París con padres (en este caso los míos)

París con padres (en este caso los míos)

París con niños, París para románticos, el París más bohemio, cafés de París… La blogosfera está llena de tantas entradas sobre la ciudad de la luz que se diría que ya está todo contado. Yo te propongo un nuevo enfoque. Cómo preparar un viaje a París cuando viajas con personas mayores. O lo que es lo mismo, cómo diseñé nuestra estancia en la capital francesa para que la delicada salud de mi madre no nos impidiera cumplir el sueño de mi padre: conocer París.

Estación de Metro Saint-Michel. París

Vuelo a París

El vuelo no suponía ningún problema. Volamos con Air Europa y, salvo un pequeño retraso en la ida, todo perfecto. Aterrizamos en el aeropuerto de Orly y desde allí cogimos un taxi hasta el que fue nuestro barrio por unos días: Saint-Germain-des-Près. Precio del trayecto 42€ (no era hora punta y el tráfico iba bastante bien). La cara de felicidad de mis padres al ver la Torre Eiffel a lo lejos por las ventanillas: no tiene precio.

Alojamiento en París

Desde el primer momento tuve muy claro que debía buscar un aparthotel. Quería un sitio agradable en el que pudiéramos descansar y tener la posibilidad de comer o cenar allí cuando no nos apeteciera salir. Tras rastrear la Red a fondo, di con los Citadines Apart’hotels, una cadena internacional que solo en París tiene 16 residencias. Al final me decanté por el Citadines Prestige Saint-Germain-des-Prés porque, a pesar de no ser la opción más económica, reunía todo lo que andaba buscando: una ubicación inmejorable a orillas del Sena y muy cerquita de la Île de la Cité, bien comunicado y en un barrio cómodo para pasear y lleno de atractivos.

Nuestro apartamento, moderno y funcional, estuvo a la altura de nuestras expectativas y del precio que pagamos por él. Un total de 1,610€ por 5 noches, tasa de estancia incluida. Dormitorio con cama de matrimonio, sofá cama en el salón, cocina bien equipada, conexión a Internet gratis vía cable y wifi, plancha, servicio de limpieza diario… Otra de las cosas que me gustaron de este aparthotel, además del trato recibido, es que en el lobby tienen varios ordenadores de uso gratuito y una máquina de café a disposición de los clientes. Pequeños detalles que marcan la diferencia.

El salón de nuestro apartamento en París

El dormitorio de nuestro apartamento en París

Transporte en París

Movernos por París era lo que más me preocupaba. Utilizar la red de metro e ir localizando las estaciones con ascensor para evitar que mi madre tuviera que subir escaleras se me antojaba una tarea no imposible pero sí agotadora. Encontré la solución con Paris L’Opentour, una de las muchas compañías de autobuses turísticos que operan en la ciudad. Escogí esta y no otra porque a pocos metros de nuestro aparthotel teníamos tres paradas de las rutas Paris Grand Tour, Montparnasse-Saint Germain y Bastille-Bercy. Más cómodo, imposible. Para conectar con la cuarta ruta (Montmartre-Grands Boulevards) cambiábamos de autobús en la Place de la Madeleine.

Además, buceando por la web de la tienda online de Atout France descubrí que hay un pase combinado que engloba el bus turístico y las 8 escalas que el Batobus realiza por el Sena (Paris à la carte: Bono Opentour 3 días + Batobus 46€ por persona). Perfecto para nosotros. Yo los compré en las oficinas de Atout France de Madrid de la calle Serrano, 16. Si los compras online, debes saber que este tipo de entrada se envía por correo electrónico sin ningún cargo de expedición.

Opera Nacional de París Palais Garnier L'Opentour. París

Torre Montparnasse

Desde Montmartre, desde la Torre Eiffel, subiendo al Arco del Triunfo, desde la última planta de las Galerías Lafayette… Todo el que ha estado en París sabe que hay muchísimas opciones para disfrutar de su espectacular skyline.

De todas ellas, la que más ilusión nos hacía era subir a la Torre Eiffel pero pronto descartamos esta idea por las colas, las aglomeraciones y, sobre todo, por el vértigo que sufre mi madre. Nuestra alternativa para contemplar París a vista de pájaro fue la Torre Montparnasse, la segunda torre más al alta de la ciudad. Gran elección. Una de las paradas de L’Opentour nos dejó muy cerca y no hicimos nada de cola para subir al ascensor que en 38 segundos -dicen que es el más rápido de Europa- nos llevó hasta la planta 56. Una vez allí las vistas son impresionantes. A 196 metros de altura, París se transforma en una inmensa maqueta que puedes ir descubriendo a través de sus grandes cristaleras. La Torre Eiffel, los Inválidos, el Louvre, el Sacré-Coeur, el cementerio de Montparnasse, Notre-Dame…

Vista de la Torre Montparnasse desde los Jardines de Luxemburgo. París

Panorámica de París desde la Torre Montparnasse

Aquí puedes comprar las entradas para la Torre Montparnasse donde os esperan unas vistas impresionantes vistas de la ciudad a 200 metros de altitud. Esta torre es accesible para personas con movilidad reducida hasta el piso 56. Desde este piso, solamente se puede subir al piso 59 por las escaleras (3 pisos andando).

Crucero por el Sena

El paseo en barco por el Sena a bordo del Batobús fue uno de los momentos más mágicos de nuestro viaje. Hicimos el recorrido completo de un tirón porque para llegar a la mayoría de las paradas hay que bajar largos tramos de escaleras. Al contrario que en el bus turístico no hay servicio de auriculares y los asientos no son muy cómodos que digamos, pero estos pequeños inconvenientes se diluyen en cuanto zarpas y empiezas a ver París desde la perspectiva del río. Si tuviera que quedarme con una imagen, elegiría sin duda la llegada al Puente Alejandro III. Si ya me fascinó en tierra con sus farolas, ninfas y querubines, su imponente estampa desde el Sena acabó de enamorarme.

Batobús. París

MÁS CRUCEROS POR EL SENA:

Crucero por el Sena con cena gourmet: admirar los monumentos de París iluminados disfrutando de una cena de lujo a bordo de un barco panorámico es lo que define una escapada perfecta. El paseo en barco tiene una duración de dos horas -de 21:15 a 23:30-, y se realiza al anochecer.

Torre Eiffel + Crucero por el Sena: navegar por el Sena disfrutando de las vistas de París y subir al mirador de la Torre Eiffel, son dos experiencias imprescindibles. Además, sin colas y con audioguía en español.

Tour por París, paseo en barco y Torre Eiffel: esta excursión es perfecta para descubrir París desde todos los puntos de vista. Incluye un tour en bus, un crucero de una hora por el Sena y la entrada sin colas a la Torre Eiffel.

Notre-Dame desde el batobus. París

La Torre Eiffel desde el batobus. París

Paris la Nuit

Como despedida, la última noche hicimos un circuito nocturno en autobús por las calles de la ciudad. Para ser sincera, como no sabía cómo iba a responder mi madre con tanto ajetreo, no lo reservé con antelación por lo que me tocó rastrear por Internet todas las compañías que ofrecían este servicio. Imposible. No había plazas. Ya estábamos totalmente resignados cuando al salir a dar una vuelta por el barrio nos percatamos de que teníamos al lado una agencia de excursiones. Entré aguantando la respiración hasta que la chica del mostrador, en un español más que aceptable, me dijo que sí  había plazas y que nos abrigáramos bien porque se esperaba una noche bastante fría y el autobús era descubierto. Tendrías que haberme visto cuando salí de la agencia con los billetes en la mano: parecía que me había tocado la lotería. ¿Qué te puedo contar del recorrido? Pues que si Paris de día es precioso, de noche, con los juegos de luces iluminando sus principales monumentos, es sencillamente espectacular y te deja sin palabras.

Arco de Triunfo. París

Si no quieres que te pase como a mí, te recomiendo que reserves un tour nocturno por París con anterioridad.

Moulin Rouge. París

El día a día en París

Con lo que ya te he contado hasta ahora podrás imaginar cómo fue nuestro día a día en París. Por la mañana desayunábamos en el aparthotel tranquilamente, si tocaba nos acercábamos a comprar al Carrefour que teníamos a un par de calles, y directos al bus turístico. Nunca he explotado tanto un servicio como éste. Hicimos las cuatro rutas completas e incluso repetimos para bajar en paradas imprescindibles como Trocadéro, la Torre Eiffel, la Place des Vosges o el Louvre.

Por las tardes, paseábamos por Saint-Germain-des-Près, nos tomábamos un café en el barrio Latino o nos sentábamos en un banco a contemplar la puesta de sol sobre Notre-Dame. Una de esas tardes, mi madre decidió quedarse en el apartohel porque se encontraba bastante cansada y nos animó a ir por libre. Yo tenía claro dónde quería ir: a Montmartre. Con ella hubiera sido imposible por lo empinado de las calles pero con mi padre, mucho más en forma que la que escribe, quien acabó literalmente agotada fui yo. Fuimos hasta la parada de Pigalle en metro y desde allí a la Place des Abbesses, al Sacré-Coeur, a la Place du Tertre, al Moulin de la Galette… Mi padre se compró una camiseta con el cartel del Chat Noir de Steinlen y yo, lo confieso, unas tazas para el desayuno.

Sacré-Coeur. París

Y hasta aquí las claves de cómo planifiqué este viaje a París con mis padres. Ellos quedaron encantados con la experiencia pero no tanto como yo. El dvd con el montaje de las fotos que les hice tras el viaje está en un lugar preferente de su comedor. Dicen que lo han puesto allí para no perderlo…