueología en Yogyakarta, volcanes, lagos, milenarios templos, arrozales, surf en Bali, buceo en Bunaken, playas en las que te quedarías a vivir…

Indonesia. Destinos para un verano perfecto

Ahora que ya conoces los mejores destinos para un verano perfecto, ¿con cuál te quedas?

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48 horas en Avignon, del Medievo a la vanguardia en el corazón de la Provenza

48 horas en Avignon, del Medievo a la vanguardia en el corazón de la Provenza

Dicen que la Provenza es la región de los sentidos y que su corazón late en Avignon, una pequeña ciudad tomada por el arte que navega entre su monumental pasado medieval y su vanguardista presente. Que fue una segunda Roma. Que es creativa, vital y acogedora. Lo dicen y es cierto. Para animarte a que lo descubras por ti mismo y sepas qué ver en Avignon, qué hacer o dónde comer, aquí tienes estas 48 horas que concentran l’art de vivre del sur de Francia. A orillas del Ródano y bajo la misma luz que cautivó a Van Gogh y Cézanne.

Día 1: Qué ver en Avignon

9h Hoy toca madrugar un poco porque tenemos una agenda muy completa en la capital del departamento de Vaucluse. El punto de partida es la Place du Palais, epicentro del antiguo Avignon. La estampa no puede ser más hermosa. Enfrente, el impresionante Palacio de los Papas, a su lado Notre-Dame des Doms, y en un lateral de la gran explanada, el Petit Palais. O lo que es lo mismo, dos monumentos Patrimonio Mundial de la UNESCO y una catedral románica del siglo XII.

El mayor palacio gótico de Europa, símbolo del poder de la Cristiandad en el s. XIV, sede de nueve papados… Reserva al menos un par de horas para visitar el Palacio de los Papas, un conjunto arquitectónico con trazas de fortaleza que, tras el traslado de la Santa Sede a Avignon, enmarcó la etapa de mayor esplendor de la ciudad.

¿Cómo era en tiempos de la corte papal? El Histopad tiene la respuesta. Una tableta táctil que nos traslada 700 años atrás para descubrir como lucían en la Edad Media sus solemnes y austeras estancias. El resultado, una reconstrucción histórica espectacular con imágenes en 360°, personajes y sonidos que nos acompaña mientras visitamos el salón de audiencias, los aposentos del Papa, la sala del Gran Tinel o los frescos de la capilla Saint-Martial… Y, por si fuera poco, desde la terraza, toda ciudad a tus pies. Por algo es uno de los diez monumentos más visitados de Francia.

11h Y de las piedras centenarias del palacio al verdor del jardín des Doms, un refugio natural de estilo inglés donde la historia sitúa el origen de la ciudad. Subir hasta aquí tiene recompensa: aire puro, terrazas, y unas vistas magníficas que sobrevuelan Avignon y los paisajes que se extienden desde el Ródano hasta el Mont Ventoux. Para bajar, toma la Rue des Escaliers Sainte-Anne que desemboca en uno de los centros culturales más interesantes de Avignon, Utopia, un cine de arte y ensayo que programa películas en versión original, debates y conferencias.

12:30h Para iniciarte en el universo de la gastronomía provenzal y tomarle el pulso a la ciudad, ve al mercado de Les Halles, un paraíso gourmet por el que desfilan los mejores productos del sur de Francia. Aceite de oliva, frutas y verduras, increíbles quesos, especialidades típicas como la tapenade (pasta de aceitunas) o las dulces papalines

¿Un imprescindible? Exacto y por eso no hay lista de qué ver en Avignon que no invite a traspasar el impresionante jardín vertical que decora su fachada y entrar en este popular marché que nació para sorprender y complacer al paladar. Mi recomendación: quédate a comer en la Cuisine Cent’ Halles y disfruta de los sabores de la Provenza in situ. Cierra a las 13:30h, tenlo en cuenta (Place Pie, 18).

Les Halles. Avignon. Francia

16h Y de postre, dos citas que ejemplifican la variedad museística de Avignon. En solo cinco minutos llegarás a la primera, el Museo Angladon, un precioso palacete del XVIII que alberga la colección privada del modisto y mecenas parisino Jacques Doucet en la que destacan las obras de grandes genios de la pintura moderna como Van Gogh, Picasso, Degas o Cézanne. Todo ello en un singular espacio en el que también tienen cabida las artes decorativas y mobiliario de los siglos XVIII, XIX y XX.

Museo Angladon. Avignon. Francia

17h La segunda, el museo du Petit Palais que cuenta con una notable colección de pinturas y esculturas de la Edad Media y el Renacimiento italiano. Un secreto: toma un café o un té en el encantador jardín de Autour d’un Thé, un Voyage, y relájate en uno de los rincones más bonitos de Avignon.

18h Tras este interesante recorrido artístico, enfila tus pasos hacía el río para conocer otro de los símbolos de la región: el puente Saint Bénezet, patrimonio Mundial por la UNESCO y conocido en todo el mundo por su famosa canción. Aunque hoy en día solo quedan en pie cuatro de los 22 arcos de esta estratégica construcción del siglo XII, su belleza sigue siendo innegable. Compruébalo con la realidad aumentada de Avignon 3D, una máquina del tiempo en formato app que permite descubrir cómo era este paso de peregrinos y comerciantes en el Medievo.

∗ Totalmente adaptado para personas con movilidad reducida.

Mi momento en Avignon: el puente Saint Bénezet
Cae la tarde en el puente Saint Bénezet. El sol inicia su hipnótico baile de colores sobre el Ródano, y un mistral enfurecido golpea mis mejillas empujándome a abandonar sus dominios. Ignoro su mensaje, me aferro a la barandilla y sigo contemplando cómo Avignon despide el día. El peso de la historia me ancla al suelo y este fiel testigo me habla de ella: de sus 900 metros iniciales, de las crecidas del río, de sus reconstrucciones, de cuando era el único modo de alcanzar el mar desde Lyon… Y sin avisar, mi ayer también se hace presente y me traslada a las clases de francés del colegio, y a aquella canción que aprendí de pequeña: «Sur le pont d’Avignon, on y danse, on y danse…»

Puente Saint-Benezet al atardecer. Avignon. Francia

21h A la hora de cenar, acércate a Le Carré du Palais, un complejo enoturístico que con solo un año de vida ya se ha convertido en un imprescindible de Avignon. Degustar en el bar alguna de sus más de 600 referencias de las D.O.C. Côtes du Rhône y Valle del Ródano, probar los menús maridados de su restaurante gourmet, participar en una cata en la cámara acorazada del antiguo Banco de Francia… Escojas la opción que escojas el resultado será una experiencia superbe enmarcada en un emblemático edificio histórico (Place du Palais, 1).

22.30h Antes de retirarte a descansar, aprovecha para dar una vuelta por el centro y enamórate, un poco más si cabe, de esta dama provenzal. O, si el día te ha sabido a poco, tómate una copa y asiste a un espectáculo en alguna de sus salas permanentes para hacerte una idea de lo que se vive en julio, cuando Avignon acoge uno de los festivales de teatro contemporáneo más importantes de Europa.

Día 2: Qué ver en Avignon

10h La consigna de esta mañana es clara: pasea por el viejo Avignon y piérdete las veces que haga falta para descubrir qué esconde la ciudad intramuros. Iglesias, palacetes, puntos de encuentro que ponen rostro al estilo de vida provenzal como la Place de l’Horloge o Saint-Pierre, callejuelas adoquinadas que llevan el nombre de los gremios de la Edad Media… Hablando de los oficios del Medievo, sería imperdonable no recorrer la Rue des Teinturiers donde no solo corre el agua del canal de la Sorgue, también el eco de los tintoreros que trabajaban aquí, el trinar de los pájaros y los aplausos del teatro Albatros.

Esta especie de museo a cielo abierto está lleno de tiendas de decoración muy al gusto de los parisinos como Vox Populi (Bonnetterie, 35 bis) o CQFD, una concept-store con diseños exclusivamente franceses (Place de la Principale, 16). Otras tentaciones son los chocolates y calissons de La Cure Gourmande (Place du Change, 28), los cosméticos y perfumes de lavanda de Le Château du Bois (Grande Fusterie, 61), y el increíble catálogo de vinilos y cómics de La Licorne (Rue des Fourbisseurs, 64) que casi se mezcla con el olor que desprende Cafés au Brésil -el tostadero más antiguo de Avignon (Fourbisseurs, 64).

¿Dónde quemaría mi tarjeta? En Les Plumes du Paon, una galería-boutique que reúne a una treintena de diseñadores y que forma parte de Les Fabricateurs, un proyecto que agrupa a artistas de distintas disciplinas y que refleja el dinamismo creativo de la ciudad (Rue de la Bonneterie, 91).

12h Si antes de comer te apetece tomar el aperitivo, el sitio que buscas es Mon Bar, un clásico local de barrio, desenfadado y bohemio, donde nadie se siente extraño (Portail-Matheron, 17).

13:30h  Hora de ir al Grand Café Barretta, una antigua cafetería que frecuentaba la flor y nata de la burguesía de finales del XVIII. Hoy, tras su reapertura, la clientela salta de la terraza -inmejorable balcón para ver y ser visto- al elegante comedor para catar, entre otros, su selección de cinco quesos con mermelada casera (Place Saint Didier, 12). ¿Otra opción a tan solo cinco minutos? La cocina tradicional de Balthazar, un pequeño bistrot muy popular por su buen servicio y sus acertados precios (Place des Corps Saints, 74).

15h Alimenta ahora tu espíritu visitando la Colección Lambert, un museo de arte contemporáneo que exhibe la excepcional colección que reunió el galerista parisino Yvon Lambert entre de la década de los sesenta y principios del siglo XXI. Basquiat, Miquel Barceló, Sol LeWitt, Andrés Serrano… Todos los grandes nombres de la pintura, escultura y fotografía están aquí, en los palacetes de Caumont y Montfaucon (Rue Violette, 5).

Collection Lambert. Avignon. Francia. Vaucluse Tourisme

16h Más allá de la belleza que encierran sus más de cuatro kilómetros de muralla, Avignon guarda varios ases en la manga que nos obligan a cruzar el Ródano. Lugares como la isla de la Barthelasse, el pulmón verde de la ciudad, a la que se puede llegar en barco y de forma gratuita desde el embarcadero de St. Bénezet. O Villeneuve-lès-Avignon, un pintoresco pueblo en el que podrás probar el aceite de oliva que produce uno de los molinos más antiguos de la Provenza, el Chartreuse (Maison Bronzini, Rue de la République, 74).

¿Más ideas para esta última tarde? Un crucero fluvial para ver la silueta de Avignon desde una nueva perspectiva, una clase de cocina provenzal en la Maison de la Tour (Rue de la Tour, 9), surcar las aguas del Ródano en kayak…

20h Para concluir esta escapada y despedirte de Avignon con buen sabor de boca, prueba la cocina creativa de L’Agape, un cálido restaurante en el que el chef Julien Gleize reinterpreta con acierto algunos clásicos de la gastronomía gala basándose en productos frescos de proximidad (Place des Corps-Saints, 21).

¿Cómo llegar a Avignon?

La forma más rápida y cómoda para llegar Avignon -y al resto de los principales destinos de Francia- son los trenes de alta velocidad de Renfe-SNCF en Cooperación. Todo son ventajas: llegas al centro de la ciudad, sin esperas y en confortables butacas equipadas con mesa y tomas eléctricas, puedes llevar hasta tres maletas y, además, te desplazas en el medio de transporte que realiza menores emisiones de CO2. Si a ello le sumas el toque romántico que siempre va asociado a viajar sobre raíles y los paisajes que acompañan el trayecto, la opción de coger un avión queda totalmente descartada.

Rumbo a Avignon con Renfe-SNCF.jpg

¿Dónde dormir en Avignon?

¿Dónde dormir en Avignon?
Durante mi viaje a Avignon me alojé en el Hotel de L’Horloge, un magnífico cuatro estrellas situado en pleno centro. Confortables habitaciones, coquetas salas de lectura, wifi gratuita y lo mejor, un completo y sabroso petit déjeuner provençal (Rue Félicien David, 1).

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Como ves, 48 horas en esta ciudad de Francia dan para mucho. Ahora que ya sabes qué ver en Avignon, la pregunta es obvia. ¿A qué esperas para conocer este precioso rincón de la Provenza?

Más información: Avignon Tourisme 

Museo del Vino de Pagos del Rey: enoturismo en Zamora

Museo del Vino de Pagos del Rey: enoturismo en Zamora

Si como bien dice Luis Fernando Olaverri el vino es la única obra de arte que se puede beber, no es de extrañar que muchos devotos de Baco levanten museos para difundir su cultura, su pasado y su presente. Como el que ahora te presento: el Museo del Vino de Pagos del Rey. Una cita imprescindible para los amantes del enoturismo situado en la zamorana población de Morales de Toro.

Detrás de este proyecto museístico, que ya se ha convertido en un potente recurso turístico de Castilla y León, está la familia Solís que ha hecho de su pasión su forma de vida. Centrados en la elaboración y comercialización de vinos desde 1952, hoy en día la compañía Pagos del Rey cuenta con bodegas en las principales Denominaciones de Origen de nuestro país: Ribera del Duero, Rioja, Rueda y Toro.

Degustando Centola, un gran albariño en el jardin del Museo del Vino de Pagos del Rey © Un viaje creativo

Precisamente al lado de esta última bodega está el museo que nos ocupa, un total de 3.000 m² dedicados al mundo de la viticultura que nos invita a conocer el proceso de elaboración del vino de Toro desde sus orígenes hasta nuestros días.

Mi consejo es que optes por hacer una visita guiada pero si prefieres descubrirlo por libre, te sugiero que empieces a sumergirte en la cultura del vino en su jardín. Y es que allí conocerás el origen de todo, desde las variedades de vid más características de la D.O Toro a los aperos, prensas de gran formato y medios de transporte que se han utilizado para su producción y distribución a lo largo del tiempo.

Museo del Vino de Pagos del Rey

Tras este agradable paseo, que yo acabé con la cata de un magnífico albariño de la casa como es el Centola, deberás encaminar tus pasos hacía lo que en su día fue la Cooperativa Virgen de las Viñas, un edificio de 1964 que aprovecha gran parte de sus antiguas instalaciones para enmarcar los fondos de su colección.

Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador» Federico Fellini.

Piezas del pasado que nos acercan al presente en el Museo del Vino de Pagos del Rey

Un buen ejemplo son los 28 depósitos de vinificación originales que se conservan en la planta baja y que enmarcan una zona de exposición que nos remonta a civilizaciones milenarias a través de piezas originales y reproducciones de la época. Todo ello con un soporte audiovisual de mesas de luz y pantallas táctiles que aporta un atractivo enfoque interactivo a la experiencia.

El discurso expositivo continúa en el interior de los antiguos depósitos de hormigón, en la sala de catas y en las cajas mágicas que repasan la historia de Toro y su relación con el vino. La vendimia, la fermentación, el calendario que impone la vid, las tradiciones… Cualquier aspecto relacionado con el vino está presente en este museo que guarda para el final una grata sorpresa: la sala de barricas de Pagos del Rey.

Sala de Barricas. Museo del Vino de Pagos del Rey

En este sugerente espacio que alberga más de 2.200 toneles de roble americano y francés es donde maduran los vinos de alta gama de la bodega y donde termina la visita a este museo que fusiona continente y contenido para ensalzar algo tan universal y tan cercano como es el mundo del vino. Una cultura que tiene en el auge del enoturismo la mejor muestra de su gran potencial.

Un vino es ideal cuando uno lamenta haber acabado la botella» Roberto Verino.

Esta apasionante inmersión en la cultura del vino probablemente despierte tu apetito. Si es así, te recomiendo sentarte a la mesa en La Panera, un encantador restaurante de estilo rústico situado en el centro de Morales de Toro. La atención es buena, el producto de calidad y la bodega marida a la perfección con la deliciosa cocina castellana que elaboran en esta antigua panera de 1761.

Restaurante La Panera. Morales de Toro

Para tu comodidad, el Museo del Vino de Pagos del Rey ofrece un pack que incluye la visita guiada con comida o merienda cena en este templo zamorano del buen comer (25€ por persona).

Música entre Barricas 2018 o cómo convertir una bodega en un espacio de promoción cultural

En su decidida apuesta por difundir la cultura del vino, los gestores del Museo del Vino de Pagos del Rey organizan de marzo a diciembre una serie de eventos que ya se han convertido en todo un referente cultural. Una de las joyas de su programación es Música entre Barricas, un ciclo de conciertos acústicos que transforma su sala de barricas en un intimista escenario en el que la música y el vino van de la mano.

Musica entre Barricas. Museo del Vino de Pagos del Rey

Tras dos exitosas ediciones, el certamen de este año, que tendrá lugar en mayo, vuelve con un cartel de lujo: Rulo y la Contrabanda, José Mercé y Kiko Veneno. Un vino de bienvenida en la terraza del museo, grandes artistas, aforo reducido y un singular formato para tres experiencias musicales que sin duda prometen. Entradas a la venta el 1 de marzo.

Zamora y Toro: dos excursiones a tiro de piedra

Para aprovechar al máximo tu escapada a este rincón de Castilla y León, te sugiero completar tu visita al Museo del Vino de Pagos del Rey con dos destinos cercanos y llenos de interés.

El primero es Zamora, una ciudad de estructura medieval que cuenta con un cuidado casco histórico en el que se alza el mayor número de iglesias románicas por metro cuadrado de Europa. Realmente te sorprenderá la belleza de esta capital de provincia en la que la vida discurre entre plazoletas, edificios modernistas, lienzos de murallas, puentes que salvan el Duero, y bares de tapas que se apiñan alrededor de la Plaza Mayor y en la zona de Los Lobos. Contemplar la puesta de sol desde Los Pelambres, conocer la tradición harinera en el conjunto de molinos de las Aceñas de Olivares y realizar una visita guiada por su imponente Catedral son solo algunos de los planes que te esperan en la “bien cercada”. Más información: Zamora en cuatro rutas.

Plaza Mayor de Zamora

Mi segunda propuesta te llevará a Toro donde ya se hacía vino antes de la llegada de los romanos. Sus tierras de cultivo, cubiertas de viñedos y regadas por el Duero, marcan el camino hasta esta histórica ciudad que fue sede real entre los siglos XII y XVI. Tras visitar lo más destacado de su patrimonio, como la Colegiata de Santa María con su impresionante Portada de la Majestad, la Torre del Reloj, el mudéjar de la iglesia de San Salvador de los Caballeros o el convento del Sancti Spiritus, en este reino medieval de piedras centenarias se impone ir de tapeo por los soportales de su Plaza Mayor. De tasca a mesón, de platos de cecina o chorizo a rabas y croquetas. Para bajar la comida, nada mejor que recorrer el Paseo del Espolón, un precioso mirador al valle del Duero que se extiende entre el Alcázar y los jardines de la Colegiata.

Toro. Zamora

Horario y tarifas del Museo del Vino de Pagos del Rey

Dirección: Av. de los Comuneros, 90. Morales de Toro, Zamora. Tel: +34 980 696 763

Horarios:

  • Enero-Marzo: De miércoles a sábado de 11 a 14h y de 16 a 19h. Domingos: De 11 a 14h.
  • Abril-Septiembre: De martes a sábado de 11 a 14h y de 16 a 20h. Domingos: De 11 a 14h.
  • Octubre-Diciembre: De martes a sábado de 11 a 14h y de 16 a 19h.Domingos: De 11 a 14h.

Hay visitas guiadas todos los días de apertura a las 12 y 17 h. Mínimo 5 personas por grupo. Sujeto a disponibilidad.

Tarifas: 

    • Guiada general: 6 euros (incluye visita guiada + degustación de vino y tapa).
    • Libre general: 4 euros (incluye visita libre + degustación de vino y tapa).
    • Menores de 12 años acompañados de un adulto: gratis.

Reservas online

 

Planes alternativos en Gante, la ciudad más auténtica de Flandes

Planes alternativos en Gante, la ciudad más auténtica de Flandes

¿Planes alternativos en Gante? Sí, porque tras navegar por sus canales, emocionarte con su arquitectura medieval y sucumbir al placer del chocolate y la cerveza, querrás volver a esta ciudad que muestra como ninguna la esencia de Flandes. Sin la presión de la primera ver. Para verla cara a cara y no tras el visor de la cámara, para no tener que tachar sus imprescindibles a contrarreloj.

Gante desde el puente de San Miguel

Cuberdons o naricillas de Gante

Simplemente para vivirla como un stroppendrager más. Tomar ese café que no llegaste a pedir, entablar aquella conversación que quedó pendiente, regalarte el lujo de ver la vida pasar junto al Lys… Pero, sobre todo, porque tiene lo que a Brujas, su hermana más famosa, le falta. Un toque de cercanía, autenticidad y naturalidad que la hace única, que te deja con ganas de más.

Belfort, el campanario de Flandes

Barista. Gante

Para ese más, para esa segunda visita, he compilado esta lista de momentos que viví hace poco. La razón es simple, uno siempre quiere volver donde se sintió bien, y yo no soy una excepción. De todos modos, tranquilo, encontrarás las mismas imágenes de postal. Solo pretendo que las vivas de un modo diferente. Comenzamos.

Planes alternativos en Gante

Ver la restauración del Cordero Místico en el MSK

Si contemplar la Adoración del Cordero Místico entre los muros de San Bavón emociona, imagina qué supone ser testigo de la restauración de la obra más importante de la historia del arte en Flandes. Para ello solo tienes que acercarte al Museo de Bellas Artes (MSK) entre semana. Dos tercios del políptico siguen en la majestuosa catedral que Carlos V no llegó a ver terminada pero el resto tablas está aquí, recuperando su esplendor gracias a un equipo de expertos que lleva trabajando en la obra cumbre de los hermanos Van Eyck desde 2012.

Adoracion del Cordero Mistico. Catedral de San Bavon, Gante

Restauracion del Cordero Mistico. MSK, Gante

Museo de Bellas Artes. Planes alternativos en Gante

Metafloristics de Gerda Steiner. MSK, Gante

Tras esta experiencia, que cualquier esteta calificaría de única, te espera un espacio que combina sin complejos las obras de los antiguos maestros con piezas contemporáneas. El resultado: un sorprendente paseo por la evolución de las artes plásticas desde la Edad Media hasta la primera mitad del siglo XX que se complementa con exhibiciones temporales.

Gante a través del arte urbano

Si preguntas a cualquiera que haya estado en Gante sobre arte urbano, seguro que te envía a Werregarenstraat, una callejuela que ofrece sus muros a todo aquel que quiera tirar de spray. Pero esta explosión de creatividad en forma de de tags y dibujos, que tal vez mañana ya no estén, es solo una pequeña muestra del interés de esta ciudad por potenciar y poner en valor este tipo de expresiones artísticas. Murales, grafitis, más zonas de tolerancia… Todas ellas forman parte de Sorry, not Sorry, un proyecto promovido por el departamento de cultura que ha acabado configurando una ruta que nos invita a conocerla a través del street art.

Werregarenstraat. Street art en Gante

Mural de ASCS. Street art en Gante

Mural de ROA. Arte urbano en Gante

Obra de la artista belga BLUE. Planes alternativos en Gante

A pie, en bici o en transporte público. Siguiendo un mapa físico o vía app. Tú decides como prefieres ver estas obras de naturaleza temporal o permanente firmadas por grafiteros internacionales y reconocidos artistas locales como ROA, A Squid Called Sebastian (ASCS), BLUE the warrior o Mr. Mong. Una prueba más de que Gante ha sido y es una increíble fuente de inspiración.

Los jueves, a comer veggie

Siguiendo el refrán de donde fueres, haz lo que vieres, olvida la carne y el pescado y súmate a los jueves vegetarianos, una iniciativa que desde 2009 anima a la población a seguir un estilo de vida saludable y sostenible. Sí, también sostenible. Consumir productos vegetales un día a la semana, además de mantener a raya el colesterol, ayuda a reducir el efecto invernadero.

BEO Versbar. Gante

Mie Vie. Cocina vegana en Gante

Para pensar y paladear en verde lo tienes muy fácil porque la ciudad está volcada con esta sana filosofía. Tres sugerencias: las ensaladas, bocadillos, sopas y demás propuestas veganas de Mie Vie (Serpentstraat, 28); BEO Versbar, un acogedor mercado biológico situado en el centro en el que puedes probar todo tipo de platos y deliciosos smoothies (Heilige Geeststraat, 30), y el restaurante Volta donde te espera el menú veggie que prepara el chef Davy De Pourcq con verduras orgánicas de su propia huerta. Es un pequeño lujo pero te aseguro que merece la pena (Nieuwe Wandeling, 2b). Además, en la capital vegetariana de Europa hay cadenas como Tasty World y EXKi que sirven comida rápida saludable.

Compras alternativas. Hay vida más allá del chocolate

Sé que vas a comprar un cargamento de chocolate y más de un souvenir al uso pero, si quieres salirte del guión, recuerda que bajo su velo medieval late el Gante más vanguardista y underground. Para encontrarlo, además de callejear por la Veldstraat, hay que darse una vuelta por las tiendas de Burgstraat, Hoornstraat o Serpentstraat. ¿Ideas?

Moda: Jo De Visscher, la flagship store de una de las diseñadoras belgas más conocidas (Hoornstraat, 6), y Mieke, con su colección de marcas independientes que apuestan por la ropa sostenible o, como dicen ellos, por la non evil fashion. Aquí descubrí el concepto calzado vegano (Burgstraat, 87).

Tienda de Jo De Visscher. Planes alternativos en Gante

Libros y vinilos: Paard Van Troje, libros, cafés y actuaciones en directo en una de las mejores librerías de la ciudad (Kouter, 113). De Poort, la meca del cómic (Nederkouter, 137). Vynilla, discos nuevos y joyas de coleccionista (Sint-Kwintensberg, 38).

Vintage y diseño: A’pril, objetos de decoración y originales regalos en una preciosa tienda del XIX (Burgstraat, 27). The Fallen Angels, carteles vintage, juguetes, postales y todo lo que se te ocurra con aire retro (Jan Breydelstraat, 29). Piet Moodshop, artículos de diseño seleccionados por el interiorista Christophe Verbeke (Sint-Pietersnieuwstraat, 94).

Los gofres de Max, al infierno de cabeza

Lo mires por donde lo mires, Gante tiene madera de hedonista. No contenta con sus brutales lienzos del Medievo, su ambiente y sus propuestas culturales, la más flamenca de la región escala posiciones para convertirse en el gran destino gastronómico de Bélgica. El tradicional waterzooi, la potente mostaza de Tierenteyn-Verlent, las mermeladas de Callas Confiture, los quesos de Het Hinkelspel, un RoomeR en el aperitivo, la cocina de vanguardia de sus reputados chefs…

Especialidades de Gante

Como el jueves has sido “bueno”, ahora toca pecar. Pero nada de pecados veniales, no, a lo grande. Tu destino, el número 3 de Goudenleeuwplein. Tu objetivo, probar el mejor gofre de la ciudad. Espolvoreado con azúcar glas, crujiente y con un toque de mantequilla. Te lo preparará Yves, descendiente directo de Max Consael que en 1839 creó esta delicia conocida como los “gofres de Bruselas”. Dos siglos los separan pero su receta es la misma, como las planchas que utiliza para hornearlos, como el exquisito trato que dispensan los camareros.

Gofres de Max. Gante

Vale, perfecto, pero… ¿qué hay de alternativo en este plan? Siéntate en una mesa junto a la ventana, apaga el móvil, olvida el reloj y mimetízate con el encantador art noveau que te rodea. Con cada bocado retrocederás en el tiempo hasta llegar a los años 20, como veinte son los cuadraditos que saboreas. Si acabas viendo en blanco y negro, no es por la glucosa, es porque te has dejado llevar por la magia de Max.

Max, Gante

Dos sugerencias más para sibaritas. El café, en Barista (Hippoliet Lippensplein, 25); bombones zen, en Yuzu (Walpoortstraat, 11a).

¿Cervezas? Las que quieras, pero no olvides las jenevers

Trapense, de abadía, rubia, ámbar, negra flamenca, ale amarga, la omnipresente Lambic… En Bélgica, un país con más de 1500 variedades, es normal que quieras probar el mayor número de cervezas.

Dreupelkot, el templo de la ginebra en Gante

Lo que no sería tan normal es que pasarás por alto las ginebras de Gante. El hombre que buscas es Pol. Lo encontrarás en t Dreupelkot, un pequeño y céntrico local por cuya barra desfilan más de doscientas clases de ginebra, entre ellas 50 de la casa. Aunque también hay sitio para las tradicionales, el personal -al que no le importa esperar en la cola lo que haga falta- se vuele loco con las de sabores. Vainilla, cactus, tiramisú, nueces, café, coco, limón, chocolate, naranja sangrienta… Por mucho que las sirvan en vaso de chupito, no te vengas muy arriba porque algunas llegan a los 53° y el canal está muy cerca (Groentenmarkt, 12). Gezondheid!

Gante iluminada, por supuesto, pero también all night long

He dejado para el final el mejor consejo que puedo darte: pasa al menos una noche en Gante. No seas de los que le dedican solo unas horas y apenas llegan se dan cuenta de su error.

Quiero que recorras sus calles al anochecer y me digas si no es una de las ciudades mejor iluminadas que has visto nunca. Y es que el premiado plan de alumbrado que se puso en marcha en 1998 en el centro, para abarcar años más tarde los barrios periféricos, cumple con nota su objetivo: realzar un paisaje urbano que, tras coquetear contigo de día, te desarma sin remedio mientras duerme el sol. El castillo de los Condes, la iglesia de San Nicolás, el Belfort, la Ópera, el puente de San Miguel, Graslei y Korenlei…

Los Blue Birds de Gante

Deberás hacerlo como Cenicienta, antes de la medianoche, porque a las doce en punto la iluminación decorativa deja paso al alumbrado funcional. Dicen que es por reducir el consumo energético pero, como estamos en un cuento de hadas, yo creo que es para adecuar la luz al as que Gante guarda en su manga, sus noches eternas.

Graslei y Korenlei. Gante

Como sucede en la encantadora Lovaina, de lunes a viernes mandan los universitarios por lo que toca ir a su feudo, la zona de Overpoortstraat. Si buscas música electrónica y famosos Djs, acude a la discoteca Decadence. Para ambiente cien por cien Erasmus y happy hours, The Porter House, Pi-Nuts, y Pink Flamingo´s, kitch y divertido como él solo. Gante es la ciudad con mayor número de estudiantes de Bélgica, más de 70.000. Dicho de otro modo, la fiesta está asegurada día sí y día también.

El fin de semana, en cambio, la movida se traslada al centro. Como t Dreupelkot ya lo he mencionado, una noche de lo más ecléctica podría empezar entre los troles y cervezas de De Trollekelder o dejando tu zapato en prenda si pides la Max de 1,2 litros de Dulle Griet. Si aguantas, lo suyo es continuar en el popular Bar des Amis o en el alternativo Kinky Star, y acabar en dos locales que no pasan de moda, el Charlatan y el Club 69.

Iglesia de San Nicolas y Pabellon Municipal. Gante

Y hasta aquí esta visión alternativa de Gante, un encantador alambique en el que se destila el Flandes más auténtico. Una ciudad cuyo atractivo, te aseguro, no solo es monumental. Y sí, ese ‘no solo’ es el que te hará volver.

Más información: Visit Gent y Turismo de Flandes.

Museo Guggenheim Bilbao, un sueño de titanio con alma de cultura

Museo Guggenheim Bilbao, un sueño de titanio con alma de cultura

Cuando el Museo Guggenheim de Bilbao abrió sus puertas, en 1997, pocos podían imaginar lo que iba a suponer para la capital de Vizcaya. Este hito de la arquitectura del siglo XX, ideado por el arquitecto estadounidense Frank Gehry, propició, cual ave fénix, que aquella ciudad gris y contaminada se convirtiera en lo que es hoy: un atractivo foco para el turismo a escala mundial.

Museo Guggenheim Bilbao

Si, como afirma el propio Gehry, «los edificios tienen una identidad en la Historia», la del Guggenheim en Bilbao es innegable. Y es que ante la crisis del sector industrial de los ochenta, las administraciones vascas apostaron por transformar Bilbao en una ciudad de servicios impulsando este proyecto cultural que inició la gran renovación del Botxo y que devolvió a los bilbaínos las márgenes de la ría del Nervión.

Bilbao desde el monte Artxanda

Este año el museo, pieza clave en la escena artística internacional, celebra su XX aniversario viendo como la afluencia de visitantes no deja de crecer. ¿Las claves de su éxito? Su innovador diseño, la calidad de las exposiciones y las interesantes actividades multidisciplinares que se desarrollan a lo largo del año. Grandes bazas a las que yo añadiría una más: la experiencia vital que supone navegar entre obras de arte que se ubican en un espacio único que juega con diferentes formas y volúmenes.

Un juego en el que se nos invita a participar tomando como punto de partida la curiosidad intelectual de cada uno. Sin un itinerario preestablecido y con total libertad de movimientos para que cada visitante viva su experiencia de una forma muy personal. Emocionándose ante su colosal arquitectura, admirando el arte que en él se exhibe, buscando el mejor ángulo para inmortalizarlo…

La experiencia Guggenheim Bilbao desde el exterior

Desde la ría, el Museo Guggenheim de Bilbao parece un barco atracado junto al puente de La Salve. Un enorme navío, rodeado de paseos y plazas que nos permiten descubrir su potente fisonomía desde distintas perspectivas. Las 33.000 planchas de titanio que lo cubren y que cambian de color en función de la hora del día y las condiciones meteorológicas, el remate de la piedra caliza, el gran lucernario en forma de flor metálica… Su audaz diseño no deja indiferente a nadie porque cuando te plantas ante él, inevitablemente, algo se mueve en tu interior.

Museo Guggenheim Bilbao, el gran emblema de la ciudad

Recorriendo su perímetro descubrimos las primeras obras de arte. El gran árbol y el ojo de Anish Kapoor que nos habla del carácter efímero de nuestro mundo a través de sus esferas; Mamá, una araña gigantesca con la que Louise Bourgeois quiso plasmar el carácter de guarida y jaula que implica la maternidad; y las optimistas y descomunales obras de Jeff Koons: Tulipanes, un ramo de flores en el que el acero da forma a globos de colores, y Puppy, el perro más famoso e imponente de Bilbao que desde 1992 hace guardia a las puertas del museo.

El gran arbol y el ojo. Museo Guggenheim Bilbao

Puppy y Mama. Museo Guggenheim Bilbao

Tulipanes. Guggenheim Bilbao

La experiencia Guggenheim Bilbao en su interior

24.000 m² de superficie -11.000 de ellos destinados a exposiciones-, cortinas de vidrio que conectan grandes volúmenes, espacios de diferentes escalas que suponen un reto para los artistas, paredes curvas sin ningún ángulo recto… Si el continente levanta pasiones, el complejo contenido arquitectónico del Museo Guggenheim de Bilbao no se queda atrás.

Interior del Museo Guggenheim de Bilbao

Interior del Museo Guggenheim Bilbao

Basta con situarse en el centro del atrio y alzar la mirada para ser consciente de ello. Estamos en el corazón del museo, un espacio diáfano que bombea los visitantes hacia las galerías que se distribuyen a su alrededor. En tres niveles que a su vez están conectados por pasarelas curvilíneas, ascensores de cristal y escaleras.

Museo Guggenheim Bilbao

Exposicion. Museo Guggenheim de Bilbao

Puente de La Salve desde el Museo Guggenheim de Bilbao

El atrio también funciona como área expositiva y acoge algunas obras de su colección permanente como la Instalación para Bilbao de Jenny Holzer; una composición formada por columnas de leds cuyos aforismos evocan temas universales como la frágil frontera que separa lo público de lo privado, y el conjunto escultórico de Richard Serra La materia del tiempo.

Museo Guggenheim de Bilbao

Esta última fue, sin duda, la obra que más me impresionó. Una elipse doble, una espiral, sinuosas torsiones… Ocho esculturas de acero que puedes rodear o formar parte de ellas adentrándote en su interior a través de estrechos pasadizos, y que encuentran cobijo en una enorme galería libre de columnas. Tras hacerla un poco tuya, dejándote envolver por la sensación de movimiento que emana, contémplala al completo desde el mirador de la segunda planta. Sencillamente es una imagen espectacular.

La materia del tiempo. Museo Guggenheim Bilbao

El resto de la colección propia, que cronológicamente arranca en la segunda mitad del siglo XX, nos muestra destacados iconos de la modernidad firmados por artistas como Mark Rothko, Yves Klein, Clyfford Still, Eduardo Chillida y Andy Warhol, entre otros.

Sala del Museo Guggenheim Bilbao

Por su parte, la calidad de las exposiciones temporales del Guggenheim de Bilbao hace que sean de las más visitadas del mundo. Como la actual Paris, fin de siècle: Signac, Redon, Toulouse- Lautrec y sus contemporáneos que nos acerca al universo de los neoimpresionistas y simbolistas.

Algunas curiosidades del Museo Guggenheim de Bilbao

  • ¿Sabías que el titanio no fue la primera opción que barajó Gehry? Así es. Primero lo intentó con acero inoxidable pero las maquetas parecían muertas en los días nublados. Tras la frustración, la casualidad quiso que encontrara un pequeño trozo de titanio en su taller que clavó en un poste fuera de su oficina. Ese día llovió y al ver cómo adoptaba un precioso tono dorado lo tuvo claro: la piel del Guggenheim sería de titanio.
  • Para facilitar la construcción de las formas curvilíneas, se recurrió a un avanzado software que ya se había probado en la industria aeroespacial.

Museo Guggenheim de Bilbao

  • Su primer visitante fue Antonio Ligero, un profesor de música que llegó tres horas antes de su apertura por confundirse de hora.
  • Algunas obras de grandes dimensiones se transportan por vía marítima y otras llegan al museo por la noche porque su formato hace necesario desmontar los semáforos.
  • Según la revista Widewalls, la del Guggenheim Bilbao es una de las 10 mejores tiendas de museos del mundo.
  • Puppy, el West Highland terrier gigante de 15 toneladas de peso, está cubierto por más de 60.000 plantas en flor que se conservan vivas gracias a un sistema de irrigación permanente.

Sorprendente, magnífico, íntimo, impactante… Así es el Guggenheim Bilbao, una experiencia museística única que nos acerca a la cultura plástica; que conmueve al más impasible, que convence al más escéptico. El germen de las grandes actuaciones urbanísticas y arquitectónicas que configuran el Bilbao del siglo XXI.

Información para visitar el Museo Guggenheim Bilbao

Dirección: Avenida Abandoibarra, 2

Horario: De martes a domingo de 10 a 20h. Lunes cerrado excepto el 2 de enero, 10 y 17 de abril, 1 de mayo, todos los lunes de julio y agosto, 4 y 11 de septiembre y 4 de diciembre de 2017. La taquilla cierra media hora antes del cierre del museo.

Precio de la entrada: Adultos 16€, jubilados 9€, estudiantes menores de 26 años 9€, niños gratis. Recuerda que las tarifas pueden variar en función de la exposiciones. Durante los cambios y debido al cierre de salas, se aplican tarifas reducidas. El precio de la entrada incluye audioguía.

Venta de entradas: Puedes comprar la entrada en las taquillas o en la web del museo.

El museo cuenta con Zero Espazioa -una sala de orientación al visitante con todas las claves para aprovechar al máximo la visita-, dos restaurantes, cafetería y tienda-librería.

El Guggenheim Bilbao está adaptado para personas con movilidad reducida. También ofrece visitas guiadas en lengua de signos, para personas con discapacidad intelectual y visitas táctiles para personas ciegas.

No se permite la entrada con bultos grandes (paraguas, mochilas, etc.). Se deben dejar en el guardarropa.

Dada la temperatura del museo es conveniente llevar una prenda de abrigo en los meses de verano.

Oviedo, una pieza más de ese precioso puzzle llamado Asturias

Oviedo, una pieza más de ese precioso puzzle llamado Asturias

Qué ver en Oviedo… Yo ya he estado en varias ocasiones y cada vez que regreso descubro algo nuevo que me invita a volver. Es la magia que desprende la capital de Asturias, una hermosa ciudad que a continuación te invito a conocer repasando los rincones y experiencias que considero imprescindibles en una primera visita.

No sé qué pensaría Clarín si pudiera contemplar cómo ha sido el devenir de aquella provinciana, clerical y asfixiante Vetusta que inmortalizó en La Regenta. Tras su sorpresa inicial, posiblemente se adueñaría, como yo, de los piropos que Woody Allen le regaló a Oviedo siglos más tarde: deliciosa, bella, limpia, agradable… Y es que nada queda de aquella ciudad de viviendas viejas y negruzcas que describió en el XIX. Ni tan siquiera su imagen desangelada y gris de los ochenta pervive. Ahora Oviedo es una pieza más de un hermoso puzzle llamado Asturias, un capricho para los que aprecian la tranquilidad que solo se da en las pequeñas ciudades, donde todo el mundo parece conocerse.

Qué ver en Oviedo: un paseo por el casco antiguo

Mi historia con la capital del Principado de Asturias no arranca como en la novela de Clarín cuando «la heroica ciudad» dormía la siesta. Más bien despertaba a una mañana de viernes bajo un cielo blanquecino. Solo tenía un puñado de horas para conocerla, así que encaminé mis pasos hacia el casco antiguo, hacia la antigua ciudad medieval antaño amurallada.

Estatua de La Regenta. Oviedo

Allí me dio la bienvenida su vecina más universal, Ana Ozores, más conocida como La Regenta, perpetuada en forma de estatua delante de la casa que el escritor convirtió en su hogar. Aunque su frágil presencia contribuye a forjar la imagen de la Plaza de Alfonso II el Casto, la Catedral es la verdadera protagonista de este espacio delimitado por un conjunto de nobles edificios como el Palacio de Valdecarzana, la iglesia de San Tirso, el Palacio de la Rúa o la Casa de los Llanes.

Catedral de Oviedo. Que ver en Oviedo

Palacio de La Rua. Oviedo

Palacio de Valdecarzana. Oviedo

Bajo su majestuosa estampa, coronada por una única torre de 80 metros que Clarín retrató como un «índice de piedra que señala al cielo», este templo, que el tiempo dotó de trazas románicas, góticas y barrocas, alberga en su interior la Cámara Santa donde se custodian reliquias de la cristiandad como el Santo Sudario, además de la Cruz de la Victoria y la Cruz de los Ángeles, símbolos de Asturias y Oviedo.

Al salir, una placa en el suelo me recuerda que estoy en un punto clave del Camino de Santiago. A principios del siglo IX, el rey astur Alfonso II inició desde esta Catedral de El Salvador la primera de las peregrinaciones a Compostela para venerar la tumba de Santiago El Mayor y fundar allí la primera basílica en su honor. Ya lo dice una antigua copla medieval: «Quien va a Santiago y no va a El Salvador, visita al vasallo y no al Señor».

Camino de Santiago. Oviedo

Estatua de Alfonso II, rey de Asturias. Oviedo

En torno a la Catedral se arremolina la zona vieja que voy desgranando prácticamente en solitario. Son calles peatonales y empedradas que concentran la esencia de esta ciudad patrimonial, salpicadas de encantadoras plazoletas y más y más estatuas. Tantas que llegan al centenar haciendo de Oviedo un ecléctico museo de esculturas al aire libre. Como El regreso de Willams B. Arrensberg, un viajero recién llegado que detiene su paso en la Plaza Porlier para contemplar el Palacio de Camposagrado y la Universidad. O la Esperanza Caminando, una estudiante que custodia la entrada del Teatro Campoamor donde cada año se entregan los premios Príncipe de Asturias. En sus aledaños está la no exenta de polémica pero inevitablemente impactante obra de Eduardo Úrculo. Su nombre lo dice todo: Culis Monumentalibus.

Plaza Porlier. Oviedo

Teatro Campoamor. Oviedo

Culis Monumentalibus. Oviedo

Las bonitas fachadas modernistas y barrocas de la calle Cimadevilla me acompañan hasta la Plaza de la Constitución que parece diseñada para fortalecer la presencia del Ayuntamiento y la Iglesia de San Isidoro. En un lateral del consistorio veo los títulos que ostenta Oviedo: «Muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena». Honores de otra época vertidos a una ciudad que me seduce por momentos.

Calle Cimadevilla. Oviedo

Ayuntamiento. Que ver en Oviedo

Músico callejero. Oviedo

Iglesia de San Isidoro el Real. Oviedo

Sin darme cuenta me planto ante la estructura metálica del Mercado del Fontán. Oviedo por fin ha despertado y el pequeño rastro exterior empieza a tomar forma con puestos ambulantes de flores, ropa y todo tipo de cachivaches. En su interior, la vida transcurre tranquila. Apenas unos carritos de la compra cruzan los pasillos de este entrañable universo gastronómico. Sidra, quesos, pescados, fabes, compangos… Si quieres llevarte un trocito de Asturias a casa, éste es tu lugar. No me resisto a probar uno de sus dulces típicos, las casadiellas, deliciosas empanadillas rellenas de nuez, azúcar y anís que se deshacen en mi boca.

Mercado del Fontán. Oviedo

Mercado del Fontan. Que ver en Oviedo

Casadiellas y rosquillas caseras. Mercado del Fontan. Oviedo

De allí me dirijo a otro de los rincones con más encanto de Oviedo, la Plaza del Fontán, la Plaza del Pan de Clarín o ese «ruedo de casucas corcovadas» que Ramón Pérez de Ayala plasmó en su novela Tigre Juan. Un espacio porticado, rodeado de casas tradicionales que aseguran los ovetenses encierra el alma de la ciudad entre aperitivos y sidras.

Plaza del Fontan. Que ver en Oviedo

Como todavía es pronto para rendirme a la gastronomía local y mis piernas reclaman un alto en el camino, enfilo la comercial calle Uría rumbo al Campo de San Francisco. A la altura de Milicias Nacionales me encuentro con «un americano sorprendido en una ciudad que mezcla lo medieval y lo urbano». No son palabras mías sino de Santarúa, el escultor y pintor asturiano que dio forma a un paseante más, a un distraído y soñador Woody Allen que en su día también se fotografió junto a su hiperrealista alter ego de bronce.

Estatua de Woody Allen. Oviedo

Situado en pleno centro, el Campo de San Francisco es un remanso de 9 hectáreas poblado de tilos, arces, chopos y, cómo no, más estatuas, donde no faltan los estanques, el clásico templete de música y paseos con evocadores nombres como el paseo de los Curas o el del Bombé. Como curiosidad, a unos pasos de aquí creció el famoso Carbayón, un roble centenario que pasó a mejor vida con la expansión de la ciudad pero cuya memoria se perpetuó tras su tala dando origen al gentilicio popular de carbayones y, en su versión más dulce, a unos pasteles de almendra y yema bañados en azúcar.

Estanque en el Campo de San Francisco. Oviedo

Campo de San Francisco. Oviedo

Qué ver en Oviedo: el Bulevard de la Sidra

Visitar Oviedo y no dejarse caer por Gascona es un pecado que no se redime ni consiguiendo la Compostela. Y no es porque esté al lado del Camino Primitivo sino porque esta calle, conocida como el Bulevar de la Sidra, copa el récord de sidrerías por metro cuadrado de la ciudad. El Pigüeña, La Pumarada, El Ferroviario, Villaviciosa, La Noceda, Tierra Astur… Chigres para todos los gustos y bolsillos donde tomar unos culines de sidra, tapear o saborear algunos clásicos de la cocina asturiana entre ovetenses y foráneos. Como ya había probado el cachopo en Gijón, recargué baterías con la sempiterna fabada. Original que es una.

Gascona. Oviedo

Fabada asturiana. Oviedo

Qué ver en Oviedo: Santa María del Naranco y San Juan de Lillo

El reloj seguía apremiándome con sus imparables manecillas. Mi estancia tocaba a su fin y aún me faltaba por conocer uno de los motivos que me habían traído hasta aquí: el prerrománico asturiano que cobija el monte Naranco. Una carretera serpenteante me llevó hasta la ladera del guardián verde de Oviedo que me regaló una espectacular panorámica de la ciudad adornada o afeada, para gustos los colores, por la silueta del polémico legado de Santiago Calatrava, el Palacio de Congresos.

Vista de Oviedo desde el monte Naranco

Como buena alumna en mis días de instituto, llevaba la lección aprendida. Sabía que iba a encontrarme con dos de las más depuradas y armónicas muestras de este estilo propio del reino cristiano de Asturias, Santa María del Naranco y San Juan de Lillo. Preguntar cuál me gustó más es casi tan absurdo como hacer escoger a un niño entre papá y mamá. La primera es una edificación civil, la segunda una iglesia, ambas Patrimonio de la Humanidad, ambas del siglo IX. La estructura perfectamente simétrica de Santa María y su sala superior flanqueada por dos miradores, la decoración escultórica y las pinturas murales de Lillo… No te preocupes si suspendiste historia del arte, tanto el Centro de Interpretación como las visitas guiadas te ayudarán a desentrañar la historia que encierran estos dos monumentos que por sí solos ya justifican una visita a Oviedo.

Centro de Interpretación del prerrománico asturiano. Oviedo

Santa María del Naranco. Oviedo

Vista de Oviedo desde Santa María del Naranco

San Miguel de Lillo. Oviedo

Visita que yo misma me he propuesto repetir. No tuve tiempo para acercarme a San Julián de los Prados, ni al Museo de Bellas Artes de Asturias, ni callejear tanto como hubiese querido, ni tan siquiera puede exprimir las noches de la capital. Eso sí, unas horas bastaron para quedarme prendada de esta ciudad, novelada como pocas, que se mueve entre el espíritu señorial de otras épocas y la Asturias del siglo XXI. Y ahora que ya sabes qué ver en Oviedo, ¿te animas a visitarla?

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Aviso para navegantes: Si quieres viajar a Oviedo como quien regresa a un lugar ya conocido y recorrerla a partir de los lugares que habitaron los personajes de La Regenta, te recomiendo que navegues por la Ruta Clariniana. Un itinerario virtual desarrollado por la Universidad de Oviedo con el que podrás descubrir Vetusta siguiendo la estela de Clarín.

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