Trattoria Montepaolo. Dovadola (Italia)

Trattoria Montepaolo. Dovadola (Italia)

Para concluir la serie de reportajes dedicados a la provincia italiana de Forlì-Cesena, quiero hablarte de la Trattoria Montepaolo, un restaurante que pude conocer durante el #buonvivere blog tour y que me dejó, y nunca mejor dicho, un magnífico sabor de boca.

Una de las grandes bazas de esta trattoria es, sin duda, su ubicación. Está situada en una de las colinas que rodean el pequeño pueblo de Dovadola, aislada en plena naturaleza, en un entorno privilegiado y tranquilo desde el que se divisa el mar Adriático en los días despejados. No me extraña que el chef Franco Gamberini y su esposa, Eleonora Pezzi, se quedaran prendados de este lugar y quisieran materializar aquí el sueño de abrir su propio restaurante. Eso fue en 2001 y con el paso de los años, a base de tesón y mucho esfuerzo, han conseguido su propósito: convertirlo en todo un referente de la gastronomía local.

Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Detalle de uno de los salones de la Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

La decoración del restaurante, obra de Eleonora, es sencillamente preciosa. Un ambiente rústico y acogedor lleno de pequeños detalles destinados a crear una cálida atmósfera en la que es imposible no sentirse a gusto. Chimeneas, grandes ventanales, coquetos comedores, un jardín de cuento de hadas…

Comedor principal de la Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Jardines de la Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

El gusto del chef Gamberini por las cosas buenas y genuinas se nota en cada una de las especialidades que se elaboran en esta trattoria. Una cocina que se inspira en los sabores tradicionales de la Romagna y la Toscana, y que cambia varias veces al año para incluir los productos de cada temporada y garantizar la frescura de los platos que aquí se sirven.

Para elaborar nuestro menú nos dejamos aconsejar por el propio chef que, en cuanto tomamos asiento, se acercó a nuestra mesa para saludarnos y darnos la bienvenida. Como entrantes, nos sugirió una ensalada de setas frescas con queso parmesano y unas tartaletas rellenas de queso di fossa y regadas con salsa de peras. Los platos principales, como no podía ser de otra manera, eran de pasta. Y es que en este restaurante, la pasta al igual que el pan se elaboran de manera artesanal. Los platos que probamos fueron unos tortellinis de calabaza con parmesano, tocino y puerro, y dos de las especialidades más típicas de esta zona, los passatelli y las taglatelli al ragu di Chianina. Para acompañar este desfile de sabores, a cual más delicioso, nos ofrecieron una cuidada selección de vinos locales en la que no faltó el gran embajador de estas tierras, el Sangiovese. Si no recuerdo mal, yo fui la única que no probó los dulces de Eleanora, no porque no tuvieran una pinta estupenda, sobre todo la tarta de manzana, es que no podía comer nada más.

Ensalada de setas frescas con queso parmesano. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Tartaletas rellenas de queso di fossa. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Passatelli. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia Tortellinis de calabaza con parmesano, tocino y puerro. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Si recuerdas mi anterior entrada sobre los sabores de Forlì-Cesena, fue en este restaurante donde aprendimos a cocinar la famosa piadina romagnola. Tras concluir el taller, pude disfrutar de una animada charla con sus dueños en la que les expresé lo mucho que me había gustado su restaurante. También les dije que cuando volviera a España lo recomendaría a mis lectores. Y como lo prometido es deuda…

Trattoria Montepaolo Via Monte Paolo, 55 – 47013 Dovadola (FC)

Nota: Este post forma parte de mi viaje por la provincia de Forlì-Cesena durante el Buonvivere Blog Tour, organizado por la Settimana del Buon Vivere en colaboración con 21grammy.

Forlì, un mañana en el corazón de la Romagna

Forlì, un mañana en el corazón de la Romagna

Continuando con la serie de reportajes dedicados a la provincia italiana de Forlì-Cesena, nos acercamos ahora hasta Forlì, una de las ciudades que pude conocer durante el #buonvivere blog tour y que te recomiendo visitar si tienes previsto viajar a Emilia-Romagna.

Forlì está a 73 km. de Bolonia y el trayecto en tren entre ambas ciudades dura aproximadamente unos 40 minutos. Su céntrica posición, en el valle del Po y en plena Via Emilia  -la calzada romana de la que toma nombre la región a la que pertenece-, ha contribuido notablemente a su carácter de cruce de caminos y encrucijada cultural. No en vano, si por algo se caracterizaba esta calzada era por unir los principales centros urbanos de esta región que pronto pasaron a ser considerados, como la propia Forlì, ciudades del arte.

Al igual que Cesena, Forlì es una ciudad a escala humana, de unos 120.000 habitantes, cuya principal baza es el patrimonio artístico, arquitectónico y cultural que posee. Fruto de la historia, sí, pero también del esfuerzo que se te está llevando a cabo para rehabilitar muchos de sus monumentos y recuperar otros espacios de la ciudad.

Piazza Aurelio Saffi. Forlì

En Forlí, la vida gira en torno a la Piazza Aurelio Saffi, donde convergen los cuatro corsos principales que atraviesan la ciudad: Corso Díaz, Corso Garibaldi, Corso della República y Corso Mazzini. Cada una de estas avenidas aporta su granito de arena para crear un casco antiguo con mucho encanto, salpicado de comercios, restaurantes y tiendas de moda que comparten acera con impresionantes palacios y antiguas iglesias. El ambiente que se respira, más aún en una lluviosa y encapotada mañana de domingo, es de absoluta tranquilidad, acorde con el relajado y placentero rimo de vida que, de hecho, caracteriza a toda la zona de Emilia-Romagna.

Corso G. Garibaldi. Forlì. Italia

Palazzo Monte di Pietà. Forlì. Italia

La Piazza Aurelio Saffi es el corazón de la ciudad y en ella podemos ver una interesante combinación de estilos arquitectónicos. La belleza austera de los edificios que la rodean, como el Ayuntamiento (Palazzo Comunale), que data del siglo XIV, el Palazzo delle Poste o la Iglesia del Suffragio, hacen de esta plaza, una de las más grandes de Italia, un lugar muy especial en el que el peso de la historia puede sentirse a cada paso.

Palazzo Comunale. Forlì.

Palazzo delle Poste. Forlì. Italia

En el centro de la plaza se encuentra el monumento a Aurelio Saffi, afamado estadista y triunviro durante la República Romana en 1849, y, a su derecha, la Basílica de San Mercuriale, el monumento más representativo de Forlì. Esta antigua abadía cuenta con un imponente campanario románico que recuerda al de San Marcos en Venecia y con numerosas obras de arte en su interior entre las que destacan los cuadros del pintor forlivés Marco Palmezzano.

Basílica de San Mercuriale. Forlì. Italia

Saludando al párroco de la Basílica de San Mercuriale. Forlì. Italia

Detalle de una de las capillas de la Basílica de San Mercuriale. Forlì

Una de las cosas que más me llamó la atención en esta visita fugaz a Forlì fue descubrir el llamado Itinerario del Ventenio. Sinceramente, antes de este viaje, desconocía que Forlì también era conocida como «la ciudad del Duce». En realidad, Mussolini nació en Predappio, a unos diez kilómetros, pero se centró en Forlì para saciar sus ansias de monumentalismo triunfal.

Estación de tren de Forlì. Italia

De este modo, en Forlì podemos encontrar numerosos ejemplos de arquitectura racionalista, un movimiento artístico que se desarrolló en la Italia de los años 20 con el objetivo de diseñar un nuevo estilo que se adaptase mejor al régimen fascista. Uno de los edificios que quizás mejor evidencian esta tendencia, que fomenta la construcción de grandes monumentos públicos como expresión de poder, es la estación de tren de Forlì, diseñada por el ingeniero Ezio Bianchi en 1924. En aquellos años, la estación era la puerta de entrada a la ciudad, la nueva frontera, y ante ella se levantó una amplia avenida, hoy Viale della Libertà, en la que podemos encontrar más ejemplos de arquitectura fascista como el Istituto Técnico Industriale A. Mussolini, el Collegio Aeronautico o la Casa del Balilla. Como podrás imaginar, el contraste de esta zona con el casco viejo de Forlì es brutal. No tiene nada que ver, son como dos ciudades distintas.

Izq. Istituto Tecnico Industriale A. Mussolini. Dcha. Casa del Balilla. Forlì

Como te comentaba al principio de este artículo, Forlì es uno de los centros culturales más importantes que podemos encontrar en Emilia-Romagna. Numerosas galerías de arte, centros de exposiciones, bibliotecas y museos forman parte de su fisonomía y contribuyen a fortalecer su imagen de ciudad del arte. Por razones de agenda, solo pudimos visitar uno de estos espacios, el Museo San Domenico (Piazza Guido da Montefeltro, 12).

Museo San Domenico. Forlì.

Este museo está situado en un gran complejo conventual formado por cinco edificios -el Palazzo Pasquali, la iglesia de Santiago Apóstol, el Convento de los Dominicos, el Convento de los Agustinos y Sala Santa Caterina-, y alberga una completísima pinacoteca con obras que van desde el siglo XII hasta el siglo XVIII. Cuadros de Marco Palmezzano, Livio Modigliani, Baldassarre Carrari, Nicolò Rondinelli… También resulta muy interesante la decoración pictórica de la zona del refectorio del antiguo Convento de los Dominios. Sus frescos, aún estando en precario estado de conservación, son magníficos.

Frescos del refectorio del Convento de los Dominicos. Forlì.

Si te estás preguntando si una mañana basta para conocer Forlì, la respuesta es no. Nosotras nos dejamos en el tintero otros imprescindibles de Forlì como son la fortaleza di Ravaldino, el Duomo, el Oratorio di San Sebastiano o el Santuario di Santa Maria delle Grazie. No importa. Ya tengo excusa para volver.

Nota: Este post forma parte de mi viaje por la provincia de Forlì-Cesena durante el Buonvivere Blog Tour, organizado por la Settimana del Buon Vivere en colaboración con 21grammy.

Más información: Turismo Forlivese (en italiano y en inglés).

Los sabores de Forlì-Cesena (Emilia-Romagna. Italia)

Los sabores de Forlì-Cesena (Emilia-Romagna. Italia)

Durante mi blog tour por Forlì-Cesena tuve ocasión de disfrutar plenamente de la gastronomía de esta provincia italiana. No podía ser de otra manera teniendo en cuenta que el leitmotiv de esta convocatoria era el buen vivir… ¿O es que acaso alguien duda que rendirse a los placeres de la buena mesa no forma parte de la esencia de vivir bien?

He de confesar que si no he ganado algún kilo de más en este viaje ha sido porque nuestro apretado programa nos tenía todo el día arriba y abajo. Porque comer, he comido y mucho. Desde siempre me ha encantado la cocina italiana y tras estos días en Forlì-Cesena, solo puedo decir que aún me gusta más. De hecho, los únicos «souvenirs» que me he traído de vuelta han sido queso y vino.

Comida en el agroturismo Castrum Sagliani. Cesena. Italia

Además, y aquí debo felicitar a los organizadores del #buonvivere blog tour por tener muy claro que el viajero del siglo XXI lo que busca son experiencias, no nos asomamos a la gastronomía de esta zona como meras espectadoras sino que literalmente nos manchamos las manos vendimiando y participando en la elaboración de algunas de sus especialidades típicas.

¿Me acompañas en este recorrido enogastronómico?

PIADINA

En ningún menú puede faltar la piadina romagnola, el producto más famoso de esta provincia. Un exquisito pan, elaborado con harina de trigo, que ya se consumía en la época de los romanos. Nosotras aprendimos a cocinarla en el taller que nos prepararon en la Trattoria Montepaolo de Dovadola. Aquí te dejo la receta del chef Franco Gamberini por si te animas.

Piadina y embutidos. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Ingredientes:

Harina de trigo (1 kilo.). Manteca de cerdo (200 g.).

Leche (200 g.). Agua (320 g.). Sal (20 g.). Levadura en polvo (30 g.)

Come si fa? Coloca la harina en una superficie de trabajo lisa. Abre un hueco en el centro y añade la manteca de cerdo, la leche, la sal y la levadura en polvo. Mézclalo todo con los dedos, añadiendo agua tibia hasta crear una masa suave e uniforme, y déjala reposar durante 30 minutos. A continuación, divide la masa en porciones de unos 200 gramos cada una y estíralas con un rodillo hasta conseguir un grosor de 1 cm. Pínchalas con un tenedor y cocínalas en una sartén antiadherente por ambos lados hasta que las burbujas de la masa estén bien tostadas. ¡Listas! Córtalas en porciones y cómetelas como prefieras, rellenas o como acompañamiento de quesos y embutidos. Si quieres, también puedes freír la masa en aceite bien caliente. ¡Buon appetito!

En la cocina de laTrattoria Montepaolo con el chef Franco Gamberini. Dovadola. Italia

Piadina frita.Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

PASTAS: PASSATELLI Y TAGLIATELLE

Mamma mia… ¡La pasta! Da igual si es seca o fresca. Soy una incondicional de la pasta italiana. Gnocchi, spaghetti, penne, fetuccini, ravioli, lasagne, tortellini… En Emilia-Romagna la preparan de mil formas pero, sin duda, me quedo con sus dos especialidades más típicas: los passatelli y las tagliatelle.

Los passatelli es una sencilla y sabrosa sopa con pasta que tradicionalmente preparaban los campesinos de esta zona para calmar el hambre en los fríos días de invierno. Sus característicos fideos gordos se elaboran con pan rallado, queso parmesano, huevo, nuez moscada, ralladura de limón y caldo de pollo. En la Trattoria Montepaolo probamos su receta de passatelli su crema di porro e formaggio di fossa. ¡Una delicia! También pudimos degustar otra de sus especialidades: las tagliatelle al ragu di Chianina.

Passatelli. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Tagliatelle. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

QUESOS

Los que me conocen ya saben que lo mío con el queso es puro vicio y que no me resisto a probarlo en cualquiera de sus presentaciones. Durante estos días en Italia he probado tres que me han dejado un fantástico sabor de boca: el squacquerone, el formaggio di fossa y el que para mí es el rey de los quesos italianos, el parmigiano reggiano.

El squacquerone di Romagna es un queso fresco y cremoso que suele tomarse como acompañamiento de la piadina. Su origen es muy antiguo y también está vinculado al mundo rural. La leche de vaca que se utiliza para su producción proviene exclusivamente de las explotaciones situadas dentro de los Apeninos romañolos. Otra especialidad local es el formaggio di fossa, que pede ser de pura leche de oveja o una mezcla de leche de oveja y vaca. Su nombre hace referencia a su proceso de elaboración ya que se deja madurar durante tres meses en una especie de cuevas excavadas en la tierra. Las especiales condiciones de temperatura y humedad de estas «fossas» le proporcionan un sabor picante y un fuerte aroma.

Squacquerone di Romagna

Parmigiano Reggiano

Por último, déjame hablarte de una de las joyas de la gastronomía italiana, el parmigiano reggiano. Un queso curado, amparado en la D.O. Parmigiano-Reggiano, de inconfundible sabor y olor, que se elabora como hace ocho siglos, de forma natural y artesanal. En pequeñas porciones, rallado sobre platos de pasta y ensaladas, regado con aceite de oliva o vinagre balsámico de Módena… Cualquier opción es válida cuando se trata de un buen parmigiano.

VINOS

Italia, la antigua “Enotria” (tierra de vinos) griega, es uno de los principales productores de uva del mundo. Emilia-Romagna es solo una de sus 20 regiones vinícolas. En esta zona, limitada al norte por el Po y al oeste por los Apeninos, bajo la influencia climática del Adriático, las cepas más cultivadas son la albana, la sangiovese y la trebbiano. Para acercarnos a la cultura del vino, tan arraigada en estas tierras, los organizadores del #buonvivere nos prepararon sendas visitas a dos bodegas de Forlì-Cesena: Altavita y Tenuta Masselina.

Viñedos de Altavita. Cesena. Italia

El paisaje que rodeada a las bodegas Altavita es una preciosidad. 20 hectáreas de viñas, olivares y frutales que dominan el horizonte, entre las primeras colinas de Cesena y y Sorrivoli. El entono ideal para el cultivo de las uvas sangiovese y albana. Recuerdo con especial cariño esta visita porque aquí pudimos participar en el proceso de la vendimia, seleccionando a mano cada uno de los racimos. Una tarea laboriosa, cansada, pero muy gratificante ya que el año que viene el fruto de mi trabajo estará listo para ser degustado. De entre todos los vinos que probamos en la cata posterior a la vendimia, me quedo con el Tempora 2007 Reserva, un Sangiovese extraordinario.

Una tarde de vendimia en los viñedos de Altavita. Cesena. Italia

Evoca y Tempora, dos exquisitos Sangioveses de las bodegas Altavita. Cesena. Italia

Por su parte, la visita a los viñedos de Tenuta Masselina fue un auténtico paseo por las nubes. El día amaneció nublado y la bruma del cercano Adriático cubría el hermoso paisaje que discurre entre las llanuras de Imola y Faenza. En esta bodega, además de producir excelentes caldos como el 147 (100% Chardonnay) o el 138 (100% Sangiovese), elaboran el denominado Vino delle Anfore, un vino que, según nos explicaron, nace de la unión entre la tierra, el hombre, el arte y la cultura de la antigua Romagna. ¿Su principal característica? Su fermentación se realiza en barriles de terracota.

Viñedos de Tenuta Masselina. Italia

Vinos de Tenuta Masselina. Italia

Ánforas de Tenuta Masselina

CAFÉ

En Italia, un café solo o espresso es mucho más que una pequeña taza de café fuerte. Es todo un arte. Uno de sus símbolos gastronómicos más importantes. Para conocer todos los secretos que se esconden detrás de un buen espresso, visitamos las instalaciones de la empresa Torrefazione Estados Cafè en Forlí. El procesamiento, el tostado, el mezclado, la forma de prepararlo, la correcta actuación del camarero… Cada detalle suma y cuenta para conseguir un auténtico espresso italiano.

Un espresso en Estados Cafè

Nota: Este post forma parte de mi viaje por la provincia de Forlì-Cesena durante el Buonvivere Blog Tour, organizado por la Settimana del Buon Vivere en colaboración con 21grammy.

Cesena, el legado de los Malatesta

Cesena, el legado de los Malatesta

Cesena es uno de los motivos por los que he vuelto, una vez más, enamorada de Italia. Una ciudad que se mueve al ritmo de las dos ruedas -casi imposible captar una imagen suya sin que una bicicleta se cuele en tu encuadre-, de rancio abolengo, de edificios únicos y de gente amable y cercana. Una ciudad que sabe a piadina y a squacquerone. Que hay que degustar a paso lento, sorbo a sorbo. Como se debe tomar el Sangiovese, uno de sus vinos más preciados.

Bicicletas en Cesena. Italia

Callejeando por Cesena. Italia

Si tienes previsto visitar esta ciudad, lo primero que debes saber es que Cesena es una localidad que puedes recorrer a pie ya que sus principales puntos de interés están muy cerca. Así que olvídate del transporte público, hazte con un buen mapa en la oficina de turismo (Piazza del Popolo, 15) y descubre a tu ritmo los mejores rincones de la que es, junto a Forlì, una de las dos capitales de la provincia de Forlì-Cesena.

Un buen punto de partida para empezar a desentrañar los secretos de Cesena es la propia Piazza del Popolo. Esta plaza fue construida a principios del siglo XV por orden de la Casa Malatesta, una familia italiana que gobernó esta ciudad y a la que Cesena debe buena parte de su rico patrimonio artístico y monumental. Cuando la visité, un sábado por la mañana, verdaderamente hacía honor su nombre. Era día de mercado y era prácticamente imposible disfrutar de su fisonomía con tanta gente fisgoneando entre las paradas. Puestos de ropa, caramelos, bolsos y maletas… Un mercadillo en toda regla. Suerte que pudimos regresar unas horas más tarde para recorrerla ya vacía.

Sábado de mercado en la Piazza del Popolo. Cesena. Italia

Piazza del Popolo. Cesena. Italia

Aquí, además del Ayuntamiento, situado en el Palazzo Albornoz, se encuentra uno de los símbolos más universales de la ciudad, la Fontana Masini, una preciosa fuente construida en piedra blanca de Istria en 1588, diseñada por Francesco Masini, un arquitecto local que pertenecía a una de las familias patricias más ilustres de la ciudad.

Fontana Masini. Piazza del Popolo. Cesena. Italia

Justo detrás de esta fuente, una empinada calle empedrada nos lleva hasta las inmediaciones de la Rocca Malatestiana, una de las fortalezas más imponentes que podemos encontrar en Emilia-Romagna. Aunque se empezó a construir por iniciativa de Galeotto Malatesta en 1380, hasta 1480 no finalizaron las obras de este complejo defensivo que domina la ciudad. Precisamente gracias a su ubicación, sobre la colina de Garampo, nos ofrece unas espectaculares vistas de la ciudad cuando recorremos su cinturón de murallas. En días despejados, incluso se puede ver el mar Adriático ya que está a tan solo 15 kilómetros. En su gran patio interior destacan dos torres: la Torre Palatium -sede del Museo de Historia de la Agricultura- y la Torre Maestra que alberga una interesante colección de armaduras de la época.

La Rocca Malatestiana. Cesena. Italia

Recorriendo las entrañas de la Rocca Malatestiana. Cesena. Italia

Cesena desde las murallas de la Rocca Malatestiana

Si volvemos sobre nuestros pasos y salimos de la Piazza del Popolo por la siempre animada Vía Zeffirino Re, enseguida llegaremos al Palazzo del Ridotto y al Duomo di San Giovanni Battista. En el Palazzo del Ridotto, una gran escultura de bronce honra la figura de Pío VI. Como nos explicó nuestra guía, Elena Righi, Cesena se conoce como la «ciudad de los tres papas» aunque en realidad solo dos nacieron aquí:  Pío VI y Pío VII. Eso sí, también fue sede del obispado de Pío VIII y de ahí su sobrenombre.

Músico callejero en la Vía Zefferino Re. Cesena. Italia

Palazzo del Ridotto. Cesena. Italia

Por su parte, el Duomo de Cesena nos muestra una fachada exterior, sobria, sencilla y típicamente románica, que poco tiene que ver con los tesoros que alberga en su interior. Como la Capilla de la Madonna del Popolo, una de las más bonitas que he visto durante este viaje, con sus columnas corintias de mármol policromado y sus frescos de Corrado Giaquinto.

Piazza Giovanni Paolo II y Duomo di San Giovanni Battista. Cesena. Italia

Capilla de la Madonna del Popolo. Duomo di San Giovanni Battista. Cesena

Muy cerca de aquí se encuentra uno de esos rincones que por sí solos ya justifican la visita a esta ciudad. Te hablo de la Biblioteca Malatestiana. Este espacio, levantado en 1447 por voluntad de Malatesta Novello, está considerado la obra maestra de las bibliotecas humanístico-conventuales ya que ha llegado intacta hasta nuestras días conservando la misma estructura y el mobiliario que lucía en el siglo XV. No puedo mostrarte ninguna foto de su interior porque está prohibido fotografiar la sala absidal de tres naves en la que se conservan sus 340 valiosos códices. De hecho, para no alterar el microclima ni las condiciones de temperatura y humedad de la sala, aquí jamás se ha empleado la electricidad, ni siquiera una vela, y solo se puede entrar en grupos reducidos y siempre bajo la atenta mirada de su vigilante. Pude contemplarla solo un par de minutos, pero te aseguro que el fue el momento más fascinante que viví en Cesena. Sentí como nunca el peso de la historia sobre mis hombros. La tímida luz de la mañana entrando por los ventanales, el silencio, los manuscritos reposando en el mismo lugar que fueron dejados… Casi 600 años de historia frente a mí. Dos curiosidades más: fue la primera biblioteca pública de Italia y forma parte del programa Memoria del Mundo de la UNESCO. El precio de la entrada es de 5€ pero es una visita guiada.

Donde sí está permitido tomar fotografías es en el resto de dependencias que forman parte de esta biblioteca, como la Biblioteca Antica, donde se conservan cerca de 250.000 volúmenes, entre ellos 287 incunables y manuscritos que van del siglo XVI al siglo XIX.

Biblioteca Antica. Cesena. Italia

Manuscrito de la Biblioteca Antica. Cesena. Italia

La última parada que realizamos en Cesena nos llevó hasta el Teatro Alessandro Bonci (Piazza Mario Guidazzi). Se inauguró en 1846 y hoy está considerado uno de los mejores teatros de la región gracias a la perfección de su acústica.

Piazza Mario Guidazzi y Teatro Alessandro Bonci. Cesena. Italia

Interior del Teatro Alessandro Bonci. Cesena. Italia

Nota: Este post forma parte de mi viaje por la provincia de Forlì-Cesena durante el Buonvivere Blog Tour, organizado por la Settimana del Buon Vivere en colaboración con 21grammy.

Buonvivere Blog Tour: primeras impresiones de estos días en Forlì-Cesena

Buonvivere Blog Tour: primeras impresiones de estos días en Forlì-Cesena

Acabo de volver de Italia y ya la echo de menos. Será por la proximidad geográfica, por el carácter mediterráneo que compartimos, por la historia que cuenta cada una de sus ciudades, por su gastronomía…  No lo sé. Lo único cierto es que en Italia me siento como en casa. ¿Por qué no decirlo? La bota de Europa que me tiene completamente enamorada desde que puse por primera vez mis pies en ella con diecisiete añitos.

Estos días que he pasado recorriendo la provincia de Forlì-Cesena en el #buonvivere blog tour no han hecho sino confirmármelo. Gracias a mi anterior viaje a Cesenatico, ya conocía un pedacito de la costa de Emilia-Romagna. Ahora ya sé qué secretos guarda en su interior.

Piazza Giovanni Paolo II. Cesena

Museo San Domenico. Forlì. Italia

A nivel personal puedo decir que este viaje también ha sido todo un descubrimiento. Como ya comenté en mi anterior post, he tenido la inmensa suerte de compartir esta experiencia con grandes blogueras de viajes de las que he aprendido muchísimo. Como personas y como grandes profesionales de la comunicación viajera. También me ha servido para darme cuenta de que mi inglés es bastante mejor de lo que me temía y de que debo seguir aprendiendo italiano porque es un idioma que me encanta.

El grupo de blogueras del #buonvivere al completo. Piazza del Popolo. Cesena. Italia

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Penny Sadler, Alessandra Catania, yo, Cacinda Maloney, Lanora Mueller, nuestra guía en Cesena, Catherine Sweeney y Megan Smith.

¿Qué he hecho durante estos cinco días? Además de visitar preciosas ciudades como Cesena y Forlì y descubrir rincones llenos de encanto como la pequeña Dovadola, he tenido tiempo para comprobar en primera persona la esencia del buen vivir. Son muchas las actividades que hemos realizado. Buena parte de ellas relacionadas con el mundo de la gastronomía y el vino -que trataré en un futuro artículo-, pero también otras que he decido englobar bajo el epígrafe de mens sana in corpore sano.

Una tarde de vendimia en los viñedos de Altavita

Piadina y embutidos. Trattoria Montepaolo. Dovadola. Italia

Como la experiencia termal que los organizadores de la Settimana del Buon Vivere nos tenían preparada en las Terme della Fratta de Bertinoro. Tras una larga jornada de viaje, con madrugón incluido para coger el avión, te aseguro que disfrutar de su circuito termal y de sus instalaciones fue algo absolutamente reparador. O como la sesión de entrenamiento que llevamos a cabo en el cuartel general de Technogym -empresa líder en el campo del wellness y el fitness-, con un entrenador personal que, todo hay que decirlo, fue muy benevolente con nosotras. Incluso realizamos un taller de belleza en el que aprendimos a crear una crema limpiadora utilizando solo productos bio-ecológicos en la tienda de Bella Bio de Forlì.

Terme della Fratta. Bertinoro. Foto Terme della Fratta

Technogym Village

Taller de belleza con productos bio-ecológicos

¿Un viaje de chicas y para chicas? Exacto. El tema central de este año de la Settimana del Buon Vivere era el papel de las mujeres para construir un mundo mejor y confiaron en nosotras para difundir que, verdaderamente, en estas tierras son expertos en el arte de saber vivir.

Un momento de relax en la casa de turismo rural Castrum Sagliani. Saiano di Cesena. Italia

No puedo concluir este resumen inicial sin mencionar el que para mí fue uno de los momentos más auténticos de este blog tour. La tarde que conocí a Luigi Foscolo Lombardi. Los que me conocéis ya sabéis que, si tengo que escoger entre un monumento espectacular y una buena historia, siempre elegiré lo segundo. Y es que para mí, sin duda, lo mejor de un viaje es la gente que te encuentras en el camino.

Luigi Foscolo Lombardi en su taller de Dovadola. Italia

Este hombre, lutier de profesión y vocación, construye y restaura instrumentos musicales en La Bottega del Legno, su taller de Dovadola. Este espacio, fundado por su abuelo en 1897, es un lugar mágico en el que el tiempo parece haberse detenido. Mires donde mires, ves obras terminadas y otras a medio hacer, violines y contrabajos, herramientas, y listones y tablas de madera. Con su voz pausada y sus manos de artista experimentado, nos mostró su trabajo,  tocó para nosotras y nos regaló deliciosos pensamientos como que para construir un buen instrumento hay que saber escuchar a la madera.

Detalle de La Bottega del Legno, el taller de Luigi Foscolo

También nos relató una de esas historias que consiguen calarte hasta los huesos. Su padre, cuando estaba detenido en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, fue capaz de construir un violín con los pocos medios que tenía a su alcance. El cuerpo con unos trozos de madera, el arco, con una vieja sombrilla. Los oficiales lo destruyeron en numerosas ocasiones hasta que el sonido de sus notas llegó a oídos del general al mando. Él, otro enamorado de la música, sí supo valorar su arte y le suministró una camioneta llena de herramientas y madera para que siguiera con su trabajo. ¿El resultado? Logró crear 45 instrumentos y formar una pequeña orquesta que no entendía de barrotes, alambradas ni nacionalidades.

Con las palabras de Luigi resonando todavía en mi cabeza, acabo la primera entrega de mis andanzas en Forlì-Cesena. Espero haber despertado en ti las ganas de saber más sobre esta provincia italiana que me ha dejado tan buen sabor de boca.

Nota: durante este blog tour nos alojamos en el Centro Residenziale Universitario de Bertinoro, un imponente conjunto monumental situado en la cima de esta bonita localidad. Nuestras habitaciones estaban situadas en el Ex-Seminario Vescovile, un antiguo convento del siglo XVIII completamente restaurado. Y, sí, antes de que me lo preguntes, teníamos wi-fi gratuita.

Buonvivere Blog Tour: mi segundo viaje a Forlì-Cesena (Italia)

Buonvivere Blog Tour: mi segundo viaje a Forlì-Cesena (Italia)

Cuando Alessandra Catania, editora del blog italiano 21Grammy, contactó conmigo para ofrecerme la posibilidad de volver a viajar a la provincia italiana de Forlì-Cesena no lo dudé ni un momento. Mi anterior experiencia en Cesenatico fue fantástica y, sinceramente, me dejó con muchas ganas de conocer un poco más esta provincia de la región de Emilia-Romagna.

Dicho y hecho. El viernes por la mañana volaré hasta Bolonia donde me reuniré con el resto de blogueras de viajes que me acompañarán en el #buonvivere blog tour: Lanora Mueller, Penny Sadler, Megan Smith, Catherine Sweeney, Cacinda Maloney y, por supuesto, la propia Alessandra Catania.

Settimana del Buon Vivere

¿Por qué este hashtag? Sencillo. Este viaje está organizado por la Settimana del Buon Vivere, un evento que este año alcanza su IV edición y que se desarrollará en Forlì-Cesena del 30 septiembre al 6 de octubre. Una semana cuajada de conferencias, presentaciones, talleres, muestras gastronómicas y espectáculos que se articulan en torno a pilares tan fundamentales para el bienestar del ser humano como son la ética, la salud, la cultura y la cohesión social. El tema central de este año será el papel de las mujeres para construir un mundo mejor.

El programa que nos han preparado tiene una pinta estupenda. Y es que no sólo vamos a conocer los atractivos turísticos de ciudades como Forlì y Cesena, también vamos a experimentar en primera persona la esencia del buen vivir con una serie de actividades que prometen ser de todo menos aburridas. Una tarde vendimiando, un baño en las Terme della Fratta de Bertinoro, una sesión de Technogym con un entrenador personal… Suena bien, ¿verdad?

Plaza Aurelio Saffi, Forlì. Italia. Foto de Alessandra Catania

Durante los cinco días que durará este blog tour -del 27 de septiembre al 2 de octubre-, también tendremos tiempo para disfrutar con más calma de la gastronomía de esta zona y probar sus especialidades típicas, entre las que destaca su famosa piadina. Un exquisito pan que se suele tomar acompañado de queso squacquerone y del que guardo un sabroso recuerdo. Además, también asistiremos a la gala inaugural de la Settimana del Buon Vivere en compañía de Carlo Cracco, uno de los chefs más famosos de Italia.

¿Dónde voy a alojarme? En un precioso castillo medieval situado en Bertinoro, un pequeño pueblo emplazado entre las montañas a medio camino entre Forlì y Cesena.

Si quieres acompañarme en este viaje, puedes hacerlo en Twitter a través del hashtag #buonvivere, en Instagram (#faccedabuonvivere), en Pinterest y en Facebook.

¡Nos vemos a la vuelta!

Cesenatico Camping-Village*** (Cesenatico. Italia)

Cesenatico Camping-Village*** (Cesenatico. Italia)

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No puedo cerrar el capítulo del blog tour internacional #cesenaticobellavita sin la consiguiente reseña del que fue nuestro hogar por unas horas: el Cesenatico Camping-Village. Como ya sabes, deberíamos haber pasado dos noches alojados allí pero el retraso del vuelo de ida hizo que nuestra experiencia campista quedase reducida a poco más de una jornada. Aun así, saqué tiempo de donde literalmente no había para hacer algunas fotografías y reunir mis impresiones sobre este camping.

 

El porqué de la Camping People

La historia de la Camping People empezó con la llegada de un e-mail. Era de la organización y en él había un documento adjunto con la lista de todos los blogueros participantes y el hotel en el que nos alojaríamos cada uno. La idea del Consorcio Cesenatico Bellavita era distribuirnos de forma individual en los 30 establecimientos que lo conforman, para dar así una visión lo más amplia posible de la oferta de alojamientos que tiene Cesenatico. Pues bien, las tres primeras filas del excel parecían un podium de Moto3. Liderazgo español absoluto. Sara, Alberto y yo. Éramos los únicos que íbamos a alojarnos en un camping y, además, juntos. Esta «singularidad» hizo que cuando por fin llegamos a Cesenatico, un día después de lo previsto, nos encontráramos con toda la comunidad bloguera que nos acompañaba en este viaje súper intrigada por saber quién era la Camping People. La primera vez que oímos nuestro apodo nos hizo muchísima gracia, decidimos adoptarlo como propio y el resto ya es historia.

Anécdotas viajeras al margen, vamos con la review de este camping.

Recepción del Cesenatico Camping-Village. Cesenatico Desmontando el Cesenatico Camping-Village

El Cesenatico Camping-Village es un tres estrellas situado a 1.5 km de Cesenatico que permanece abierto todo el año. Sus dos playas son un buen ejemplo del paisaje del sur de la costa adriática de Emilia-Romagna: aguas turquesas, arena fina, clima templado y largos arenales flanqueados por extensos pinares. Fue una lástima no poder disfrutarlas por lo apretado del programa y porque la climatología no acompañó demasiado -nos llovió durante buena parte del viaje.

Además hay que tener en cuenta que lo visitamos a finales de mayo y estaba a medio gas por lo que pudimos disfrutar de una tranquila estancia fuera de temporada. Aún así, fue fácil imaginar su bulliciosa y animada estampa en pleno mes de agosto, con cientos de turistas repartidos entre sus 940 parcelas, 24 bungalows de madera, 150 mobile homes y 24 cottages. ¿Enorme? Sí. 225.000 m2.

Cesenatico Camping-Village. Cesenatico Camping-Village. Cesenatico Cesenatico Camping-Village. Cesenatico

Nosotros nos alojamos en un confortable Riviera Cottage. Sus 30 m2 estaban distribuidos en una sala de estar con sofá-cama doble, cocina equipada, baño con cabina de ducha y lavabo, WC separado, 1 habitación con cama de matrimonio y 1 habitación con dos camas individuales. Todo impoluto. Lo que más me gustó fue su gran terraza cubierta. Lo que menos: las camas individuales eran bastante pequeñas y la conexión wi-fi gratuita no funcionaba nada bien.

Riviera Cottage. Cesenatico Camping-Village Nuestro Riviera Cottage en el Cesenatico Camping-Village. Cesenatico La cocina del cottage. Cesenatico Camping-Village. Cesenatico El salón de nuestro Riviera Cottage. Cesenatico Camping-Village Otra imagen de nuestro Riviera Cottage. Cesenatico Camping-Village Habitación doble del Riviera Cottage. Cesenatico Camping-Village. Exterior de nuestro Riviera Cottage en el Cesenatico Camping-Village

Otro punto fuerte a destacar es la amabilidad del personal que tratamos. No tanto en la recepción -se les notaba un poco molestos con nuestra tardía llegada- pero sí en el restaurante. Como no sabíamos a qué hora volveríamos para comer, les pregunté si sería posible llevarnos nuestro menú al cottage fuera del horario de servicio de comidas. No hubo ningún problema. Nos prepararon una bandeja con los platos y bebidas y comimos tranquilamente en nuestra estupenda terraza al aire libre.

Comiendo en el Cesenatico Camping-Village. Cesenatico

Otros detalles que sí importan

Accesibilidad: En el Cesenatico Camping-Village la accesibilidad forma parte del concepto bella vita. Las calles principales están asfaltadas y todas las zonas comunes están adaptadas. No hay barreras ni obstáculos que dificulten la movilidad por el camping. Cuenta con cabañas para personas con movilidad reducida.

Si no quieres ir andando, puedes usar el tren del Cesenatico Camping-Village

Tren lanzadera: Desde principios de junio hasta finales de agosto, un tren lanzadera gratuito conecta el camping con las playas y con el centro de Cesenatico. Además, si te gusta ir en bici, puedes alquilar una.

Pet-friendly Village: Se permiten perros pequeños y otros animales domésticos. Eso sí, deben ir siempre con correa y no pueden acceder a la playa. Kiba tuvo su propio kit de bienvenida: un juguete, un recipiente para beber y un porta bolsas.

MI CALIFICACIÓN

Ubicación: 7

Alojamiento en el Cottage Riviera: 7

Limpieza: 9

Servicios e instalaciones: 7

Relación calidad/precio: 7

FICHA DEL CESENATICO CAMPING-VILLAGE

Dirección: Via Mazzini, 182 – 47042 Cesenatico (FC). Italia

Coordenadas GPS: N 44º 12′ 53»   E 12°22′ 44»

Teléfono: (+39) 0547 81344

Web: Cesenatico Camping-Village  e-mail: info@campingcesenatico.it

Categoría: 3 estrellas.

Distancia al centro de Cesenatico: 1.5 km

Distancia a Bolonia: 108 km

Distancia a Rimini: 25 km

Servicios: Acceso directo a la playa. Wi-fi gratuito. Ambulatorio y médico de junio a septiembre. Área deportiva y recreativa (3 piscinas -abiertas desde finales de mayo a principios de septiembre-, 2 jacuzzis, campo de fútbol, cancha de voleibol, pista de tenis, petanca, parque infantil, sala de juegos). Animación. Tienda. Autoservicio de lavandería. Centro Wellness. Peluquería durante el verano. Alquiler de bicicletas. Restaurante-pizzería. Bar. Depósito de seguridad. Servicio de tren lanzadera. Programas de entretenimiento.

 

 

Más allá del blog tour a Cesenatico: la precuela boloñesa y demás historietas

Más allá del blog tour a Cesenatico: la precuela boloñesa y demás historietas

Todo viaje tiene un previo, un desarrollo y un después. Ahora estoy en el momento remember de mi blog tour a Cesenatico y, tal y como prometí, me dispongo a relatarte un puñado de historietas que pueden ser dignas de ser contadas (o no). Vaya por delante que voy a saltarme un poco el estilo narrativo que acostumbro a utilizar y que voy a contártelo como si te tuviera enfrente en la barra de un bar. En petite comité. O lo que es lo mismo, pienso ofrecerte la extended version que tuvieron que soportar amigos y familiares a mi regreso. ¿Mi intención? Acordarme de ello cuando pinte canas y hacerte partícipe de cómo un retraso en un vuelo puede acabar convertido en el guión de una película con aspiraciones a ser filmada por los Coen. Además, si mis abnegados allegados se echaron unas risas bien aparentes, no es justo que tú, que me lees y das vida a esta bitácora, te quedes al margen de la fiesta. Si quieres salir corriendo, ahora es el momento. ¿Te quedas? ¡Genial! Arrancamos.

Chapter 1 

El vuelo (Creo que hubiéramos llegado antes nadando)

Cast: Sara, Kiba y yo

El modo más rápido para llegar a la hermosa Cesenatico es en avión. En 2h30m aproximadamente, te plantas en Bolonia desde Madrid y desde allí tienes que coger el tren (otras dos horas y pico) para disfrutar de la bella vita. El viaje es largo sí pero, tras mis dos entradas anteriores, espero haberte convencido de que esta población costera de Emilia-Romagna vale la pena y mucho.

Nosotras lo teníamos todo calculado. Aterrizaríamos en Bolonia a las 18:15. Teniendo en cuenta los 20 minutos que tarda el Aerobús en llegar a la estación de Bologna Centrale, coger el tren a Rimini de las 18:58 sería imposible pero al de las 20:06 llegaríamos de sobra. ¡Ilusas! El primer grupo de transporte aéreo en España, tercero en Europa y sexto del mundo en términos de facturación (no lo digo yo, lo dice su web), decidió regalarnos un bonito retraso de hora y media. Cuadrante al carajo.

Llegar, lo que se dice llegar, llegamos

Nos plantamos frente a la máquina expendedora de billetes a las 20:14 -miré la hora en el móvil, señoría. El último tren a Cesenatico, vía Ferrara y Ravenna, salía en dos minutos. Comprar el billete, localizar la vía…Ni Speedy Gonzales lo hubiera conseguido. Ya era un hecho. Estábamos literalmente tiradas en Bolonia. ¿Contactar con la organización del blog tour? Descartado, menuda faena hacerles recorrer 200 km para venir a buscarnos. ¿Un taxi? No creas que no se nos pasó por la cabeza, pero pagar 150€ para llegar al camping como que no. Además, ya me imaginaba la escena. Aparecemos a las mil, lógicamente ya no nos espera nadie, y acabamos despertando al vigilante de seguridad para contarle la película de que somos dos blogueras españolas que tenemos reservado un Riviera Cottage. Demasiado friki hasta para mí…

Chapter 2

Kiba’s eye  (De suero fisiológico a soluzione fisiologica va un mundo)

Cast: Kiba, el farmacéutico espeso y yo

Podríamos habernos cabreado, maldecir porque las horas que íbamos a pasar en Cesenatico menguaban por momentos etc., etc. Pero no. Yo estaba en plena borrachera de sueño, un curioso  fenómeno que me ocurre cuando voy mal dormida pero me lo estoy pasando genial- y decidí tomármelo toooodo con mucha calma. Al fin y al cabo estaba de viaje, tenía tabaco y Sara, esa chica que había conocido en persona seis horas antes en Barajas, resultó ser un encanto de niña que, como yo, no estaba dispuesta a que ninguna compañía aérea le fastidiase la escapada.

En esas estábamos cuando nos acordamos que antes de coger el tren queríamos pasar por una farmacia a comprar suero para la preciosa mascota de cuatro patas de Sara. Kiba tenía una pequeña infección en el ojo y nosotras, a estas alturas, todo el tiempo del mundo.

Kiba, la mascota viajera de Sara

Al lado de la estación había una así que allá fui, arengada por Sara que decía que mi italiano era buenísimo. Enseguida me di cuenta que el “a little” que me respondió el farmacéutico boloñés en respuesta al manido “do you speak english?” fue más que generoso. No me entendía ni pa trás. A modo de resumen: probé con “acqua per gli occhi”, “physiologic saline solution”, le dije que tenía un pequeño “dog”, él interpretó “doc” y acabó preguntándome que si me había enviado el doctor por qué no me había dicho el nombre del medicamento… Apuff… Por mucho que lo intentaba no podía aguantar la risa. La situación era almodovariana. Tirada en Bolonia, sin saber dónde iba a dormir, comprando suero para un perro y frente a un tipo que me miraba como si fuera una marciana. No sé cómo pero acabé repitiendo de forma compulsiva “suero fisiológico”, alternándolo con algún “guau, guau” para ver si así lo pillaba. Hasta que se obró el milagro y el hombre me espetó con toda su pachorra: ”Ahhhh… Soluzione fisiologica”. No sabía si darle un beso o matarle. No hice ni una cosa ni otra. Sonreí y salí a la calle victoriosa con mi colirio en la mano.

Chapter 3

Una hamburguesa de camuflaje, Autopromotec y una expedición casi imposible (Cuando todo parecía perdido… va la cosa y empeora)

Cast: Sara, Kiba, dos buenos samaritanos, Alberto y yo

El tema de la cena lo solucionamos en un pispás. En toda estación que se precie tiene que haber un McDonald’s y la de Bolonia acataba esta premisa. Eso sí, en la puerta lucía una bonita señal de cani non ammessi. En situaciones normales hubiésemos buscado una alternativa, pero como ésta de normal no tenía nada, activamos el modo ponerse el mundo por montera, metimos a Kiba en su trasportín y que fuera lo que Dios quisiera (versión para creyentes) o lo que decida el Karma (para seguidores de Me llamo Earl). Ni se enteraron de la presencia de Kiba…

Ahora venía la prueba final de nuestro particular Pekín Express a la italiana: encontrar alojamiento. A priori no parecía nada del otro mundo y presumimos que ganaríamos nuestro amuleto sin complicaciones. ¡Zas en toda la boca! No contábamos con un duro rival: Autopromotec 2013, una feria bienal de equipamientos y productos para el automóvil que no tenía otra fecha para celebrarse que justo ese fin de semana. No bastaba con el handicap de que aceptaran a nuestro adorable perrito, además teníamos que luchar por una cama a las once de la noche.

Tras varios intentos frustrados, empecé a pensar en un plan B, C y D. El B: mandar un S.O.S. por Twitter. El C: como era viernes y estábamos en una de las ciudades universitarias por excelencia de Europa, muy mal se nos tendría que dar para no encontrar algún couchsurfero por el centro de Bolonia. El D: volver al aeropuerto y dormir allí con Alberto. Y es que el tercer integrante de la Camping People ya sabía, por la hora de llegada de su vuelo, que le iba a tocar dormir en el aeropuerto por narices. Antes de que preguntes, . Fue el último en salir de Madrid y el primero en llegar al Cesenatico Camping-Village. De hecho, lo sacamos de la cama cuando por fin llegamos a nuestro destino a la mañana siguiente. Así somos los blogueros. Gente abierta y sin complejos… Si hay que conocer a alguien en pijama, se le conoce y punto. Y más aún si resulta ser un crack como él. Conocimiento previo: un puñado de MD en Twitter.

Avión, tren, barco, taxi...

Sigo. Cuando la esperanza de ver una sábana se apagaba por momentos, apareció nuestro particular ángel de la guarda nº 1. Un encantador italiano que paseaba a su cachorro. Fue él quien nos habló de una pensión cercana. Tras arrastrarnos por los 800 metros que nos separaban de ella -el cansancio era ya demoledor-, conocimos a nuestro ángel de la guarda nº 2. Estaba detrás del mostrador, materializado en forma de recepcionista. No pienses que no doy el nombre de la pensión por no hacerles publicidad gratuita. Al revés, según las normas, no admiten perros y no quiero causarle ningún problema a este buen samaritano que hizo la vista gorda con Kiba. Si quieres saber cuál era, te lo digo en privado.

Y hasta aquí nuestra precuela boloñesa. A la mañana siguiente alcanzamos nuestro objetivo y nos incorporamos, por fin, al blog tour #cesenaticobellavita. Económicamente hablando, llegar a Cesenatico fue una ruina. Personalmente y pese a todo, una gozada. Hacía tiempo que no me reía tanto. Bendita sensación, por cierto. Ya puedes levantarte de tu butaca y encender el móvil. La comedia ha terminado.

THE END

Nota mental 1: Lo poco que pude ver de Bolonia me gustó mucho. Tengo que volver.

Nota mental 2: Que nadie se confunda. La organización de este blog tour fue espléndida. Ellos no tuvieron nada que ver con nuestra odisea boloñesa.

Nota mental 3: Si me dieran un Oscar al mejor guión, en mi speech, obviamente, compartiría la preciada estatuilla con el fantástico elenco de co-protagonistas que me acompañaron en esta aventura: Sara, Alberto y Kiba.

 

Con mis compañeros de viaje. Cesenatico Un jump desde Cesenatico

Blog tour internacional Cesenatico Bellavita: fotogalería de una travesía por el Adriático

Blog tour internacional Cesenatico Bellavita: fotogalería de una travesía por el Adriático

Que no llueva mañana, que no llueva mañana, que no llueva mañana… Finalmente, nuestro mantra funcionó y, a modo de despedida, Cesenatico nos regaló una mañana de domingo apacible y soleada. Perfecta para navegar. Cuando llegamos al puerto-canal, a las nueve de la mañana, el sol, remolón y tímido, se hacía de rogar. Aun así, la ausencia de nubarrones en el cielo presagiaba que esta vez el paraguas no saldría de la mochila.

El Barchèt. Cesenatico

Allí estábamos los tres integrantes de dos piernas de la Camping PeopleSara, Alberto y la que narra el cuento- y nuestra mascota de cuatro patas, Kiba. Aunque escudriñaba el barco con recelo y husmeaba inquieto en tierra firme, sus ojos le delataban. Le podía la curiosidad y con su mirada parecía decirnos: “me da miedo el agua sí pero, si hay que subir al barco, se sube”. Kiba, nosotros, el resto de bloggers y nuestras maletas. ¿Maletas? Sí. Sara y yo teníamos el vuelo de regreso a Madrid a las 18:45 y, tras la experiencia del vuelo de ida -próximamente en tu pantalla-, decidimos cargar con ellas hasta que llegara el momento de coger el tren rumbo a Bolonia. Queríamos exprimir las horas que nos quedaban en suelo italiano y volver al camping para recogerlas suponía una pérdida de tiempo que no quisimos asumir.

Subiendo las maletas al barco. Así es la vida bloguera... Cesenatico

Hora de izar las velas. Cesenatico

Con Kiba a bordo. Cesenatico

Tras asistir a la ceremonia de izado de las velas a la antigua usanza, embarcamos en una de las joyas del Museo della Marineria de Cesenatico: un trabaccolo de 1925 construido en Cattolica, una localidad de la provincia de Rímini. ¿Su nombre? Barchèt. ¿Sus medidas? 13.40 metros de eslora y 3.80 metros de manga. ¿Su magia? Está perfectamente conservado y solo sale a navegar una vez al año. Salvo este 2013, claro.

Una vez a bordo, pusimos rumbo a mar abierto. Fotos y más fotos, charlas viajeras con los demás bloggers y con la tripulación, subir mis impresiones a las redes sociales… ¡Alto! Me habían mencionado en un tuit: “The crew sayd at @objetivo_viajar: ‘we aren’t on cruise! Why you have a luggage?” Yo no me percaté que uno de los marineros me había hecho ese comentario al subir las maletas al barco y fue la simpatiquísima Liliana Monticone quien inmortalizó en 81 caracteres el momento “¿si no estamos en un crucero por qué llevas equipaje?”.

Anécdotas 2.0 al margen, la travesía, como puedes imaginar, fue magnífica. Más aún para una sirena varada en Madrid que extraña muchísimo el Mediterráneo que baña Barcelona. Seguramente por esa ansia de mar que a veces me invade, en un momento dado decidí desconectar. Olvidar por unos minutos que si estaba allí era porque estaba trabajando. No más Facebook, ni Twitter, ni Pinterest… Era mi momento. Íntimo y personal. El Adriático y yo. Y en mi cabeza, sin previo aviso, empezaron a sonar las notas de una de las canciones más maravillosas que han escuchado mis oídos, Caruso, interpretada por el maestro entre maestros, Luciano Pavarotti. Esta fue la banda sonora que mi mente escogió para detener el tiempo.

Iniciamos la travesía por el Adriático. Cesenatico

Me encanta navegar. Cesenatico

Cesenatico desde el mar

Navegando con expertos. Cesenatico

Vista de Cesenatico desde el Barchèt. Cesenatico

Charlas viajeras y el mar. No se puede perdir más. Cesenatico

Embarcaciones en el puerto-canal de Cesenatico

Sara, Kiba y yo. El que se esconde tras la cámara es Alberto de XprimeViajes

Regresando a Cesenatico tras una experiencia increíble. Cesenatico