Un de los lugares por los que suelo perderme muy a menudo desde que vivo en Madrid es Malasaña. Me encanta este barrio y acudo a él cuando quiero desconectar del ritmo frenético de la capital. Si tuviera que definirlo diría que es como una enorme matrioska que tienes que ir desmontando para descubrir cada una de las piezas que la componen y que juntas dan forma a una de las zonas más atractivas y vitalistas de la capital. Un barrio que va mudando su cara en función de las horas del día y que se reinventa a sí mismo con el paso de los años.
Qué ver en Malasaña
Geográficamente hablando, este céntrico barrio, también llamado Maravillas, está situado entre las calles Carranza, Gran Vía, Fuencarral y San Bernardo. Debe su nombre a Manuela Malasaña, una joven costurera que murió asesinada por las tropas napoleónicas durante las revueltas de 1808 muy cerca de la Plaza del Dos de Mayo. Esta plaza, siempre concurrida y animada, es el corazón de Malasaña. El eje que estructura un barrio que no está en los circuitos clásicos de qué ver en Madrid en dos días pero que esconde muchos rincones y sorpresas que cualquier mente inquieta desearía conocer.
Aunque cualquier momento es bueno para callejear por Malasaña, a mi me gusta especialmente ir los sábados por la mañana, cuando los ecos de la noche anterior se diluyen entre los comercios que abren sus puertas y el barrio se llena de luz y color. Cuando lo visité por primera vez lo que más me llamó la atención fue descubrir cómo Malasaña conjuga en un puñado de calles lo mejor de su pasado con nuevas propuestas que te invitan a volver. Como el recién inaugurado bar-museo Madrid Me Mata, dedicado a la ‘movida madrileña’ (Corredera Alta de San Pablo, 31), o la Fábrica Maravillas, la primera micro fábrica de cerveza artesanal del barrio (Valverde, 29).
Junto a estos nuevos locales sobreviven establecimientos de toda la vida como la farmacia Juanse, en la confluencia de las calles San Andrés y San Vicente Ferrer, que conserva en su fachada los mismos azulejos que cuando abrió en 1892. Reclamos publicitarios de una época en la que se recomendaba utilizar el perborato de sosa para el dolor de muelas y su jarabe balsámico para combatir la bronquitis. O la Antigua Casa Crespo, una centenaria alpargatería que sigue en pie ajena a las modas en el nº 29 de la calle del Divino Pastor.
Hablando de tiendas, en los últimos tiempos Malasaña se ha convertido en la meca del vintage con originales y personalísimas boutiques por las que desfilan los amantes de lo retro en busca de piezas únicas. Pero los escaparates del barrio no acaban aquí. También hay hueco para librerías que funcionan como espacios culturales como Arrebato Libros (La Palma, 21) o Cervantes y Cía (Manuela Malasaña, 23), tiendas de cómics, estudios de tatuaje y floristerías. Y arte urbano allá donde mires. En las persianas de los comercios, en las fachadas, en los portales… Murales y grafittis que conquistan el espacio callejero creando un gran galería de arte urbano al aire libre que llena el barrio de color y vida.
Otro de los puntos fuertes de Malasaña es su oferta gastronómica. Hay opciones para todos los gustos y bolsillos. Una pequeña selección: de lo más tradicional Casa Julio (Madera, 37) o Casa Fidel (Escorial, 6), para tomar un brunch Nina Madrid (Manuela Malasaña, 10), para el aperitivo, además de las terrazas de la Plaza del Dos de Mayo, dos clásicos que siempre están llenos hasta la bandera Casa Camacho (San Andrés, 4) y La Ardosa (Colón, 13), para desayunar o tomar un café en cualquier momento del día el encantador Lolina Vintage Café (Del Espíritu Santo, 9) y para los más golosos la pastelería y tienda americana Happy Day Bakery con deliciosos cupcakes, bagels y muffins (Del Espíritu Santo, 11). La lista sería interminable…
Cuando el día llega a su fin, Malasaña cambia de cara y se convierte en uno de los barrios más canallas y rebeldes de Madrid con pequeños locales en los que se exprime la noche a ritmo de rock, pop, indie y punk. Aunque ha llovido mucho desde entonces, aún es posible seguirle la pista a la época que centró en este barrio todas las miradas: los 80. Y es que el que fuera el cuartel general de ‘la movida‘ aún conserva locales míticos que nos transportan a aquellos años como La Vía Láctea (Velarde, 18) o el Penta (La Palma, 4), el que fuera el bar favorito de Antonio Vega y al que le dedicó una de las estrofas de La chica de ayer.
Viví 8 años en Madrid y creo que, entre los barrios del centro de la ciudad, este es uno de los más desconocidos para mí. No sé por qué, pero nunca me llamó la atención y eso que una de las cosas que más disfrutaba era caminar sin rumbo por las calles de barrios como este, para ver qué sorpresas me deparaban. Creo que voy a tener que volver como «turista» y redescubrir rincones como éste. Y me guiaré por tus recomendaciones, ¡por supuesto! 🙂
Pues a mí Malasaña me encanta. Junto con Chueca son mis barrios favoritos de la capital. El ambiente es fantástico y cada vez que voy encuentro con algo nuevo. Una nueva tienda, cafetería, restaurante… Siempre lo recomiendo
Muy bohemio y atractivo! Me gustaron los graffitis. Todavia no he pisado Madrid, asi que va para la lista. Éxitos!
Sin duda, Nelson. Malasaña es un must de Madrid. Un saludo 🙂
Voy a tener que regresar. La verdad es que hace mucho no voy por allí. Pero ya me has convencido que tendré que volver.
Un beso.
No me extraña. Malasaña tiene algo que engancha. Un abrazo
Mi barrio favorito de Madrid, sin lugar a dudas! Grandes fotos 🙂
¡Y el mío! Me alegra que te hayan gustado las fotos. ¡Un saludo!
A mi también me encanta perderme en este barrio, sin duda alguna es uno de mis preferidos en Madrid, arte urbano y toque bohemio van de la mano en Malasaña.
Siempre recomiendo a la gente que visita Madrid que se pierda por este barrio, ya que se sale de lo normal, y en España no hay muchos como este.
Saludos
Jesús Martínez
Vero4travel
Suscribo cada una de tus palabras, Jesús. Para mí Malasaña es de lo mejorcito de Madrid y cuando viene alguien a vistarme sí o sí forma parte del itinerario que les propongo. Muchas gracias por pasarte por mi pequeño rincón y dejarme tu comentario. Un saludo
Me encantó el reporte, estuve en Madrid hace varios años y pues con poquitos días solo conocí lo tradicional en cada guía, sobre todo por falta de tiempo y viaje programado……..la próxima vez, pues pienso volver definitivamente dedicaré gran parte del tiempo a lugares así que tienen su encanto y son muy típicos a la vez. Un saludo desde Suiza
Muchas gracias por tu comentario. El barrio de Malasaña no suele aparecer en los tours clásicos pero merece mucho la pena. Un saludo desde Madrid.
Muchas veces la gente relaciona Madrid con el Palacio Real o con el Museo del Prado, pero en barrios como este se puede disfrutar de lo más importante de la vida: las pequeñas cosas. A nosotros también nos encanta caminar por aquí sin rumbo, descubriendo detalles nuevos en sitios por los que ya hemos pasado cien veces. ¡Gran post!
Totalmente de acuerdo. Hay mucha vida fuera de los circuitos tradicionales que vale la pena conocer y el barrio de Malasaña es solo un ejemplo. Muchas gracias por vuestro comentario. Saludos!
Aisss me recuerda mi época de … salir mucho por esa zona, … pero cierto es, que últimamente se está transformando en un barrio «cool», … bonito, moderno a la vez que alternativo, … con tiendas al más puro estilo New York … y eso me gusta … suelo ir mucho por esa zona y cada vez encuentro (a pesar de la crisis) sitios que valen mucho la pena …
Además del inconfundible «arte urbano» del barrio!
Muy buena entrada! un saludo!
Muchas gracias por tu comentario, Alfonso. Un placer tenerte por aquí. Para mí Malasaña es uno de los barrios más atractivos de Madrid. Llevo ya diez años viviendo en la capital y no me canso de perderme por sus calles. Un saludo!